Confía en mí.
~Capitulo
Seis~
— Hola.
—No te acerques, podrías acabar muerto.
Neville parpadeó un par de veces en son de desconcierto ante las
palabras del Slytherin. Theodore se levantó y se quedó frente al recién
llegado. Lo miró fijamente. El Gryffindor se quedó quieto, desconcertado.
Ambos cruzaron miradas. Mientras que la de Neville era de curiosidad, la
de Theodore era de decepción.
El león aferró la cadenita en su puño. Estaba frente al dueño de la joya
y sin embargo; algo lo frenaba para devolverla. Una pregunta rondaba por su
mente y no se iría de ese lugar hasta saber la respuesta.
Theodore escudriñó con la mirada al otro muchacho, sabía que en los
últimos días era espiado por el Gryffindor. No estaba muy seguro del motivo y
la verdad era que no le importaba… o al menos no lo era hasta un par de días
atrás cuando la chica Weasley comenzó también a seguir sus pasos. Notó que en
la mirada del león había genuina curiosidad así que, satisfecho de darse cuenta
que el león no tramaba algo contra él, giró para dirigirse hacia el castillo.
El Slytherin dio un par de pasos cuando una mano se cerró tras su brazo
derecho, haciéndolo girar hacia su captor. Theodore frunció el ceño.
—¿Por qué? — preguntó Neville, viéndolo fijamente a los ojos —. Tu padre
era mortífago, uno de los pocos que eran muy allegados a Voldemort, ¿Por qué no
seguiste sus pasos convirtiéndote en uno?
El aludido no respondió, se limitó a observar detenidamente al león.
Neville lo fulminó con la mirada cuando no escuchó respuesta. Apretó más el
agarre del brazo.
—¡Contesta! —exigió.
Neville tenía pinta de ser un muchacho debilucho, pero cuando se lo
proponía sacaba fuerzas de donde sea. A Theo se le comenzó a entumir el brazo.
Sin embargo; no hizo señal alguna para zafarse del agarre.
—Si tu padre fuera mortífago y tú supieras exactamente en qué consiste
su trabajo, ¿lo harías?
—¿Qué?
Neville parpadeó un par de veces, ¿Qué se supone que significaba eso?,
¿si sus padres fueran mortífagos? ¡Sus padres jamás serían tal cosa! ¡Por
supuesto que…! El Gryffindor detuvo sus pensamientos. Se replanteó la pregunta.
Si las cosas estuvieran al revés, es decir, si sus padres fueran
mortífagos, probablemente él hubiera seguido sus pasos. Frank y Alice fueron
aurores que pertenecieron a la Orden del Fénix, si Neville hubiera podido se
habría unido a ésta, en cambio se unió al ED, ¿Por qué? Sencillo. Compartía la
ideología del grupo, tenía un motivo, una razón, algo por lo qué luchar…
Entonces, ¿Theodore…?
—Esa es la respuesta – dijo Nott. A esas alturas Neville ya no lo tenía
apresado.
Theodore avanzó hacia el castillo, dejando al chico Longbottom sumido en
sus pensamientos.
Tal vez Theodore compartía la misma ideología de su padre: odiar a los
muggles y sangres sucias. Probablemente el único motivo por el cual se
encontraba en la guerra era porque su padre también lo estaba, después de todo
él era su única familia. Esa era la razón. Pero el muchacho no tenía algo por
lo qué luchar. No eran sus aspiraciones dejar al mundo mágico libre de muggles
y sangre sucias. Ese era el de Voldemort. Tampoco su sueño era el ser
mortífago, porque de serlo tendría la marca en su brazo izquierdo, ese sueño
era el del señor Nott, su padre. El mismo Theodore lo había dicho en el juicio
(¿Cómo lo había olvidado?). Y por supuesto, no quería que sus amigos murieran o
salieran heridos en la guerra. No.
“Un chico extraño”, pensó
Neville.
Él creía que todos los Slytherin aspiraban a ser mortífagos como sus
progenitores. Draco Malfoy fue la prueba viviente de ello.
*0*0*
Blaise entró a la sala común, sonriendo. En cuestión de segundos divisó
a Theodore frente a la chimenea. En cuanto vio el estado de ánimo de su amigo,
su sonrisa se esfumó de su rostro.
—¡Hey! — Le llamó, sentándose a su lado — ¿recuerdas mi idea? — puso
sobre las piernas de su amigo un enorme mapa que mostraba todas las partes de
Hogwarts.
Theo no se inmutó, siguió viendo el crepitar de las llamas. Blaise no se
desanimó.
—En este mapa puedes realizar un hechizo de localización con tu varita —
le explicó — y… este libro te muestra…
—No está — atajó Theo antes de que Blaise siguiera con su explicación.
—¡Pero ni los has intentado aún! — se quejó. Le mostró el libro — este
es el hechizo y este es el movi… ¿Qué haces?
Blaise parpadeó un par de veces cuando vio a Theodore devolverle el gran
mapa.
—No está, Blaise – Nott le envió una mirada que no supo interpretar —
gracias de todas formas.
El Slytherin se levantó y se dirigió a las habitaciones. Blaise aventó
el mapa. Gruñó con desesperación.
—¡Oye! — Pansy apartó a Blaise del fuego — ¿Qué pensabas hacer?
—Nada.
—¿“Nada’’? ¿Quemarte la mano es “nada’’?
—¡Y qué importa! – gritó, furioso.
—¡Por favor, Blaise! No lo hagas — suplicó Pansy — no te derrumbes, aún
no. Te necesitamos.
—Pansy…
—Sé que es difícil, pero debes ser fuerte. Theo te necesita. Yo te
necesito. No flaquees, aún no.
—Yo… me duele Pansy — Blaise se dejó caer en el sillón — me duele ver a
Theo de esa manera y no poder hacer algo por él.
—Tenle paciencia — la muchacha se sentó a su lado — Theo ha perdido más
que todos nosotros y era el menos involucrado en todo este asunto de… ya sabes,
Voldemort…
—No quiere mi ayuda — dejó salir, observando el mapa — en realidad… no
quiere nada que venga de mi parte.
Pansy suspiró largamente.
—Es porque te quiere — ambos chicos se giraron para ver al recién
llegado — te está protegiendo.
—¿Protegiendo?, ¿de qué hablas, Draco?
—No estoy seguro — el rubio se sentó frente a ellos — escuché hablar al
señor Nott y a mi padre sobre ello. Tiene algo que ver con su familia.
—Por si no te has dado cuenta, ya no tiene familia. Nos tiene solo a
nosotros y no quiere nuestra ayuda.
Blaise se giró y se dirigió hacia las habitaciones. Draco y Pansy
intercambiaron miradas preocupadas.
_________________________________________________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario