Contigo
Capítulo
Dos.
El
primer ataque
Cuando
Theodore se despertó aquella mañana supo que todo iba seguir igual que desde
hace tres días. Lentamente fue abriendo los ojos, cuando sintió que dos pares de ellos se clavaban sobre su espalda.
-¿Dejarán
de hacer eso? – le reclamó a sus dos amigos que para nada podían disimular su
preocupación hacia él.
-¿Qué
cosa? – preguntó inocentemente Blaise mientras fingía recoger sus cosas del
piso y Draco se iba a la ducha.
-Olvídalo
– le reprochó Theodore, mientras se levantaba perezosamente de su cama y se
dirigía hacia su baúl para sacar su uniforme.
-Hoy
tenemos muchos deberes por el castigo de ayer – le comentó Blaise no queriendo
la cosa.
-Cierto...
gracias por eso – gruñó mientras le lanzaba una prenda a la cara.
-No
fue mi culpa, conste que te avisé minutos antes de que llegara la profesora.
-Sabías
perfectamente que te iba a impedir que cometieras alguna estupidez – el castaño
lo fulminaba con la mirada.
Minutos
después Draco salió de la ducha, como si nada y Zabini lo secundó, una vez el italiano
dentro de la ducha…
-Dile
a Blaise que deje de estarme siguiendo y metiéndome en más castigos y todo para
que Boot no me encuentre solo, lo mismo
va para las chicas y a ti.
-Pero
si… - Draco se quiso defender.
-¿No
pueden siquiera en confiar en mí? ¡Por Merlín! ¡No soy un trol al que pueden
vencer tan fácilmente!
-Lo
sabemos Theodore, pero Boot nunca juega limpio – le aclaró el rubio.
Nott
salió de la habitación sin contradecir
siquiera aquella respuesta, apenas tuvo un pie fuera cuando fue abordado por Astoria.
-¡Hola,
Theodore! ¿Vas al Gran Comedor? Me voy contigo – le preguntó muy efusiva,
aunque de ante mano sabía la respuesta pues el chico aun seguía con el pijama puesto.
-No,
Astoria, de hecho Draco te está esperando ¿por qué no vas con él? – Le dijo en
el mismo tono que usó la chica y con uno más serio le reclamó – y me dejas a mí en paz – Astoria
decepcionada por su intento de cubrir su turno entró a la habitación de su
novio.
-¡Qué
genio Theodore! – Le respondió Pansy desde el sofá, el aludido rodó los ojos y
bajó las escaleras, se dirigió hacia la habitación de Crabbe - ¿A dónde vas? –
le preguntó confundida la chica al ver a su amigo dirigirse hacia allá.
-¡¿Por
Salazar, que no me puedo dar un ducha sin que nadie me haga un interrogatorio?!
Esta
situación lo estaba fastidiando un poco. En realidad les agradecía a sus amigos
infinitamente el gesto de preocupación y protección hacia él, pero lo estaban asfixiando demasiado. Sus amigos estratégicamente
se turnaban para estar acompañándolo, así
que todo el tiempo estaban encima de él,
cuando antes tenía tiempo para estar él solo, ahora era imposible. Toda esa
rutina se repetía una y otra vez y eso
que solo habían transcurrido tres días desde que a Terry se le había ocurrido amenazarle…
*****
Ya
era la hora de la comida y en la mesa de los leones había un poco de tensión,
Harry y Neville, que estaban sentados frente a Ron, solo jugaban con la comida.
-Chicos
esto es deprimente – dejó salir el pelirrojo – tenemos que hacer algo al respecto con su actitud.
-¿Solo
nosotros? ¿Y tú? – le reclamó Harry.
-Lo
mío se solucionará cuando Hermione llegue, en cambio ustedes…
-Pues
lo mío se solucionará cuando hable con Theodore y Terry – dijo Harry.
Los
dos leones esperaban una respuesta similar por parte de Neville, sin embargo
éste no habló.
-¿Neville?
– le preguntó Ron.
-Sí,
yo también hablaré con Blaise.
-No
pareces querer solucionar las cosas Neville – observó Harry – Blaise…
-Debo
irme – dijo de repente el moreno y sus amigos supieron el por qué, Blaise Zabini
también salía del Gran Comedor.
Una
vez afuera del castillo, Blaise y Neville comenzaron a discutir.
-¡Todo
esto es por culpa de Potter! – reclamaba el italiano.
-Que
yo sepa Harry no te tiene atado para no verme, Blaise – se defendía Neville.
-Sabes
a lo que me refiero, por su culpa Theo corre peligro.
-Si
solo es un estudiante el que lo amenazó, además eso fue hace tres días ya
hubiera hecho algo ¿no? Y dudo mucho que Theodore sea un estúpido para no poder
defenderse solo.
-No
es solo uno Nev son ¡cuatro! Los he
visto rondándolo y si se lo proponen pueden lastimarlo, es por eso que debo
protegerlo.
-¡Por
Merlín, Blaise! Parece que te importa más la seguridad de él que nuestra
relación de un año.
-¡Por
supuesto que no!
-¿Y
por qué no has estado conmigo desde el día de nuestro aniversario? – Le enfrentó
el Gryffindor – Preferiste proteger a
tu amigo que venir conmigo.
-Claro,
tenía que…
-Blaise
no es tu deber estar cuidándolo – dijo en un hilo de voz.
-¡Claro
que sí!
-En
ese caso también esta Draco para hacerlo y el mismo Theodore.
-No.
Lo siento Nev, no puedo estar tranquilamente contigo mientras cuatro Ravenclaw
lo acechan.
-Claro…
Blaise, sé sincero conmigo, por favor ya no me estés ilusionando más de la
cuenta, ¿aún estas enamorado de Theodore? – de antemano Neville sabía la
respuesta.
-Sí.
Lo siento Nev, esa es la verdad. Nunca dejé
de quererlo.
-Supongo
que siempre lo supe, creí ingenuamente que algún día me querrías, pero me
equivoqué… - Neville se dio la vuelta y se fue.
-Neville,
lo siento…- murmuró Blaise.
*****
Theodore
corrió por los pasillos hasta detenerse en uno solitario y suspiró de alivio al
perder de vista a su vigilante en turno.
-Lo
siento, Draco – murmuró para sí mismo mientras
se recuperaba de la agitada carrera – pero ya me harté de tener niñeras y…
-Theodore
– le habló una voz a su espalda haciéndolo sobresaltar del susto.
-¡Merlín,
Potter! – el Slytherin se llevó una mano al pecho.
-Lo
siento…- se disculpó el ojiverde al darse cuenta de que lo había sorprendido
con la guardia baja – quisiera hablar contigo.
-De
acuerdo – le dijo en un tono ya más calmado, se sentaron en una de las escaleras.
-Esto
es extraño… ya sabes lo que siento por ti – y antes de que Theodore dijera algo
– sé que no me corresponderás, solo
quería disculparme por el gran lío en que te metí con Terry.
-Está
bien Potter, sé defenderme y en cuanto a lo otro… lo lamento, ojalá fuera todo
distinto y si estuviera en mis manos te responderías como quisieras.
-Lo
sé. Entonces ¿todo bien? – le costaba al ojiverde controlarse y no dejar salir
alguna que otra lagrima.
-Dentro
de lo que cabe Potter… ¿amigos? – le propuso el Slytherin.
-Por
lo pronto creo que… no – le dijo Harry y salió antes de que se dejara derrumbar
nuevamente.
-Harry…-
murmuró Theodore, pero el Gryffindor ya se había ido, el Slytherin dejó salir
un suspiro y se levantó dispuesto a irse a la sala común donde seguramente ya
estaría un Draco Malfoy enfurecido por habérsele escabullido.
-No
te muevas – le dijo una voz detrás de él.
El
chico Nott se quedó quieto al sentir la
varita de su agresor en su nuca, levantó las manos en son de asalto.
-Su
varita – ordenó Terry y sus tres amigos lo rodearon también con la varita en ristre,
salvo Michael que lo esculcó y le quitó su varita - ¡camina! – le ordenó al Slytherin
mientras hacía presión con su varita ahora en su espalda.
-¿Desde
cuándo atacas con tres gorilas más Boot?
Te creía más valiente – comentó Theodore para calmar un poco aquel ambiente que
no le daba muy buena espina.
-¡Silencio,
Nott! – lo silenció Corner mientras le daba un jalón en el cabello sacándole un
gemido de dolor, que reprimió muy bien. Lo soltó bruscamente.
-Que
bien que te deshiciste de tus guardaespaldas – le comentó Anthony – porque
tardaríamos un poco más al llegar a ti, aunque claro, ya teníamos un plan para
deshacernos de ellos… sobre todo de tu amiguito
Blaise – Theodore iba a reclamar pero antes de que pudiera articular
palabra Terry le dio un golpe en la cara reventándole el labio.
-Eso
fue por meterte con Potter – Theodore absorbió la sangre derramada y escupió en
la cara a Boot, cosa que no le agradó a ninguno de los demás Ravenclaw.
Michael
le dobló la rodilla con una patada, haciéndole
caer arrodillado, Anthony
aprovechó para empujarlo y así Theodore cayera completamente, para luego
subirse en su espalda y con su varita apuntarle en la cara amenazadamente.
-No
tienes oportunidad Nott – le decía Terry – y esto es solo el principio.
-Yo
no lo creo, ¡Expelliarmus! – gritó Draco llagando al lugar y lanzando a Terry
por los aires con el hechizo.
-¡Ustedes!
– Gritó Astoria también apuntándole con
su varita a los otros chicos – sus varitas – los Ravenclaw los
fulminaban con la mirada pero obedecieron la orden, tirando sus varitas cerca
de Theodore.
-¡Aléjense
de él! – ahora fue Pansy la que les
ordenó.
Los
chicos obedecieron, pero las miradas amenazantes no cesaban de su parte.
-¿Theodore?
– preguntó Draco queriendo sonar lo más seguro posible.
-Estoy
bien… - murmuró el aludido mientras se incorporaba lentamente y sujetaba las
varitas.
Los
Slytherin comenzaron a retroceder sin
dar la espalda a los Ravenclaw y una vez lejos de ellos dieron grandes zancadas
hasta llegar a un lugar más público, dejando por ahí las varitas de los
Ravenclaw.
-¡Maldita
sea! – Maldijo Terry furioso – Esto no
se va a quedar así, esas malditas serpientes nos las pagaran.
*****
Blaise
se encontraba en la Sala Común de su casa, andaba de un lado a otro, como león
enjaulado, desde que llegó de hablar con Neville no había visto a sus amigos y
eso le preocupaba, sobre todo su
Theo.
Los
cuatro Slytherin llegaron a la Sala Común encontrándose a un Blaise
desesperado, el cual al verlos aparecer se calmó un poco, pero cuando vio a
Theodore con una leve hinchazón en el labio superior corrió a su lado.
-¡Theo!
¿Pero… qué? ¡Draco! ¿Por qué serpientes no lo cuidaste?
-Pues
veras… se me escapó saliendo de clases – lo dijo con cierto reproche.
-¡Era
tu turno de cuidarlo!
-¡Ya
basta Blaise! Estoy aquí si no te has dado cuenta y estoy bien, no es para
tanto – le reclamó el castaño.
-¿Qué
no es para tanto? Mírate cómo estas – le dijo muy exaltado.
-¿Pero
qué demonios te pasa? – le reclamó Theodore enfadado y… ¿decepcionado? – no soy
de cristal para que me mandes a vigilar por si me voy a romper en cualquier
momento.
-No
es eso Theo, estaba preocupado, no tenía noticias de ninguno de ustedes y nos
los encontraba por ningún lado – le contestó el italiano más calmado y muy
sinceramente.
-Lo
sé – dijo el castaño también más calmado
– siento mucho preocuparlos, pero este asunto lo quiero arreglar yo solo ¿está
bien? – sus amigos solo lo miraron y asintieron levemente. Blaise no estaba muy
seguro.
-¿Blaise?
– el italiano vaciló unos momentos y después, al sentir la presión de sus
amigos, terminó en asentir.
-Gracias
– les dijo un Theodore más animado, entonces decidió irse a su habitación para
meditar todo lo que le acababa ocurrir ¿cómo demonios fue que se dejó acorralar
por aquellos Ravenclaw?
Definitivamente
necesitaba estar solo. Lejos de ahí. Así que decidió salir de la Sala Común e
irse a su lugar preferido, por el camino iba reflexionando todo lo que había
ocurrido en los últimos cuatro días, se sentía un tanto culpable porque
definitivamente sus amigos ya eran parte de aquella venganza sin sentido, al
menos para ellos; también estaba el asunto Blaise, le dolía el hecho de que su amigo no tuviera confianza en él ¿Tan débil
era para él, que por eso decidió ponerle protección por si lo acorralaban? ¿Tan
estúpido lo creía, para que todo el tiempo le estuviera preguntado cómo estaba
y revisándolo por si tenía heridas?
Sí,
bueno, eso le ocurrió esta vez porque estaba más atento en buscar la forma de
escarparse de la vigilancia de sus amigos que de aquellos cuatro Ravenclaw que
lo habían estado vigilando desde hace tres días, pero ya no le iba a suceder
nuevamente, eso sí era seguro.
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