sábado, 7 de julio de 2012

Epilogo.


Potter Pan


Epilogo.



Draco salió del teatro, dos horas atrás la obra Peter Pan ya había concluido, tenía caminando alrededor de cinco minutos cuando visualizó a lo lejos a Harry Potter, quien estaba recargado en una pared, aparentemente esperando a alguien.
-¿Por qué tan solo, Potter? – quiso saber al estar frente a él.
-Estoy esperando a alguien – respondió.
-Eso es obvio – Draco recalcó – Y se puede saber… ¿a quién?
-A…Wendy – Harry murmuró con un brillo en los ojos. Draco sonrió de lado.
Harry le extendió la mano, el rubio la estrechó e inmediatamente sintió una sacudida en el estomago. Cuando de nuevo tuvo los pies en tierra firme abrió los ojos y reconoció su propio departamento.
-¿Y bien? – Harry inquirió, soltándole la mano.
Draco se encaminó hacia su habitación, seguido del ojiverde.
-Debo reconocer que te has lucido – aceptó – lo lograste.
Harry sonrió se lado.
-Creí que todo se acabaría cuando Nott no estaba frente a nosotros ese día que nos reunió Sophia.
-Te dije que Longbottom sabía su secreto – el rubio frunció el ceño mientras se dejaba caer en la cama e invitaba a señas a Harry para que se acercara a su lado.
-Lo olvidé, suerte que Ron estaba al tanto de los sentimientos de Neville con Nott – dejó salir Harry mientras se dejaba caer encima de Draco.
-¿Qué secreto usaste con Sophia para chantajearla?
-No la chantajeé – Harry replicó rápidamente – Solo le pedí amablemente que… produjera la obra.
-Amenazándola con revelar su secreto, por si no lo sabías Harry, eso se llama chantaje – El aludido gruñó.
-¿Y bien? – el rubio le dio casto beso en los labios.
-El de su novio secreto, está saliendo con el asistente de su padre – Harry lo veía embobado.
-Muy buena – felicitó, dedicándole una sonrisa - ¿Ahora qué obra le pedimos que patrocine?
Harry enarcó una ceja.
-No creo que eso funcione dos veces, amor – advirtió – Con el secreto que le dimos de su padre tiene para que la deje salir con su novio e incluso casarse.
-¿Y quién dijo que usaremos el mismo secreto? – reclamó mientras le desabrochaba los botones de la camisa.
-Me pregunto, quién tuvo tan mala influencia sobre ti, Draco – Harry musitó. El rubio sonrió de lado.
-¿Qué te parece La cenicienta? – le enseñó el libro de cuentos que minutos atrás reposaba sobre la mesita de noche.
Harry observó atentamente la portada, el rubio aprovechando la distracción del moreno comenzó a besar sus pezones mientras que sus manos recorrían la mayor parte de la espalda.
-Suena tentador – jadeó – Serás una… princesa sexy.
Draco detuvo sus caricias y sus besos.
-¡Ah, no! Esta vez seré tu príncipe – refunfuñó el de ojos grises – Te perdono que me hayas dado el papel de Wendy, pero ahora tú serás mi princesa y… Theo será tu hada madrina.
-De acuerdo – accedió mientras le daba un casto beso en los labios e instando al rubio a continuar sus besos y caricias.
Draco, en un rápido movimiento, dejó a Harry debajo de él. Comenzó a atacarlo con besos alrededor de su cuello, luego bajó hacia su pecho dejando un rastro de saliva por todo el camino.
-Y Blaise será el ‘ratón Jaq’ – el ex Slytherin sonreía abiertamente. Harry jadeó en son de respuesta, no estaba muy seguro de lo que decía el rubio, solo era consciente de las caricias y besos que le daban.
-¿Me explicarás eso que dijo Nott sobre tu fantasía? – le preguntó al recordar las palabras de Theo.
-Ya se me cumplió – Draco se apartó de él – Mejor hazme realidad la otra fantasía que aún no llega.
-¿Cuál? – el ojiverde parpadeó, nervioso.
-Báilame.
Harry se levantó y comenzó a bailarle de manera erótica, Draco se mordió el labio inferior al ver que los movimientos del ojiverde eran cada vez más sensuales.
-Ven aquí – le pidió al no resistirse más.
-Si los chicos supieran… - Harry anunció mientras gateaba lentamente hacia Draco – Que nuestro gran secreto fue montar todo este embrollo para hacerlos participar en la obra – Draco volvió aprisionarlo bajo él.
-Para tener los cargos que tienen… - lo besó en el pecho – son excelentes actores… - sus besos bajaron cada vez más – hasta Nott, el que menos me lo esperaba… - de un solo tirón le arrebató los pantalones y la ropa interior.
-Yo ni siquiera me esperaba… - Harry gimió al sentir a Draco atrapar su erección con la boca –… que anduviera con Snape… – el ojiverde se arqueó cuando el rubio comenzó a succionar cada vez más rápido – si se entera que tú has estado divulgando su secreto…
Draco dejó la palpitante erección del moreno y bajó hasta su entrada donde comenzó a prepararlo.
-No lo sabe y mientras no lo sepa, seguirá haciéndole de hada – Draco refunfuñó mientras que con un movimiento de varita se desvestía. Con una sonrisa ladina tomó posesivamente a Harry de las caderas.
-¡Que sexy te ves cuando te pones amenazante! – Harry besó a Draco mientras que éste entraba lentamente en él - ¿Quién va a ir mañana con Sophia?
-No puedo… creer que… estemos hablando de esto… justo en estos… momentos – Harry jadeaba conforme Draco tomaba terreno dentro de él.
-Como si no… lo hubiéramos… hecho antes – jadeó el rubio – Así surgió el anterior, ¿lo recuerdas? – Harry gimió en son de respuesta.
Draco comenzó a moverse lentamente mientras que con una de sus manos atendía, a la abandonada y urgida, erección de Harry. El moreno no hacía más que jadear por las sensaciones que le provocaban los movimientos del rubio.
-Yo… – Draco dejó salir, después de dedicarle un par de besos al cuello del moreno.
-¿Tú, qué? – el ojiverde dejó salir desconcertado.
-Yo iré con Sophia – Draco comenzó a embestir más rápidamente a Harry.
Solo fue cuestión de minutos para que el rubio llegara al clímax, seguido del moreno. Se quedaron un rato en silencio, uno al lado del otro. Draco abrazó a Harry.
-¿Te imaginas lo que pasaría si nuestros amigos se dan cuenta que nosotros desde un principio estábamos detrás de todo? – Harry preguntó, medio asustado.
-¿Cómo lo sabrían? – el rubio frunció el ceño.
-Sencillo – respondió una tercera voz.
Harry y Draco voltearon a ver hacia la puerta, en ésta estaban todos los chicos que habían participado en la obra, incluso Sophia y el propio ministro estaban con ellos.
-Lo siento, amo señor Potter – Kreacher respondió – La señorita Granger me da más miedo que el que no debe ser nombrado – el elfo temblaba como gelatina.
Los diez chicos junto con Sophia y Kingsley los fulminaban con la mirada mientras se cruzaban de brazos.
Harry y Draco intercambiaron miradas entre ellos mientras pasaban saliva trabajosamente. En esta ocasión, ni el más íntimo secreto de cada uno de sus amigos los salvaría de esa situación.
-¡Esperen! – Draco arguyó rápidamente - ¡Nosotros también fuimos chantajeados!
-¿Por quién? – Hermione entrecerró sus ojos, por alguna extraña razón no se fiaba de ellos.
Los recién llegados observaban expectantes a los dos chicos, Harry sentía que pronto moriría del bochorno al sentirse tan expuesto.
-¡Hagrid! – Draco gritó, los presentes no disimularon su sorpresa.
-No puede ser – Ron dejó salir.
-Es verdad, ya saben que él tiene ideas muy disparatadas – Harry lo apoyó.
-¡Vamos por él! – Instó el ministro, los chicos salieron detrás de él mientras lanzaban improperios en contra del guardabosque de Hogwarts.
-¡Fiu! – Draco se desplomó en la cama, una vez solos.
-¿Por qué les ha dicho que fue Hagrid?
-Me la debía por el hipogrifo – el rubio se levantó rápidamente – Además, eso nos da tiempo.
-¿Tiempo?
-Para irnos de aquí, ¿cuánto crees que tarden en darse cuenta que Hagrid no fue el que ha planeado todo esto?
-Tienes razón – comenzó a vestirse también.
En cuestión de minutos ambos se desaparecieron del departamento justo en el momento en que los demás volvían.
-¡Nos han engañado, otra vez! – el grito de Hermione Granger retumbó en el lugar.


FIN


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