**Capítulo Catorce**
Los
últimos días Theodore había estado de un genio que ni siquiera él mismo se
aguantaba. La razón aún no la sabía. Lo que sí sabía era que si le volvían a
preguntar el qué haría cuando Potter recuperara la memoria le lanzaría una
maldición al responsable. ¿Acaso él no era nadie sin Potter? ¡Por Salazar!
-¡¿Aún
no estás listo?! – gritó histérica Pansy. Blaise se alegraba no ser él al que
estaban por maldecir.
-No
iré – respondió el muchacho ojiazul, cubriéndose dramáticamente con las
sabanas.
-¡Theodore
Nott!
-Emh…
Theo, es mejor hacerle caso – recomendó el moreno.
Pansy
arrancó al muchacho de la cama y prácticamente lo obligó a levantarse y
vestirse para ir a la fiesta que desde hace un hora atrás se estaba llevando a
cabo.
-Mucho
mejor – la muchacha sonrió al ver el resultado de su esfuerzo – los espero
afuera – salió de la habitación.
-Recuérdame
de asesinar a tu novia al terminar la fiesta – Theodore gruñó al pasar por su
lado.
-Con
mucho gusto – el moreno sonrió de oreja a oreja.
En
cuanto llegaron a la sala común, Theodore recordó el motivo por el cual no
quería asistir a la fiesta. Frente a él, a unos cuantos metros de distancia,
estaba Potter… acompañado de Malfoy.
El
cuadro le recordó el lugar que ocupaba en la realidad. Potter y Malfoy eran
novios. El hormigueo en su estómago volvió al instante, esta vez acompañado de
algo más que no supo cómo interpretar, ¿Qué demonios pasaba con él? Sabía que
ambos muchachos eran novios, tarde o temprano los dos estarían nuevamente
juntos y él volvería a su añorada independencia. Entonces, ¿Por qué le
molestaba verlos juntos?
Los
observó detenidamente, aún al pie de la escalera que conducía a los dormitorios.
A Potter se le veía incómodo y, si no se equivocaba (y era poco probable),
nervioso. Malfoy en cambio se le veía confiado, demasiado, como si planeara
algo. Y Theodore no lo dudaba.
-¿Qué
hace Potter aquí? – Pansy frunció el ceño.
-Tú
qué crees – respondió Blaise – Malfoy lo ha invitado.
-Draco
no se mide, es muy peligroso que Potter este aquí – la muchacha fulminó con la
mirada al rubio.
-¿Preocupada
por el gryffindor? – El moreno parpadeó, confundido.
-No,
me preocupa alguien más.
Si
Theodore hubiera estado prestando atención a sus dos amigos se habría percatado
que Pansy se había referido a él.
-Esto…
no saldrá nada bien – musitó la muchacha.
Theodore
seguía sintiéndose extraño, incluso incomodo ante la escena que tenía frente a
él. Y entonces, sucedió lo inevitable…
Malfoy
hablaba con Potter, de vez en cuando hacía contacto físico con el ojiverde pero
no se atrevió ir a más hasta que tuvo a Nott a la vista. En cuanto lo localizó,
hizo lo que desde hacía tiempo había querido hacer. Marcar su territorio,
hacerle ver quién era el dueño de ese león, que por más que el ojiverde tuviera
los cables cruzados le pertenecía a él y nada más que a él. Miró fijamente a
Theodore dándole una sonrisa ladeada, casi burlona. Segundos después besaba a
Harry Potter…
Theodore
abrió los ojos de una manera alarmante. Una mezcla de sentimientos lo
invadieron, sentimientos que no supo interpretar ni mucho menos justificar. Se
sintió mareado, incómodo y de alguna manera traicionado. Después de todo,
Malfoy a los ojos de Potter era él. Theodore Nott.
El
ojiazul se sacudió la cabeza. Necesitaba aire para aclarar sus ideas. Se
dirigió hacia la salida.
-¡Draco,
espera! – escuchó a Potter llamarle.
No
se detuvo. Necesitaba con urgencia su música, se dirigió hacia el cuarto piso.
-¿Qué
demonios ocurre contigo, Malfoy? – gritó Pansy, en cuanto tuvo al rubio a su
lado.
-No
hice nada malo – se defendió, sin borrar la sonrisa – él es mi novio, es mejor
que vaya recordando quién soy.
-¿Y
crees que besándolo lo hará?
-¡Mis
besos son inolvidables! – reclamó.
-¡Pero
tú sí! Él cree que tú eres Nott, ¿lo recuerdas? – Malfoy la fulminó con la
mirada – pensándolo bien, tal vez es una manera que vea su otra realidad –
siseó la última palabra haciendo que el
rubio borrara de pronto su sonrisa.
-Lo
sabes – salpicó con odio.
-Lo
sé – Pansy sonrió – después de todo… soy Granger para él.
La
muchacha se dio la vuelta dejando a Draco ceñudo.
-¿Qué
sabes? – preguntó Blaise, siguiendo a su novia hacia las escaleras.
-Un
hermoso secreto – dejó salir, mordazmente.
*0*0*0*0*0*
Theodore
tuvo que hacer circo, maroma y teatro para esquivar a Potter y así llegar al
cuarto donde se encontraba el piano. Su mente aún era un torbellino de ideas
danzando de un lado hacia otro.
Cerró
la puerta.
-Tranquilo
– murmuró para sí mismo, cerrando los ojos, recargándose en la puerta. Una vez
que su ritmo cardiaco volvió a la normalidad se dirigió hacia el anhelado
piano.
Se
sentó y comenzó a tocar las teclas al azar. Lo único que quería era escuchar
música, presionar teclas y olvidar la horrible escena que había presenciado.
Las
partituras sin sentido de pronto lo tuvieron. Lentamente los sonidos fueron
formando una hermosa melodía. El Slytherin mantuvo los ojos cerrados para
envolverse en esa suave canción. Su mente por fin estaba liberándose de Malfoy
y Potter.
Quince
minutos después ya estaba más tranquilo, incluso se permitió sonreír de lado.
__________________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario