LOS
REGALOS DE MATT
Mi nombre es Erick, normalmente la gente me describe
como un chico atolondrado, hablador,
extrovertido… quizás tengo de todo un poco, pero lo que me sorprende es que aún
así, con todo esto, me haya ganado el corazón de mi mejor amigo Matt, el cual
es todo lo contrario a mí… él es demasiado
serio y sobre todo muy misterioso. Lo que sea que me quiera decir lo hace con
acciones y no con palabras.
Dentro de dos días será el día de San Valentín.
Después de haberme quebrado la cabeza toda una semana para saber qué regalarle,
me he resignado a obsequiarle aquel kit de quinientas lapiceras de diversos
colores y variaciones de puntas, que lo vi observándolo tan anhelantemente,
aquél día que salimos juntos, en una tienda de ‘Curiosidades’. No parece nada romántico el regalo, pero Matt tiene
una tienda de manualidades y parece ser, que ese kit le sería de gran utilidad,
además que le ha encantado, aún no olvido el brillo de sus ojos cuando lo vio
por primera vez...
Me pregunto… ¿Qué obsequio me dará está vez? Aún
recuerdo sus regalos anteriores. Cuando cumplimos un mes de novios, me regaló
una casita para gatos, que él mismo
hizo, el regalo era fantástico, solo que había un problema: yo no tenía gato, y
para que no se sintiera mal por no usarla, me tuve que comprar un gatito. En nuestro sexto aniversario, me hizo una casita para conejos, era una casita de
lo más fantástica: solo que yo no tenía conejos. En nuestro primer San Valentín
de casados, me sorprendió con un nuevo regalo: Un juguete para un hurón, el problema era que yo no tenía un hurón,
así que después tuve que comprarme uno. Con el paso del tiempo, yo ya poseía
tres gatos, cinco conejos, un hurón, dos comadrejas y dos lindos perritos. A
veces me pregunto, si Matt me regala estas cosas, porque sabe que en verdad me
gustaría tenerlas, pero que no las tengo porque no me armo de valor para
pedírselas.
Hoy un nuevo día y con ello el día de san Valentín.
Veo que Matt entra a mi habitación y trae consigo una charola con un gran
desayuno. Llega hasta conmigo, me saluda con un ‘Buen día´ dejando la charola
frente a mí, yo le regreso el saludo y le extiendo mi regalo.
Lo abre sutilmente y se le visualiza una bella sonrisa en su rostro al ver ante él, el
kit de las quinientas lapiceras, me murmura un ‘gracias’ y después me extiende mi regalo. Debo confesar que mis
manos tiemblan, solo espero que no sea la casita de un nuevo animalito… para mi
sorpresa no fue así.
— ¿Pero…? — ni siquiera sé cómo formular esa pregunta,
cuando veo ante mis ojos una réplica exacta de mí, en un muñequito de trapo.
—Es para que nuestro hijo juegue con él — me dice
sonriente — ¡Feliz San Valentín!
Yo aún estoy algo aturdido, acaso dijo ¿hijo?
FIN
¡Hooola, Pislib!
ResponderEliminarBueno, la sonrisa que me ha traído tu pequeña historia a la cara... La parte en la que va describiendo la adquisición de las diferentes casitas de animalitos y a sus respectivos habitantes, es que no tiene precio. ¡Es una delicia! Y ya, las dos últimas frases... Genial, sencillamente genial XDDD. Ingenioso y muy tierno.
Con tan pocas palabras has creado dos personalidades y has hecho que me las imagine... Solo puedo felicitarte de corazón.
¡Mil gracias por compartir!
EliminarHey, Coriii *0*
Gracias por visitarme por acá :3
Me alegra que te haya gustado este drablecito, sipis, pobre de Erick pronto tendrá un zoologico y sin contar del hijo que le piensa hace Matt XD
Gracias por leer y comentar *0*
Besos
PISLIB n_n