viernes, 25 de marzo de 2011

Capitulo Dos. El primer ataque

Contigo

Capítulo Dos.

El primer ataque


Cuando Theodore se despertó aquella mañana supo que todo iba seguir igual que desde hace tres días. Lentamente fue abriendo los ojos, cuando  sintió que dos pares de ellos se clavaban  sobre su espalda.
-¿Dejarán de hacer eso? – le reclamó a sus dos amigos que para nada podían disimular su preocupación hacia él.
-¿Qué cosa? – preguntó inocentemente Blaise mientras fingía recoger sus cosas del piso y Draco se iba a la ducha.
-Olvídalo – le reprochó Theodore, mientras se levantaba perezosamente de su cama y se dirigía hacia su baúl para sacar su uniforme.
-Hoy tenemos muchos deberes por el castigo de ayer – le comentó Blaise no queriendo la cosa.
-Cierto... gracias por eso – gruñó mientras le lanzaba una prenda a la cara.
-No fue mi culpa, conste que te avisé minutos  antes de que llegara la profesora.
-Sabías perfectamente que te iba a impedir que cometieras alguna estupidez – el castaño lo fulminaba con la mirada.
Minutos después Draco salió de la ducha, como si nada  y Zabini lo secundó, una vez el italiano dentro de la ducha…
-Dile a Blaise que deje de estarme siguiendo y metiéndome en más castigos y todo para que Boot  no me encuentre solo, lo mismo va para las chicas y a ti.
-Pero si… - Draco se quiso defender.
-¿No pueden siquiera en confiar en mí? ¡Por Merlín! ¡No soy un trol al que pueden vencer tan fácilmente!
-Lo sabemos Theodore, pero Boot nunca juega limpio – le aclaró el rubio.
Nott  salió de la habitación sin contradecir siquiera aquella respuesta, apenas tuvo un pie fuera cuando fue abordado por Astoria.
-¡Hola, Theodore! ¿Vas al Gran Comedor? Me voy contigo – le preguntó muy efusiva, aunque de ante mano sabía la respuesta pues el chico aun seguía con el pijama  puesto.
-No, Astoria, de hecho Draco te está esperando ¿por qué no vas con él? – Le dijo en el mismo tono que usó la chica y con uno más serio  le reclamó – y me dejas a mí en paz – Astoria decepcionada por su intento de cubrir su turno entró a la habitación de su novio.
-¡Qué genio Theodore! – Le respondió Pansy desde el sofá, el aludido rodó los ojos y bajó las escaleras, se dirigió hacia la habitación de Crabbe - ¿A dónde vas? – le preguntó confundida la chica al ver a su amigo dirigirse hacia allá.
-¡¿Por Salazar, que no me puedo dar un ducha sin que nadie me haga un interrogatorio?!
Esta situación lo estaba fastidiando un poco. En realidad les agradecía a sus amigos infinitamente el gesto de preocupación y protección hacia él, pero lo estaban asfixiando demasiado. Sus amigos estratégicamente se turnaban para estar acompañándolo,  así que todo  el tiempo estaban encima de él, cuando antes tenía tiempo para estar él solo, ahora era imposible. Toda esa rutina  se repetía una y otra vez y eso que solo habían transcurrido tres días desde que  a Terry se le había ocurrido amenazarle…
*****
Ya era la hora de la comida y en la mesa de los leones había un poco de tensión, Harry y Neville, que estaban sentados frente a Ron, solo jugaban con la comida.
-Chicos esto es deprimente – dejó salir el pelirrojo – tenemos  que hacer algo al respecto con su actitud.
-¿Solo nosotros? ¿Y tú? – le  reclamó Harry.
-Lo mío se solucionará cuando Hermione llegue, en cambio ustedes…
-Pues lo mío se solucionará cuando hable con Theodore y Terry – dijo Harry.
Los dos leones esperaban una respuesta similar por parte de Neville, sin embargo éste no habló.
-¿Neville? – le preguntó Ron.
-Sí, yo también hablaré con Blaise.
-No pareces querer solucionar las cosas Neville – observó  Harry – Blaise…
-Debo irme – dijo de repente el moreno y sus amigos supieron el por qué, Blaise Zabini también salía del Gran Comedor.
Una vez afuera del castillo, Blaise y Neville comenzaron a discutir.
-¡Todo esto es por culpa de Potter! – reclamaba el italiano.
-Que yo sepa Harry no te tiene atado para no verme, Blaise – se defendía Neville.
-Sabes a lo que me refiero, por su culpa Theo corre peligro.
-Si solo es un estudiante el que lo amenazó, además eso fue hace tres días ya hubiera hecho algo ¿no? Y dudo mucho que Theodore sea un estúpido para no poder defenderse solo.
-No es solo uno Nev son ¡cuatro! Los he visto rondándolo y si se lo proponen pueden lastimarlo, es por eso que debo protegerlo.
-¡Por Merlín, Blaise! Parece que te importa más la seguridad de él que nuestra relación de un año.
-¡Por supuesto que no!
-¿Y por qué no has estado conmigo desde el día de nuestro aniversario? – Le enfrentó el Gryffindor – Preferiste proteger a tu amigo que venir conmigo.
-Claro, tenía que…
-Blaise no es tu deber estar cuidándolo – dijo en un hilo de voz.
-¡Claro que sí!
-En ese caso también esta Draco para hacerlo y el mismo Theodore.
-No. Lo siento Nev, no puedo estar tranquilamente contigo mientras cuatro Ravenclaw lo acechan.
-Claro… Blaise, sé sincero conmigo, por favor ya no me estés ilusionando más de la cuenta, ¿aún estas enamorado de Theodore? – de antemano Neville sabía la respuesta.
-Sí. Lo siento Nev,  esa es la verdad. Nunca dejé de quererlo.
-Supongo que siempre lo supe, creí ingenuamente que algún día me querrías, pero me equivoqué… - Neville se dio la vuelta y se fue.
-Neville, lo siento…- murmuró Blaise.
*****
Theodore corrió por los pasillos hasta detenerse en uno solitario y suspiró de alivio al perder de vista a su vigilante en turno.
-Lo siento, Draco – murmuró  para sí mismo mientras se recuperaba de la agitada carrera – pero ya me harté de tener niñeras y…
-Theodore – le habló una voz a su espalda haciéndolo sobresaltar del susto.
-¡Merlín, Potter! – el Slytherin se llevó una mano al pecho.
-Lo siento…- se disculpó el ojiverde al darse cuenta de que lo había sorprendido con la guardia baja – quisiera hablar contigo.
-De acuerdo – le dijo en un tono ya más calmado, se sentaron en una de las escaleras.
-Esto es extraño… ya sabes lo que siento por ti – y antes de que Theodore dijera algo – sé  que no me corresponderás, solo quería disculparme por el gran lío en que te metí con Terry.
-Está bien Potter, sé defenderme y en cuanto a lo otro… lo lamento, ojalá fuera todo distinto y si estuviera en mis manos te responderías como quisieras.
-Lo sé. Entonces ¿todo bien? – le costaba al ojiverde controlarse y no dejar salir alguna que otra lagrima.
-Dentro de lo que cabe Potter… ¿amigos? – le propuso el Slytherin.
-Por lo pronto creo que… no – le dijo Harry y salió antes de que se dejara derrumbar nuevamente.
-Harry…- murmuró Theodore, pero el Gryffindor ya se había ido, el Slytherin dejó salir un suspiro y se levantó dispuesto a irse a la sala común donde seguramente ya estaría un Draco Malfoy enfurecido por habérsele escabullido.
-No te muevas – le dijo una voz detrás de él.
El chico Nott  se quedó quieto al sentir la varita de su agresor en su nuca, levantó las manos en son de asalto.
-Su varita – ordenó Terry y sus tres amigos lo rodearon también con la varita en ristre, salvo Michael que lo esculcó y le quitó su varita - ¡camina! – le ordenó al Slytherin mientras hacía presión con su varita ahora en su espalda.
-¿Desde cuándo atacas con tres gorilas más Boot? Te creía más valiente – comentó Theodore para calmar un poco aquel ambiente que no le daba muy buena espina.
-¡Silencio, Nott! – lo silenció Corner mientras le daba un jalón en el cabello sacándole un gemido de dolor, que reprimió muy bien. Lo soltó bruscamente.
-Que bien que te deshiciste de tus guardaespaldas – le comentó Anthony – porque tardaríamos un poco más al llegar a ti, aunque claro, ya teníamos un plan para deshacernos de ellos… sobre todo de tu amiguito Blaise – Theodore iba a reclamar pero antes de que pudiera articular palabra Terry le dio un golpe en la cara reventándole  el labio.
-Eso fue por meterte con Potter – Theodore absorbió la sangre derramada y escupió en la cara a Boot, cosa que no le agradó a ninguno de los demás Ravenclaw.
Michael le dobló la rodilla con una patada, haciéndole  caer arrodillado, Anthony  aprovechó para empujarlo y así Theodore cayera completamente, para luego subirse en su espalda y con su varita apuntarle en la cara amenazadamente.
-No tienes oportunidad Nott – le decía Terry – y esto es solo el principio.
-Yo no lo creo, ¡Expelliarmus! – gritó Draco llagando al lugar y lanzando a Terry por los aires con el hechizo.
-¡Ustedes! – Gritó Astoria también apuntándole con  su varita a los otros chicos – sus varitas – los Ravenclaw los fulminaban con la mirada pero obedecieron la orden, tirando sus varitas cerca de Theodore.
-¡Aléjense de él! – ahora  fue Pansy la que les ordenó.
Los chicos obedecieron, pero las miradas amenazantes no cesaban de su parte.
-¿Theodore? – preguntó Draco queriendo sonar lo más seguro posible.
-Estoy bien… - murmuró el aludido mientras se incorporaba lentamente y sujetaba las varitas.
Los Slytherin comenzaron  a retroceder sin dar la espalda a los Ravenclaw y una vez lejos de ellos dieron grandes zancadas hasta llegar a un lugar más público, dejando por ahí las varitas de los Ravenclaw.
-¡Maldita sea! – Maldijo Terry furioso – Esto  no se va a quedar así, esas malditas serpientes nos las pagaran.
*****
Blaise se encontraba en la Sala Común de su casa, andaba de un lado a otro, como león enjaulado, desde que llegó de hablar con Neville no había visto a sus amigos y eso le preocupaba, sobre todo su Theo.
Los cuatro Slytherin llegaron a la Sala Común encontrándose a un Blaise desesperado, el cual al verlos aparecer se calmó un poco, pero cuando vio a Theodore con una leve hinchazón en el labio superior corrió a su lado.
-¡Theo! ¿Pero… qué? ¡Draco! ¿Por qué serpientes no lo cuidaste?
-Pues veras… se me escapó saliendo de clases – lo  dijo con cierto reproche.
-¡Era tu turno de cuidarlo!
-¡Ya basta Blaise! Estoy aquí si no te has dado cuenta y estoy bien, no es para tanto – le reclamó el castaño.
-¿Qué no es para tanto? Mírate cómo estas – le dijo muy exaltado.
-¿Pero qué demonios te pasa? – le reclamó Theodore enfadado y… ¿decepcionado? – no soy de cristal para que me mandes a vigilar por si me voy a romper en cualquier momento.
-No es eso Theo, estaba preocupado, no tenía noticias de ninguno de ustedes y nos los encontraba por ningún lado – le contestó el italiano más calmado y muy sinceramente.
-Lo sé – dijo  el castaño también más calmado – siento mucho preocuparlos, pero este asunto lo quiero arreglar yo solo ¿está bien? – sus amigos solo lo miraron y asintieron levemente. Blaise no estaba muy seguro.
-¿Blaise? – el italiano vaciló unos momentos y después, al sentir la presión de sus amigos, terminó en asentir.
-Gracias – les dijo un Theodore más animado, entonces decidió irse a su habitación para meditar todo lo que le acababa ocurrir ¿cómo demonios fue que se dejó acorralar por aquellos Ravenclaw?
Definitivamente necesitaba estar solo. Lejos de ahí. Así que decidió salir de la Sala Común e irse a su lugar preferido, por el camino iba reflexionando todo lo que había ocurrido en los últimos cuatro días, se sentía un tanto culpable porque definitivamente sus amigos ya eran parte de aquella venganza sin sentido, al menos para ellos; también estaba el asunto Blaise,  le dolía el hecho de que su amigo no tuviera confianza en él ¿Tan débil era para él, que por eso decidió ponerle protección por si lo acorralaban? ¿Tan estúpido lo creía, para que todo el tiempo le estuviera preguntado cómo estaba y revisándolo por si tenía heridas?
Sí, bueno, eso le ocurrió esta vez porque estaba más atento en buscar la forma de escarparse de la vigilancia de sus amigos que de aquellos cuatro Ravenclaw que lo habían estado vigilando desde hace tres días, pero ya no le iba a suceder nuevamente, eso sí era seguro.
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