Absurdos.
Absurdo #1
“Lo que quieras con ella, conmigo”
-¡No, no y no! – Ginny gruñó.
Ron enarcó una ceja, era la quinta vez, en esos últimos días, que escuchaba
discutir a su hermana y a su novio. Comenzó a preocuparse.
-¿Qué pasa aquí? – se puso en medio de los dos.
-Nada importante – le respondió su hermana, cruzándose de brazos.
-¡Claro que es importante!
-Relájate, Weasley – recomendó el novio.
-Tú mejor cállate, Zabini – gruñó el pelirrojo – tengo suficiente con
soportarte al lado de mi hermana.
-Déjanos solos – pidió la muchacha.
-¡No! Y no me iré hasta saber lo que sucede aquí – dejó salir
tercamente.
-Entonces, nosotros nos vamos – Ginny le hizo una señal a su novio.
-¡NO! – Ron jaló al Slytherin del brazo.
-¡Vaya! Dos Weasley peleando por mí, ¿Quién lo diría?
-¡Cállate! – los dos hermanos gritaron al unísono. El moreno enarcó una
ceja.
-Hablaré con él a solas – sentenció Ron. Ginny gruñó.
-¡Has lo que quieras! – la pelirroja salió, dejándolos a solas.
-¿Y bien? – exigió el pelirrojo.
-¿Qué? – el moreno se hizo el desentendido. Comenzó a caminar alrededor
del aula de Pociones.
-¿Qué es lo que tanto discuten últimamente mi hermana y tú?
-Eso es algo entre ella y yo – cortó Blaise, frunciendo el ceño.
-Ahora también es algo mío – aclaró el pelirrojo – es mi hermana,
Zabini. Así que no voy a permitir que algo malo le hagas.
-Weasley…
-Así que, lo que quieras con ella, conmigo – dejó salir el pelirrojo,
protectoramente, ajeno a la interpretación que le estaba dando a esas palabras
el muchacho frente a él.
-¿En serio? – Blaise lo miró con interés.
-¡Sí! – Respondió, solemnemente – Es una advertencia.
Blaise lo evaluó de pies a cabeza, no estaba tan mal el “cuñado”.
-De acuerdo – respondió el Slytherin encogiéndose de hombros.
Hechizó la puerta, comenzó a separar las sillas y las mesas para
preparar el escenario y comenzó a quitarse la túnica.
-¿Qué… qué demonios estás haciendo? – Ron sintió arder sus orejas de la
vergüenza al ver cómo el Slytherin se desnudaba sin pudor frente a él.
-Haciendo lo que me pediste – el moreno se acercó a él lentamente,
seductoramente.
-¿Zabini? – Blaise acortó la distancia que los separaba y lo besó.
Al Gryffindor le costó trabajo entender lo que realmente estaba pasando.
Cortó el beso bruscamente.
-¡Qué demonios fue eso!
-Lo que quiero de tu hermana… es hacerle el amor – Blaise le susurró al
oído, Ron se estremeció – ella no quiere hacerlo y tú te has ofrecido así que…
-Pero…
-Una advertencia, es una advertencia, ¿cierto? – le devolvió sus
palabras.
-Yo no… yo soy…
-Shh – el Slytherin lamió su cuello – no necesitas ser gay para hacerte
el amor…
Después de esas palabras, el pelirrojo perdió el control de su cuerpo y
la cordura. Se dejó llevar por las sensaciones producidas de las caricias del
Slytherin, por las palabras susurradas de manera erótica, por el roce de ambos
cuerpos. Pero sobre todo por el muchacho que lo dominaba.
¡Por Merlín!
Haber hecho el amor con un chico fue genial. Diferente, pero estupendo.
-Weasley… ¿hasta cuándo tendrá vigencia tu petición? – le susurró el
Slytherin.
-Hasta siempre – respondió el pelirrojo, anonado.
-Genial, porque estoy pensando en que quiero un hijo con tu hermana.
Ron abrió los ojos como platos, Blaise le sonreía con un brillo especial
en los ojos.
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