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jueves, 28 de noviembre de 2013

Epilogo: Violeta

Los cinco elementos

Wolas!
Pues bien, con este capítulo esta historia se acaba TToTT
Agradezco enormemente el tiempo que le han dedicado a la lectura y sobre todo en todos los comentarios que me han dejado *0*
Bella, espero que te haya gustado, como ya te has dado cuenta, Harry y Draquito estarán juntos al igual que Blaise y Ron, tal como me lo pediste :3
Sin más, los dejo con el Epilogo y el tan esperado lemon, les advierto, no soy muy buena escribiéndolos jejeje.
Muchas gracias por leer!
Besos
PISLIB n_n





Epilogo.

Violeta



Harry besaba apasionadamente al rubio mientras sus manos subían y bajaban por las piernas. En aquella habitación solo se podía escuchar el jadeo de ambos y los sonidos causados por la succión de labios causados por los besos.
-Te amo… - jadeó el ojiverde entre besos, recorriendo el cuello del muchacho que descansaba bajo su regazo.
Draco jadeó cuando sintió la lengua de Harry recorrer el contorno de sus pezones.
-Merlín… - murmuró, arqueándose levemente.
Harry bajó sus labios lentamente hasta llegar al abultado abdomen, el cual besó con ternura. Draco lo observó lentamente, podía sentir lo feliz que estaba el ojiverde ante el ser que se formaba dentro de él.
-Ven aquí – pidió el rubio.
El ojiverde, obediente, subió hasta la boca de su esposo, a quien volvió a besar apasionadamente.
-Te amo, Harry – le dijo entre besos.
-¿Ya no soy un maldito idiota como lo era hace media hora?
-Ahora que me estas atendiendo, ya no lo eres – le sonrió, dándole un casto beso.
Harry volvió al ataque, besándolo por el cuello y el pecho desnudo.
-El bebé esta exigente, entra de una vez – jadeó el rubio.
-¿El bebé o tú? – Se burló el ojiverde, recibiendo una mirada asesina del otro – De acuerdo.
Harry se acomodó entre las piernas del rubio, justo cuando iba a tomar su varita para lanzarle un hechizo lubricador se dio cuenta que faltaba algo en el velador.
-¿Dónde está el despertador?
-¿Te importa más un maldito reloj que yo? – se quejó.
-¿Volvió a entrometerse? – quiso saber.
-¿Tú qué crees? Además es un chismoso, no sé cómo demonios le dijo al aparato ese donde calientas la comida lo que hacemos todas las mañanas.
-¡Pero el microondas está en la cocina!
-No hay límites para los chismes – se cruzó de brazos, enfurruñado.
-No te enojes, no queremos que este bebé nazca antes de tiempo, ¿cierto? – Harry repartió besos un par de veces más hasta hacer que el rubio volviera a estar en el punto en donde se habían quedado antes de preguntarle del despertador.
Harry lanzó un hechizo lubricador, se mordió el labio inferior mientras entraba en el rubio.
-Estás apretado – jadeó.
-¿Crees que… no lo sé? – Gruñó – Tengo ocho meses, es obvio…
Con trabajo pudo estar al fin dentro, se movió lento y suave, tratando siempre de hacer el acto algo placentero y no tortuoso para ambos. Draco comenzó a disfrutar en cuanto se relajó completamente; los besos suaves, las caricias tiernas y las palabras dulces de Harry ayudaron mucho a la causa.
Hubo más besos, demasiadas caricias, jadeos, movimiento rápidos, mordidas, rasguños, gemidos, lamidas, movimientos lentos, palabras tiernas, amor, mucho amor… y al final, el éxtasis… 
-Te amo – expresó Draco, jadeante. Sus cabellos rubios adheridos a su rostro a causa del sudor.
-Te amo, más – Harry le dio un beso más.

*****

Harry recibió a los recién llegados con una enorme sonrisa.
-Bienvenidos – saludó a Hermione, quien llegaba con una caja de regalo - ¿Dónde está el cumpleañero?
-Arreglándose – informó – Lleva más de una hora frente al espejo.
Hermione sonrió.
-¿Y Draco?
-Él sigue igual de gruñón que siempre.
-Es el embarazo, Harry – recordó la castaña.
Ambos llegaron al jardín trasero en donde se encontraban los demás invitados.
-¡Hermione! – un niño de cabellera rubia y alborotada, llegó corriendo al jardín.
-¡Scorpius! – Hermione lo abrazó – Veo que te has hecho un cambio de look – reconoció, al ver que el pequeño estaba comenzando a adoptar el aspecto que tenía el Scorpius de catorce años.
-¿Te gusta? – El rubio se dio una vuelta – Es exactamente para un niño de siete años.
-Por supuesto – Hermione le sonrió, entregándole su obsequio.
-¡Gracias! – el pequeño corrió hasta donde estaba el resto de los invitados.
Draco llegó al jardín, en él era evidente lo adelantado que tenía su embarazo. Escudriñó con la mirada a sus invitados.
Blaise y Ron estaban juntos, conversando entre ellos mientras miraban de vez en cuando a su hija Kimi, quien jugaba al lado de Teddy y Scorpius. Theodore cargaba a su pequeña hija de un año de edad mientras conversaba con Hermione. Por último estaba Harry, esperándolo con una sonrisa de lado.
-¡Ah, ahí estas! – Saludó Zabini - ¿Te escondes?
El rubio gruñó.
-Con esta enorme barriga, ¿crees que pueda hacerlo?
-Harry no mentía con decir que cada vez estabas más gruñón – reconoció Nott.
-¿Por qué nadie me recordó que los que dominamos los elementos somos fértiles?
-Creí que querías vivir la experiencia – Blaise se encogió de hombros. Theodore sonrió de lado y Draco volvió a gruñir.
-No es para tanto, cariño – consoló Harry, dándole un casto beso en los labios.
-Eso no me quitará el dolor, Potter – gruñó el rubio.
Los demás sonrieron.
-Tienes suerte, Nott – reconoció el rubio, sentándose al lado de Harry.
-¿Por qué? – Luna frunció el ceño.
-Él no va a tener que pasar por un embarazo – explicó lo evidente.
-¿Por qué estás tan seguro? – Luna lo vio fijamente, llamando la atención de todos, sobre todo la de su esposo – Si tenemos otro hijo, Theodore se encargará de gestarlo.
El muchacho sonrió, dejando a todos sorprendido.
-Está bromeando – aseguró. Luna alzó una ceja. Theodore borró la sonrisa – No estás bromeando – frunció el ceño.
Todos volvieron a sonreír.
-¡Demonios! – gruñó el rubio de pronto.
-¿Qué pasa? – el ojiverde se alarmó.
-El bebé, ¡ya viene!
Todos se movilizaron rápidamente para transportarse hacia San Mungo.

******

Draco estaba en el quirófano, listo para la operación.
-Debes prepararte,  Potter – gruñó el rubio, aferrando la mano de Harry.
-Estoy listo – aseguró.
-¡Genial! Porque de en un momento a otro, ¡Ahhh! – Draco se quejó cuando una contracción lo invadió.
-Emh… ¿Draco?
-¿Qué demonios quieres? – rugió.
-Sé que no es el momento… pero… ¿Cómo va a salir el bebé?
Draco olvidó instantáneamente el dolor que le invadía mientras veía a Harry como si de pronto le hubiera salido otra cabeza.
-¡No puedo creerlo!
-¿Qué?, ¿Qué pasa? – Harry se alarmó.
-¡Harry! ¡Puedo ver tu aura!
-¿Qué…? – Esta vez el ojiverde lo veía desconcertado - ¿Mi aura?, ¿Qué significa eso? ¿Ya no me amas?
-¡¿Cómo puedes decir eso, maldito idiota?! – gruñó, al sentir nuevamente las contracciones.
Una luz brillante iluminó el cuarto, Harry pudo ver cómo el vientre de Draco se traslucía, gracias a la luz, revelándole el interior. El ojiverde observó la silueta del bebé. No parpadeó para ser testigo del acto que estaba por empezar. En el interior de Draco, el bebé comenzó a desvanecerse lentamente mientras se formaba nuevamente en el exterior, uniéndolo con el padre por el cordón umbilical.
-Increíble… – musitó, sin despegar la mirada.
Draco tomó en sus brazos al bebé mientras el medimago cortaba el cordón. El bebé comenzó a llorar.
-Es una hermosa niña – anunció el medimago.
Harry jadeó en cuanto escuchó los primeros llantos. Draco sonrió de lado al ver a su pequeña sana y salva. Escuchó un ruido a su lado.
-Emh… disculpe doctor, creo que mi esposo se ha desmayado.

******

Cuando Harry recobró el conocimiento se encontraba en una habitación desconocida. Reconoció un par de ojos grises frente a él.
-¡Papá, Harry! Ya nació mi hermanita – Scorpius le sonrió de lado.
-¿Hermanita?, ¿Tenemos una niña en la familia?
-¡Sí! – Scorpius brincó de la emoción.
Ambos salieron para encontrarse con el rubio y la bebé.

Draco contemplaba a la nueva integrante de la familia, cuando Harry —quien traía un parche en la frente— y Scorpius entraron en la habitación.
-¡Hey! – Saludó el ojiverde, acercándose a ambos - ¿Cómo están mis tesoros?
-Felices y sanos – respondió el rubio mayor.
-Tenemos una hermosa familia, ¿cierto, Scorpius? – Harry lo abrazó por los hombros.
-Sí. Una hermosa familia, papá Harry – el pequeño rubio le sonrió de lado mientras contemplaba a su hermanita – Papá – llamó a Draco – No vas a creer esto, pero el color de tu aura ha vuelto a cambiar.
-Te aseguro que no volverá a hacerlo – le respondió.
-¿Cómo están tan seguro? – el ojiverde alzó una ceja.
-Porque me siento realizado.
Draco sonrió orgulloso, observando a cada de ellos.
-¿Cómo se llamará mi hermanita? – Scorpius los observó fijamente.
Harry y Draco intercambiaron miradas, recordando…

Se encontraban en el balcón.
-¿Por qué el aura cambia de color? – preguntó el ojiverde.
-¿Aún quieres saberlo, cierto? – inquirió.
-Ya aprendí a vivir sin saberlo – dejó salir orgulloso.
Draco le dio un casto beso en los labios.
-Porque están ligados a los sentimientos – le respondió.
-¿Llega un momento en que deja de cambiar? – Ambos estaban acostados en un catre. Harry abrazando al rubio, mientras contemplaban las estrellas.
-Sí, cuando una persona se siente realizada.
-¿Y cómo sabes que ha llegado ese momento?
-Hay un mito que dice: Cuando una familia es unida por un evento mágico y extraordinario. Y cada uno de los miembros se siente feliz por ello mantienen un mismo color hasta el día en que los más jóvenes encuentran con quien compartir su vida.
-¿Y ese color cuál sería?

Harry y Draco se miraron intensamente y sonriendo respondieron al unísono.
-Violeta.

FIN


Septiembre 2013

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N/A

Y tan, tan :D
Hasta aquí la historia, oficialmente se ha terminado Q_Q
Agradezco que hayan seguido la historia hasta el último de los capítulos y también muchas gracias por leer y por sus lindos comentarios, me alegran el día y la noche *-* , no importa cuando lleguen, siempre son bien recibidos :3
Y antes de irme, les anuncio que hay un shot llamado Tierra, trata sobre el inicio de la relación de Blaise y Ron —me encanta esta pareja y no pude resistir escribir algo sobre ellos en este universo—, me encantará leerlos por allá :3
Aprovechando el momento, les deseo una feliz navidad y un prospero año 2014. Espero que el año que viene este lleno de felicidad, amor, salud, dinero y sobre todo, mucho, mucho yaoi *-*
Nos estamos leyendo –si me leen por ahí, claro– “No me olvides…”, “Tu historia fue conmigo” y “El efecto de la Luna de queso” .
Besos y felices fiestas!

PISLIB n_n



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martes, 26 de noviembre de 2013

Capitulo Veintiséis: Reencuentros

Los cinco elementos

Wolas!
Pues aquí estoy con última dosis de esta historia :3
Agradezco enormemente que hayan seguido esta historia durante todo este tiempo —los que iniciaron conmigo deben saber que estamos en este barco desde el 2010 Q_Q —, este fic fue un desafío directo de mi amiga Bellatrix, muchos la  deben de conocer por estos lares como Profesora McGonagall, y realmente ha sido un reto el haberla escrito jejeje.
En fin, amiga, espero que te haya gustado :D
Sin más reparos, los dejo con el último capítulo :3
Besos
PISLIB n_n





Capitulo Veintiséis: 

Reencuentros.


Había transcurrido un mes desde que habían regresado a la mansión Malfoy y el rubio sentía que había pasado más tiempo. Se talló los ojos con sus manos, se sentía cansado. La mansión se sentía tan sola cuando Scorpius no se encontraba. Sonrió de lado al ver la fotografía de su hijo que descansaba en el escritorio. Seguramente a esas horas el pequeño y Hermione ya estarían en el parque. La castaña había ido un par de veces más a la mansión a visitarlos, incluso Longbottom. Y Harry… él ni siquiera daba luces de que alguna vez ambos habían compartido algo.
-¡Un beso! – gritó, frustrado.
Un beso le había dado y el maldito ojiverde se pavoneaba de un lado a otro con su novio Terry Boot. El rubio gruñó al percatarse que llevaba más de una hora pensando en Potter.
-¡No soy GAY! – volvió a gritar.
Se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro pensando en qué demonios le estaba pasando. ¿Qué era esa cosa que sentía en el pecho cuando la imagen de Potter y Boot juntos se le venía a la mente?, ¿Por qué estaba tan enojado con él mismo por pensar una y otra vez en el beso que le dio el ojiverde? ¿Por qué le aterraba la idea de tan solo pensar en la posibilidad que tal vez era bisexual?
-¿Qué demonios me pasa, Astry? – se recargó de la pared.

******

El pelirrojo caminaba de un lado a otro frente a la mirada interrogante de Theodore.
-¡¿Cómo pudo ocultármelo todo este tiempo?! – Gritó – ¡Tenía derecho a estar con ella! ¡También es mi hija!
El moreno no dijo nada, seguía con la mirada al pelirrojo.
-Debería quitársela y no dejarla ver, ¡Nunca! ¡Eso haré! – se detuvo, cruzándose de brazos.
El Slytherin rodó los ojos. El pelirrojo había aparecido frente a él una hora atrás despotricando a los cuatro vientos sobre la injusticia que había cometido Blaise.
-¡La puso en peligro! – Le reclamó – No merece tenerla.
Ron se dejó caer en el sillón, suspiró largamente.
-Lo amo… – susurró, después de varios segundos en silencio – Nunca dejé de hacerlo. No puedo odiarlo a pesar de todo…
Theodore se levantó y se puso frente a él.
-¿Y qué demonios haces aquí? Deberías estar hablando con él y no conmigo.
El pelirrojo se sonrojó.
-Lo sé – musitó. Ni siquiera iba a hablar con Nott, había ido a buscar a Hermione a su departamento pero la castaña no estaba, entonces optó a ver a Luna y al que encontró fue al muchacho ojiazul – Le dije cosas feas la última vez que lo vi.
-Insisto en que debes de hablar con él.
Ron lo miró fijamente.
-Eso haré – se levantó, decidido a hacer su cometido.

******

Hermione veía a Scorpius y a Kimi divertirse en los juegos del parque. Desvió su mirada hacia el muchacho que tenía a su lado derecho.
-Tienes que darle tiempo – le dijo – Fue una gran sorpresa lo que le confesaste. Es natural su enojo.
-Lo sé – coincidió Blaise – Solo espero que algún día llegue a querer a Kimi y no la odie por mis acciones. Ella es la menos culpable de todo esto.
-No lo hará, ya lo verás – Hermione le sonrió.
-¿Por qué eres así, Granger? – El moreno estaba confundido – Me metí en su relación… deberías estar enojada.
La muchacha negó con la cabeza.
-Ron y yo vivíamos en una fantasía. Todos esperaban que algún día termináramos casados y con hijos. Sé que Ron nunca me quiso de la misma manera que yo lo quería – explicó – Él te ama.
-Me amaba – corrigió – lo he perdido.
Hermione le acarició afectuosamente el brazo.

*****

-No tienes que lamentar nada, Harry – explicó Terry – lo que tuvimos fue hermoso mientras duró.
-¿Estas terminando conmigo? – Frunció el ceño – He venido hacer las paces contigo.
-Tú no me amas – le aclaró.
-Terry…
-Harry, desde que te conozco sé leer tus acciones.
-Eso es fácil, dominas el elemento del fuego – musitó, el castaño sonrió de lado.
-No lo necesito para leerte – expresó – Tus sentimientos se aclararon desde el momento en que te reencontraste con Malfoy.
-¿Aclararon? – el ojiverde frunció el ceño.
-Entre tú y Malfoy había algo más que enemistad en Hogwarts – explicó – Tú mismo me dijiste en un tiempo atrás, que él te atraía físicamente.
-Eso no dice que sienta algo más por él.
-No te sigas engañando, Harry – Terry se puso frente a él – El haber convivido con Malfoy en estos meses reforzó esa atracción, lo conociste cómo es realmente. Y te recuerdo que lo besaste.
Harry llevó sus manos a los labios, recordando ese hormigueo que le invadió al tocar los labios del rubio.
-La primera relación seria, siempre es la más dura – expresó Terry.
-Lamento que esto no funcionara. En verdad quería que así fuera.
-Yo también – Terry lo tomó de los brazos – Sé feliz, Harry. Te lo mereces.
-Podemos intentarlo, tal vez si yo… – el castaño negó con la cabeza.
-No serás feliz conmigo.
-¿Ya no me amas?
-Lo hago. No quiero atarte a algo que no tendrá futuro.
-Pero…
-Harry, cuando me quedé solo en tu departamento mientras tú ibas en busca de Malfoy y de su hijo me di cuenta de lo mucho que él te importa. Ese beso significó más de lo que piensas. Lo amas.
-Pero él no a mí. Él aún ama a su esposa muerta – dejó salir con amargura.
-Hay una razón por la que él no puede ver tu aura – inquirió. Harry frunció el ceño.
-¿Cómo sabes que él no puede ver mi aura? – Harry parpadeó un par de veces.
-Domino el elemento del fuego, no lo olvides – le guiñó un ojo – Ve por él, Harry.
-¿Por qué eres tan bueno conmigo, Terry? Otra persona ya me hubiera cruciado.
-Me importas, Harry. Quiero verte feliz y si para eso tienes que estar con otra persona…
-Gracias.
Harry lo miró fijamente.
-Eres un gran chico, Terry.

******

Blaise decidió ir a caminar solo mientras Hermione cuidaba de los niños. Se preguntaba si algún día Ron le perdonaría por haberle mentido. Aún podía recordar la mirada que le envió cuando le reveló la verdad sobre Kimi.

“¿Podemos hablar? Te invito a comer”. Así recitaba el pergamino que le había llegado en nombre de Blaise.
Al día siguiente el pelirrojo estaba puntualmente en la casa del moreno. En cuanto llegó supo que algo andaba mal. Blaise se veía serio e insistía en que tenía que decirle algo importante.
-Te mentí – confesó – No quería implicarte y así salieras lastimado. Te dije que lo que tuvimos en Hogwarts fue una apuesta, la verdad es que fue lo más real que he tenido en toda mi vida.
-Eso lo sé – afirmó el pelirrojo – Supe que no fui una apuesta. Lo comprendí cuando te vi saliendo de San Mungo con tu hija.
Blaise pasó saliva trabajosamente.
-Hay algo de ella que debes de saber – el moreno lo miró fijamente – La razón por la que Pansy decía que Kimi era mi hermana es porque no quería que nadie más supiera sobre eso. El saber que Kimi era mi hermana no la hacía un objetivo directo de Voldemort.
-¿Sabías que Voldemort no había muerto?
-Theodore, Draco y yo sospechábamos que no había muerto del todo, Malfoy podía sentirlo, débil pero podía hacerlo. Sabíamos que Voldemort, después de su retorno, estaba obsesionado con los poderes de los elementos. Por eso cuando anunciaron su muerte no bajamos la guardia, creíamos que tenía un plan por si los horrocrux fueran eliminados.
››Hicimos un trato, no tener familia. Si teníamos hijos, era seguro que ellos heredarían nuestros poderes y los convertirían en un blanco seguro.
-Malfoy y tú se casaron. Y tuvieron hijos – apuntó el pelirrojo.
-Draco tuvo que casarse para que su familia no cayera en desgracia, además… no quiso perder la oportunidad de hacerlo con la persona que lo amaba y que él sentía lo mismo por ella.
El pelirrojo desvió la mirada.
-Tú también aprovechaste esa oportunidad…
-No, yo… – al moreno le aumento el ritmo cardiaco – En realidad yo, me enteré que estaba embarazado en las vacaciones de verano del sexto año, antes de hacer el pacto...
-¿Qué? – El pelirrojo palideció unos segundos - ¿Tú…? Tú… – no supo cómo articular la pregunta.
-Sí, yo fui el gestor de Kimi.
Ron comenzó a hacer cuentas mentalmente.
-¿Vacaciones de verano del… sexto curso? – Al ojiazul comenzó a faltarle el aire - ¿Estás diciendo que…? – le envió una mirada que el moreno no supo interpretar.
Blaise se mordió el labio inferior antes de hablar.
-Kimi… también  es tu hija.  
El pelirrojo agrandó los ojos.
-Cuando me enteré… - el moreno se mordió el labio inferior – Te lo iba a decir, pero no regresaste para el séptimo curso.
-Entonces, ¿fue culpa mía? – reclamó, enojado.
-No, yo solo…
-¡¿Siete años después me dices que tengo una hija y que no lo supe porqué no regresé al colegio?! – exclamó - ¿Acaso no hay lechuzas, Red Flú? ¡Sabes en donde vivía! ¡¿Y dices que no pudiste decírmelo porqué no regresé?!
-Ron… - el ojiazul lo veía con odio.
-¡Basura! ¡Eso es lo que eres, Blaise Zabini! – el pelirrojo se desapareció del lugar.

Blaise suspiró largamente. Tal vez Ron nunca le perdonaría lo ocurrido y el moreno sabía que se lo merecía. Un ruido a unos cuantos metros delante de él lo alarmó. Alzó la mirada y se encontró con un muchacho pelirrojo.
El ex Slytherin lo miró anhelantemente.
-Creo que… nunca te di las gracias por haberme curado el brazo con el calor de la Tierra – le sonrió de lado, sonrojado.
Blaise parpadeó un par de veces, ¿Ron había dicho lo que él creía que había dicho? ¡Si así era, eso significaba que el pelirrojo lo estaba perdonando!
-Lo siento, lo siento mucho. Nunca quise ocultarte nada, yo solo…  – el moreno confesó. Ron se acercó a él.
-Shh – con dos dedos lo silenció. Le dio un casto beso en los labios – Te amo…

******

-¡Es un maldito idiota, Astry! – Gruñó el rubio – ¡Me besa y se va con el idiota de Boot!
Draco se encontraba frente al cenotafio de su esposa, caminaba de un lado a otro. Enojado.
-¡En serio, Astry! – replicó – Se lo dije y él… ¡Él simplemente se va con Boot!
Pateó una piedra.
-Creí que moriría y me pareció un buen momento para confesarle lo que sentía y él… ¡Prefirió irse con el maldito de Terry!
Una enorme nube cargada de agua se formó sobre el lugar. En cuestión de segundos comenzó a relampaguear.
-Le dije, Astry. Le dije que no podía ver su aura – gritó, frustrado. La nube comenzó a descargarse – Tú sabes mejor que nadie qué significa eso…
Comenzó a llover cada vez más fuerte.
-Cuando una persona que domina el Elemento de la Energía no puede ver el aura de ciertas personas… – Negó con la cabeza.
El rubio estaba empapado, se dejó caer de rodillas al pie del cenotafio.
-Yo atribuía ese detalle a mi inestabilidad en la magia…
Los relámpagos y truenos no cedían, al contrario aumentaban.
-Y la razón es porque lo amo…
Negó con la cabeza.
-Estoy enamorado del maldito de Harry Potter.
 -Al menos sé la razón – Draco se giró rápidamente, encontrándose con un empapado Potter.
-¿Qué haces aquí? – el rubio se levantó de inmediato.
-Yo también te amo – Harry se acercó a él lentamente. Draco retrocedió, espantado. ¿Cuánto había escuchado Potter?
-Te amo – el ojiverde sonrió – Sé que sientes lo mismo que yo.
-¡No! – el aludido negó con la cabeza rápidamente.
-Escuché todo, Draco.
-¡Escuchaste mal! – renegó.
-No tiene caso seguir negándolo – Harry dio un par de pasos hacia él, el rubio los retrocedió – Draco…
-¿Qué haces aquí, Potter? Deberías estar con tu novio.
-Es lo que hago – el rubio frunció el ceño.
-Me refiero a Boot, idiota – gruñó.
-Él y yo somos buenos amigos – confesó – De hecho, gracias a él estoy aquí.
-Felicidades, ahora gracias a ti te largarás por donde viniste.
-¿Qué pasa, Draco? – el ojiverde frunció el ceño.
-Déjame solo.
-Quiero estar a tu lado, para siempre – confesó – Contigo, con Scorpius. Los tres juntos.
-¡Cómprate una familia, a mi déjame en paz! No soy Gay – desvió su mirada.
La lluvia se intensificó. Harry lo escudriñó con la mirada.
-Es normal tener miedo, Draco.
-¡Yo no tengo miedo, Potter! – replicó, se mordió el labio inferior.
-Cuando perdí gente que me importaba en la guerra, tenía miedo de acercarme a otras personas por el temor de volverlas a perder en cualquier momento – explicó.
Draco lo miró fijamente.
-Te prometo que siempre estaré a tu lado – Harry dio un paso hacia con él – No te lastimaré – otro paso.
-¿Qué te hace pensar que temo perderte? – gruñó.
-Soy un maldito idiota, ¿cierto? – otro paso. El rubio se sonrojó ligeramente – Prometo no serlo más.
Draco pasó saliva trabajosamente. La lluvia comenzó a disminuir.
-Te amo, Draco – el ojiverde estaba a un paso de él, cortó la distancia – Te amo… – le acarició le mejilla. Con el simple contacto a Draco le recorrió una descarga eléctrica en todo su cuerpo.
Harry tomó entre sus manos el rostro del rubio. Unió sus labios con los de él, dándole un beso suave y pausado.
-Te amo, Draco – le repitió.
-Yo también, maldito idiota – le respondió el rubio con una sonrisa ladeada – Yo también te amo.
Harry volvió a besarlo. Suave y pausadamente, deleitándose nuevamente en el dulce sabor del rubio.
La lluvia cesó, el cielo se despejó mostrando un pequeño arcoíris.



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N/A

Muchas gracias por leer y por sus lindos comentarios, me alegran el día y la noche *-*
Nos leemos en el Epilogo que ya he subido :3
Nos estamos leyendo –si me leen por ahí, claro– “No me olvides…”, “Tu historia fue conmigo” y “El efecto de la Luna de queso” .
Besos
PISLIB n_n




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