SMC. Súper Mega Código. By Michael Clifford
Imbécil / Cariño
[A mediados del
Segundo año del internado]
-Cariño, te veo al rato – Melisa le besó la mejilla izquierda
antes de salir de la habitación de su novio.
Una mirada verde los observaba desde el fondo de la
habitación. Aparentemente el dueño de la mirada leía.
-“Cariño, te veo al rato” – Michael se burló una vez que la
muchacha estuvo fuera de la habitación, Ashton rodó los ojos.
Dos días después…
-Cariño… te
he extrañado, no te he visto desde el almuerzo y eso fue hace como cinco
minutos.
El ojiverde sonrió de lado. El rizado lo fulminó con
la mirada.
Cinco días después…
-Cariño, no
deberías juntarte más con Michael, como que tiene pinta de ser un asesino en
serie.
El teñido se cubrió el rostro con ambas manos en un
intento de hacer un gesto de desesperación. En esta ocasión Ashton soltó una
carcajada.
Una semana después.
-Cariño, te
has echado un pedo, eso no se hace. No es de caballeros.
-Imbécil –
Ashton rodó los ojos, pero aun así sonreía.
-Cariño, has
dicho una mala palabra – Michael se puso una mano a la altura del corazón.
Esta vez Ashton se carcajeó.
-Ya entendí, Michael – el aludido sonrió de lado.
-Ella se lo busca, es muy empalagosa ¿no crees?
Ashton se encogió de hombros.
Empalagosa o no. Michael disfrutó en llamarlo Cariño frente a su cara.
[…]
[En la actualidad]
Ese día Ashton le llamó “Imbécil”. Michael tenía la
palabra perfecta para lo que podría significar eso. Sonrió de lado. Justo en
esos momentos Ashton llegó a la habitación.
-Ey… has
regresado – saludó, su corazón latiendo con demasiada fuerza en su pecho.
Escondió la hoja en la que había comenzado a escribir el código.
-Olvidé las llaves – gruñó el rizado, se dirigió hacia
la mesita de noche, tomó las llaves – nos vemos el lunes, no destruyas la
habitación.
-Claro que no, imbécil…
- Michael lo miró, expectante. Casi podía escuchar los rápidos latidos de su
corazón. Ashton frunció ligeramente el ceño ante la forma en cómo se dirigió
hacia él su compañero.
Salió de la habitación.
Michael sonrió de lado. El código parecía funcionar.
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