Cómo llegar a tu corazón
Epilogo Dos
El Enlace.
Abrió lentamente los ojos a la vez que extendía su brazo izquierdo para poder sentir el calor de su futuro esposo, sin embargo, lo que se encontró solo fue la fotografía de éste. Harry gruñó ante esto, pues había olvidado que a su novio le había tocado guardia la noche anterior por lo tanto no tardaría en llegar.
Lentamente se sentó en la cama y comenzó a observar su habitación detenidamente con una gran sonrisa en su rostro, al pensar que al siguiente día, Theo y él se enlenzarían. El ex Gryffindor no cabía de tanta felicidad, se levantó de la cama perezosamente, pues si quería alcanzar a ver a su esposo despierto algunos minutos, antes de irse al trabajo, tenía que darse prisa.
En cuanto entró a la ducha, una sensación extraña invadió su cuerpo, incluso sintió cómo el piso comenzaba a temblar bajo sus pies y las paredes a moverse de manera inimaginable ¿eso era posible?
-¿Harry? – escuchó la voz de Theo desde la habitación, sin embargo no pudo responder, pues la sensación había subido literalmente por su garganta y momentos después solo pudo ver a un Theo asustado…
Sintió cómo alguien pasaba un trapo húmedo por su frente y luego la voz de su novio llamarlo lejanamente.
-¿Harry? ¿Me escuchas?
-¿Um…? – Abrió los ojos y se encontró con Theo sonriéndole - ¿Qué me pasó?
-Te desmayaste – le comunicó el ex Slytherin – tu jefe te explota demasiado – se quejó el castaño.
-Se llama trabajo – le dijo Harry sentándose en la cama – y hablando de explotar ¿al caso el tuyo no lo hace?
-Yo soy mi jefe y no, no me exploto – le comunicó. Harry entrecerró los ojos – Te haré unos exámenes.
-¿Por qué? – preguntó extrañado.
-Percibí inestabilidad en tu magia – le confesó Nott - ¿te has estado esforzando mucho en tus misiones?
-No, hago lo mismo de siempre y… ¿A dónde vas?
-Analizar tus muestras.
-Acabas de llegar – gruñó Harry.
-Esto es importante Harry, podría ser grave, no es normal que tu magia esté inestable, comienzo a sospechar que es una enfermedad contagiosa.
-¿Por qué? – preguntó receloso el moreno.
-Porque Ron fue anoche a mi consultorio por lo mismo.
-¿Ron?
-Ajá, no quiere que Blaise se entere por eso fue a buscarme, pero tarde o temprano se enterará, si es grave o no, lo sabré hasta que analice las muestras y las compare, además… — fue interrumpido por un casto beso de parte de Harry.
-Trabajas demasiado – le dijo Harry – mejor descansa, al rato puedes hacer esas muestras.
-Pero…
-Theo – gruñó Harry.
-De acuerdo, dormiré un par de horas y… de acuerdo dormiré lo necesario y después iré a la clínica – se corrigió en cuanto Harry lo había fulminado con la mirada – por cierto le avisé a tu jefe que estabas indispuesto para ir a trabajar y te ha dado el día.
-Te amo – le dijo Harry besándolo, mientras lo conducía a la cama, pero en cuanto ambos estuvieron acostados, Theo se quedó profundamente dormido. Lejos de que Harry se enojara solo le sonrió.
En un momento a otro, Harry no sabía cuál, Theo se había obsesionado un poco con su trabajo, sobre todo cuando él y Blaise habían inaugurado su propia Clínica, y en cuanto al más mínimo síntoma que mostrara él o cualquiera de sus amigos hacía muestras para analizarlas, aunque Harry sospechaba que todo se debía a aquella época (dos años atrás) cuando la ‘Gripa Muggle’ había infectado a algunos magos y sus síntomas afectaban directamente en la magia, muchos magos habían perecido, incluido su padre, el señor Albert Nott.
-Te amo – Harry le susurró a un Theodore dormido…
Cuando Theo despertó, encontró a un Harry sonriente observándolo.
-Buenas noches, señor Nott, futuro de Potter – el chico sonrió al escuchar el comentario de su novio.
-Buenas noches, futuro señor de Nott – le respondió Theo.
-¿Descansaste?
-Sí… gracias
-Recuerda que no eres ‘superman’ – le advirtió Harry, haciéndole referencia a aquella película muggle que habían visto semanas atrás – debes descansar y no preocuparte demasiado por cualquier cosa.
-Tu inestabilidad de magia no es cualquier cosa – se quejó el castaño.
-Lo sé… pero es verdad, mi jefe me explota – dejó salir el ojiverde – prometo cuidarme más…
-Hablando de eso…
-Ya no tenemos más poción – confesó Harry.
-¡Pero eran cinco frascos! – Exclamó Theo horrorizado – ¡debías de tomar dos y yo otros dos, para que el proceso de fertilización pudiera llevarse a cabo exitosamente!
-Emh… pues me tomé los dos y ¿tu?
-También… ¿Qué le pasó al quinto frasco?
-Creo que tengo una ligera sospecha – dejó salir divertido Harry. Theo enarcó una ceja – Hace dos semanas Ron parecía estar un poco resfriado y le dije que teníamos un poco de poción para eso y él subió a tomar un poco y…
-¡Se la tomó!
-Sí – Harry hacia el esfuerzo de no reírse, sin embargo no pudo, al final terminó riéndose acompañado de Theo.
-Eso explica el por qué se ha estado sintiendo mal, aunque no tiene los mismos síntomas que cuando estuvo embarazado de Tommy y…
-¿Podrías dejar por hoy… no pensar en nada de análisis y pociones y…? – no continuó, simplemente dejó que sus acciones hablaran por él.
Se puso encima de Theo, al cual besaba apasionadamente, sus besos avanzaban conforme descubría la piel al desabrochar el pijama de su pareja. Subió nuevamente a sus labios.
-Te amo – le susurró al oído mientras que Theo lograba sentarse en la cama.
Harry unió sus labios a los Theo pasando sus brazos por el cuello, se unieron en un beso apasionado, el castaño pidió permiso para poder recorrer aquella dulce boca que le proporcionaba su amado ojiverde, y éste se lo concedió.
Theo comenzó con caricias alrededor de la espalda del ojiverde y sus besos los fue descendiendo hasta llegar al cuello sacando débiles gemidos al ex Gryffindor. Harry también comenzó a acariciar a su novio por la espalda, a través del camisón del pijama.
Cuestión de minutos ambos estaban semidesnudos, Theo se había puesto sobre Harry, el cual ya estaba completamente acostado en la cama recibiendo sus besos en su cuello, en el hueco del hombro… en su pecho, cada vez más abajo…
Harry sacó su varita y con un ágil movimiento logró desvestirlos a ambos. Theo sonrió quedito mientras seguía besando a su amado ojiverde, nuevamente en el cuello.
-Theo… — Jadeó Harry en el momento en que sintió que Theo había atrapado su erección con la boca – No puedo más… — apenas pudo murmurar, mientras lo incitaba a que entrara en él de una vez. Theo se acomodó entre sus piernas y con cuidado lo penetró.
El ex Slytherin pudo sentir que el miembro de su novio se erguía cada vez más entre sus estómagos, comenzó a embestirlo lentamente. Ambos gemían llenos de placer amortiguándolos con besos un poco sádicos.
Las embestidas también se tornaban un poco más salvajes, haciendo que el ojiverde sintiera miles de sensaciones excitantes cuando el miembro de su novio tocaba aquel punto que lo complacía. Ambos comenzaban a sudar por tanta actividad física. Bastó unos cuantos minutos más para que Theo llegara a su límite al igual que Harry, finalizando con un gran gemido que no se molestaron en reprimir… el castaño salió con cuidado del ojiverde y éste se acurrucó en su pecho.
-Te amo Theo… — le murmuró, mientras que hacia el habitual hechizo de limpieza sobre ambos.
-Yo también Harry… — le susurró quedamente al oído – te amo…
*****
El primero en despertarse fue Theo, con la yema de sus dedos recorrió el costado derecho de su futuro esposo, el cual aun dormía tranquilamente, hasta el momento en que suspiró lentamente. El castaño le besó el hombro.
-Buenos días…
-Buenos días – le respondió Harry volteándose hacia con él - ¿dormimos toda la noche?
-Sí, después de todo, ambos estábamos muy cansados ¿Te sientes bien? – interrogó Theo al ver lo pálido que se veía su prometido.
-Sí... aunque un poco mareado – confesó el ojiverde – deben ser los nervios… en unas cuantas horas más será nuestro Enlace.
-¿Arrepentido? – preguntó preocupado el castaño.
-No – le dijo entre risas sueltas Harry, mientras lo bombardeaba de besos.
Theo se posicionó encima de él, cuando escucharon ruidos de la parte baja de la casa.
-¿Qué hora es? – preguntó de pronto Harry, un poco alarmado.
-¿Las ocho? – aventuró Theo.
-¡Theo! ¡Harry! – una voz femenina se escuchó desde el otro lado de la puerta de su habitación - ¿Han terminado o regreso en un rato más? ¿Cuánto ocupan para…?
-¡Luna! – se quejó Harry sonrojado.
-Espéranos abajo, enseguida bajamos – comunicó Theo divertido.
-No tiene todo tu tiempo Nott – se escuchó la voz de Graham Montague, el esposo de Luna.
-Lo sé – gruñó Theo, mientras comenzaba a vestirse – vamos Harry.
Ambos se dirigieron hacia la sala para encontrarse con todos sus amigos ya presentes. Hermione dirigía a diestra y siniestra a los que les ayudarían para arreglar el jardín de la casa, mientras que Luna era la encargada de recibir las cosas que ocuparían en el evento. Ron veía a las chicas de manera divertida, pues al parecer a Pansy Parkinson no le agradaba la idea de ser mandada por Hermione, pero tampoco participar en las charlas extrañas de Luna.
-¿Ya están listos? – preguntó Draco viéndolos inquisidoramente.
-¿Para… qué? – quiso saber Harry, aquí entre nos, un poco preocupado por la mirada que les enviaba Draco.
-Para la despedida de soltero, claro – dejó salir Blaise – ayer pasamos por ustedes… pero estaban emh… un poco ‘indispuestos’ – dejó salir el moreno divertido. Tanto Theo como Harry se sonrojaron.
-Pero hoy no se escapan – afirmó Draco sonriente – y no se preocupen que ya le prometimos a Granger que no los vamos a emborrachar – dejó salir con un poco de pena – tienen que estar en sus cinco sentidos al decir el ‘sí’… o el ‘no’ – Theo enarcó una ceja y Draco solo sonrió.
-¿Entonces? – presionó Neville, que por primera vez hablaba.
-Las chicas se encargaran de todo – consoló Ron, al ver no muy convencidos a los chicos – y si los tranquiliza un poco, mi madre también llegará.
-De acuerdo – al final asintieron los novios.
-Ron y Neville, se encargaran de Harry – comunicaba Draco a Theo – y Blaise y yo… de ti – antes de que Theo replicara o tan siquiera se despidiera de Harry, se vio arrastrado hacia la Red Flú por Draco.
-¡Me cuidan a Blaise! – solo alcanzó a decir Ron, cuando las llamas verdes consumieron a los chicos Slytherin.
*****
Tres horas más tardes, Theo se encontraba junto con Harry dando las últimas indicaciones, antes de subir a sus respectivos cuartos para comenzar a vestirse.
-¡Todavía están aquí! – exclamó histérica Hermione al ver a los dos chicos despidiendo a Ron y a Blaise.
-No hace falta corrernos Granger – gruñó Blaise – ya nos estamos yendo.
-No me refería a ustedes – dejó salir la castaña, mientras veía a Harry y a Theo.
-Nos vemos al rato – se despidió Ron dirigiéndose a todos y metiendo a Blaise rápidamente a la Red Flú.
-¡Luna! – llamó Hermione.
-Estoy aquí Hermione – habló Luna, saliendo de unas cajas que acababa de acomodar en una esquina - ¿ya es hora de vestir a Theo?
-Es hora – gruñó la chica – vamos Harry – Al juzgar por la expresión de su cara, el aludido preferiría que lo vistiera cualquier otra persona… una que no estuviera tan nerviosa, como su amiga.
-Hermione, el que se va a Enlazar soy yo ¿Por qué estas tan nerviosa? – preguntó mientras comenzaba ponerse su túnica de gala, detrás del biombo.
-Todo tiene que salir bien Harry, es tu boda, no todos los días te enlazas… ¿seguro que tu estas bien? – Le preguntó cuando salió del biombo – en la mañana estabas pálido.
-Estoy bien – le dijo sonriente, solo faltaba que a su amiga se le ocurriera suspender la boda porque uno de los novios estaba indispuesto.
-¡Hola! – la voz de su amigo Ron, le vino como caída del cielo - ¿listo para el Enlace? – le preguntó sonriente.
-Te ves muy bien – opinó Luna, al ver a Theo con su túnica de gala.
-Gracias… — le respondió mientras la veía a través del espejo.
-Hola a todos, ¿Cómo está el novio? – Preguntó Blaise, irrumpiendo en el cuarto - ¿arrepentido? – dijo divertido.
-Hola – le respondió Luna – los dejo solos antes de que discretamente me corran del cuarto – y sin esperar a una explicación, la rubia salió del cuarto.
-Tu amiga sigue igual de rara – dijo divertido el moreno, Theo lo fulminó con la mirada.
-Has llegado temprano.
-Es lo que se espera de los padrinos ¿no?
-Claro – Theo lo observó detenidamente, estaba tentado de decirle lo ocurrido con la poción que se tomó Ron, pero al final no le dijo — ¿hoy se dieron un descanso para no aumentar a la familia? — inquirió divertido. Blaise desvió la mirada sonrojado, comprobando su pregunta – no me extraña – murmuró Theo, sin embargo Blaise estaba tan entretenido viendo el techo, que no lo escuchó.
-¡Chicos, ya es hora! – les llamó Luna.
-Genial, porque ‘muero’ de hambre – dejó salir Blaise.
Cuando Harry bajó al jardín, Theo ya se encontraba esperándolo en una fuente, que se encontraba en medio de de una pista. El castaño le sonrió a su futuro esposo.
El ritual del Enlace fue mucho más fácil que el ritual que se llevó a cabo para aceptar el Pacto Pureblood. Solo bastaba con tomarse de las manos y expulsar un mínimo de magia mientras se decían lo mucho que se amaban. Sus magias se entrelazaban, envolviéndolos y reconociéndose en el otro.
-Te amo – le dijo Theo, finalizando el ritual con un beso. Sellando así el Enlace. La magia que los envolvía, se unió nuevamente en ellos.
Los, ahora, esposos se encontraban sentados en una mesa juntos con sus amigos. Ron a cada rato le preguntaba a Blaise si todo estaba bien con él y el bebe. Neville estaba un poco extraño, mientras que Draco se entretenía con su ahijado Tommy.
-¿Draco, está enojado con Neville? – le murmuró Harry a Theo, discretamente.
-No estoy muy seguro – le confesó Theo – pero están un poco extraños.
-¿Deberíamos hacer algo? – le propuso un poco inseguro.
-Mejor dejemos que ellos lo resuelvan – confesó Theo – algo podría salir mal. Además… algo me dice que Draco ya tiene la solución.
-¿Cómo lo sabes?
-Mira en la pista – le dijo sonriente, mientras señalaba a su amigo rubio, el cual comenzó a llamar la atención del público.
Minutos después, tanto a Theo como Harry, ya no les quedaba dudas sobre el ‘supuesto enojo’ de sus dos amigos, ya que cuando Draco se plantó frente a todos y se apoderó del micrófono y de la atención de todos los invitados, anunció una gran sorpresa para todos, pero en especial para su atolondrado Gryffindor.(*)
*****
Se encontraban en una cabaña, en las afueras del país, habían decidido pasar su Luna de Miel, en un lugar donde el clima fuera templado, pues Harry aún seguía sintiéndose mal. Ambos dormían aplaciblemente, hasta el momento en que Theo sintió cómo Harry se levantaba y se dirigía al baño.
-¿Estás bien? – le preguntó acuclillándose a un lado de su esposo.
-No… — respondió Harry, aún pegado al retrete.
-Deberíamos regresar – propuso Theo – has estado así desde la semana pasada, no es normal.
-Pero…
-Ya que te sientas mejor, reanudaremos nuestro viaje.
-Bien – gruñó Harry, se levantó ayudado por Theo. Ambos se dirigieron hacia la cama, con la intensión de hacer las maletas, sin embargo, en cuanto Harry llegó a la orilla de la cama se mareó y estuvo a punto de caer, suerte que Theo alcanzó a agarrarlo.
-¡Harry! – Le llamó asustado.
-Estoy bien – musitó el aludido. Theo lo observó detenidamente y en cuanto una de sus manos pasó cerca del estomago de Harry hubo un despliegue de magia.
-Pero… — solo puedo murmurar Theo a lo que veía frente a él.
-¿Despliegue de magia? – Preguntó Harry mientras sus fuerzas eran recuperadas considerablemente - ¿Theo? – le llamó al ver, que ahora, era su esposo el que lucía pálido.
-¡Vaya! Solo he visto esto en una sola persona y sé qué significa – dijo Theo sonriente, mientras subía a Harry a la cama.
-¿Qué significa? – preguntó preocupado el ojiverde.
-Seremos padres, Harry – le dijo sonriente.
-¿En serio? – Preguntó emocionado el ojiverde.
Ese mismo día regresaron a su casa, Theo analizó las muestras de Harry confirmándole lo que sospechaba.
-¿Y bien? – preguntó ansioso Harry.
-Confirmado, seremos padres – le dijo sonriente Theo, sentándose a un lado de su esposo.
-El pequeño Albert – dejó salir el ojiverde, dándole un casto beso al ex Slytherin.
-¿Albert? – le preguntó Theo a Harry.
-Sí, si es niño se llamará igual que su abuelo – propuso Harry, sabía que a Theo le encantaría que su hijo se llamara igual que su padre.
-Gracias – le dijo devolviéndole el beso - ¿y si es niña?
-Eso te toca pensarlo a ti – soltó entre risas sueltas el ojiverde – por cierto… ¿le diremos a nuestros amigos sobre la poción?
-Nah – dejó salir divertido Theo – dejaremos que se sorprendan solos.
-¿Sorprendidos ellos? Si es lo único que hacen desde que se conocieron – sonreía el ojiverde – apuesto que ahora mismo Blaise y Ron, siguen practicando para aumentar la familia…
-Apuesta… — murmuró Theo distraídamente.
-Y pensar que por una apuesta nos separamos… o mejor dicho, me alejé de ti.
-No pienses en eso – le recomendó el castaño, maldiciéndose por haber hecho sentir mal a su amado ojiverde – además… nuestros ‘diffindos’ nos ayudaron mucho – le recordó.
-Te amo – Harry se abalanzó hacia con él, mientras comenzaba a besarlo.
En sus tiempos de Hogwarts, Harry no hacía más que anteponer sus prejuicios contra el Slytherin. Theodore siempre iba contra la corriente en cuanto a todo lo que se supone que tenía que hacer. En algún punto ambos coincidieron, pasaron por apuestas entre sus mejores amigos, Diffindos, Pactos Pureblood por cumplir y muchas cosas más, pero al final todo logró superarse. Demostrándose una vez más, que si uno quiere, las cosas se logran.
Y sí, ambos… o mejor dicho los tres, serían felices. No importaban los obstáculos, ellos sabrían cómo enfrentarlos.
Aclaraciones:
(*) La sorpresa de Draco, aun tendrán que esperar hasta su propio Epilogo, jeje lo sé la hago de emoción :P
GRACIAS POR LEER *0*
PISLIB n_n
__________________________________
jajaja me encanto esta parte me dio mucha nostalgia la parte final T-T
ResponderEliminarno quiero que se acabe
Att:Taeko-kun
Ahhh sip T_T en todos los Epilogos traté de hacer recordar por lo que atravesaron los chicos en Hogwarts n.n
EliminarJjeje, sip yo tampoco lo quería en su momento U.U con decirte que el ultimo Epilogo tardé cerca del mes para publicarlo T.T, así que eres afortunado de haberlo leído pronto ^^
Besitos
PISLIB n_n