Capitulo Dieciséis: Mensajes

Los cinco elementos

Capitulo Dieciséis: 

Mensajes

Todos veían a Hermione expectantes, la castaña les había revelado que ya contaba con la información necesaria del Hechizo de Los Cinco Elementos.

-¿Sabes todo sobre el hechizo? – preguntó atónito el pelirrojo.

-Más o menos – confesó la chica – recapitulemos entre todos ¿de acuerdo?

-Se necesitan seis personas – comenzó Neville, instando a los demás a seguir el paso – Como Hermione ya lo había dicho antes, en el Hechizo de Los Cinco Elementos, intervienen seis personas, cinco de ellas son las que pueden manipular los elementos de la naturaleza y la sexta persona es la que recibirá dichas habilidades a través de un hechizo.

-Antes de hacer el hechizo hay una especie de ritual que se debe llevar a cabo, si no se lleva tal cual el hechizo no funciona – Completó Terry, aportando parte de su investigación.

-¿Qué ritual? – quiso saber Harry.

-El libro no lo explica muy bien – se quejó Terry enseñándoles un libro de portada rasgada y vieja, pero que se podía apreciar muy bien.

-‘Los misterios de la Naturaleza’ por Gustav Goldstein – recitó Draco leyendo la portada - ¿y dices que en ese libro menciona el Hechizo de los Cinco Elementos?

-Menciona las habilidades de las personas que nacen con el don, te explica cómo es que pueden usar el don, habla sobre un hechizo neutralizador y el Hechizo de los Cinco Elementos.

Todos estaban asombrados y perturbados a la vez.

-¿Hechizo neutralizador? – Harry enarcó una ceja.

-Eso también es nuevo para mí – confesó Terry - ¿y para ustedes? – les preguntó a Luna y a Draco.

Ambos chicos asintieron con la cabeza.

-No será de importancia o ¿sí? – se preocupó Neville.

-Lo averiguaremos después ¿Qué dice del hechizo que nos importa? – insistió Harry.

-El libro en ningún momento dice nada de lo que les acaba de decir Terry – aclara Hermione – no directamente al menos, habla de los elementos de una manera tan sutil que si uno no está familiarizado con ellos les pasaría desapercibido.

-Pero…

-Hace mención del hechizo, pero no explica el cómo se realiza, solo dice que se tiene que llevar a cabo en una fecha en especifico, pero tampoco la menciona – aclaró Terry.

-Eso no nos lleva a ningún lado – se quejó Harry.

Todos se quedaron sumidos en sus pensamientos.

-¿Cómo lo detenemos entonces? – dejó salir frustrado Ron, después de un buen rato.

-Busquemos a Gustav Goldstein – propuso Luna – él escribió el libro y claramente sabe mucho más de lo que nos da a entender en el libro.

-¿Qué? – Neville frunció el ceño.

-De hecho, no es tan mala idea chicos – apoyó Hermione.

-Ya debe de haber muerto – gruñó Harry observando el libro - ¿sabes cuánto tiempo tiene ese libro? Y no solo eso, súmale los años que tenía cuando lo comenzó a escribir y…

-Potter, tu actitud no ayuda – esta vez el que gruñó fue Draco – además las personas que contamos con los elementos, tendemos a vivir más tiempo que los magos ordinarios.

-¿Insinúas que ese tal Gustav posee un elemento?

-Pues sabe mucho sobre ellos, amor – dejó salir Terry como si nada. Entornó los ojos al percatarse por su desliz, todos lo observaron solo unos instantes y se hicieron los desentendidos, a excepción de Malfoy que frunció el ceño.

Harry carraspeó para sacar del apuro a su novio. 

-Bien, entonces nuestro próximo objetivo es ir hasta donde esté ese Gustav Goldstein, ¿alguna idea?

-Quizás Malfoy nos quiera deleitar con su elemento y ayudarnos – propuso Terry.

El rubio entornó los ojos, no estaba muy seguro de querer confesar en esos momentos sobre los problemas de su magia. Después de todo solo le faltaban dos días para recuperarse del todo y hacer uso de éstos como si no hubiera ocurrido nada. O al menos así había sido la última vez que había tenido problemas con su magia.

-No puedo – gruñó, todos fruncieron el ceño - ¿cómo voy a dar con él? no soy un mapa, necesito algo de él, algo personal y… No Potter el libro no cuenta, al menos que el mismo Gustav lo haya hecho él personalmente, me refiero que él haya pegado las hojas o lo haya puesto en la estantería de la biblioteca.

-No perdemos con intentarlo – dijo el pelirrojo.

-¿Sabes cuantas personas han tocado ese libro Weasley? ¡Solo en estos momentos todos nosotros lo hemos tocado! Y no estoy seguro de querer leer sus pensamientos.

-Ahora ¿Quién es el pesimista, Malfoy? – reclamó Harry.

-¡Basta chicos! Así no llegaremos a nada. Tenemos que buscar otra manera – intervino Hermione.

-Yo sé cómo – murmuró Draco cruzándose de brazos – Scorpius.

*****

Dio un largo suspiro ante la puerta de aquella cabaña que él mismo había hecho meses atrás. Abrió la puerta lentamente, en cuanto estuvo dentro se sorprendió de lo que vio.

-¿Pansy? 

-¡Blaise! – gritaron ambas chicas al reconocerlo.

Kimi fue la primera en llegar hasta con él y aferrarse en un abrazo. Blaise estaba desconcertado, frente a él estaba Pansy, la cual lo veía con lágrimas en los ojos, su amigo ojiazul también estaba allí con la diferencia que éste aparentemente dormía sobre un colchón, y por ultimo su hermana, la cual lo estaba abrazando fuertemente.

-¿Cómo?

Varios minutos después Pansy logró ponerlo al tanto. Blaise sonrió tranquilo, al fin tenía a su familia a salvo, ahora tenía que pensar la manera de cómo deshacerse de una vez de Voldemort.

-Blaise, tenemos qué hacer algo con Theodore, está muy mal, necesitamos llevarlo a San Mungo – la voz desesperada de Pansy lo sacó de su ensimismamiento.

Sin embargo su mente estaba maquinando planes, mientras ayudaba a Pansy a incorporar a Theo.

Podría llevar al ojiazul a San Mungo y le diría a Draco que su amigo había logrado escapar de los Mortífagos, lo convencería que después de todo Theo no era el traidor y así juntos, tanto los Slytherin como los del ED, unirían fuerzas para de una vez deshacerse de Voldemort.

-Tenemos que avisarle a Draco – le dijo al fin su plan a la chica.

-A ¿Draco?

Pansy no estaba muy segura de querer ver al rubio, después de todo ellos habían sido novios en Hogwarts, noviazgo que había terminado cuando el rubio descubrió que la chica comenzaba a tener interese en el chico Nott. Después de eso, no se habían visto frente a frente.

-Pansy, Draco está al tanto de todo o al menos de casi todo.

Blaise le recordó a la chica que el rubio estaba siendo perseguido por Voldemort para apoderarse de Scorpius y que si aún no lo hacían era porque contaba con la ayuda de Potter.

-¿Crees que Potter nos ayude?

-¡Por supuesto!

Pansy meditó un poco, después accedió.

-De acuerdo. Hazlo.

En las afueras de la cabaña, Blaise centró toda su energía para poder mandarle el mensaje a Draco, solo esperaba que las sospechas que tenía sobre los problemas con el don no le impidieran al rubio recibirlo.

*****

Gruñó por cuarta vez.

-¡Esto es inútil Morseferth! El maldito de Malfoy se ha escondido y esta vez muy bien.

-Necesitó ayuda, seguramente de Potter – expresó el mortífago – la sangre sucia debió de haber intervenido.

-¿Qué hacemos? – la voz de Rowle se notaba temblorosa, seguramente por temor a ser castigado nuevamente por su amo.

-Nada. Él lo hará.

-¿Cómo dices?

-Algo me dice que el mortífago misterioso es alguien que conoce a Malfoy, en cada uno de nuestros ataques hacia el traidor, éste siempre ha tenido compañía. En el primer ataque a la mansión Malfoy, Lucius y Narcisa, los cuales no deberían estar, estuvieron.

-Sí y tú te encargaste que Lucius enviudara– sonrió Rowle.

-En el segundo ataque, nuevamente estaba acompañado, cuando se supone que nuevamente no lo estaría.

-Eso no importó mucho, Lucius fue el que murió en ese ataque, McKinnons se encargó de eso. Y en el tercer ataque yo me encargué que la Greengrass esa muriera.

-Y en el último, la sangre sucia estaba en ese pub y minutos después el chico Nott. Eso nos lleva a…

-El chico Tierra. Es decir Blaise Zabini.

[Los rehenes han escapado. El chico Zabini es el mortífago misterioso. Nott requerirá ayuda médica]

La voz de McKinnons resonó en la mente de los dos Mortífagos gracias a la telequinesis. Morseferth siempre mantenía un canal abierto para mantenerse comunicados entre ellos, nunca estaba de más darse información, sobre todo cuando de ésta dependían sus vidas.

-Esto se pone interesante – dejó salir Morseferth – Zabini tendrá que contactar a Malfoy en cualquier momento. Y ahí nosotros estaremos.

-Pero tú no mantienes canal abierto con él.

-Yo no, pero el viento sí.

Rowle enarcó una ceja, el único que poseía el Elemento del Aire, era McKinnons el cual se encontraba lejos de ellos ¿Cómo demonios podría darles información en el momento preciso?

*****

Scorpius observaba a todos los chicos a su alrededor, al parecer todos estaban expectantes a lo que él haría. Comenzó a ponerse nervioso.

-Es mejor dejarlos a solas – propuso Hermione mientras se levantaba del lugar e instando a los demás a salir de la sala.

Uno a uno los chicos comenzaron a salir lentamente hasta dejar a solas a los rubios. Draco comenzó a explicarle a Scorpius lo que quería que hiciera con respecto al libro.

El pequeño rubio cerró sus ojitos y se centró en aquel viejo volumen. Draco sabía que lo lograría, después de todo su hijo era más poderoso que él, en cuanto a su don.

Mientras tanto del otro lado de la sala, los chicos recién salidos comenzaron a dar opiniones con respecto a la recién información intercambiada.

-¿Creen que Scorpius posea un poder en especifico y por eso Voldemort lo quiere? – Comenzó Harry – me refiero a no solo el del quinto elemento, sino a uno superior a éste.

-¿Hablas de un sexto elemento? – inquirió Hermione.

-No… - el ojiverde pareció sumirse en sus pensamientos - ¿Qué elemento poseía la esposa de Malfoy?

-Astoria Greengrass poseía el mismo elemento que Draco – comentó Luna con aire distraído.

-¿Eso es posible? – interrogó perplejo el pelirrojo – Se supone  que es muy difícil el poseer los elementos.

-No. El de encontrarlos, sí – aclaró Hermione – Existe una gran probabilidad que Scorpius sea muy poderoso por tener a dos padres con el mismo elemento, quizás es por eso que obtenga más habilidades que Draco y el porqué del interés en Voldemort en él.

-Eso tiene sentido – coincidió Terry – pero no estaremos seguros hasta preguntarle al anciano ese de Gustav. Pueda que haya otra razón… o tal vez solo sea una venganza.

-Eso también es posible – concordó la castaña – pero como tal lo has dicho,  solo Gustav nos puede dar las respuestas.

Harry abrió la boca para decir algo, pero enseguida la cerró al ver a ambos rubios dirigirse hacia con ellos.

-Gustav Goldstein se encuentra en las montañas cerca de un pueblo pequeño llamado Hangleton – anunció Draco, el cual llevaba en brazos a Scorpius.

-¡Perfecto! Tendremos que organizarnos para ir a visitarlo la próxima semana – exclamó Harry.

Cuando comenzaban a organizarse una pequeña Mimbulus Mimbletonia, que se encontraba en una esquina, comenzó a danzar  frente a ellos, solo los dos Malfoy entendieron el mensaje.

-¡Es Blaise! Encontró a Theodore.

*****

Rowle comenzó a lanzar piedras sobre el lago, la verdad era que ya se estaba cansando de esperar aquella supuesta señal que les daría Zabini de manera indirecta para localizar a Malfoy. Morseferth también estaba llegando a su límite cuando frente a ellos se apareció McKinnons.

-¿Qué se supone que haces aquí? – gruñó Morseferth.

-Haciendo mí trabajo, ya que al parecer ustedes no lo están haciendo muy bien.

Rowle estaba dispuesto a reclamar cuando el recién llegado le hizo una señal de advertencia. Una ventisca inusual rodeó a los tres Mortífagos.

-¡Esa es la señal! – al poseedor del Elemento del Aire le brillaron los ojos.

*****

Después de tanto insistirle, Blaise logró convencer a Pansy en quedarse en aquella cabaña junto a Kimi mientras que él mismo llevaría a Theo a San Mungo. El ex Slytherin tenía un extraño presentimiento, algo andaba mal, sin embargo no se detuvo.

En cuanto llegó al hospital mágico los medimagos atendieron rápidamente a Theo, de acuerdo al diagnostico del medimago en turno, si hubiera esperado un par de horas más los daños hubieran sido irreversibles y el chico nunca hubiera despertado. Blaise respiró tranquilamente al saber que eso no ocurrió.

El chico Nott se encontraba en un cuarto reposando, ya lo habían desintoxicado de aquella poción así que solo era cuestión de minutos para que recuperara el conocimiento, aunque al principio se sentiría débil.

Blaise estaba nervioso, no sabía exactamente hasta qué punto su amigo ojiazul tenía conocimiento de lo que le había ocurrido mientras estaba prisionero, ¿y si Theo había podido averiguar que él, Blaise, había formado parte de su tortura? ¿Y si Theo sabía que él era el traidor? Solo había una manera de averiguarlo. Que despertara.

Lentamente comenzó abrir los ojos, de pronto demasiada luz hacia sus ojos los hizo cerrar casi de inmediato. Parpadeó un par de veces, hasta que se acostumbró a la luz. Con su mirada azulada recorrió el lugar hasta que se topó con una intensa mirada.

-¿Blaise? – murmuró un poco desconcertado, ¿Qué demonios le había pasado?

-¿Cómo te sientes? – le preguntó el moreno, mientras le apartaba un mechón de su cara.

Con el solo contacto del otro chico, a Theo se le vinieron un sin fin de imágenes y voces. Comenzaban desde ese día del pub ‘El Cadáver’, continuaban con algunas torturas con Voldemort, le seguían unas voces conocidas y terminaban en una cueva que al parecer tenía salida hacia Hogsmeade.

“Lo siento Theo” – aquella voz vagamente conocida viajó hasta su mente. Theodore entornó los ojos.

-¡Eras tú! – soltó incorporándose de un salto. Blaise parpadeó nervioso.

-¿Interrumpimos?

La voz de Morseferth, combinada con las risas burlonas de los otros dos Mortífagos, resonó en la habitación.

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N/A

 [Lo que está entre corchetes y cursivas solo lo pueden escuchar Rowle y Morseferth, ya que es parte del don de éste último]

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