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Capítulo 5.
Cumpleaños de Lucas
Federico se levantó
bruscamente. Nuevamente la televisión no se había encendido, probablemente la
alarma no le sirviera. Consultaría la hora de su celular, si tan solo lo
encontrara...
Estaba seguro que lo había
dejado a un lado de la lámpara. Decidió olvidarse de su celular y se apresuró a
ir a clases, seguramente ya habían comenzado. Al final de la clase de Arte, Federico
era acreedor de una mala nota por no haber entregado correctamente el ensayo y
una detención por haber llegado tarde a clases de matemáticas.
Al menos a la clase de
Historia estaba llegando temprano y eso ya era ganancia. En sus auriculares se
escuchaba la canción “torero” de Chayanne, la cual lo aislaba del resto de la
clase, estaba concentrado en el nuevo ensayo que el profesor le había dejado
hasta el momento en que sus auriculares fueron a dar al suelo.
-¿Qué…? – no terminó la
oración, frente a él estaba Manuel con una sonrisa de lado. Y no era
precisamente una sonrisa que presagiaba algo bueno.
-Mañana es cumpleaños de
Lucas – informó Carlos.
-Lo sé – respondió el
castaño, levantando sus auriculares.
-Vamos a hacerle una
fiesta – declaró el moreno.
-De acuerdo – frunció el
ceño, aun no estaba muy seguro en donde encajaba él con los planes de los
chicos que estaba más que seguro que lo aborrecían.
-¡A sus lugares! – ordenó
el profesor, en cuanto llegó.
Ambos chicos obedecieron.
Manuel tiró el libro del castaño cuando pasó por su lado. Inés en verdad no
sabía cómo encajaba en sus planes.
[…]
Manuel reía mientras veía
unos videos por internet. Tenía hora libre, así que estaban en su habitación
planeando la fiesta de Lucas.
-¡Este es genial! –
Confesó – podemos intentarlo.
-No creo que a Lucas le
cause gracia.
-Será divertido.
-Créeme, nadie quiere ser
avergonzado en su propia fiesta de cumpleaños.
-Pero es un video de él –
replicó el rubio.
-De cuando era un mocoso
de ocho años, cumplirá 17, es mejor no hacerlo enojar, tendrá edad suficiente
como para tener permiso de portar un arma.
-Aguafiestas – musitó Manuel,
mientras caminaba hacia su closet.
-¿Por qué tienes dos
celulares? – Carlos observó fijamente el segundo celular que descansaba tras la
lámpara.
El ojiverde alzó la ceja
derecha, sonrió de lado al recordar lo sucedido en la mañana.
-Es del marica – fue su respuesta mientras
tumbaba el celular hacia la cama de su compañero.
-¿Hasta cuándo vas a dejar
de llamarlo de esa manera?
-¿Por qué?
-¿Hay alguna razón por la
que tu habitación este dividida en dos? – evadió la pregunta.
-No lo quiero de mi lado
de la habitación – se encogió de hombros.
-¿Y por qué secuestraste
su celular?
-¿Qué?
-¿Por qué lo tratas tan
mal? ¿Es porque es gay?
-Haces demasiadas
preguntas, amiguito – frunció el ceño, cruzando sus brazos.
Carlos decidió dejar el
tema en paz.
-¿Y cómo le harás para que
Lucas no se entere que le harás una fiesta?
Justo en esos momentos la
puerta se abrió revelando a su roommate
usando esos espantosos lentes.
Manuel sonrió de lado.
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