Tu historia fue conmigo
Capitulo Seis: Intentos de una propuesta
Harry estaba desesperado, todo no
estaba saliendo conforme al plan. Se supone que él y Draco estarían juntos
hasta el final de sus días, ambos formarían una familia. Mientras él se
convertiría en el mejor auror, Draco sería el mejor fabricante de pociones. Sin
embargo; nada estaba saliendo así, todo se había desmoronado. Harry sabía que
el culpable de todo aquello era él mismo, pero también compartía la culpa con
Michael Corner, el idiota ese de Ravenclaw tenía que pagar por su traición. Por
lastimar a su rubio de esa manera.
El Gryffindor tenía que buscarlo para
reclamarle, castigarlo y, si era posible, torturarlo, ¿Cómo se atrevía a
hacerle algo así a su Draco? Personas como esas no deberían de existir, el
ojiverde lo sabía y solo tenía eso en mente mientras apretaba fuertemente el
pedazo de pergamino en el cual estaban escritas aquellas palabras que durante
Hogwarts hicieron de la vida de Draco difícil.
El ojiverde solo pensaba en venganza,
estaba cegado por la furia y toda ésta recaía en Corner. Ese chico era el único
culpable del sufrimiento de Draco y tenía que pagar. Lo había buscado varias veces
en su departamento, pero Michael tenía días sin aparecer en éste, así que Harry
se vio obligado a usar aquello que no
le agrada tanto, después de todo se trataba de un asunto de importancia, de su
Draco. El ser el chico que venció tenía ciertas ventajas, había conseguido la
dirección de trabajo de Corner, al parecer el Ravenclaw administraba un pub
popular en Hogsmeade.
Solo fue cuestión de segundos para aparecerse en el lugar. Y tal como se lo
esperaba, Corner no estaba en su pequeña oficina, comenzó a llamarlo de manera
escandalosa llevándose con ello sus últimas gotas de paciencia.
-¡CORNER, SAL DE UNA VEZ!
Dos magos, que le hacían de guardia al
pub, llegaron a su encuentro amenazándolo con sus respectivas varitas.
-Es mejor que se vaya – advirtió el
primero.
Sin embargo, el ojiverde hizo caso
omiso y siguió llamando al Ravenclaw.
-Entonces será por las malas – masculló
el segundo guardia con voz de circunstancias, no le agradaba ir sacando
personas del pub y mucho menos cuando éstas se trataban del gran Harry Potter.
Harry estaba tan enfrascado buscando a
su ex amante que no se dio cuenta cuando los dos guardias lo sostuvieron de los
brazos arrastrándolo hacia la salida más cercana. El ojiverde se tambaleaba al
caminar puesto que sus captores al parecer tenían prisa de sacarlo del lugar y
no dejaban que el chico se sostuviera por sus propios pies.
-¡SUELTENME! – Gritó frustrado al verse
en plena avenida del pub - ¡REGRESARÉ A ESTE LUGAR HASTA QUE LO ENCUENTRE!
-Aléjese Potter, no me haga hechizarlo
– lo amenazó el primer guardia apuntándole con la varita, Harry iba protestar,
sin embargo una voz bastante familiar lo interrumpió.
-No es necesario – Harry se vio
arrastrado por segunda vez por dos personas mientras hacía patente su amenaza
con una fulminante mirada.
Theodore no dijo nada, dejó todo el asunto
de ‘Potter’ en manos de su novio. Así que mientras el ojiverde le lanzaba una
mirada penetrante con los brazos cruzados a Neville, éste le interrogaba.
-¿Ahora peleas en los pub, Harry? – el
aludido gruñó.
[...]
Hermione preparaba un poco de té
mientras su amigo pelirrojo se dejaba caer en el sofá de su departamento.
Después de haber llegado a un acuerdo con los chicos de la clase extra,
Hermione invitó a Ron a almorzar y de paso investigaría un poco sobre la vida
de sus amigos, después de todo habían estado separados por más de un año y sin
duda un enorme muro invisible se había levantado entre ellos. Era hora de
apartarlo.
No fue una sorpresa enterarse que Ron
se había enamorado de un chico y menos cuando se enteró que era de Blaise
Zabini, un Slytherin. En las reuniones de la orden del Fénix a ambos chicos se
les veía muy unidos, sobre todo cuando la guerra estaba por culminar. Se les
veía feliz en su relación, al menos eso le daba entender toda la familia
Weasley, Harry y algunos de sus otros amigos de Hogwarts. Era por ello que le
impresionó mucho el enterarse que habían terminado su relación por un simple
mal entendido, porque eso era, ¿Cómo se le podía ocurrir a Blaise Zabini que
Ron robaría algo de su profesor? Eso era, a su punto de vista, ridículo. Una
excusa sin sentido. Y Hermione descubriría lo que había detrás de todo aquello.
Sin embargo, ahora las cosas se
complicaban un tanto, la chica castaña tenía la sensación que el hecho que Francis
Morseferth estuviera en Azkaban y el rompimiento de su amigo con el Slytherin
había una conexión, o quizás todo era una simple coincidencia…
-Está un poco caliente – le informó al
pelirrojo en cuanto le alcanzó la taza con té.
-Gracias – murmuró.
-Ron… - Hermione se mordió el labio
inferior, no sabía cómo comenzar esa conversación sin sonar tan insensible.
-Terry está en San Mungo y puede morir…
- sollozó - ¿Cómo fue que él llegó ahí? Por Harry. Aunque al parecer él no fue
el único responsable, alguien le lanzó un Obliviate
hace años y eso está complicando más las cosas.
La chica se llevó una mano hacia el
pecho, en realidad no se esperaba que las cosas estuvieran tan mal. Definitivamente
debía de profundizar más esa conversación y tener otra con Harry, ese chico la
escucharía. Y otra muy importante, ¿Cómo fue que Ron terminó viviendo con
Terry? Ella estaba al tanto de algunas cosas de sus amigos, sin embargo la
relación tan repentina de su amigo pelirrojo con el Ravenclaw y el que ya
vivían juntos no le daba muy buena señal a todo aquel enredo.
Se sacudió la cabeza para concentrarse
en lo que le estaba confesando su amigo.
-De alguna manera siento que esto es mi
culpa – Ron se desmoronó.
Comenzó hablarle de cómo terminó todo
con Blaise, del inicio de su relación con Terry, del hijo de Blaise que no era
suyo sino de Francis, de lo culpable que se siente cada vez que tiene intimidad
con su novio, del porqué decidió mudarse con su pareja, de lo incómodo que se
siente al asistir a la clase extra cuando el tema principal es precisamente la
misma persona que dio por terminada su relación con Blaise.
Hermione se limitó a darle consuelo en
un abrazo cálido mientras se desahogaba en su regazo. La chica tenía más o
menos idea de cómo fue que había ocurrido el rompimiento del romance de su
amigo pelirrojo, había supuesto que Morseferth tenía algo que ver, pero sin
duda jamás se le había cruzado que el verdadero motivo había sido precisamente
que Blaise Zabini tuviera un hijo con Francis. Definitivamente esa clase extra
sería una tortura para Ron. Y por
supuesto que Francis Morseferth ocultaba mucho más de lo que le habían dicho el
jefe de aurores y el ministro de magia. Ella encontraría toda la verdad a ese
asunto.
[...]
En cuanto se aparecieron en Grimmauld
Place, Harry fue directamente hacia la cocina a servirse un poco de whisky de
fuego, necesitaba un trago con urgencia o explotaría.
-Eso no te llevará a ningún lado, Harry
– le advirtió Neville mientras lo fulminaba con la mirada.
-Lo necesito o no sé qué más haré – gruñó
al dar un buen trago a la bebida – Ese Corner me ha arruinado mis planes.
-Técnicamente no fue él – la voz de
Theodore los sorprendió a ambos al entrar a la cocina – Tú fuiste el que le dio
rienda suelta a Corner, así que no trates de desviar la culpa a otros, Potter.
El aludido lo fulminaba con la mirada
mientras se servía más whisky.
-Si tanto te importa Draco, deberías de
hacer algo al respecto con él y no perder el tiempo con tus infantiles
venganzas – siguió.
-Él no me quiere más – dejó salir con
impotencia – no responde mis cartas, ni siquiera sé en dónde se encuentra
realmente y…
-¿Desde cuándo eso es un impedimento
para el gran Harry Potter? – Esta vez fue Neville el que habló – ve a buscarlo,
ve a reconocer tu error y así como tuviste las agallas de engañarlo, ten las
mismas para ir a pedirle perdón.
-¿Y si no me perdona?, no podré vivir
con ello – sollozó – Sé lo que sufrió y está sufriendo Ron, no quiero pasar por
lo mismo.
-Son cosas distintas – algo en el tono
de voz del chico Nott hizo que Harry se detuviera a pensar en ello, muy dentro
de él sabía que algo había escondido en eso, pero no le dio mucha importancia. En
esos momentos le importaba más su dolor, el estar lejos de Draco.
-Iré por él – sentenció – me ganaré el
perdón de Draco – dejó salir seguro.
Neville asintió con la cabeza, se
sintió más aliviado al ver que Harry se dirigía hacia la ducha, temía que su
amigo ojiverde se diera por vencido tan fácilmente y se refugiara en el
alcohol.
[…]
Neville y Theo decidieron seguir
celebrando su aniversario, aún faltaban un par de horas para irse a comer, así
que ambos optaron por continuar caminando por Hogsmeade. Sin embargo el ambiente
estaba un poco tenso, Neville podía sentir que su novio estaba un tanto molesto
por la pequeña charla que había mantenido con Harry, las manos que mantenía
dentro de los bolsillos se lo confirmaron.
-Podemos parar a comprar un delicioso
helado de chocolate, ¿qué dices? – tentó el Gryffindor mientras sutilmente le sacaba
una de las manos del bolsillo. El chico Nott le sonrió de lado.
-Me parece bien – le dio un casto beso
en los labios, dejando de lado su molestia. No podía echar a perder su
celebración por culpa de los errores de Potter después de todo.
Recorrían las calles de Hogsmeade
lentamente mientras degustaban sus conos de helados, Neville se percató que su
novio lo conducía hacia un lugar específico pero no se lo dio a saber.
-¿Cómo van tus planes con el negocio
que quieres abrir? – quiso saber el chico Nott, aunque de antemano ya sabía cuál
era el estatus de ello.
-Detenido, por el momento – dejó salir
Neville – primero debo trabajar para tener el oro suficiente y así comprar el
local en donde quiero poner el Boticario, después contactar a Luna, ya sabes ya
que ella ha comenzado a viajar para descubrir nuevas especies de criaturas
mágicas y también de hierbas, podríamos ser buenos socios.
-Esa crisis nos ha pegado duro – musitó
– pero por el oro no te preocupes, te puedo ayudar y…
-No, Theo. Te lo agradezco, pero estás
pagando tu carrera y además…
El Slytherin lo hizo callar con un
suave beso.
-No se hable más. Llegó la hora de mi
sorpresa – le sonrió mientras lo conducía hacia un local cerrado.
-¿Comeremos aquí?
-Este es mi regalo – le confesó – es el
local para tu boticaria.
-Pero…
-Nada de ‘peros’, es tuyo – Neville
estaba sorprendido.
-No debiste…
-Te lo mereces, Neville – lo tomó de la
mano y en ésta depositó la llave. El Gryffindor lo miró de frente con una
enorme sonrisa.
-Gracias – su novio le devolvió la
sonrisa, Longbottom no se pudo resistir más, se abalanzó sobre él y comenzó a besarlo.
Minutos después ambos entraron en el
local, Neville estaba maravillado con el lugar, comenzó a planearlo mentalmente
mientras lo recorría, por otro lado, Theo lo observaba desde una esquina con
una sonrisa en su rostro, disfrutaba ver feliz a su novio.
-Y aquí puede ir la caja registradora…
por acá la bodega… ah, también las reservas y los pedidos, las demostraciones
y…
Neville seguía fascinado con el local,
incluso de camino hacia las Tres Escobas seguía hablando sobre ello y Theo no
lo interrumpió, lo escuchó por todo el camino hasta que de pronto Neville no
dijo ni una palabra más.
-¿Qué sucede? – preguntó alarmado Theo
deteniéndose cuando su novio lo hizo.
-Lo he hecho de nuevo – se sonrojó el
moreno – no he parado de hablar, lo siento yo…
-No te preocupes – Theo lo rodeó por la
espalda – me encanta escucharte – le dio un beso en la nuca, lo cual hizo
estremecer a Neville.
[...]
Ron suspiró por tercera vez, ya se había
calmado un poco. Después de haberse desahogado con su amiga el dolor pesaba
menos.
-Ron…
-Lo que menos necesito ahora es un
sermón, Hermione – se adelantó el pelirrojo, la chica parpadeó en son de
sorpresa – Sé que me precipité en entablar una relación con Terry justo después
de enterarme del embarazo de Blaise y también en venirme a vivir a su lado…
pero Hermione… soy feliz.
La chica lo observó detenidamente.
-Le quiero – murmuró – No es Blaise,
cierto, pero lo que siento por Terry también es amor.
-Ron, ¿Estás seguro que es amor y no
agradecimiento?
El aludido frunció ligeramente el ceño.
-Por lo que me has contado, Terry llegó
a tu lado cuando más necesitabas ayuda – comenzó a explicarle – Él te brindo
apoyó, comprensión, compañía… No te engañes, Ron. En realidad no lo amas.
-¡Claro que lo amo! – Replicó – Tú no
sabes qué es lo que siento por él – se levantó y comenzó a caminar de un lado a
otro – Te fuiste Hermione, estuviste lejos de nosotros por mucho tiempo, quizás
antes sabías interpretar nuestras emociones, pero ya no puedes. He cambiado. Y
si digo que amo a Terry es porque así es.
-Ron, no es así. Sé que…
-¡No! No sabes nada – gritó, se
encaminó hacia la puerta – Necesito aire – salió del departamento dejando sola
a la castaña.
[...]
La comida parecía tener un buen rumbo.
Al menos esta vez no había nadie viéndolo de manera acusadora, así que eso
tranquilizó a Theodore. Mientras comían sus alimentos Neville inició una
conversación sobre sus tiempos de Hogwarts, en aquellos tiempos donde la vida
parecía ser más sencilla pero sin duda muy placentera y no era que en esos
momentos no lo era, sino que en aquellos tiempos sus responsabilidades eran menos
al igual que sus errores, ésos que no pasaban más que de un examen reprobado o
un castigo.
-Odiaba los castigos, sobre todo los
del profesor Snape – confesó Neville – aunque tuve suerte, al parecer su odio
era más grande hacia Harry que hacia mí. Pero los míos eran más seguidos que
los de él. Aunque debo confesar que eso fue culpa tuya.
-¿Mía? – parpadeó en son de
desconcierto.
-Te doy una pista, mis castigos dejaron
de ser tan frecuentes cuando nos hicimos novios.
-Ahora yo soy el culpable – Theodore
sonrió mientras movía la cabeza de un lado a otro.
-¡Claro! Tenía que llamar tu atención…
-Y la conseguiste ese día cuando parte
de tu poción se derramó encima de mí y pasé toda una semana bajo tu
supervisión en la enfermería – confesó.
-Eso no era parte del plan – musitó
sonrojado. Theo le sonrió de lado.
La conversación siguió con el tema de
sus encuentros entre las clases, su primera cita, la segunda, sus amigos, los
exámenes, las peleas, sus aniversarios… Era increíble que ambos, a pesar de la
guerra y de la supuesta enemistad entre las casas, hubieran podido mantener el
amor que los unía durante esos cuatro años. Y estaban seguros que esos años
aumentarían al igual que su amor.
Sin embargo, Theodore Nott quería
llevar su relación más allá de solo compartir casa con el amor de su vida.
Quería unir su vida con la de su
novio, quería que su noviazgo pasara a otro nivel. Y ese era el momento de
proponérselo.
-Neville… - le llamó mientras agarraba su mano
izquierda. Su corazón comenzó a latir demasiado fuerte, quizás era por causa de
los nervios o tal vez era la comida. Nott no lo sabía, lo que sí sabía era que amaba
tanto a ese chico que tenía frente a él - ¿Te gustaría…?
-¡Papi!
– la voz de Bilius los desconcertó en demasía.
Blaise había llegado al lugar junto con
un Bilius demasiado alterado. El pequeño no paraba de llorar y de extender los
brazos hacia Theodore desde el momento en que lo pudo localizar. El chico Nott
se levantó rápidamente para cargarlo y así tranquilizarlo un poco. Como no
lograba hacerlo, tuvo que salir del lugar antes de que los demás clientes se
molestaran.
El recién llegado se dejó caer en la
mesa, Neville pudo ver la tristeza de Blaise en su rostro. El Slytherin dejó
salir un suspiro mientras negaba con la cabeza.
-Todo iba tan bien, Neville – le confesó
– Pero de pronto todo se volvió un caos, no quiso que le diera su comida y
comenzó a buscarlos y…
-Tranquilo, Blaise – le dio unas
palmaditas en la espalda.
La verdad era que el asunto de Bilius
cada vez se les escapa de las manos, habían hablado con él, le había explicado
quién era su ‘papá’, sin embargo
Bilius era muy pequeño para poder diferenciar las cosas, él solo sabía que
tanto Theo como Neville habían pasado mucho tiempo con él, así que a ellos
comenzó a llamarlos ‘papá’ o ‘papi’ y Blaise era un extraño que de
pronto quería pasar todo el tiempo con él y también era un ‘papá’ más.
-Mi hijo me odia y me lo merezco – dejó
salir – quizás…
-Quizás
nada, Blaise – dejó salir ceñudo Neville – no te darás por vencido a estas alturas,
¿cierto? Bilius te necesita y tú a él. Es cuestión de tiempo para que él también
se acostumbre a ti. Aún no tires la toalla – le sonrió de lado. El moreno se la
devolvió.
-Iré a buscarlo.
-Te acompaño – Neville dejó unas
cuantas monedas para saldar la cuenta. Blaise entornó los ojos y antes de que
dijera algo, el Gryffindor se le adelantó – ya habíamos terminado, no te
preocupes.
Ambos salieron del pub y encontraron a Theo
cargando a Bilius, al parecer el pequeño ya estaba más tranquilo.
-Hola – saludó tímidamente Blaise en
cuanto estuvo frente a Theo.
-Hola – Theo les devolvió el saludo tranquilamente,
Bilius dio un hipido mientras se aferraba en los brazos de Theo. Blaise sintió
una punzada de celos, pero la ocultó muy bien.
-Caminemos – propuso Neville para
calmar el ambiente de tensión que inesperadamente había invadido.
Caminaron por un rato por las calles de
Hogsmeade hasta detenerse en un parquecito. Bilius dormía plácidamente en los
brazos del chico Nott.
-Chicos, siento haberlos interrumpido –
se disculpó Blaise en cuanto se sentaron Neville y Theo en una banca. El moreno
permaneció de pie.
-No te preocupes – tranquilizó Theo – Siempre
estaremos para ti y para Bilius.
-Procura no decir eso delante de Draco
– inquirió Neville. Los tres rieron. Bilius se removió en su lugar.
-Lo extraño – dejó salir Blaise unos
segundos después con cierta nostalgia
-Nosotros también – coincidió Neville.
-El muy ingrato no me ha escrito, pero
he de asumir que tiene miedo por lo que le voy hacer después de haber caído en
su trampa de cachivaches – gruñó Theo. Blaise sonrió después de que Neville le
hubo contado cómo había sucedido eso.
-Para estos momentos Narcisa ya debe
estar con él, así que no estará solo – dejó salir Neville.
En esos momentos el pequeño Bilius
despertó, con sus manitas se talló sus ojitos, luego comenzó a recorrer el
lugar con su mirada, reconoció enseguida a Theo y a Neville, después su mirada
se posó en la de Blaise al cual le sonrió ampliamente…
[...]
Ron caminaba lentamente por un
parquecito de Hogsmeade. Al parecer el aire fresco le había despejado un poco
la mente. Ahora que ya podía pensar con claridad decidió sentarse y reflexionar
un poco de lo que le había comentado Hermione minutos atrás.
Agradecimiento. Su amiga había dicho que eso sentía
por Terry, era cierto que estaba agradecido con el chico por todo lo que había
hecho por él, sin embargo también le tenía cariño, incluso hasta amor. Quizás
no amaba a Terry como lo había hecho por Blaise en su momento, pero era amor al
final de cuentas.
Terry y él tenían su propia historia y
ésta no terminaría en ninguna desgracia. Por supuesto que no. Su chico
aceptaría el tratamiento para deshacer el hechizo y se recuperaría. Ambos
serian felices y quizás más adelante formarían una familia. Sí, ese era su
destino. Él pasaría el resto de su vida al lado de Terry Boot.
Se auto convenció que lo que sentía por
Terry era amor y no agradecimiento. Estando más tranquilo se dispuso a ir a
visitar a su novio hasta San Mungo. Lanzó una mirada hacia el parquecito con
ojos más relajados antes de partir. Si tan solo hubiera prestado más atención a
lo que el parquecito le mostraba se habría percatado que en una de las bancas había
dos chicos sentados y frente a éstos había un chico con un pequeño en brazos,
Blaise Zabini y el pequeño Bilius.
[...]
[Blaise Zabini]
Es doloroso ver a Bilius tan
tranquilamente en los brazos de Theo, lo es más el escuchar llamarlo ‘papi’. No
es la primera vez que se lo dice, pero eso no significa que deje de doler.
Sin embargo, esto que ha ocurrido
segundos atrás es lo más maravilloso que encuentro. Mi hijo acababa de
despertar, enseguida reconoció a Theo y a Neville, pero al único al que sonrió
fue a mí. Me observó, me reconoció y me sonrió…
Una hermosa sonrisa. Una cálida y sincera
sonrisa. Me ofreció sus bracitos y yo gustoso los acepté.
Una gran calidez me invade el corazón
al sentir los bracitos de mi hijo rodear mi cuello y aferrarse a mí. Algo me
dice que de ahora en adelante, las cosas mejorarán entre Bilius y yo.
-Bilius está más tranquilo, lo llevaré
a casa – le informo a mis amigos.
-De acuerdo – acepta Theo – Estaremos
en el ‘Goblet of Fire’ por cualquier cosa.
-Tengo la sensación que no volveré a
interrumpirlos el resto del día – les confieso – Bilius los extrañaba, eso era
todo.
Mientras Neville se despide de Bilius,
me dirijo hacia Theo de manera confidente.
-Tengo la sensación que interrumpí algo
importante, espero no haberte arruinado “eso”.
-Aún nos falta la cena – me guiña un
ojo. Le sonrío – Hasta pronto, Bilius.
Ambos se retiran para continuar con su
aniversario y a mí de pronto me invade el nerviosismo. Esta es la primera vez
después de mi auto aislamiento que estoy fuera de la casa de mis amigos.
Cuando salimos de Hogwarts de inmediato
comenzamos con la mudanza, Draco, Neville y Theo estuvieron la mayor parte del
tiempo a mi lado, jamás me dejaron solo. Supongo que principalmente por miedo a
que me hiciera daño ya que en ese tiempo aún estaba embarazado. Después del
parto todo fue aislamiento y odio hacia todo el mundo, pero sobre todo a
Bilius, solo me permitía pensar en él cuando revisaba los posibles orfanatos
tanto muggles como mágicos para deshacerme de él.
Al mundo lo comencé a odiar y
sinceramente no quería saber nada. Sin mi lindo Bilius ya nada valía la pena.
Ahora por supuesto ya no pienso lo mismo, tengo a mi hijo pero eso no significa
que he dejado de añorar a mi lindo pelirrojo. Por lo que sé o mejor dicho lo último
que supe de él es que, como me lo esperaba, inició una relación con Terry desde
que estábamos en el colegio, que está en la academia de aurores… y si ha leído
o no mi pequeña nota, ambos no estaremos juntos. Él es feliz con Terry.
Duele reconocerlo. Pero me alegra saber
que es feliz. Y yo soy feliz si él lo es.
-Vamos a casa, Bilius.
Mi pequeño aplaude feliz.
[...]
Theodore respiró profundamente, las
cosas se le estaban complicando y sinceramente estaba perdiendo la paciencia,
cosa rara en él, pero si en la cena tuviera otra interrupción ya no estaba tan
seguro de reaccionar tan tranquilamente. Era como si de pronto todo estuviera
en su contra y conspiraran para no dar ese gran paso en su relación. ¡Por
Salazar! Ya ni cuando hizo el amor por primera vez con su novio hubo tanta Ley Murphy
en su contra, teniendo en cuenta que también era una gran decisión para su
relación como novios.
Esta vez el Slytherin no quiso
arriesgarse, se lo preguntaría sin rodeos. En cuanto estuvieran sentados se lo
propondrían, si no llegaban al postre, como en la comida, al menos ya habría
cumplido con su objetivo. Sonrió de lado.
-¿Y esa sonrisa? – quiso saber Neville
en cuanto llegaron a su mesa.
-Estoy feliz – declaró Theodore
ocupando su lugar en la mesa.
-Igual yo – confesó con una dulce
sonrisa, sentándose.
Era ahora o nunca.
-Neville, ¿te gustaría…?
-¡Pero qué gran sorpresa encontrarlos!
-¡Por la brujas de Macbeth! – maldijo
Theodore por lo bajo, Neville se sorprendió en sobremanera al escucharlo pero
lo disimuló muy bien.
Christopher Burbage, su profesor de la
Universidad Mágica, los saludaba con una enorme sonrisa.
-Hola, profesor – devolvió el saludo
Neville, mientras Theodore fulminaba con la mirada al mayor cuando ocupó un
lugar entre ellos en la mesa.
-Espero no interrumpir nada – antes que
el chico Nott reclamara, el mayor continuó – Los he visto desde la barra y vine
a saludarlos y de paso para darles una… ¿Están celebrando algo? – preguntó al
ver que frente a ambos chicos tenían dos copas listas para ser servidas de algún
vino o whisky.
-Nuestro aniversario – declaró Theodore
en un tono que le diera a entender al mayor que necesitaban estar a solas, sin
embargo algo en la mirada de aquel profesor le dio mala espina. Su sentimiento
ya olvidado de no confiar en nadie de sus tiempos de Hogwarts volvió
nuevamente.
-¡Felicidades! – Dejó salir Christopher
con la mejor de sus sonrisas, aunque a Neville le dio la impresión que fue algo
forzada – Como les iba diciendo hace unos momentos, les tengo una invitación.
Como saben, soy el director del hospital mágico San Mungo – ambos chicos
asintieron levemente – la Universidad Mágica y San Mungo tienen un convenio muy
provechoso con respecto a los alumnos que están estudiando Medimagia.
Al ver que ninguno de los dos chicos no
mostraban interés alguno en lo que decía, Christopher se dirigió específicamente
hacia Theo.
-Los alumnos de segundo año en adelante
pueden realizar prácticas en san Mungo y no solo eso, dependiendo de su
desempeño pueden obtener empleo – el mayor le sonreía ampliamente, Neville
frunció ligeramente el ceño al percatarse de ello – Entonces, ¿Cuándo recibo tu
solicitud, Theodore? – esta vez Neville enarcó una ceja.
-Theo está en primer año – le aclaró.
-Por supuesto, pero es mejor prepararse
desde antes, ¿cierto? – inquirió el mayor sonriéndoles a ambos.
-Lo pensaré, primero debo organizarme.
Aún no sé qué materias llevaré el próximo año – dejó salir Theo rápidamente, lo
cierto era que la sonrisa de su profesor no le agradaba mucho – Tengo un amigo
que probablemente le gustaría hacer sus prácticas en San Mungo, además es muy
inteligente y estoy seguro que hasta podría contratarlo, solo que hay un
pequeño detalle, él ingresará hasta el próximo semestre a la universidad.
-No te preocupes, sé que se podrá hacer
algo al respecto – Christopher se veía realmente feliz, Neville se cruzó de
brazos y frunció más el ceño cuando nuevamente se vio ignorado por el profesor
– probablemente por parte de la universidad no pueda hacer nada, pero por parte
de San Mungo no habrá problemas.
-Excelente, en cuanto lo vea le daré la
noticia – sonrió también el chico Nott pero solo por cortesía – Profesor, fue
un gusto saludarlo, ya tenemos que irnos – se despidió repentinamente Theodore,
Neville incluso dejó de cruzar los brazos – Aún tenemos planes para toda la
noche – le anunció al mayor mientras se levantaba de la mesa, el chico
Longbottom lo imitó.
-Espero verlos pronto – deseó el mayor,
esta vez viendo a ambos. En su mirada había un atisbo de decepción por la repentina
despedida de los muchachos.
Ambos chicos asintieron con la cabeza y
con suave apretón de manos se despidieron del mayor.
Minutos después, ambos se encontraban
en su casa. Estaban agotados después de todo el vaivén de ese día, sin duda ese
aniversario había sido muy diferente a los anteriores.
-¿Estás bien? – interrogó Theo a su
novio al notarlo tan serio – No has dicho nada desde que hemos salido del
restaurante.
-Estoy cansado eso es todo – dejó salir
mientras se dirigía hacia su habitación, Theodore lo detuvo antes de que
llegara siquiera a las escaleras que conducían al segundo piso.
-Neville, dime, ¿Qué pasa? – insistió.
-Christopher Burbage – confesó – Ese
profesor tiene fama de salir con sus alumnas, pero últimamente ha cambiado sus
preferencias – el chico castaño enarcó una ceja – No se acercó a nosotros solo
para ofrecernos la supuesta invitación, ésta nos la da la universidad. Todo el
tiempo estuvo atento contigo, no soy tonto Theo y tú tampoco. Le gustas a ese
profesor y encima le pides un favor que…
Antes de que Neville comenzara una
discusión el chico Nott lo silenció sutilmente al ponerle dos dedos sobre sus
labios.
-El favor era para Blaise – le aclaró
el Slytherin – y por mí ese profesor puede hacer lo que se le dé la gana con
sus demás alumnos, porque a mí solo me interesa solo una persona, tú – le rodeó
la espalda con sus brazos – ¿Por qué crees que me deshice luego de él? Neville,
solo me interesas tú – le dio un beso en la mejilla.
-Lo sé – dejó salir abrumado el aludido
– Pero no me agradó su descaro. Puede ser el profesor pero eso no le da derecho
a estar coqueteando con mi novio y menos frente a mí – refunfuñó.
-Eres tan sexy cuando te pones celoso –
el chico Nott le ronroneó al oído haciendo que el Gryffindor se estremeciera
ligeramente.
-Yo defiendo lo mío, sino te hubieras despedido
pronto de él me le hubiera aventado encima – declaró satisfecho. Theo sonrió
levemente.
-Ya que en la cena no nos dejaron ni
siquiera probar bocado alguno, te prepararé algo.
-Oh, señor Nott, ¿sabe cocinar?
-Por supuesto. Y he decidido que usted,
señor Longbottom, será mi asistente.
Ambos chicos se dirigieron hacia la
cocina en donde rápidamente fue manipulada por el chico Nott. Comenzó a sacar
los utensilios y buscar los ingredientes que ocuparía.
-¿Qué me prepararás? – preguntó curioso
Neville mientras veía a su novio a rebanar algunas papas y zanahorias.
-Ya lo verás – no le quiso arruinar la
sorpresa.
Mientras tanto Neville comenzó a
husmear entre los cajones de la alacena hasta que chocó con una pequeña cajita
agujereada que tenía una tarjetita con una pequeña dedicatoria “Feliz aniversario. Theo.”. Sonrió.
-Veo que has encontrado tu regalo
sorpresa – Theo caminó hasta su lado.
-¿Otra?
-Ábrela – le instó – te encantará.
-¿Seguro? – preguntó dudoso ya que al
abrir la caja, ésta se encontraba vacía.
-¡Genial! Mi sorpresa me ha sorprendido
a mí – murmuró al ver la caja vacía - ¿En dónde se habrá metido? – comenzó a
buscar.
-Te ayudo – se ofreció Neville
sumándose a la búsqueda - ¿Qué se supone estoy buscando? – preguntó después de
un rato, rascándose la cabeza.
-Emh… un sapo azul.
-¿En serio? – sus ojos brillaron de la
emoción. Theo le sonrió, sabía que le gustaría el regalo - ¿Cómo se llama?
-Ese honor te lo dejo a ti, es tuyo.
-De acuerdo.
Comenzaron a buscar en los cajones,
dentro de los calderos, debajo de algunas mesas, pero no había señales del
anfibio.
-Vamos, blue, déjate ver – pidió Neville.
-¿Blue?
– preguntó un tanto desconcertado el chico Nott.
-Se tiene que llamar de alguna manera –
confesó – A los sapos le gustan los lugares fríos y oscuros… o al menos eso le
gustaba a Trevor – reflexionó.
-Apaguemos las luces – propuso, con su
varita se guiaba con un Lumos.
Comenzaron a buscar debajo de los
muebles.
-¿Sabes, Neville? Este aniversario sin
duda ha sido el más divertido de todos – declaró.
-No podría negar eso – coincidió con
una leve sonrisa.
Un croar se escuchó por debajo de la
mesa, ambos chicos se lanzaron miradas sorprendidas. En cuestión de segundos,
ambos se encontraban debajo de la mesa pero sin signos del sapo azul.
-Nos ha engañado – dejó salir sonriente
Neville.
Theo observaba a su novio, ambos aún
seguían debajo de la mesa.
-Esto me recuerda mucho a nuestra
primera cita – confesó el Slytherin – cuando Trevor hizo de las suyas y se escondió por un buen rato.
-Sí – dejó salir en un tono soñador.
Observó a su novio.
-Te amo – Theodore se acercó a su novio
para besarlo, el otro chico le correspondió el beso – Neville… ¿te gustaría…?
La luz de la cocina se prendió de
pronto, ambos chicos se sobresaltaron tanto que incluso se golpearon la cabeza
con la mesa al querer levantarse rápidamente.
-¡Pero…! ¿Neville? ¿Theo? – Blaise
parpadeó un par de veces al encontrarse con sus amigos, los cuales salían
debajo de la mesa - ¿Qué hacían debajo de la mesa? No, esperen, no me lo digan…
Neville sonrió.
-Que mal pensado eres, Blaise – declaró
Theo mientras apagaba su varita – buscamos a Blue, se ha escapado.
-¿Blue?
-El sapo azul que aún no conozco –
resumió Neville.
-Oh, escuché ruidos y luego la luz
apagada y creí que… - Blaise se rascó la cabeza con nerviosismo – no quería…
-No te preocupes – se apresuró a decir
Neville.
Silencio.
-Mañana Bilius tiene cita en san Mungo,
ya sabes para las vitaminas y las… emh… inyecciones pendientes – dejó salir Theo
para romper el embarazoso silencio que de pronto había invadido. Blaise asintió
distraídamente.
Nuevamente silencio.
-Los dejo solos – Blaise se escabulló
rápidamente de la cocina.
Neville y Theo intercambiaron miradas y
luego comenzaron a reírse. Al final decidieron no cenar e irse directamente a
dormir.
-Estoy agotado – dejó salir Theo
dejándose caer de espaldas en la cama.
-Yo igual – coincidió Neville - ¡vaya,
día! – expresó mientras se acostaba a un lado de su novio.
Theo le sonrió de lado, Neville lo
abrazó mientras le daba un casto beso en los labios. El Gryffindor se sentía
feliz al lado de ese chico, lo amaba. Se amaban.
-Te amo Theodore Nott – le declaró
mientras se posicionaba arriba de él.
El aludido le respondió besándole
lentamente en los labios, luego en el cuello. Neville comenzó a desabrocharle
la camisa mientras le repartía besos en donde tuviera alcance sus labios. Las
manos del Slytherin comenzaron a acariciar el cuerpo que tenía enfrente. Con
mucho esfuerzo y paciencia, sobre todo con cordura, el chico Longbottom logró
despojar a su novio de toda prenda de la cintura para arriba, mientras Theodore
seguía besándole entre el cuello y el hombro.
Entre gemidos y suspiros, Neville también
se vio semidesnudo mientras que su novio seguía con la labor de acariciarle y
besarle donde tuviera alcance. El Gryffindor podía sentir cómo su miembro
tomaba fuerza dentro de su pantalón. Theodore en un rápido movimiento logro
ponerse sobre su novio sin romper los besos ni las caricias. Se separó por unos
instantes para contemplar a su novio bajo su regazo. Se disponía a reanudar los
besos cuando un croar resonó muy cerca de ellos. Ambos chicos dirigieron sus
miradas a un lado de ellos para encontrarse justo en el velador un sapo de
color azul…
-¿Blue?
-¡¿Justo ahora se te ocurre aparecer?!
– se quejó Theodore.
Neville comenzó a reírse. Blue volvió a croar.
Theo quiso replicar con el sapo, pero
inmediatamente fue silenciado por un suave beso de Neville.
-¿Te enlazarías conmigo? – le propuso
el chico Longbottom en cuanto acaparó la atención de su novio.
Theodore se quedó sin palabras. Eso era
lo que había intentado pedirle en todo el transcurso del día.
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