Capítulo 14. Búsqueda
Louis se había obsesionado
mucho con el tema de sus sueños, así que investigó más a fondo sobre el tema,
incluso consultó a una vidente. Si, hasta ese extremo llegó. Después de una
semana de ardua investigación llegó a la conclusión que sus “sueños” en
realidad eran “recuerdos” de sus vidas pasadas. Era por eso que en ocasiones
soñaba con que él era una mujer o un niño pequeño. Su alma reencarnaba en
diferentes cuerpos y por alguna extraña razón el que sería su “amor” era
alguien prohibido por diversos motivos. Ambos estaban casados cuando se
conocían, uno era la princesa y el otro el plebeyo, sus familias eran rivales,
y un largo etcétera.
Y, de acuerdo a la
investigación y a uno de sus tantos sueños, en algún momento su amor ya no
sería prohibido. Louis rogaba que fuera en esa vida aunque por el momento ya la
llevaba de perder por el hecho que vivía en un mundo homofóbico. Porque sí, el
ojiazul estaba seguro que su otra mitad era un chico, porque a él le
interesaban los chicos.
Hablando de su “otra
mitad”, éste tenía una característica en común con sus otras vidas pasadas. Fucsia. Ese color lo estaba acompañando
en todo momento. Louis exprimió todos sus recursos para poder encontrarlo pero
no obtuvo resultado. Y justo cuando estaba pensando que todo eso era una
completa estupidez y que sus sueños eran simplemente eso: sueños, llegó una
señal.
-¡Semana Cultural de
Bellas Artes! – gritó, sonriendo, señalando el cartel que estaba justo frente a
los casilleros.
-Louis, ¿Qué demonios te
ocurre? – Stan alzó una ceja.
-Es la Semana Cultural de
Bellas Artes – repitió, su amigo frunció el ceño.
-Ya lo sabemos – esta vez
fue Liam quien rodó los ojos – Stan nos lo viene recordando cada hora desde la
semana pasada.
Louis les lanzó una mirada
sin comprender.
-Vamos a la cafetería,
tengo hambre – Stan se quejó.
-Sí, vamos – Louis lo tomó
del brazo y comenzó a arrastrarlo rápidamente.
Tomlinson estaba feliz y
emocionado. La Semana Cultural de Bellas
Artes era la excusa perfecta para que el alumnado tuviera unas mini vacaciones.
En toda esa semana se llevaban a cabo talleres relacionados con las Bellas
Artes, incluso algunos alumnos de otros colegios iban de visita a hacer
representaciones de las carreras que estuvieran estudiando. Pero para Louis era
la oportunidad perfecta para poder encontrar al amor de su vida. Porque además
de suspenderse las clases, los alumnos iban sin uniforme, podían vestirse como
quisieran (siempre y cuando dentro de las normas). Louis estaba seguro que por
ahí iba a estar alguien usando una bonita prenda color fucsia, esperaba
internamente que fuera Styles.
En cuanto llegaron a la
cafetería Louis recorrió con su mirada todo el lugar en busca del muchacho de
ojos verde pero no lo encontró, frunció el ceño.
-¡Demonios, Louis! Si
tenías demasiada hambre me hubieras dicho y te hubiera dado de mi manzana –
Stan se quejó, sobándose el brazo.
-No está…
-¿Quién?
-Nadie – se apresuró a
decir.
-Estás muy misterioso –
Stan entrecerró los ojos – ¿acaso hay alguien que te esté interesando?
-Emh…
-Los dejo solos unos
segundos y ya alguien se ha enamorado – Liam mira fijamente a Louis, quien se
hace el desentendido.
-No sé de qué hablan… ¿podríamos
ir al patio cívico? – preguntó con una sonrisa pintada en su rostro.
Sus amigos fruncieron el
ceño. Louis estaba muy misterioso desde días atrás y no les quería decir nada.
[…]
-Pudiste al menos, dejar
que terminara de comer mi sopa de tortilla – Stan musitó, aún con hambre.
-Si comes mucho
engordarás.
-¡Yo seré feliz siendo
gordo! – lloriqueó.
-Vamos, Stan, te hice un…
Louis no terminó de
hablar, había chocado con alguien.
-Lo… lo siento yo…
Estaba aturdido.
Louis no despegaba la
mirada de la muchacha que tenía bajo él. Tenía pequeñas pecas en sus mejillas,
sus ojos tenían tonos verdosos pero sobre salía más el color miel… pero eso no
llamó su atención como lo hizo el bonito listón fucsia que rodeaba su sedosa
cabellera rojiza.
-¡Mina! ¿Estás bien? – ese
no fue Louis quien habló sino Niall, quien llegó rápidamente a auxiliar a la
muchacha.
-Gracias, Niall.
Louis estaba en una
especie de trance o al menos eso aparentaba porque en su interior estaba
teniendo una lucha.
Soy
gay, soy gay.
Se repetía una y otra vez.
El amor de su vida, su amor prohibido no podría ser una chica. No. No. No.
Aunque segundos antes había tenido la prueba se negaba rotundamente a que Mina
fuera su amor prohibido.
No,
no, no.
[…]
-¡Louis, por dios! Estas
peor que mi hermana cuando le viene la regla – Stan se volvió a quejar, el
aludido lo fulminó con la mirada.
-Stan, tú no tienes hermanas
– Liam se carcajeó.
-Ah, pero estas de acuerdo
con que Louis está actuando peor que una chica con regla.
-Eso… no te lo discuto. Lo
siento, Louis. ¿Se puede saber el motivo?
-Mejor vámonos al
entrenamiento – el ojiazul no esperó respuesta, salió de la cafetería.
Y tenía motivos para estar
enfadado. La Semana Cultural de Bellas Artes había finalizado y Louis no había
encontrado a su amor prohibido. Se rehusaba a aceptar que Mina lo fuera, a
pesar que se seguía topando con la muchacha más seguido y eso no era lo que lo
frustraba sino que en cada uno de esos encuentros Mina traía algún accesorio de
color fucsia.
En el entrenamiento no se
pudo concentrar. Le fue fatal. El entrenador le llamó la atención en más de una
ocasión y por si fuera poco, Harry no traía nada fucsia y Zayn no se le
despegaba en ningún momento. Fue el primero en llegar a las duchas y el ultimo
en irse. Solo. Stan y Liam decidieron dejarlo con su mal humor y Louis no pudo más
que estar de acuerdo con la decisión que tomaron.
A muy altas horas de la
noche, Louis se dirigía hacia su habitación.
-Demonios… - maldijo en un
susurro. Ya era tarde, el toque de queda ya había pasado desde media hora
atrás, solo le quedaba rogar para no encontrarse con el profesor de guardia
porque se ganaría un castigo.
Subió las escaleras
rápidamente y en cuestión de minutos ya estaba a un piso de donde se encontraba
su habitación. Escuchó ruidos provenientes del piso inferior y corrió para
poder llegar a su destino; sin embargo, al doblar en una esquina chocó con
alguien.
-Lo siento yo… - se
disculpó rápidamente al verse sobre la espalda de un chico.
Louis sentía que se le
salía el corazón.
El muchacho de abajó
sonrió, dándose la vuelta, aún acostado en el suelo y con Louis sobre él.
El ojiazul se sonrojó
levemente al escuchar esa sonrisa tan conocida por él.
-Yo… - no le salían las
palabras, estaba demasiado espantado por la situación en la que se encontraba.
El muchacho, quien aún
estaba bajo él, le sonreía mientras se le formaban unos hermosos hoyuelos en
sus mejillas, su mirada, que en esos momentos sobre salía más el tono verde por
la ropa que estaba usando, era brillante y sus rizos… oh, cielos, sus rizos
estaban cubiertos por un hermoso gorro fucsia…
No cabía duda. Este
muchacho, definitivamente era el amor de su vida, su amor prohibido y…
-¿Louis?
-¿Eh?
-Si nos quedamos aquí el
señor Harris nos descubrirá.
-¿Quién?
-El profesor de guardia –
el muchacho le sonrió y eso fue música agridulce para los oídos de Louis.
-Oh, claro…
Se levantó lentamente
dejando libre así al muchacho quien se levantó también.
-Debemos irnos.
-Claro – respondió, pero
sus piernas no se movían.
Y es que… le era imposible
poder asimilar la situación. Tenía frente a él al chico con el que había estado
soñando durante mucho tiempo y ahora que estaba frente a él… simplemente no
podía creerlo porque, bueno, no era quién él quería que fuera sino otra persona
y eso lo tenía desconcertado. Porque este chico ya estaba con alguien o al
menos se veía que tenía química con
alguien más y oh…
Cierto, por algo era su
“amor prohibido”.
Pero Louis en el fondo
creía o mantenía la esperanza que fuera Harry y no…
-¡Ashton! – El aludido,
quien jalaba del brazo a Louis (porque se había quedado como estatua
arriesgándose a que los descubrieran), le sonrió al muchacho - ¿Por qué tardas?
-Me encontré a alguien –
señaló a Louis, quien hasta en esos momentos salió de su trance. No, no fue
porque Ashton dejó de agárralo del brazo, sino por la mirada fulminante de
Mike.
-Harris está cerca, debemos
llegar a nuestras habitaciones o nos castigará, y con lo mucho que te odia
Ashton no creo que te deje algún fin de semana libre por lo que le resta del
año.
-¿Qué? ¿Por qué te odia? –
Louis parpadeó.
-Ahora no – gruñó Michael,
empujando al rizado lejos de Louis – Ve a tu habitación antes que te vea –
ordenó señalando al otro lado del pasillo. Louis no renegó, lo último que
quería era un castigo.
-Hasta mañana – se
despidió – Lindo gorro – le sonrió a Ashton antes de darse la vuelta y
dirigirse a su habitación.
Mike alzó una ceja viendo
el gorro de su amigo.
-¿Es nuevo?
-Algo así – Ashton sonrió
– vamos, no queremos que nos castiguen, ¿verdad? – pasó su brazo por los
hombros de su amigo.
Ambos caminando hacia su
habitación mientras Louis los observaba desde el otro lado del pasillo.
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