domingo, 21 de julio de 2019

Capítulo 6. Distrae a Lucas, le haremos fiesta sorpresa.

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Capítulo 6.  Distrae a Lucas, le haremos fiesta sorpresa


-Si te digo que fue por una noble causa, ¿me creerías?
-Si en verdad lo fuera… sí – Lucas lo fulminó con la mirada – maldición, Inés, es mi segundo día de clases y estoy aquí por tu culpa.
Ambos se encontraban en detención. ¿Cómo había sucedido? En realidad Federico  ya tenía el castigo establecido desde el momento en que llegó tarde a clase de matemáticas. El cómo terminó Lucas a su lado, eso fue macabramente planeado.

-Distrae a Lucas, le haremos una fiesta sorpresa – fueron las palabras de Manuel en cuanto él llegó a la habitación. La verdad no esperaba encontrar a su roommate a esas horas ahí, generalmente el rubio se las ingeniaba para evitarlo la mayor parte del tiempo.
-¿Cómo voy a hacer eso?
-Sé creativo – gruñó Meño, empujándolo, literalmente, fuera de la habitación.
Y fue así, como Inés concluyó que así él encajaba en los planes de ese par. Y lo hizo, solo por Lucas.

Y, al parecer de Federico, había sobrepasado lo creativo, no podía distraer a Lucas lo suficiente cuando él tenía detención después de clases, a menos que su amigo también lo estuviera…
Fue un poco difícil, solo tuvo que forzar el casillero de su amigo, sacar el trabajo que tenía que entregar para su próxima clase y ¡Zas! Detención segura para Lucas Hernández. 
Y así fue cómo ambos terminaron en el aula de detención después de clases.
-Si le explico lo sucedido al profesor, ¿me disculparás?
Su amigo, lo ignoró.
-Si te llevo al cine… ¿volverás a hablarme?
Nada. Pareciera que el rubio se había quedado mudo… o sordo. Tal vez ambas cosas.
Inés se preocupó, se suponía que Lucas solo estaría castigado, no enojado con él. De pronto le pareció una mala idea el haberlo arrastrado a detención. No le gustaba que la única persona a la que consideraba su mejor amigo lo ignorara.
-Oye… lo lamento – se disculpó.
Lucas levantó la mano, llamando la atención del profesor.
-Quisiera cambiarme de lugar.
Auch.

[…]

Al menos una cosa había hecho bien, Lucas estaba lo suficientemente enojado como para reparar que estaban planeando una fiesta sorpresa en su honor.
-Te ves triste – comentó una muchacha de grandes ojos marrones.
-Nah, solo madrugué más de lo necesario y ya no pude dormir – Inés se encogió de hombros. La muchacha alzó una ceja.
-Haré como que te creo – le sonrió - ¿Lo mismo de siempre?
-Solo he comprado una vez, ¿Cómo sabes que quiero lo mismo?
La muchacha pareció meditar.
-¿Tal vez porque me dijiste que comerías lo mismo por el resto del año?
-Cierto – Inés le sonrió.
-¿Entonces?
-Lo mismo de siempre – le volvió a sonreír, la muchacha le respondió la sonrisa – Tu orden saldrá en cinco minutos.
-Gracias, Natalia.
-¿Inés? – llamó antes que el muchacho se fuera a buscar lugar.
-¿Si?
-Lucas también madrugó más de lo necesario – le hizo señas hacia su amigo, quien se encontraba sentado en la mesa de la esquina con Manuel y Carlos.
Con pasos inseguros, Inés se acercó a su amigo con charola en mano.

[…]

-¿Por qué esa cara larga, Lucas? Es tu cumpleaños, es para saltar de alegría – Manuel le robó un pedazo de su tarta de manzana.
-¡Oye! – se quejó el cumpleañero.
-No lo comías, se echará a perder – el ojiverde sonrió.
-Lo dejaba para después – musitó.
-¿Por qué tan gruñón? – Carlos alzó una ceja – no sabía que al cumplir 17 años uno se volvía tan… Lucas.
Manuel esbozó una sonrisa, una de las tantas que a las personas les encantaba, porque sencillamente su sonrisa era tan mágica, tan contagiosa, tan agradable… que se desvaneció en el instante en que vio a Inés frente a ellos.
-Emh… ¿Hola? – el castaño no se sintió tan bien recibido, no después que nadie le respondiera el saludo, menos cuando Manuel se levantó bruscamente de su lugar para largarse de ahí.
-¿Meño? – Carlos lo siguió. Dejando al rubio a solas con Inés.  
-¿Aún sigues enojado? – interrogó Federico, al ver que Lucas seguía ignorándolo. Se mordió el labio inferior – hablaré con el profesor. Le diré todo. Lo prometo.
Lucas lo veía directamente. La verdad era que más que enojado, estaba decepcionado. ¿Por qué Inés, le haría algo así? Podría esperar eso de Manuel, incluso de Carlos, pero ¿Inés?
-¿Por qué? – Gruñó – Y si vuelves a decir para tener compañía en detención te juro que esta vez si te golpeo.
-Emh…
No, no terminó con un ojo morado, pero Lucas se molestó más al no tener respuesta.

[…]

Manuel caminaba de un lado a otro en la habitación. Mientras en su mente se repetía una y otra vez que todo estaría bien.
-Oye… ¿todo bien? – interrogó Carlos, al llegar a su lado.
-Si – gruñó.
-¿Por qué te has ido tan… repentinamente? – quiso saber. La verdad era que le desconcertaba en demasía su actitud hacia Inés. Su amigo no era homofóbico o al menos él quería seguir pensando en eso.
-El lugar apestaba a… marica… - susurró, dejándose caer en su cama.
-De acuerdo… - Carlos frunció el ceño - ¿me dirás cuál es el problema?
-Tengo que arreglar los últimos detalles de la fiesta de Lucas – Michael salió de la habitación.
El rubio prefería no hablar del tema con Carlos. No lo entendería. 




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