viernes, 1 de febrero de 2013

capitulo catorce

El efecto de la Luna de queso



**Capítulo Catorce**




Los últimos días Theodore había estado de un genio que ni siquiera él mismo se aguantaba. La razón aún no la sabía. Lo que sí sabía era que si le volvían a preguntar el qué haría cuando Potter recuperara la memoria le lanzaría una maldición al responsable. ¿Acaso él no era nadie sin Potter? ¡Por Salazar!

-¡¿Aún no estás listo?! – gritó histérica Pansy. Blaise se alegraba no ser él al que estaban por maldecir.

-No iré – respondió el muchacho ojiazul, cubriéndose dramáticamente con las sabanas.

-¡Theodore Nott!

-Emh… Theo, es mejor hacerle caso – recomendó el moreno.

Pansy arrancó al muchacho de la cama y prácticamente lo obligó a levantarse y vestirse para ir a la fiesta que desde hace un hora atrás se estaba llevando a cabo.

-Mucho mejor – la muchacha sonrió al ver el resultado de su esfuerzo – los espero afuera – salió de la habitación.

-Recuérdame de asesinar a tu novia al terminar la fiesta – Theodore gruñó al pasar por su lado.

-Con mucho gusto – el moreno sonrió de oreja a oreja.

En cuanto llegaron a la sala común, Theodore recordó el motivo por el cual no quería asistir a la fiesta. Frente a él, a unos cuantos metros de distancia, estaba Potter… acompañado de Malfoy.

El cuadro le recordó el lugar que ocupaba en la realidad. Potter y Malfoy eran novios. El hormigueo en su estómago volvió al instante, esta vez acompañado de algo más que no supo cómo interpretar, ¿Qué demonios pasaba con él? Sabía que ambos muchachos eran novios, tarde o temprano los dos estarían nuevamente juntos y él volvería a su añorada independencia. Entonces, ¿Por qué le molestaba verlos juntos?

Los observó detenidamente, aún al pie de la escalera que conducía a los dormitorios. A Potter se le veía incómodo y, si no se equivocaba (y era poco probable), nervioso. Malfoy en cambio se le veía confiado, demasiado, como si planeara algo. Y Theodore no lo dudaba.

-¿Qué hace Potter aquí? – Pansy frunció el ceño.

-Tú qué crees – respondió Blaise – Malfoy lo ha invitado.

-Draco no se mide, es muy peligroso que Potter este aquí – la muchacha fulminó con la mirada al rubio.

-¿Preocupada por el gryffindor? – El moreno parpadeó, confundido.

-No, me preocupa alguien más.

Si Theodore hubiera estado prestando atención a sus dos amigos se habría percatado que Pansy se había referido a él.

-Esto… no saldrá nada bien – musitó la muchacha.

Theodore seguía sintiéndose extraño, incluso incomodo ante la escena que tenía frente a él. Y entonces, sucedió lo inevitable…

Malfoy hablaba con Potter, de vez en cuando hacía contacto físico con el ojiverde pero no se atrevió ir a más hasta que tuvo a Nott a la vista. En cuanto lo localizó, hizo lo que desde hacía tiempo había querido hacer. Marcar su territorio, hacerle ver quién era el dueño de ese león, que por más que el ojiverde tuviera los cables cruzados le pertenecía a él y nada más que a él. Miró fijamente a Theodore dándole una sonrisa ladeada, casi burlona. Segundos después besaba a Harry Potter…

Theodore abrió los ojos de una manera alarmante. Una mezcla de sentimientos lo invadieron, sentimientos que no supo interpretar ni mucho menos justificar. Se sintió mareado, incómodo y de alguna manera traicionado. Después de todo, Malfoy a los ojos de Potter era él. Theodore Nott.

El ojiazul se sacudió la cabeza. Necesitaba aire para aclarar sus ideas. Se dirigió hacia la salida.

-¡Draco, espera! – escuchó a Potter llamarle.

No se detuvo. Necesitaba con urgencia su música, se dirigió hacia el cuarto piso.

-¿Qué demonios ocurre contigo, Malfoy? – gritó Pansy, en cuanto tuvo al rubio a su lado.

-No hice nada malo – se defendió, sin borrar la sonrisa – él es mi novio, es mejor que vaya recordando quién soy.

-¿Y crees que besándolo lo hará?

-¡Mis besos son inolvidables! – reclamó.

-¡Pero tú sí! Él cree que tú eres Nott, ¿lo recuerdas? – Malfoy la fulminó con la mirada – pensándolo bien, tal vez es una manera que vea su otra realidad – siseó la  última palabra haciendo que el rubio borrara de pronto su sonrisa.

-Lo sabes – salpicó con odio.

-Lo sé – Pansy sonrió – después de todo… soy Granger para él.

La muchacha se dio la vuelta dejando a Draco ceñudo.

-¿Qué sabes? – preguntó Blaise, siguiendo a su novia hacia las escaleras.

-Un hermoso secreto – dejó salir, mordazmente.

*0*0*0*0*0*

Theodore tuvo que hacer circo, maroma y teatro para esquivar a Potter y así llegar al cuarto donde se encontraba el piano. Su mente aún era un torbellino de ideas danzando de un lado hacia otro.

Cerró la puerta.

-Tranquilo – murmuró para sí mismo, cerrando los ojos, recargándose en la puerta. Una vez que su ritmo cardiaco volvió a la normalidad se dirigió hacia el anhelado piano.

Se sentó y comenzó a tocar las teclas al azar. Lo único que quería era escuchar música, presionar teclas y olvidar la horrible escena que había presenciado.

Las partituras sin sentido de pronto lo tuvieron. Lentamente los sonidos fueron formando una hermosa melodía. El Slytherin mantuvo los ojos cerrados para envolverse en esa suave canción. Su mente por fin estaba liberándose de Malfoy y Potter.

Quince minutos después ya estaba más tranquilo, incluso se permitió sonreír de lado.


__________________________________




Capitulo Anterior                                              Capitulo Siguiente


 



No hay comentarios:

Publicar un comentario