domingo, 27 de marzo de 2011

Epilogo.

Perfume Slytherin 
Epilogo.
El Aniversario.

Draco Malfoy abrió un ojo, después el otro, con sus manos tanteó el terreno de al lado de su cama, con forme sus manos exploraba aquellas sábanas suaves y no encontraba lo que buscaba, sus ojos se abrían cada vez más y más… hasta que concluyó que eso que buscaba a su lado, más específicamente su Harry, no estaba. Se levantó de golpe.
-Potter… - gruñó con cierto enfado.
Desde hace un mes atrás, el ojiverde se le escabullía todas las mañanas, en los descansos y en ocasiones en las noches; siempre poniendo de excusa: ‘una investigación muy importante’ para el Ministerio, o que tenía que ‘preparar su clase del día siguiente’. Al principio esas ‘excusas’ eran justificadas, pero después de un mes, aquí entre nos,  a Draco ya no le convencían.
El ex Slytherin quería creer,  que su pareja le estaba preparando algo especial para su aniversario pero sinceramente ya empezaba a dudar, el ex Gryffindor parecía haber olvidado una fecha importante porque no daba alguna señal siquiera de recordarlo, su aniversario sería la próxima semana.
Pero aún así, Draco se levantó de la cama y decidió salir, en fin, si su Harry se le había olvidado su aniversario, él mismo haría que jamás lo olvidara, ¡oh! Por supuesto que sí, sería una velada grandiosa. Con una gran sonrisa en su rostro, el jefe de la casa de Slytherin se dirigió al Gran Comedor.
*****
La oficina del jefe de la casa de Gryffindor estaba invadida por varios libros abiertos y acomodados con cierto cuidado en muchos lugares; también con varios frascos que contenían muchas sustancias de varios colores y, sobre todo, por olores que se expandían por todo el lugar. Una mano maestra revolvía una sustancia en un caldero mientras la otra hacía unas anotaciones en un pequeño pergamino que ya tenía escrito un montón de garabatos.
-¡Perfecto! – Dijo el dueño de la mano, victorioso – Ingrediente especial: Armotentia. Eso explica muchas cosas.
Una sonrisa se asomó en aquel rostro bronceado, haciendo relucir aquella mirada verde esmeralda.
-Draco… nuestro aniversario va a hacer inolvidable – dejó salir sonriente Harry Potter.
*****
Los días siguientes transcurrieron muy rápidamente, pero eso no dejaba de lado las cosas que acostumbraban hacer Draco y Harry juntos. Por ejemplo, los miércoles Scorpius y Albus desayunaban en la habitación de alguno de ellos dos. Los jueves, James y Teddy  solían ir a cenar. Mientras que los demás días ambos se rolaban en qué habitación dormir, ya que ninguno de los dos quería abandonar sus respetivas habitaciones.
De vez en cuando sus amigos los visitaban —con ciertas condiciones de parte de la directora, después de la ‘Pequeña Guerra’ que hubo en el Gran Comedor les habían impuesto algunas reglas qué cumplir— Tal como ese día.
-Estoy… muerto – dejó salir Draco, tirándose en la cama, cuando despidieron a sus amigos.
-Qué lástima – le respondió Harry, fingiendo tristeza – porque oficialmente, ya comenzó nuestro aniversario – le dijo pícaramente mientras le mostraba su reloj de mano.
-¡¿Qué?!
-Y… no sé tú, pero yo tengo preparado qué vamos hacer hasta el último segundo – le dijo Harry acostándose a su lado.
-Lo siento, Potter – contraatacó Draco – porque yo también tengo planeado todo…. – la lucha de miradas fulminantes dio a lugar de manera silenciosa entre ambos - ¿medio día y medio día? – propuso, minutos después.
-Perfecto – coincidió Harry – ¿inicias tú?
Draco ni siquiera le contestó cuando se le puso encima a besarlo apasionadamente, su lengua recorrió toda aquella cavidad húmeda y excitante mientras las manos de su pareja se encargaban de acariciar su espalda. El rubio bajó sus besos al cuello y nuevamente subió a la boca.
-Espera… - dijo Draco de pronto, separándose de su león, haciendo que éste protestara de inconformidad.
El Slytherin bajó de la cama haciendo caso omiso de la inconformidad de su león  y salió del cuarto, dejando a un Harry desconcertado, pero esperó anhelantemente sentando en la cama, con una media erección, lo cual lo hizo sonrojar, era increíble lo que Draco le provocaba con unos simples besos.
Escuchó el golpe de la puerta que se abrió de manera violenta llamando su atención, parpadeó nervioso pues no vio a nadie entrar, después soltó una sonrisa cómplice y juguetona al ver asomar la pierna de Draco sensualmente a través del marco.
-Dígame,  señor Potter – decía una voz sexy del otro lado del marco, escondiendo nuevamente su pierna – ¿le gustaría ver más? – preguntó coquetamente.
-¡Merlín! ¡Por supuesto! – contestó rápidamente Harry. Esta vez el rubio asomó su cara guiñándole un ojo y mandándole un beso – Que chico tan sexy – opinó - ¡Ey! – Se quejó cuando Draco se volvió a esconder por el marco de la puerta – acaso ese chico sexy… ¿es tímido? – preguntó, ronroneando y gateando hasta quedar a la orilla de la cama.
-¡Eso quisieras! – protestó Draco saliendo completamente. Harry lo observó de pies a cabeza, su sexy rubio estaba vestido solo con un bóxer y una camiseta – dime… ¿aún te parezco tímido?
-No lo sé… ¿qué tanto me puedes mostrar de ese cuerpo? – retó Harry sentándose en la orilla de la cama.
-Todo lo que tú me pidas… – le respondió Draco después de darle un beso y medio explorar su boca, haciendo que el ojiverde jadeara quedito.
-¡Vamos no me tortures! – suplicó Harry. Haciendo que Draco sonriera malévolamente.
-Bien…
Draco se puso de espaldas y comenzó a bailarle suavemente al ritmo de una canción sensual, comenzó  a acariciarse con sus manos su torso y luego sus piernas, mientras veía de soslayo cómo Harry quedaba embelesado por sus movimientos. Dio una vuelta rápidamente para quedar frente al ojiverde y se le acercó peligrosamente sensual. Harry solo se limitó a tragar saliva. ¡Demonios! Su Draco era extremadamente sensual cuando se lo proponía, el ojiverde estaba realmente excitado y eso que solo el rubio le había dado tres besos, pero ese baile era realmente lo más erótico que había visto en su vida.
El rubio cortó la distancia de ambos y se sentó ahorcadas sobre el moreno, al cual comenzó a besar.
-¿Te gustó mi baile? – le preguntó en el oído al mismo tiempo que hacía un movimiento con su cadera para que su miembro semidespierto rozara al de su pareja (el cual estaba a todo lo que daba), sin embargo Harry no contestó, solo jadeó – Me parece que fue un sí – respondió Draco lamiéndole el cuello.
-Draco… - murmuró Harry mordiéndose los labios.
El rubio solo sonrió quedito, empujó a Harry hasta que quedara acostado completamente en la cama, donde nuevamente lo volvió a besar, luego bajó sus besos hasta el cuello, al pecho… nuevamente al cuello; mientras que Harry hacía el enorme esfuerzo de no perderse en esas sensaciones, quería quitar esa camiseta que le estorbaba para poder admirar el escultural cuerpo de su esposo pero los movimientos que hacía Draco sobre él, con su cadera sobre su miembro y su legua sobre su cuello, le hacían perder la poco cordura que tenía.
-Ahhhh Drahhh… cooo – jadeaba el ojiverde totalmente perdido en sus sensaciones, olvidándose ya de las ropas,  y haciendo subir su cadera para que Draco entrara en él.
-No seas impaciente… Potter – le ronroneó el de ojos grises haciendo que Harry mordisqueara su cuello en son de protesta.
Definitivamente Harry sabía que Draco se estaba, de alguna manera, vengando por sus innumerables escapadas de los días anteriores, pero ya se vengaría él en su  momento. Oh, sí.
El rubio, con un movimiento de varita, hizo desaparecer la ropa de ambos al ver que Harry se había dado por vencido en esa tarea.
-¿Mucho mejor, chico de ojos verde esmeraldas? – le volvió a ronronear, haciendo que el aludido se apoderara de su boca.
-Emh… ahhhh – Ni siquiera le dio tiempo de responder cuando Draco entró en él sin previo aviso - ¡Merlín, Draco!
El ex Slytherin comenzó con un movimiento suave dentro de su león, lo cual le encantaba, le fascinaba y por supuesto lo extrañaba, ya que no habían estado en la intimidad desde que a Harry se le había dado lo de las supuestas ‘investigaciones’.
-¡Ahhhh… Harry! – se le unió Draco a los gemidos.
El ojiverde se apoderó nuevamente de la boca de su sexy rubio, mientras que éste se encargaba de moverse dentro de él cada vez más rápido haciendo que sus movimientos de cadera adelante-atrás friccionaran la erección del moreno. Ambos chicos, jadeaban, besaban, mordisqueaban y se movían de un lado a otro haciendo que mil sensaciones se juntaran haciéndolos llegar al orgasmo, al mismo tiempo, Draco dentro de Harry y éste, entre sus estómagos.
-¡Te amo! – dijo Harry, besando nuevamente a su rubio.
-Lo sé – dejó salir Draco parafraseando una película muggle que habían visto un tiempo atrás*. El ojiverde enarcó una ceja – ¡yo también te amo! – le dijo sonriente Draco, atrapando nuevamente los labios de su novio.
*****
Como la primera parte del día fue el turno de Draco, éste llevó a su Harry a Hogsmeade, recorrieron todo el pueblito, fueron a Zonko donde compraron un par de cositas que utilizarían para hacer ‘ciertas intimidades’, se entretuvieron otro rato en ‘Las Tres Escobas’ donde desayunaron y conversaron un buen rato, fue una gran suerte que su aniversario fuera en un día de descanso, (aunque igualmente, se hubieran tomado el día). Y por último fueron a la casa de los gritos donde una vez más hicieron el amor, finalizando a sí el turno de Draco.
-Y ahora es mi turno – dijo impacientemente el ojiverde, después de un rato – vamos.
Ambos chicos regresaron al castillo, Harry condujo a Draco hasta el séptimo piso donde pasaron por una pared tres veces hasta que se visualizó una puerta antes ellos, Harry entró primero pidiéndole a Draco que lo esperara un momento, después de unos segundos le dijo que entrara.
-¿En serio? – Dejó salir el rubio, un poco decepcionado, al ver que la gran habitación había tomado la forma del aula de Pociones - ¿Sabes, Harry? Creo que se te pudieron haber venido a la mente lugares más románticos – se quejó un poco.
-Vamos Draco, es mi turno, no te quejes – le dijo Harry tranquilamente – además… ¿ya te fijaste que aula es?
-¡Claro que sé cuál es! – Exclamó Draco – todos los días doy clases en esta aula ¿lo recuerdas? – el ojiverde solo sonrió.
-Observa bien – le recomendó Harry, mientras lo tomaba de la mano y lo colocaba en una de las mesas y él se colocaba a dos asientos delante de él.
-¿Este… es?
-Sí – le respondió Harry adivinando sus pensamientos – tú acostumbrabas a sentarte ahí, a un lado de tus gorilas-guardaespaldas, Crabbe y Goyle.
-Y tú ahí – le contestó Draco, señalándolo – con la sabelotodo de tu amiga Granger y el pelirrojo Weasley.
-Recuerdas ese día, cuando… - le preguntaba el ojiverde acercándose a él.
-¿Invadiste mi espacio personal? Claro que lo recuerdo, Harry – completó el ex Slytherin cuando Harry ya  estaba frente a él.
-Ese día… te tenía buscando ya un rato, aunque claro, no sabía que eras… tú – comenzó a relatar el ex Gryffindor, acercándose más a Draco.
-Ya me… - de pronto, a Draco le invadió una sensación de placer, era algo difícil de explicar… era como si de pronto el aire que respiraba tuviera una fragancia relajadora – ya… me sé… esa hi-historia – ya ni siquiera estaba consciente de lo que decía, pero de lo que sí estaba seguro era que un aroma dulzón y varonil lo envolvía de pies a cabeza…
-¿Draco? – preguntó cuándo vio a su rubio acercarse a él y aspirar su cuello.
-Potter… ¿Qué demonios estas usando? – preguntó de repente Draco al salir de su espasmo.
-Es solo perfume… - dejó salir el ojiverde pero con un cierto brillo en sus ojos. Al fin su Draco se había percatado.
-¿Desde cuándo usas perfume? – dejó salir receloso el rubio – Además… jamás había olido algo parecido – confesó el rubio aspirando nuevamente sobre el cuello de su pareja.
-Claro que no… es uno nuevo, recién salido de la fábrica Potter – dijo pícaramente el ojiverde mientras acariciaba el rubio cabello del ex Slytherin – lo hice especialmente para nuestro aniversario – le susurró de manera sexy en su oreja mientras que la habitación se transformaba en una habitación muy acogedora – quiero que nuestro aniversario sea inolvidable…
-¿En-en serio? – Preguntó embobado Draco al verse nuevamente envuelto en aquel exquisito aroma, mientras le besaba el cuello y exhalaba más de esa exquisita esencia – y, ¿cómo lo llamas?
-Oh, pues sencillamente… ‘Perfume Gryffindor’.
FIN
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N/A:
*La película es la de Star War episodio V, donde la princesa Leia— o algo así— le dice a Han Solo que lo ama, antes de que a éste lo congelen n.n

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