Capitulo Cinco. Un contrato de amistad

CONTIGO

Capítulo Cinco.

Un contrato de amistad

 

Theodore y Terry se miraban fijamente, hicieron las debidas reverencias (el hecho de que fuera un duelo clandestino no significaba que todo debía  ser sin honor) caminaron uno en contra del otro y…

-¡Bombarda! – lanzó sin piedad Boot hacia el Slytherin.

Sin embargo, Theodore fue rodeado por un campo de protección el cual le permitió contra-atacar.

-¡Expelliarmus! – se defendió el chico Nott y el Ravenclaw fue impulsado hacia atrás por la potencia del hechizo, pero luego se levantó y gritó:

-¡Rictusempra! – Pero nuevamente el Slytherin fue protegido por el mismo campo de fuerza de segundos atrás y estuvo a punto de contra-atacar nuevamente con un Expulso pero…

-¡Diffindo! – le lanzó Corner hacia la mano que sostenía la varita del Slytherin, la cual comenzó a sangrar. Dejó caer su varita.

-Pero que dem…- quiso saber Theodore pero uno de los Ravenclaw lo atacó antes de que él pudiera defenderse.

-¡Expulso! – gritó Anthony y Theodore fue lanzado desprevenido por los aires y caer de bruces en el suelo, dejando su varita atrás.

-¡¿Qué… demonios… fue… eso…?! – reclamó jadeante mientras se levantaba.

-¡Estás haciendo trampa! – le gritó Marcus Belby mientras le daba un golpe en el labio, al llegar a su lado.

-¡Son unos idiotas! – gritó el Slytherin molesto sobreponiéndose del golpe, los cuatro Ravenclaw lo rodearon.

-Yo te vi, estas usando un tipo de magia oscura – reclamaba Marcus - ¡Un campo invisible te rodeaba cuando Terry te lanzaba los hechizos!

-¡¿Y se supone que los de su casa son los inteligentes?! – Les reprochó y al ver que los chicos que lo rodeaban no daban señales de reconocimiento alguno agregó – ¡Estaba haciendo un hechizo no verbal!

-¡Es mentira! – fue la automática respuesta del chico Belby.

-No es mi culpa que seas un…

-¡Expulso! – hechizó Anthony a Theodore por la espalda y nuevamente el chico salió expulsado por el aire hasta caer de pecho. Se levantó furioso. Definitivamente ya estaba perdiendo la paciencia con aquellos chicos.

-¡Por Salazar, Anthony Goldstein!  ¡Dejarías  de estarme hechizando por la espalda! – le reclamaba mientras se le acercaba amenazadoramente.

-¡Aléjate Nott! – gritó Terry y junto con sus amigos comenzaron a amenazarlo.

 -Ni lo piensen… esto no se queda así – les dijo Theodore en un tono que por primera se asemejaba a su lado Slytherin - ¡Accio varita! – gritó el chico y su varita que estaba en las manos de Michael salió volando hacia él.

-¡Lo sabía! – Gritó triunfante Marcus - ¡Eso es magia oscura!

-Esto fue solo… - pero Theodore decidió dejar el tema en paz – olvídenlo, ¿querían un duelo? Pues un duelo tendrán.

-¡Esta es tu derrota  maldito Slytherin! Ya queremos estar entre tus piernas – gritó Terry lujurioso  y junto con sus amigos lanzaron varios hechizos al mismo tiempo hacia el castaño el cual gritó:

-¡Cave Inimicum! – un hechizo protector, que cuando lo tocaron los otros hechizos salieron rebotados hacia sus propios convocadores, que salieron volando y cayeron casi inconscientes.

Theodore se acercó a Terry y con una patada le quitó la varita.

-Yo gané el duelo – le dijo – así  que,  me dejarás en paz y a mis amigos también – el aludido asintió dócilmente.

-Yo no lo creo – le dijo Anthony desde el suelo avanzando lentamente hacia él.

-¡Desmaius! – gritó una voz familiar para el Slytherin y su amenazador cedió al instante.

-¡Theo! ¿Estás bien? – preguntó Blaise al llegar a su lado.

-Sí – le contestó Theodore con una amplia sonrisa, recobrando su semblante de siempre, al ver llegar a sus otros tres amigos con él.

*****

Al siguiente día, estaban frente al lago el quinteto plateado, reflexionando el cómo salieron de semejante embrollo ilesos, en cuanto a ilesos se referían a sin ningún otro castigo o alguna suspensión.

Casualmente Terry y sus amigos habían confesado que ellos habían sido los responsables de aquella broma con las bombas fétidas en las cuales fueron incriminadas de manera injusta Astoria y Pansy, así que ellas inmediatamente fueron liberas del castigo esa mañana. También se hicieron responsables de todo lo demás. Que el director les hubiera creído en todo fue una sorpresa para los Slytherin, aunque decidieron dejar el asunto en paz, total después de todo los Ravenclaw habían iniciado todo desde el principio.

Por otro lado, Draco tuvo suerte de no tener complicaciones en cuanto a su salud por la pequeña fuga de la enfermería, aunque eso no lo salvó de la reprimenda por parte de la medimaga Sprout, Snape y Dumbledore.

Después de tanta acción del día anterior decidieron ir a relajarse frente al lago. Draco que estaba recostado en las piernas de su novia, y ésta jugaba con sus cabellos platinados, les dijo a sus amigos:

-Es increíble que después de todo lo que pasamos en las últimas dos semanas solo hallamos conseguidos unas cuantas reprimendas por parte de los profesores.

-Sí, eso es tener demasiada suerte – expresó Pansy, despegando la vista de su pergamino en el cual estaba escribiendo una redacción para Pociones.

-Pues, estas ranas no opinaran lo mismo – decía Blaise, el cual con un hechizo convocador las llamó hasta su lugar, dándole una a Theo y la otra quedándosela él.

-¡Practicar encantamientos es divertido! – dijo Theo tratando de olvidar de una vez el tema en cuestión y sus amigos entendieron la indirecta dejando el tema de lado. Hasta que Harry llegó a su lado.

-Theo – llamó tímidamente el Gryffindor, Blaise estuvo a punto de echársele encima, pero Theodore lo detuvo.

-Tranquilo Blaise, ¿Qué pasa Harry?

-Solo quiero disculparme con todos. Lamento haberlos involucrado en todo esto, sobre todo a ti Theo.

-Ya está olvidado, no te atormentes más.

-¡¿Qué?! – soltó Blaise de repente – pero Theo por su culpa…

-De hecho Blaise, no todo fue su culpa.

-¿Qué quieres decir? – preguntó  el Gryffindor confundido.

- Pues verás… tú le gustas a Terry – le confesó a Blaise, mientras lo veía directamente a los ojos.

-¿Estas bromeando verdad? – le preguntó Pansy saliendo del shock. Theodore negó con la cabeza.

-Pero, ¿cómo…? – trató de preguntar Draco, pues al parecer Blaise seguía en shock.

-¿Lo supe?  El mismo Boot me lo dijo ese día en las Tres Escobas – todos sus amigos quedaron estupefactos con la noticia.

-Pero, ese día cuando Boot te habló tenía cara de querer asesinarte y no de confesarte del gran amor que le tiene a Blaise – dijo Pansy recordando aquel día.

-Pues verás…

Cuando estábamos ya afuera del establecimiento, Terry me empujó contra la pared y me dijo (según él) con tono amenazante.

-Escucha idiota, más te vale que te alejes de Blaise, él es solo mío. Te quiero lejos de su persona, sino…

-Escucha Boot, creí que tenías algo más importante qué decirme, no estás idioteces – le reclamé.

-¡Te lo advierto Nott!

-No me adviertas nada, no me alejaré de él,  porque ¿sabes qué? Él es mi amigo.

-Con el que te quieres acostar, no creas que no me he dado cuenta de cómo lo miras y de cómo te mira él. Lástima por Longbottom, pero yo soy mejor partido que él, incluso más que tú.

-Pues suerte con eso, porque no me alejaré de él. En primer lugar porque es mi amigo. En segunda porque no cumpliré tus caprichos. En tercera porque no tengo miedo a tus infantiles amenazas. Y cuarta quiero ver cómo intentas cumplirlas.

-Escucha Nott, estoy hasta la coronilla de ti, primero el idiota de Harry me bota por ti, y ahora que he puesto los ojos en Blaise,  resulta que él está interesado en ti. Digamos que tu presencia no me ha dejado muy satisfecho que digamos.

-Yo no tengo la culpa de eso.

-Claro que sí – Terry sacó su varita dispuesto a lanzar un hechizo y yo estaba por hacer lo mismo, pero…

-¡Ahh! Qué bien, me alegra haber encontrado dos caballeros de casualidad – expresó Madame Rosmerta – ¿Me ayudarían a meter esta mercancía a la bodega? Por favor. Se los agradecería mucho. Hasta se los recompensaría con una ronda de cerveza de mantequilla.

-Claro – ambos contestamos.

Terry iba a ponerse en marcha usando su varita.

-¡Oh, no! Por supuesto que no – lo detuvo Madame Rosmerta – escuchen, estas cajas contienen material peligroso y con un hechizo por más inofensivo que sea haría una explosión. Por eso requiero, y perdón por la palabra, de su fuerza bruta.

-Está bien – le dije sonriendo por la expresión que hizo Terry.  Cargué dos cajas simultáneamente.

-¡Qué fuerte eres! Te diré en dónde  las acomodarás – me dijo y me condujo hasta la bodega y como Terry quería impresionarla, quiso agarrar tres cajas pero creo que no pudo y supongo que quiso hacer un hechizo leve y fue ahí cuando se produjo la explosión, al escucharla salí a ver, pero ya estaban ustedes ahí.

Todos los chicos estaban que no se creían lo recién relatado.

-¡Vaya! – dejó salir Draco impresionado.

Una vez recuperado Blaise de demasiada información, se disculpó con Harry, el cual también estaba sorprendido aún por lo mismo. Después se retiró a su sala común dejando a los Slytherin ahí en el lago.

Después de un rato, Pansy se retiró porque no podía concentrarse en la redacción pendiente de Pociones. Draco y Astoria también decidieron retirarse después de un rato más, al parecer la chica tenía una nueva idea para su gran boda.

Así que, se quedaron solos Blaise y Theodore, éste último se apiadó de las ranas y en un descuido de su amigo las dejó libre.

-Theo – le llamó Blaise después de un rato – estuve pensado y creo que tienes razón.

-¿En serio? – Preguntó sorprendido el castaño – y,  ¿en qué tuve razón esta vez?

-Pues verás, al principio Neville y yo éramos amigos, después algo más y ahora, parecemos dos personas extrañas.

-Blaise, yo…

-No, está bien. Valoro mucho tu amistad y no quiero perderla por alguna estupidez mía – Theodore alzó las cejas por el comentario tan sincero de su amigo  – Es verdad,  me conozco bien y sé que meteré la pata por más que no lo quiera y lo haya jurado. Y si en algún momento llegamos ser más que amigos puedo echar a perder todo.

-Eso es verdad – le dijo bromeando – en eso de las metidas de patas – le aclaró.

-Por eso para que nuestra amistad no sea afectada mientras tú y yo, tú sabes… Se me ocurrió un contrato – propuso más animado.

-¿Contrato? Pues gracias por valorar tanto nuestra amistad que hasta ya le incluiste un contrato – le dijo irónico Theodore.

-Y es genial, te encantará.  La primer regla del contrato  es que tengo derecho  robarte  algunos besos – y Blaise se acercó mucho a su amigo y le robó un beso muy apasionado.  Una vez separados…

-De acuerdo, la apruebo. Pero, en esta regla debe haber una clausula donde diga que yo tengo derecho a reclamar  que me devuelvas esos besos – y ahora el castaño fue el que lo besó a él.

-Bien. Yo también la apruebo – contestó Blaise y agregó – La segunda regla: Puedo robarte por las noches y hacerte el amor.

-¡Por Salazar, Blaise! – Exclamó Theo sonrojado – no creo poder cumplir esa regla.

-¿Por qué, no? – preguntó algo decepcionado el moreno.

-Porque va habrá algunas noches en las que yo sea quien te robe – le dijo pícaramente.

-Está bien. Para sellar el contrato nos tenemos que besar – Blaise se abalanzó sobre su amigo nuevamente, se recostaron en el pasto aun besándose apasionadamente, hasta que por falta de oxígeno se separaron - ¿Qué te parece mi contrato?

-¿Amigos hasta el final que de vez en cuando se acuestan sin compromiso alguno?

-Eso se escuchó muy frívolo, Theo. Lo que yo te propuse fue…

-Lo sé Blaise. Como compañeros algún día nos iremos, como novios algún día terminaremos, pero como amigos siempre estaremos. (1)

-Amigos que pueden hacer el amor de vez en cuando, sin que haya momentos incómodos.

-Y cuando encontremos a nuestro chico ideal…

-Dejaremos de hacerlo – completó Blaise.

-Entonces, trato hecho – le  dijo Theodore sonriente besándolo nuevamente – pero hay una condición.

-¿Cuál?

-La próxima vez que hagamos el amor, yo estaré arriba.

-Si es que me dejo – retó pícaramente Blaise.

-¿Crees que no podre dominarte, Blaise? – le desafió Theodore.

-Lo quieres intentar, ¿ahora?

-Porque, no – le dijo encogiéndose de hombros y sonriendo agregó – hoy no traigo mucha ropa encima.

Blaise tomó a Theodore de la cintura y se apareció en la habitación de ambos que afortunadamente estaba desocupada, el chico Nott con un movimiento de varita selló la puerta con un Fermaportus, mientras devoraba a besos a su dominado amigo italiano.

FIN

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Aclaraciones:

(1)Poema llamado El amor de un amigo tomado de la página Tubreveespacio.com en la sección de poemas.

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