domingo, 26 de diciembre de 2010

Parte Uno: Tu adiós.


FF El dolor del adiós


Parte Uno.

Tu adiós.





[Draco Malfoy]


Dolor.
Dolor es lo único que siento. Es extraña esta sensación. Después de la batalla final contra Voldemort todo cambió, me siento diferente… dividido. Como si una parte de mi se hubiera ido y la otra se hubiera quedado aquí. Junto a ti. Junto a Harry.
Los alumnos del castillo me miran como si fuera la peor cosa del mundo. Sé que no he sido un alumno ejemplar y tampoco es que me importe mucho lo que los demás digan o piensen de mí, pero su rechazo duele, su indiferencia. Ahora, incluso, los profesores también lo hacen, mi padrino, mis amigos, mi familia, ¿Qué más me depara esta nueva etapa de mi vida?

“Ojala nunca me lo hubiera preguntado, sino lo hubiera hecho, no sentiría dolor. Dolor es lo único que he sentido en los últimos dos años. Dolor.”

¿Cómo  lo soporto? Por él. Sí, por ti Harry, porque te amo y porque me amas. Aunque tu amor duele. Sí, duele amarte. Hace dos años solo era yo con familia. Yo con amigos, con influencias, con todo lo que me proponía. Era yo… pero sin ti.
Hoy es diferente. Hoy soy yo sin familia, sin amigos, sin a dónde ir, con sueños rotos. Pero hoy soy yo… junto a  ti.
¿Valió la pena dejar todo por ti?
Sí, por supuesto que sí.
Me pediste que estuviera a tu lado sin importar nada y eso significó estar en contra de mi familia, que ahora me ha dado la espalda borrándome del árbol genealógico. Desheredándome, no me importó. Solo me importas tú.
Lo que me sorprendió fue cuando me pediste alejarme de mis amigos como prueba de mi amor por ti. Y así lo hice, me alejé de mis amigos, les di la espalda rompiendo los lazos que nos unían casi 17 años de amistad, lo hice por ti.
Me pediste renunciar a mi magia como prueba que yo haría todo por ti. Y aunque lo dudé, aún así lo hice, renuncié a mi magia. Todo sea por ti, por tu amor, porque simplemente te amo, ¿Qué más prueba de amor de un mago que renunciar a su propia magia por la persona que más ama?
Casi dos años sin familia, sin amigos, sin magia y mi recompensa: tú, tu amor. Tu corazón.
¿Qué más podrías pedirme para convencerte que lo único que me importa eres tú?

“Ojalá nunca me lo hubiera preguntado, sino lo hubiera hecho, no sentiría dolor. Dolor es lo único que he sentido en los últimos dos años. Dolor.”

Hice todo lo que pude para no perderte. Dejé todo lo que me pediste para probarte mi amor. Es por eso que no entiendo lo que ahora me estás diciendo, aquí en nuestro lugar favorito donde comenzó todo.
-Adiós, Dragón.
“¿Por qué?” – Es lo único que resuena en mi mente, ya que las palabras no salen de mi garganta - “¿Adiós dragón?, Pero ¿Por qué?” 
No comprendo, ¿Por qué lo dices como si solo estuviéramos hablando del clima?
Te veo sonreír mientras una lágrima resbala por mi mejilla. Presiento que este es el fin.
-¿Por qué?
-Me cansé de ti.
Lo dejaste salir como si nada, te diste la vuelta y te fuiste. El aire le falta a mis pulmones, un nudo en el pecho es que el que bloquea su paso, mis lagrimas caen sin parar, mis pies fallan, caigo de rodillas y no me importó el dolor recién sentido. Solo es un dolor más a la lista.
Te veo alejarte de mí mientras que un Ravenclaw se te acerca.
-¿Ya se lo dijiste? – tú asientes con la cabeza.
-No debí tardar tanto tiempo.

Quisiera odiarte, pero no puedo.
Me siento utilizado. Dolido. Solo. Muy solo
Sin embargo, aún te amo.
Aun sigo aquí, en el lugar que nació nuestra relación, en el que ahora lo nombro el lugar de tu adiós.
Pasan minutos, horas y sigo sin entenderlo.
¿Qué hice mal?
¿Por qué me hiciste daño si yo nunca te lo hice?
¿Por qué me hiciste llorar cuando yo nunca te provoqué una maldita lágrima?
¿Por qué demonios me heriste? Yo jamás te haría eso.
Creí que estaba más que claro. TE AMO.
Y ese amor me impide odiarte, herirte, dañarte. Es un maldito amor enfermo. Un dolor de amor.
Lloré lo suficiente por ti, ya no tengo más lágrimas que derramar, ya no tengo más dolor que sentir. Nada.
-Adiós,  Harry.
Es inútil decirlo, hace horas que te fuiste con aquel Ravenclaw, ¿tan fácil  soy de olvidar? ¿Tan poca cosa soy?
Sí, lo soy. No me valoro, no me quiero. Solo me aferré a algo que tarde o temprano me recordaría lo que soy, una basura, un cobarde. Soy alguien que complació en todo a una persona que al final me hizo lo que yo le hice a los que en verdad me querían: herirlos, alejarlos, dejarlos…
-Adiós, amor.
¿Qué más puedo decir? ¿Qué jugó conmigo? Sí, eso hizo. Solo me dejó dolor.
Y duele. Mi corazón sufre, pero descansará de ti, de tus malditas mentiras, de tu desamor, de tu dolor.
Hoy soy yo sin familia, sin amigos, sin a dónde ir, con sueños rotos. Hoy soy yo, nuevamente  sin ti.
Pasa el tiempo y sigo aquí fingiendo que tu adiós no me dolió. En las mañanas tengo la máscara del orgullo, de la arrogancia y en las noches mi corazón llora por haberte perdido.
No encuentro como salir de este hoyo, no puedo estar toda la vida fingiendo, no todo el tiempo simularé que no me causa dolor verte con alguien más. Simplemente no puedo.
No tiene caso seguirte amando si tú ya no lo haces. Sí, es mejor vivir sin ti. Seguir adelante.
Es hora del  adiós.
Entro a mi habitación, volteo al espejo… y entonces, lo comprendo TODO.
Harry, si te digo que te odio, sería una gran mentira, te amo. Hice todo lo que estaba a mi alcance para que lo nuestro fluyera, pero no fue suficiente, después de todo no estábamos destinados a estar juntos. Al menos no en esta vida.
Al fin lo he comprendido.
¿Por qué tardaste tanto?
Lo hiciste por amor y eso me hace amarte más.
Pero debo partir. Debo cruzar la línea.
Gracias Harry, por hacerlo tan sutilmente, por hacerme despedir como todo un Malfoy de los demás, por no herirme, por renunciar a mí.
Gracias por dejarme ir.
Te amo.
Me dirijo al espejo  nuevamente y le sonrió a un espejo vacio. Era de suponerse, no estoy vivo.
-Maldito Gryffindor – Murmuro sonriendo. No hubieras desperdiciado dos años conmigo. Pero, ¿de verdad fueron dos años? Como sea, simplemente lo hubiera dicho y listo.
Suspiro.
Salgo de la habitación y me dirijo al ‘lugar del adiós’.
Sí, allá esta la luz. Mi camino. Mi boleto al otro lado de la línea.
Cierro los ojos una vez estando dentro del rayo de luz, alzo mi cara hacia el cielo.
Quisiera verte por última vez. Ese es mi deseo.
Un ruido me alerta. Bajo la mirada y ahí estas, sonriéndome serenamente. Un gran regalo de despedida.
-¿Me esperarás? – Me preguntas titubeante. Te sonrío.
-En nuestro lugar favorito, pero dentro de muchos años más… - Te respondo sin más. Alzo mi rostro al cielo. Cierro los ojos nuevamente.
Es hora del adiós. Es hora de partir.
Me dejo llevar por el rayo de luz, conforme avanzo una gran tranquilidad invade mi alma. En mi corazón.


Adiós amor…


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