viernes, 6 de enero de 2012

Capitulo Veintisiete: ¡Sorpresas!

El muchacho de ojos tristes


Capitulo Veintisiete: ¡Sorpresas!

[Konny]

Estamos mi mejor amigo, mi hermano y yo en la sala de estar, cada uno con sus respectivos pendientes. Debo confesar que la conversación que hemos iniciado es un tanto extraña. Teddy y yo hablamos del experimento del mentado “Frijol”, mientras que Sebastián trata de enfocarse en los asuntos del trabajo. Quizás sea porque ya haya quedado con alguien más después de los pendientes.
No lo sé.
Por mi parte, el recordar aquellos tiempos me hace sentir tranquilo. Sí. En esos tiempos Spencer no estaba en nuestras vidas. Y me atrevo a decir que era feliz. Cosa que dudo mucho, puedo ser ahora.
-¿Recuerdas cómo te exasperabas cuando no te salían los dibujos? – le pregunto a Sebastián al recordar aquel detalle.
Aquellos momentos en los cuales a mi mejor amigo se le ocurría cada cosa y me hacía reír. Esos momentos que temo, no volverán a ocurrir.
-Emh… no mucho – dice cortante Sebastián - ¿Nos enfocamos en los contratos?
Debo confesar que su respuesta no me la esperaba. De un momento a otro Sebastián ha cambiado su actitud, puedo asegurar que se ha puesto nervioso. Demasiado.
-¿Se reunían los cuatro para hacer el experimento? – le pregunta Teddy, haciéndolo tensar en demasía.
Mi hermano dijo ¿cuatro?
-¿Cuáles cuatro? El experimento lo hicimos con nuestros compañeros de laboratorio – le aclaro a Teddy.
-Cierto – interviene Sebastián - ¿El contrato con el señor Tsusuki lo retomarás tú?
-Emh, sí.
Quizás sea imaginación mía, pero tengo la ligera sospecha que a Sebastián no le agrada el rumbo de la conversación. O tal vez solo quiere enfocarse en los negocios e irse a su cita… o lo que tenga qué hacer después. ¿Habrá quedado con Jack?
Veo a Sebastián a través de mi mata de cabello que cae sobre mis ojos, pero no logro descifrar nada. Antes podía hacerlo, podía leer cada gesto, mirada o sonrisa. Sin embargo, nada.   
-¿Cómo sabes que Sebastián se exasperaba con los dibujos sino se reunían los cuatro? – la pregunta de mi hermano me hace conectarme con la realidad.
-Porque Sebastián…
-Le enseñaba los dibujos después – dice escuetamente mi mejor amigo, interrumpiéndome.
Lo veo detenidamente y esta vez sí me doy cuenta. Ha de recordar el beso. Aquel beso que me dio mientras hacíamos aquel experimento.
-Pero Konny ha dicho que te exasperabas mientras los hacías – le recalca Teddy.
-Sebastián y yo en ese tiempo no teníamos compañeros de laboratorio, así que nos asignaron juntos para hacer el experimento. No es tan difícil de entender Teddy – le respondo al ver que Sebastián se debate entre contestarle o no.
-¡Qué! – La respuesta de mi hermano nos hace sobresaltar a Sebastián y a mí - ¡Tú! –  me señala mi hermano. Frunzo el ceño - ¡¿Es él?! – Ahora le pregunta a Sebastián, mi mejor amigo baja lo mirada, luego afirma levemente con la cabeza - ¿Por qué?
Temo que ambos están hablando de algo que obviamente no tengo la más mínima idea.
-¿De qué hablan?
-¡Cállate! – De acuerdo, esa respuesta sí que no me la esperaba. Frunzo el ceño desconcertado.
-No uses ese tono en mí – le advierto a Teddy.
-¡Tú tienes la culpa! ¡¿Por qué demonios siempre eres tú?!
Si hace rato estaba desconcertado, ahora no sé cómo demonios estoy.
-¿De qué hablas? – le interrogo, mientras me levanto.
-¡Nunca te das cuenta de nada! ¡Ya estoy cansado de ti!
-Teddy – Sebastián le llama, levantándose también del sillón.
-¡Siempre eres tú! ¡Maldita sea!
-¡Ted! – esta vez le llamo yo.
-¡¿Por qué a él?! – Se vuelve hacia Sebastián ignorándome por completo – ¿Por qué precisamente él? 
-¿De qué demonios  hablan? – pregunto exasperado.
-¡Del maldito beso! – Entorno los ojos - ¿no me lo pensabas decir? ¡Y tú que me decías que fuéramos sinceros y no sé qué demonios!
Observo a Teddy desconcertadamente, fue cuestión de segundos para sumar dos más dos y darme cuenta de lo que tanto Sebastián había querido evitar todo este rato. El asunto del beso.
-¿Le dijiste? – volteo hacia con mi mejor amigo.
-¡Al menos él fue sincero conmigo! No cómo tú ¡¿Cuándo pensabas decirme que eras un maldito desviado?!
Muchas veces me imaginé el momento de cómo reaccionarían mis padres cuando les confesara que me gustaban los chicos. Que soy gay. En el mejor de los casos, me los imaginé mandándome al psicólogo para que éste me “arreglara”. En el peor, me los imaginé desheredándome.
En cuanto a Teddy, me esperaba una reacción similar a la de mis padres. Primero enojado, después aplicándome su ya acostumbrada “Regla del hielo”, después simplemente a hablar conmigo solo cuando fuera necesario.
Sin embargo, a dicho “Desviado”. ¿Al caso merezco ser llamado así solo por tener una preferencia sexual distinta a la de los demás? Sé que mi hermano está enojado y puede decir cualquier cosa, pero su mirada duele. Sus palabras lastiman.
Doy un paso hacia atrás. Desvío la mirada.
-Ahora entiendo porque Spencer te buscó a ti. Debiste haber disfrutado sus visitas nocturnas.
Su última frase hace que un escalofrío me invada lentamente. Lo veo a los ojos tratando de transmitirle que lo que ha dicho no es verdad. Sin embargo, y sin invitación alguna, las palabras de Spencer vienen a mi mente.
”Lo disfrutas y si lo disfrutas no es una violación, porque si lo fuera no te gustaría lo que te hago…“
Desvío mi mirada rápidamente. Escucho que Sebastián me dice algo. No lo sé. Cada vez la voz de Spencer invade mi mente.
“Te gustará, siempre te gusta”
Mi respiración comienza a ser cada vez más rítmica.
“Debiste haber disfrutado sus visitas nocturnas”.  
No es verdad…
Trato de decir, pero un nudo en la garganta ha obstruido el paso de mi voz. Me arriesgo a levantar mi mirada hacia con ellos. Reconozco la mirada de lastima de Sebastián en mí, y la de asco de Teddy.
La situación comienza a superarme lentamente. Retrocedo. Una voz interior me dice “Huye” “Sal de ahí”. Y eso hago. Me voy.

Y aquí estoy frente a mi salida de escape. El sótano. Testigo de las torturas de Teddy. Y testigo de mi cobardía. Entro en él.

Ya lo tenía planeado, todo estaba calculado. Me iría para siempre. No soportaba sus malditas visitas nocturnas, ni sus insultos, ni sus maltratos. Nada.
Nadie sabía lo que me pasaba y nadie lo sabría jamás. Eso me tranquilizaba, porque si se enteraban no podría soportarlo. ¿Cómo podría ver a los ojos a mi hermano si se enteraba que era abusado sexualmente de Spencer? No soportaría tal situación. Era mejor irme.
Llegué al sótano. Y tal como lo pensaba, en el techo había una tabla que sobresalía y en ésta una viga. En mi mano derecha llevaba una soga gruesa. Sonreí. Solo era cuestión de horas para que mi objetivo se llevara a cabo. Coloqué la soga a la viga.
-Mañana es el gran día.
Murmuré mientras lagrimas resbalaban por mis mejillas. Había llegado a ese punto donde la muerte era la única solución. Y pronto llegaría mi hora.
Lamentablemente… o afortunadamente, no pude hacerlo. La razón fue Sebastián. Había planeado colgarme de la viga al día siguiente por la tarde mientras que mi hermano estuviera en sus clases particulares de Natación al lado de Spencer. Sebastián regresó de la Capital después de dos largos años de ausencia en la mañana. Regresando también mis ganas de salir a adelante.

Observo aquella viga que muy silenciosamente me dice “Trae la soga y hazlo de una vez”. Me muerdo el labio inferior, sin despegar la mirada hacia la, cada vez más atrayente, viga.
“Si decides irte, yo también lo haré. Es una promesa Konny”. ¿Por qué Sebastián tiene que complicarlo todo?
No puedo irme, pero tampoco puedo quedarme. ¿Qué demonios hago?
Lagrimas comienzan a resbalar por mi mejilla. Me dejo caer de rodillas, mientras acepto mi patética derrota. Observo mi mano izquierda, bajo mi mirada hacia la muñeca. Con el dedo índice de mi mano derecha comienzo a rascar levemente la piel de esa zona. Decir que el dolor que estoy sintiendo al rascarme no es satisfactorio, sería una mentira.
Comienzo hacerlo cada vez fuerte, más rápido, más… satisfactorio. Ya no usando solo un dedo. El dolor físico hace que el emocional aminore y eso es gratificante. Cierro los ojos fuertemente cuando el primero logra superar al segundo. Exhalo profundamente aún sin abrir los ojos. Siento una sensación de humedad en mis dedos. Abro los ojos. Es sangre.

Después de haberme vendado la herida y haberla ocultado tras una camisa de manga larga, me dirijo hacia el cuarto de Teddy. Tarde o temprano tenía que hablar con él sobre mi preferencia sexual. Sinceramente, siempre preferí que fuera tarde… muy tarde. No es que me avergüence, sino porque no quería que malinterpretara lo de Spencer. Lo cual ha hecho.
Doy unos suaves golpes en la puerta de su habitación. Como me lo esperaba, no me contesta. Entro en ella. Sé que le molestará, pero ¿Qué puedo hacer? Así soy yo. No puedo simplemente dejar las cosas así. Tengo que aclararle las cosas. Aunque sé que después de esto, nada va ser igual. Quizás Teddy nunca lo entienda. Y yo no sé si tenga fuerzas para poder hacerlo entender.
-Teddy – le llamo tocándole el brazo, lo retira rápidamente. Me da la espalda – Sé que estás molesto por no haberte dicho sobre mi… escucha, lo lamento. No planeaba ocultártelo.
Sigue ignorándome.
De acuerdo, ese tema lo dejaré para después. Tal vez debo empezar con lo que nos llevó a todo esto.
-Y sobre el beso entre Sebastián y yo, no le tomes importancia.
-¿Qué no le tome importancia? – me dice encarándome repentinamente.
-Yo no lo hago y…
-¿Sabías que Sebastián está enamorado de ti? – Lo observo atentamente ¿Cómo sabe eso? - ¡Lo sabes! – me grita furioso.
Noto a Teddy molesto, sé que algo se me escapa de esta situación, pero no logro saber qué es.
-¿Qué tiene eso que ver?
-Él se la pasa al pendiente de ti ¿y tú qué haces? ¡Nada! Solo te comportas como un idiota vestido como un… un… – mi hermano me observa de arriba abajo, tal como lo hizo ese tal Joe.
-¡Basta, Ted! – le digo apretando los dientes. Me levanto de la cama y comienzo a caminar de un lado a otro, mientras que la duda me carcome - ¿Cómo sabes que Sebastián está…?
-¿Enamorado de ti? Él me lo dijo – dejo de caminar y lo veo atentamente a través de mi mata de cabello – no entiendo cómo pudo haberse fijado en ti, habiendo tantas personas en el mundo y…
-¿Por qué te molesta tanto? – quiero saber, es decir, Teddy siempre se ha molestado conmigo por cualquier cosa, pero luego olvida el asunto. Por ejemplo, la comida, siempre diciéndome que soy mal cocinero, pero aún así se la come y me sigue hablando como siempre.
Sin embargo, en esta ocasión, no logro entender su enojo hacía conmigo. ¿Qué es lo que le molesta tanto? Lo veo escudriñadamente. Él parpadea nervioso y luego desvía la mirada. Entonces lo entiendo.
–Te gusta… — murmuro. ¿Cómo no pude haberme dado cuenta? Ahora entiendo muchas, muchísimas cosas.
-¿Qué? – me dice entornando los ojos y sonrojándose ligeramente.
-Te gusta Sebastián – le digo viéndolo a los ojos.
Mi hermano me observa atentamente. Comienza a reírse.
-¿Qué estupideces estás diciendo? ¿Te has vuelto loco? ¡A mí no me gusta Sebastián!
-¿Entonces por qué te has molestado tanto?
-No te importa – suelta enfadado. Sin embargo su respuesta no me convence.
-Deja de hablarme así – le advierto.
-Entonces déjame solo. Vete de mi habitación.
Por el momento resultará difícil entablar una conversación decente con mi hermano. Su enojo no lo deja ver más allá, así que accedo a su petición. Me dirijo hacia la puerta, pero antes de salir me doy la vuelta.
-¿Todo bien entre nosotros? – Teddy no responde, solo lo veo acomodarse más en su cama.
Salgo de su habitación.

Me dejo caer en el sillón de la sala, me tapo la cara con mis manos, mientras trato de pensar en cómo resolver todo esto que ha ocurrido. Me levanto de golpe al recordar a Sebastián. Me doy la vuelta para ir a buscarlo, pero lo veo frente a mí.
-Konny, déjame explicarte lo que ha ocurrido – me dice rápidamente Sebastián.
-¿Por qué se lo contaste? – le pregunto confuso.
-Le hablé del chico que amo y que besé mientras hacíamos un trabajo. No le di nombre, solo se quedó con la idea de que fue mi compañero de laboratorio.
-Teddy no es estúpido, tarde o temprano se enteraría – dejo salir.
-Lo sé, yo… Lo siento – me dice.
-Le gustas – le confieso. Para mi sorpresa, Sebastián no se sorprende.
-Lo sé, me lo dijo semanas atrás – frunzo el ceño desconcertado. ¿Teddy se lo ha dicho? ¿Sebastián sabe que a mi hermano le gustan los chicos? – Fue cuando se enojaron por el asunto de la tutoría – me aclara rápidamente.
Me llevo las manos a mi cara en son de desesperación. ¿Por qué tengo la sensación que estoy perdiendo a mi hermano lentamente? Al parecer Teddy confía más en Sebastián que en mí.
-¿Cómo sabes que Teddy gusta de mi?
-¡Eso no importa! – Dejo salir encarándolo - ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué te lo has callado? ¡Él es mi hermano!
-No era mi intensión, Konny – niego con la cabeza. Todo parece ser tan confuso, tan difícil de explicar. Sé que Sebastián no tenía derecho de contarme algo que mi hermano le haya confiado, sin embargo me siento de alguna manera traicionado – Konny…
-¿Por qué tengo la sensación que me ocultas algo más? – dejo salir. Sebastián se muerde el labio inferior, confirmando mi sospecha.
-Nos besamos.
-¿Qué? – me tenso en demasía.

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3 comentarios:

  1. nooooooooooooooooooo por que konny haria eso le debio doler mucho claro que a veces "cortarse" es la unica forma de sentirse vivo pero con sus mismos "dedos"


    y como fue eso de los personajes en vida real lo quiero saber con detalles jejeje


    definitivamente teddy es teddy es mas raro que yo ^-^

    Att:Taeko-kun

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  2. Te sorprenderan lo que pueden hacer las uñas O_O . Pobrecito Konny TT__TT yo lo adoro n.n

    Ohhh ese dia casi me daba un paro cardiaco, aun lo recuerdo y se me pone la piel chinita, es que fue algo realmente que me impresionó, obviamente los chicos que me llegaron a la tienda (donde yo trabajada, es una tienda de Telcel) tenian algunas diferencias en primer lugar los nombres jejje y en segundo no creo que los tres sean gays, pero dos chicos eran hermanos o_o la misma edad de mis personajes y el tercer chico era tal como me imagino a Sebastián, hasta su forma se ser, fue una experiencia de susto pero muy satisfactoria n.n

    De acuerdo no te dije casi nada jajja XD, pero en unos dias más la subiré contandolo con lujos de detalles n.n

    Ohhh see Teddy es Teddy, que se le puede hacer U.U jejje

    Besos
    PISLIB n_n

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  3. espero leerlo ^-^

    Att:Taeko-kun

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