viernes, 30 de diciembre de 2011

Capitulo Veintisiete: ¿Adiós?

Cómo llegar a tu corazón


Capitulo Veintisiete: ¿Adiós?




“¿Soy…  yo?” pensó entornando los ojos Theo.
 – Así es Theo, tu eres mi prometido – dijo sonriente la chica mientras pasaba sus brazos hacia el cuello del chico - ¡es genial! ¿No? – preguntó, pero sin esperar respuesta del chico, hizo lo que hace tiempo tenía ganas de hacer: besarlo.
Los dos amigos estaban en una especie de shock al oír las palabras de la chica. Eso que acababa de revelarles, era lo último que ellos tenían en mente.
La chica al sentir que el Slytherin no le correspondía totalmente al beso, se separó de él lentamente.
-¿Qué ocurre? – Preguntó la chica intrigada – ahh tu padre aun no te ha dicho lo del Pacto? No te preocupes pronto lo hará; mi padre ya ha hablado con él… así que solo es cuestión de tiempo que te lo revele, quizás sea en las vacaciones de Navidad. Entonces, ¿estás feliz por lo que acabo de decirte? – Preguntó  coquetamente la chica.
-¡¿Cómo que si está feliz?! – Exclamó Blaise – ¡él no se quiere casar contigo!
-¿Qué? – La chica observó a Theo, el cual seguía sin hablar, pues su cerebro ya estaba procesando información futura - ¿Cómo que no te quieres casar?
-¿Qué? – el Slytherin salió de su análisis mental y solo atinó a decir eso, al ver que sus amigos y las dos hermanas lo veían expectantes.
-¿Saben qué? Tú Draco y tu Astoria pueden hacer lo que se les dé su regalada gana, pero ¡yo sí pienso cumplir con el Pacto!
-¡No, Daphne! tú no puedes…
-¡Cállate Zabini! – fue la único que dijo la chica antes de retirarse del pasillo.
-¡Daphne! – llamó Blaise, pero la chica ya había dado la vuelta en el otro pasillo, perdiéndose de vista.
-Yo he estado hablando con ella para que desista – se excusaba la hermana menor – pero ella sigue terca que está enamorada de Theo, seguiré intentándolo.
-Gracias Astoria – agradeció Draco, antes de que la chica siguiera a su hermana.
Una vez solo el trío plateado en el pasillo…
-¿Theo? – preguntó precavido Draco, cuando su amigo castaño daba unos pasos en falso hacia atrás.
-¡Theo! ¡Espera! – gritó Blaise cuando su amigo comenzó a caminar en sentido contrario a ellos - ¿A dónde vas?
-A ver a mi padre.
-No es el momento para reclamarle, mejor espera a que te lo diga y…
-Blaise ¿Qué no entiendes? Mi padre no me lo pensaba decir – le dijo el Slytherin volteándose con ellos.
-¿Qué? Pero, ¿Por qué haría eso? – preguntó confundido Draco.
-Solo hay pocas manera de anular el Pacto – comenzó a recitar el castaño – que ambas partes no quieran casarse; que una de las partes no quiera cumplir con el Pacto y que simplemente no lo hace, pero a cambio debe morir, al menos…
-Al menos que alguien más ocupe su lugar… - completó Draco.
-Exacto, mi padre no me lo pensaba decir, porque desde un principio decidió ocupar mi lugar – Los dos amigos entornaron los ojos y Theo emprendió su camino nuevamente.
-Espera hasta mañana Theo – recomendó el italiano.
-No, esto lo tengo que hablar con mi padre lo más pronto posible – el chico Nott salió directo  hacia el despacho del director.
-Esto, no estaba dentro de nuestros planes – dejó salir Draco de pronto.
-Lo sé, pero no se me ocurre nada, todo sería más sencillo si Daphne no estuviera enamorada de él, ¿y si le buscamos de quién enamorarse? – propuso Blaise.
-No sería mala idea – opinó Draco.
-Entonces, Pansy es mi prometida… - dejó salir Blaise con un poco de decepción, pues si Daphne fuera su prometida, su amigo castaño, no tuviera tanta complicaciones.
-Tal parece – coincidió Draco.
-¿Qué hora es? – soltó de pronto el moreno.
-No lo sé… ¿las nueve?
-Me tengo que ir – Blaise salió disparado sin esperar respuesta o reclamo de su amigo rubio: tenía otra cita más importante y con el corazón en la mano se dirigió a su destino.

*****

Ron estaba bajando las escaleras de la sala común de su casa, se sentía nervioso, aún recordaba que en una ocasión cuando bajó de ese lugar fue abordado enseguida por un elfo doméstico el cual le alcanzó un recado de parte de Blaise, un año atrás todo parecía tan perfecto y ahora ya no estaba tan seguro.
Se encaminó hacia la el retrato  de la dama gorda y al salir se encontró con un Blaise frente a él, que lo esperaba serenamente.
-Hola… - saludó sonriéndole un poco tímido Blaise, pues sinceramente no sabía cómo iniciar sin estropear todo, aunque esto resulta un poco irónico, ¿Blaise siendo tímido, cuando un año atrás había sido todo lo contrario?
-Sígueme – le ordenó Ron en un tono neutral, de alguna manera eso tranquilizaba al pelirrojo, el hecho de que hasta el momento él llevara el control de las cosas. Lo condujo hasta un aula vacía y una vez dentro, el pelirrojo lo observó serenamente ¿Por qué demonios no podía estar enojado con él? ¿Al caso el enojo de una semana atrás ya se le había esfumado por completo? ¿Qué era lo que había cambiado?
El pelirrojo se sentó en una de las sillas y se quedó observando a Blaise directamente a los ojos, el cual también había clavado su mirada en él.
-¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué una apuesta? – por fin el Gryffindor soltó aquellas preguntas que en los últimos días retumbaban en su cabeza.
 -En ese momento, me pareció la mejor idea… - dijo sinceramente Blaise – solo me importó el dinero, es la verdad, le dije a Draco que le apostaba quinientos galeones si… si te enamoraba – el moreno vio la cara de desilusión y dolor de su lindo pelirrojo, pero era mejor decir todo como fue, no quería ocultar más cosas. Ya no, por más dolorosas que fueran, las diría.
“Y lo lograste” pensó Ron.
 –Pero luego, él me cambio la apuesta, me dijo que lo más probable  era que terminaría enamorándome de ti, y que si eso pasaba, yo le pagaría a él  los quinientos galeones. No se equivocó.
Hasta el momento Ron había escuchado atentamente el relato del Slytherin sin interrumpirlo, lo primero lo sabia perfectamente, pues sus palabras aún sonaban en su mente, desde aquel día en la biblioteca, pero lo último que le dijo, eso era completamente nuevo, pero sobretodo relevante.
-Lo siento – se disculpó Blaise – tal vez todo comenzó por un juego, pero… - el moreno se había acuclillado frente al Gryffindor y con una de sus manos jugaba con los mechones rojos de su lindo pelirrojo – al final Draco tuvo razón, me enamoré de ti, de tu risa, tus bromas, tus labios, tus sonrojos… de tu corazón – las últimas palabras Blaise solo las pudo decir en un susurro pues se había acercado mucho al rostro del león.
 Ambos quedaron en silencio,  sus miradas, que solo las separaban escasos centímetros, se conectaron, Ron había escuchado cada palabra y las creía cada una de ellas, pues el Slytherin hablaba sinceramente, se notaba en el tono de su voz.
-Ron, mi lindo pelirrojo, dame una oportunidad y te prometo que esta vez, no te fallaré.
-Solo una cosa Blaise – el hecho de que lo nombrar por su nombre, ya era una ventaja y eso hizo que una parte del peso que sentía sobre sus hombros cediera un poco - ¿eres parte del Pacto Pureblood? – sí, tenía que saberlo, su madre le había que él estaba libre de tal compromiso, pero ¿y si el Slytherin, sí? En tal caso no tendría caso darle esa oportunidad ¿no? Si al final de cuentas, terminarían separados nuevamente.
El Slytherin por su parte se sorprendió por la pregunta, pero estaba más que claro que el pelirrojo sabía del Pacto, al final de cuentas, ese león era sangre pura, ¿su lindo pelirrojo también estaría dentro? No, no podría, pues sus dos amigos, Montague  y él, sumaban las cuatro partes del Pacto. Y por una milésima parte de segundo se alegró que el cuarto elegido fuera su amigo Theo y no su lindo pelirrojo.
-Sí – le respondió, pero luego agregó ante la mirada de desilusión de su lindo pelirrojo – pero sé quien es mi prometida, hace tiempo atrás conversamos sobre eso y ella está dispuesta a anular el Pacto el día del compromiso, al igual que yo.
-¿Qué?  ¿En serio? – preguntó un poco más animado el Gryffindor.
-Sí, Pansy y yo lo hablamos al iniciar el curso en el expreso de Hogwarts, en ese tiempo no sabía si ella era mi prometida, pero ahora lo sé. No te lo había dicho antes, porque primero quería estar seguro de la anulación del Pacto.
-¿De verdad?
-Sí,  ¿entonces? ¿Me das una oportunidad más? – preguntó esperanzado el Slytherin y los escasos segundo de silencio del pelirrojo, se le hicieron eternos.
El pelirrojo le sonrió, pasó sus brazos al cuello del moreno y cortó la poca distancia que los separaba.
-Sí… - fue su respuesta seguida de un dulce beso.

*****

Un chico castaño, se encontraba al pie de un árbol del jardín trasero del castillo, mientras lanzaba distraídamente piedras al agua; esta actividad la llevaba haciendo desde un tiempo atrás. Aunque siendo sinceros no contaba el tiempo, pues estaba ensimismado en los recuerdos del día anterior, aquellas palabras retumbaban en su cabeza una y otra y otra y otra vez…

“¡Yo si pienso cumplir con el Pacto!”

Hubiera ido a aclarar las cosas con su padre, pero desafortunadamente, su padre no estaba en el país y no regresaría hasta una semana antes de Navidad, es decir, la próxima semana. Esta situación al Slytherin lo frustraba, ya que el tiempo transcurría y sentía que el asunto del Pacto se le escapaba de las manos.
¿Por qué su padre no le dijo nada del Pacto? Sí, ya había sacado una conclusión, pero ¿Por qué? ¿Por qué su padre preferiría morir antes que verlo casado con Greengrass? Pero sobre todo, ¿Cuándo le pensaba decir esos planes que tenia?
Theo dejó salir un gruñido de fastidio, tantas preguntas que hacer y no había nadie para responderlas. Aventó una piedra al agua con resignación, ¿Cómo le explicaría a Harry sobre todo este asunto cuando recién se habían reconciliado?
¿Qué más podía pasar?
Sintió cómo una mano se posaba sobre su hombro derecho.
-¡Hola Theo! – le saludó una dulce voz.
-Hola Luna…
-¿Por qué te escondes? – el chico sonrió con algo de tristeza, esa chica parecía conocerlo muy bien.
-Me enteré de algo, que no estaba dentro de mis planes.
-y ¿Qué es? – preguntó con curiosidad la chica.
-Estoy dentro del Pacto.
-Ohh
-Sé que te prometí ayudarte con Montague.
-No te preocupes, ya se solucionó – el chico levantó las cejas sorprendido.
-Vaya… - solo atinó a decir.
-Supongo que tu prometida sí quiere casarse contigo o de lo contrario no estarías aquí.
-Así es, Daphne quiere cumplir el Pacto – dijo  Theo viendo hacia la nada.
- ¿Daphne?
-Sí… - La chica recargó su cabeza en el hombro de su amigo, como dándole apoyo y a la vez se formulaba una pregunta, pero la cual no salió a la luz, pero que sin embargo Theo respondió, como adivinándole el pensamiento – en un rato más le daré la noticia a Harry.
Al otro lado, una mirada ojinegra los miraba atentamente, sobre todo al Slytherin.
-Nott… - gruñó con voz rencorosa.
Se encaminó al castillo de mal humor, hasta hace poco había aceptado que aquella chica, su lunática bonita (como la llamaba secretamente) le gustaba; sí las ironías de la vida, todo el tiempo se la pasaba molestando porque sabía que eso enojaba a Nott, sí, le gustaba sacar de quicio al chico y lo lograba metiéndose con su ‘amiga’, pero al final resultó enamorándose de la susodicha, de alguna manera se alegró al saber que Nott salía con el Gryffindor aquel, pero ahora que los veía juntos nuevamente ya no sabía que creer.
-Ey, ¡Montague! – le  llamaron dos compañeros robustos de su casa: Crabbe y Goyle.
-¡Qué quieren! – les gruñó.
-Es hora de la clase.

*****

Ese día prometía ser buena tarde, o al menos eso pensaba Draco, unas cuantas horas antes había hablado con su padrino, el cual le había dicho que en las vacaciones de Navidad, hablaría con Lucius y no se iría de la mansión hasta que éste entrara en razón, con respecto al Pacto, y Draco sabía perfectamente que si su padrino se proponía algo lo cumplía por muy difícil que fuera el asunto.
Pero lo que en verdad tenia de buen humor al Slytherin, era que esa tarde estaba junto con su atolondrado Gryffindor en el campo de Quidditch, le estaba enseñando a jugarlo sin que su ‘leoncito’ sufriera alguna herida por estarlo practicando.
-Nev… - le llamó Draco de forma dulce – sino me sueltas el brazo, no solo dejaras que me salga un moretón, sino que  nunca podrás elevarte.
-Emh, Draco, creo que el Quidditch no es lo mio – dejó salir sinceramente el león un poco apesadumbrado.
-¿Cómo lo sabes? Si nunca lo has intentado – le  preguntó enarcando una ceja.
-Bueno, pues mi abuela… - murmuró, pero el rubio lo interrumpió inmediatamente.
-¡Tu abuela dice mucho de ti y nunca te has puesto a probar si eso es verdad!
-Es inútil Draco – decía resignado Neville, bajándose de la escoba.
-Intentémoslos una vez más, sino puedes lo dejamos en paz – expresó pacientemente.
-Bien…
Neville subió a su escoba nuevamente y en esta ocasión pudo elevarse con más seguridad, Draco lo secundó con su escoba y le daba algunos consejos para que no perdiera el equilibrio. El león que cada vez tenía más confianza logró separarse de él y volar un poco más, hasta que llegó un momento en que se dio cuenta de lo alto que estaba y de lo lejos que estaba de su rubio Slytherin.
-Emh… ¡Draco! – Le llamó nervioso, mientras que se aferraba a su escoba - ¡Draco!
-¿Qué ocurre? – cuestionó el aludido al llegar a su lado, Neville optó por tragar saliva y con una seña de mano le dio a entender que las alturas le aterraban. El rubio por poco se echa a reír, pero prefirió reprimirse ese impulso, pues vio a su novio muy nervioso, así que mejor decidió a ayudarlo – No pasa nada Nev – le consoló, al mismo tiempo que le ayudaba a descender.
-Gracias… - agradeció con cierto alivio el moreno, al bajar de su escoba y de pronto se sintió ‘estúpido’ por mostrarse tan patético frente al Slytherin.
Malfoy vio el semblante que trataba de ocultar su atolondrado Gryffindor y en seguida comprendió los ‘posibles pensamientos’ que en esos momentos lo atormentaban, pues en esos instantes Neville había agachado la mirada, Draco con su mano le levantó la barbilla, para que su novio lo viera directamente a los ojos.
-Lo hiciste muy bien – le felicitó.
-Solo lo dices para hacerme sentir mejor – murmuró el moreno.
-No, lo digo porque es verdad, ayer ni siquiera podías despegarte un centímetro del piso.
El Gryffindor al caer en cuenta que eso era verdad sonrió y en un impulso de júbilo lo abrazó.
-Gracias, Draco.
El Slytherin le respondió al abrazo, buscó la boca de su chico y lo besó dulcemente.

*****

Solo faltaba una semana para que los chicos salieran de vacaciones de Navidad, así que era de esperarse que éstos comenzaran hacer planes para lo que harían en esas tres semanas, Ron ya había quedado en no ir a la Madriguera y quedarse en Hogwarts junto con su amigo ojiverde y su novio Blaise. Draco (por recomendación de Snape) también se quedaría en el colegio por si las cosas no salían bien en la mansión Malfoy, además de que su atolondrado Gryffindor también se quedaría en el colegio, el único que faltaba en confirmar su estadía en el colegio era Theo, el cual se lo estaba notificando en esos momentos a Harry.
-¿Qué? – Harry estaba en una especie de shock, en su mente solo retumbaban las palabras ‘Estoy dentro del pacto’ – pero… ¿Por qué? – esa pregunta sonó mas a suplica que a explicación.
-Yo… tampoco lo sabia Harry, ayer me enteré – declaraba Theo.
-Pero tu padre, jamás me dijo que…
-Ya somos dos – dejó salir un poco decepcionado Theo – es por eso que en estas vacaciones voy a ir con él, necesito que me aclare varias cosas, tu sabes de qué se trata ¿cierto? – el ojiverde asintió, por supuesto que sabía, su amigo pelirrojo se lo había contado todo.
–¿Tus amigos también están dentro del pacto?
-Sí, Blaise y Draco también están dentro del Pacto – Harry tragó saliva, solo era cuestión de tiempo para que sus amigos también sufrieran esa decepción o ¿ya la estaban sufriendo?
-De hecho, si no fuera por ellos yo no lo sabría, ellos saben quiénes son sus prometidas, ayer estaban negociando para poder anularlo – a Theo se le estaba formando un nudo en el estomago, ¿nuevamente su amado ojiverde se alejaría de él?
-¡¿En serio?! – preguntó emocionado Harry.
-Así es, la prometida de Draco está de acuerdo y la de Blaise también, pero… mi prometida no.
-¿Pero, por qué? – Harry parecía un niño pequeño, no le entraba en la cabeza porque alguien se quería casar con una persona que no la amaba - ¿Qué sucederá con nosotros? – preguntó con hilo de voz, deseando que la respuesta no fuera una negativa.
-No lo sé… - dejó salir sinceramente el castaño – podemos seguir hasta el último momento posible. Harry  quiero que sepas que tú eres muy importante para mí y no pienso dejarte.
-Pero tampoco quiero que mueras al no cumplir con el Pacto – confesó  el Gryffindor.

“Y yo no quiero ser el responsable de la muerte de mi padre”

Ambos chicos se quedaron ensimismados en sus pensamientos.
¿Ese era el fin nuevamente? ¿Tendrían que separarse? Ese era el… ¿adiós?


__________________________________


Capitulo Anterior                                              Capitulo Siguiente





2 comentarios:

  1. nooooooooooo ahora no solo theo sino que tambien luna estan "con un pie dentro" del pacto


    neville no sabe montar (bien) la escoba???


    que mala es daphne yo nunca estaria con alguien que "no quiere" estar conmigo


    "Prefiero que la persona que amo sea feliz con otra que no sea yo, a que sea infeliz conmigo " -Tomoyo Daidouji-


    Att:Taeko-kun ^-^


    Psdt: siempre tuve ese pensamiento gracias a esa frase

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sip, ambos estan dentro del Pacto, pero por suerte Luna si quiere casarse n.n

      XD jejej (me has hecho pensar mal de Neville jejej)creo que sí sabe, solo que con Draco observandolo, pues digamos que los nervios lo traicionan XD

      Ohhh, que hermosa frase *-*, opino lo mismo que tu U.U

      Besitos
      PISLIB n_n

      Eliminar