sábado, 17 de marzo de 2012

Capitulo Treinta y Dos: La gota que derramó el vaso.


El muchacho de ojos tristes


Capitulo Treinta y Dos: La gota que derramó el vaso.


[Teddy]

Tengo la ligera sensación que mi hermano me está ocultando algo y temo que ese algo no es nada agradable.
-Ponte el cinturón por favor, Teddy – me dice por ¿cuarta vez?
Mientras busco el escurridizo cinturón, mi hermano avanza nuevamente en el auto. Antes de abrocharlo me viene a la mente Sebastián y con él muchas preguntas.
-Sé que has dicho que es un asunto privado, pero quisiera saber, ¿Sebastián y tu, fueron alguna vez mas que amigos?
Mi hermano se muerde el labio inferior unos momentos, parece meditar la respuesta.
-No estás confundido, él en verdad te gusta ¿cierto?
¿Qué si me gusta Sebastián? cuando me lo preguntó hace días, y si me hubiera dignado a responder, probablemente le hubiera dicho “sí”, sin embargo en estos momentos, después de haberme enterado de a quién se refería Sebastián del chico que le gusta, mi respuesta ha cambiado. Sería un “no”. No es que me haya dejado de gustar o que lo haya dejado de querer, es solo que el sentimiento cambió.
Quizás el sentimiento que siempre tuve hacia Sebastián fue de amor fraternal y yo siendo tan joven e impulsivo como lo soy, lo mal interpreté. No sería la primera vez. Además las famosas mariposas que uno supuestamente siente cuando ve al chico que le gusta frente a frente salen a revolotear en el estomago, con Sebastián nunca sucedió eso.
-No, no me gusta – le respondo a Konny – solo… confundí los sentimientos – parafraseo a mi mejor amigo.
Mi hermano enarca una ceja, supongo que no me cree al cien por ciento.
-En cambio, tú sí lo amas ¿cierto? – lo veo fijamente a los ojos – y él a ti.
-Sebastián está confundido – esta vez yo frunzo el ceño.
-No es verdad. Cuando él me habló del chico que le gusta, pude darme cuenta que en realidad hablaba sinceramente. Él te ama.
-Teddy…
--Konny yo estaba ahí cuando me lo confesó. En sus ojos había un brillo que jamás le había visto, su expresión era única, se le notaba realmente feliz al hablar de ti, su sonrisa… ¡Jamás olvidaré esa sonrisa!, y sus…
-Hoyuelos… Esos que siempre resaltan cuando sonríe.
Mi hermano termina la frase por mí. Lo observo detenidamente. Konny tiene una sonrisa en su rostro, esa sonrisa que, debo aclarar, no la había visto desde hace años.
-Ambos se quieren – dejo salir en un murmullo - ¿Por qué no están juntos?
-Es complicado.
-¿Qué es lo que lo hace complicado?
-Muchas cosas.
-¿Qué cosas? – pregunto perplejo.
-Cosas que no entenderías.
-Pues explícalo.
-Digamos que… yo no valgo la pena.
-¿Qué? Eso es ridículo, Konny.
-No lo es.
-¡Claro que sí!
-Dejemos el asunto de Sebastián de lado ¿de acuerdo?
-¿Por qué?
-No quiero tener otra discusión.
Mi hermano se centra en conducir. Me desabrocho el cinturón para poder observarlo mejor.
-Tú lo quieres, él te quiere, ¿Dónde está lo complicado? – Konny suspira con fastidio.
-¿Por qué insistes tanto en saber? – voltea a verme frunciendo el ceño.
-¡Él te quiere! ¿Al caso no te duele verlo sufrir por ti?
-¡Claro que me duele!
-¿Entonces? Si yo estuviera en tu lugar…
-¡Pero no lo estas! Y si lo estuvieras créeme que preferirías verlo con cualquier otra persona menos contigo mismo.
-¿Y por qué haría eso? – Dejo salir frustrado – ¡Se supone que lo amas!
-¡El amar a alguien no es suficiente! – deja salir histérico. He notado que ha comenzado a alterarse, el aumento de velocidad que marca el tacómetro del auto es una señal de ello –A veces hay que hacer sacrificios – murmura muy despacio.
Ambos nos inundamos en un gran silencio. Me recargo del asiento mientras trato de entender lo que me ha dicho. Dice que “él no vale la pena”. Puedo enumerar un sin fin de cosas que podrían contrarrestar su respuesta. Además se nota que ama a Sebastián, ¿Por qué no se da una oportunidad? ¿Qué es lo que lo detiene? Es correspondido. Amado. Y…
Entorno los ojos mientras un recuerdo me invade de manera automática.     

-Debes ser fuerte Teddy – me dijo Sebastián el día que Konny recuperó la memoria – Debemos demostrarle a Konny que lo queremos mucho, sin importar lo que le haya pasado.
-No he dejado de quererlo por lo que le pasó – dejé salir mientras fruncía el ceño.
-Lo sé, yo tampoco – me dijo apresuradamente – Pero es probable que tu hermano piense eso.
-¿Por qué? – le pregunté sin comprender.
 -Me lo ha dicho la doctora Helen – me confesó Sebastián.
 -Eso no tiene sentido, Konny no pensaría eso – recuerdo haberme me cruzado de brazos.

Un escalofrío me invade de pies a cabeza. ¿Es eso? ¿Mi hermano cree que no vale la pena porque Spencer abusó de él? ¿Es por eso que se aleja de Sebastián? Algo dentro de mí me dice que hay algo más y… 
Detengo mis pensamientos por segunda ocasión. Recuerdo que a finales del curso anterior en el colegio dieron una conferencia sobre “Orientación Sexual”. Estando en ésta, un tema llevó al otro hasta llegar a un segmento que se habló sobre el tema de “Violación”. Recuerdo que la exponente, la señorita Sophia, hizo mención sobre las reacciones psicológicas de las personas que son víctimas de violación. Culpa, aislamiento, rencor, baja autoestima, miedo… ideación suicida. Fueron algunas.
Me muerdo el labio inferior mientras cierro fuertemente mis ojos. Puedo reconocer fácilmente algunas de éstas en mi hermano.
Ideación suicida. Retumba en mi mente.
Konny no intentaría suicidarse. No, él no haría eso… o ¿sí? No, por supuesto que no. Debo tranquilizarme.
-“Cuando la persona comienza a preparar su muerte, por ejemplo: hacer testamento, despedirse de las personas significativas, regalar cosas, entre otras. Es un indicador de advertencia de alto riesgo de suicidio”. Las palabras de la señorita Sophia me alertan.
Vuelvo a mi postura anterior para poder ver bien a mi hermano, el cual ha comenzado a leer las señales de la calle y observar a través del retrovisor insistentemente.
“-Llevas muchas cargas sobre tus hombros Teddy.
-¿Y tú, hermano?
-Las mías no importarán mas“.
Los bombeos acelerados de mi corazón no son buena señal, tampoco mi respiración agitada. Me estoy poniendo nervioso y eso hace que saque conclusiones precipitadas. ¡Por supuesto! Eso ha de ser. Insisto que mi hermano no intentaría algo así. No.
-Creo que me he perdido. Tomé una desviación que no era – me informa Konny.
Lo sigo observando detenidamente. Mi hermano ha sido muy valiente, ha enfrentado muchas cosas. No se dejaría vencer tan fácilmente. No sería capaz de dejarme solo… o ¿sí?
-No lo harías ¿cierto? – murmuro viéndolo.
-Temo que ya lo hice – confiesa mi hermano – más adelante hay otra desviación, espero que esa nos lleve a casa.
-Konny, ¿tú no lo harías, verdad? No has siquiera pensado en esa posibilidad, ¿cierto? – le pregunto buscando su mirada.
-¿Qué dices? – me pregunta desconcertado, desviando su mirada de la carretera para verme unos momentos.
-Tú no me dejarías – comienzo a explicarme – Buscarías más salidas antes de elegir el camino fácil, ¿cierto?
Veo a mi hermano parpadear un par de veces, intercalando su mirada hacia el camino de adelante y hacia mí.
-¿De qué hablas?
-De suicidarte.
El golpe que me he dado en la frente con el asiento es a causa de que Konny ha frenado de manera brusca el automóvil.
Me quejo por el dolor.
-¡¿Por qué has hecho eso?! – Mi hermano no me responde. Llevo mi mano hacia mi zona de dolor. Le envío una mirada asesina.
¿Es mi imaginación o Konny se ha puesto pálido? ¡Un momento!
-¡Los has pensado!
-No – me responde rápidamente.
-¡No me mientas!
-Escúchame yo…
El sonido del claxon del automóvil que está detrás de nosotros hace de su presencia acompañado con algunos improperios del dueño. Mi hermano avanza lentamente.
-¿No me lo vas a decir?
Mi hermano suspira larga y pausadamente.
-Fue hace dos años. Lo tenía todo planeado. Pero el día que lo iba hacer, Sebastián llegó. Ya no pude hacerlo.
Un nudo enorme y feo invadió la boca de mi estomago. Las palabras de mi hermano me dolieron más que los castigos de Spencer.
-Spencer… - murmuro - ¡Estábamos con Spencer! ¡Pensabas irte y dejarme solo con ese monstruo!
-No es así.
-¡Claro que sí! Lo has dicho hace unos segundos. ¿Sabías que en ese tiempo necesitaba a mi hermano mayor a mi lado? ¿Sabías cuanto anhelaba que estuvieras en la casa para que Spencer dejara de torturarme mientras comía frente a mi cuando yo moría de hambre? No, no lo sabías. Estabas más ocupado en querer quitarte la vida y dejarme solo.
-¡Basta, Ted! – me dice, frenando nuevamente. Esta vez mis reflejos son más rápidos.
-¡Deja de hacer eso!
-¡Te dije que te pusieras el cinturón!
-¡Los has hecho al propósito!
-¡¿Por qué siempre piensas lo peor de mí?! – a pesar que el flequillo de su cabello le cubre gran parte de sus ojos, puedo asegurar que su mirada es de dolor.
Me muerdo el labio inferior.
-¿Y cómo quieres que piense si tus acciones me dicen más que tus palabras? – le confieso.
-En ese tiempo no sabía lo que Spencer te hacía – deja salir despacio.
-¿Y si lo hubieras sabido? ¿Aún así lo hubieras hecho? – insisto.
-Probablemente – me dice en un susurro.
-¿Qué?
-Solo quería que todo se detuviera. No quería más a Spencer cerca de mí. Quizás no era la solución más adecuada, pero para mí, en esos momentos, era la ideal para terminar con todo mi sufrimiento. No te quería dejar Teddy, pero mi dolor era más fuerte.
Trago saliva. ¡Cómo odio a Spencer!
-Yo… yo no lo sabía – susurro. Me acerco a Konny – Él ya no está con nosotros. Ya no nos hará daño.
-Lo sé.
Lo abrazo fuertemente, mientras dejo escapar unas lágrimas. 
-Ya no lo piensas ¿verdad? – Le pregunto – No te suicidarás, ¿cierto? – No me puedo imaginar una vida sin que él esté presente. Sé que últimamente  lo único que hecho es discutir, pero no podría estar sin mi hermano. No puedo.
Me separo de él lentamente, con una mano temblorosa alejo el flequillo de cabello para descubrir su mirada azulada. Él me ve de una manera extraña.
-¿Konny?
-Estoy cansado, Teddy – puedo sentir cómo mis lagrimas resbalaban por mis mejillas al escuchar sus palabras.
-No… ¡NO! – Grito alejándome de él - ¡No puedes hacerlo, Konny!
Me pongo a llorar en mi asiento. Doy una patada a la guantera, la cual se abre dejando sobresalir una carpeta con mi nombre escrito en ella.
-¿Qué es esto? – dejo salir al tener en mis manos la carpeta.
-Nada – me responde Konny tratando de agarrarla. La alejo de él rápidamente.
-¿Este es el sello de los juzgados? – le pregunto a mi hermano mientras le enseño el sello. Si mi memoria no falla es el de la oficina del juez que supervisa mi tutoría.
-No – me dice rápidamente arrebatándome la carpeta.
Todo pasa rápidamente por mi mente. Las acciones del Lemus Cinema que me pertenecen he comenzado a manejarlas. La insistencia de la renuncia de mi tutoría por mi “seguridad”. La ridícula idea de alejar a Sebastián de él porque no vale la pena…
Nada de esas cosas son eventos aislados, esta todo calculado.
“Fue hace dos años. Lo tenía todo planeado. Pero el día que lo iba hacer, Sebastián llegó. Ya no pude hacerlo“.
Konny aún tiene planeado hacerlo y está vez Sebastián no podrá detenerlo.
-Eres un egoísta, Konny – lo veo fijamente – Me piensas abandonar.
-Ted…
-¿Piensas tirar la toalla así como así? – le reclamo.
-Estarás mejor sin mí.
-¿Cómo puedes saberlo?
-Estarás con alguien de confianza – trata de explicar.
-¡¿Cómo Spencer?!
-No empieces Ted, por favor.
-Al final resultaste igual que él – le salpico con odio – Solo te falta violarme y…
El dolor intenso que siento en mi mejilla a causa de la bofetada que me ha dado mi hermano, no es nada comparado con el que estoy sintiendo al escuchar su “¡Basta, Theodore!” acompañado con esa mirada que me es difícil de descifrar.
-Yo… — He dicho algo horrible, lo sé.
Mi hermano respira agitadamente mientras que lagrimas resbalan por sus mejillas.
-Eres cruel.
La piel se me eriza al escucharlo. Un nudo enorme se forma en mi garganta. Konny se da la vuelta dispuesto a salir del auto.
-¡Konny, espera! – lo agarro fuertemente del brazo.
Un ruido ensordecedor se escucha atrás de nosotros acompañado con el golpe más fuerte y doloroso que he tenido en toda mi vida.

Se escuchan murmullos a lo lejos mientras que unas manos tocan mi cuerpo. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿Qué ocurre? ¿Por qué tengo adolorido todo mi cuerpo? Lo único que recuerdo es haber detenido a Konny para que no saliera del auto y después… nada.
-Es un milagro que se hayan salvado – dice alguien muy cerca de mí, mientras veo una lucecita frente a mi ojo derecho.
-No opino lo mismo de éste – otra voz se escucha a lo lejos – Ha muerto – No necesito ser paramédico para darme cuenta que mi corazón a aumentado su ritmo cardiaco. ¿Alguien ha muerto? ¿Qué ocurre? ¿Dónde esta Konny?
-Ernie, ¿Cómo está ese chico? – el que está cerca de mi pregunta a ese tal Ernie.
-También murió, tampoco traía el cinturón de seguridad - ¿Chico? ¿Qué chico? ¡Por favor, que no sea Konny!
-¿Algún sobreviviente?
-Ko… Kon – trato de preguntar pero el paramédico no me responde. Intento abrir los ojos, pero se me hacen cada vez más pesados. El dolor ha comenzado a ceder a cada segundo.
-Suban al chico de la camilla A, está listo para ir al hospital. A los de las camillas E y B, a la morgue.
Siento que mi camilla es empujada rápidamente, ¡Esperen! ¡Aún no! ¿Dónde está Konny? ¿Cómo está?
-Reporte – una voz femenina pregunta, mientras siento cómo me inyectan algo.
-Al parecer el conductor de la camioneta estaba distraído y no se ha fijado que el auto de enfrente estaba parado, donde al parecer iba este chico y otro – es la misma voz que he escuchado al principio.
-No es una zona de estacionamiento ni siquiera hay semáforo – la voz de la chica suena severa - ¿Por qué demonios estaba parado?
Es mi culpa… Lo siento.
-Konny…
-¿Cuándo surtirá efecto ese sedante?
-En unos segundos.
Yo solo quiero que me digan si mi hermano vive.

Aclaraciones:
(*)Las reacciones psicológicas que menciona Teddy, lamentablemente son ciertas. Algunas personas que son víctimas de violación pueden presentar solo algunas o incluso todas, dependiendo de la persona y el cómo sobrelleva la situación.
(**)El recuerdo que hace mención Teddy, es a una situación que sale en el Capitulo 22: La venda de la inocencia.
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2 comentarios:

  1. me hubieras dejado con la duda jaja ahora se que no mueren jeje

    espero saber que continua

    Att:Taeko-kun

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    Respuestas
    1. Pislib Nott Delphiki22 de marzo de 2012, 18:08

      Jajaja, es que no queria dejar a nadie con el ''alma en un hilo'' , pero también para darme cuenta quién lee mis notas finales... al parecer la mayoría no lo hace ._.

      jajaja XD

      Besos
      PISLIB n_n

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