Los cinco elementos.
Epilogo.
Un nuevo comienzo.
Hermione se desperezó suavemente, con su mano derecha tentó sobre la cama y la encontró vacía, abrió los ojos rápidamente.
-Buen día – Draco entró, sonriente. En sus manos traía una charola con desayuno preparado.
-Buenos días – respondió la muchacha, sonriéndole también.
El rubio se sentó a su lado, dándole un casto beso en los labios.
-Para ti – le ofreció el desayuno.
-¿Y esto a que se debe?
-Es para agradecerte lo feliz que me haces – confesó el rubio – los últimos dos años han sido los mejores de mi vida.
-Exageras demasiado – Hermione se sonrojó.
-Tal vez, pero es cierto. Soy feliz.
-¡Papá, papá! – Scorpius entró rápidamente - ¡Mami, Hermy. Mami, Hermy!
-¡Hey, pequeño saltamontes! – Saludó Hermione al ver al pequeño rubio sobre la cama – Buen día.
-¡Es hora, es hora!
-Lo sabemos, Scorpius.
Los tres se dirigieron hacia el jardín trasero en donde se encontraba todo preparado para el gran momento. El pequeño Scorpius corrió de un lado a otro, emocionado.
-¿Cuándo le daremos la noticia? – preguntó Hermione.
-Una lluvia de estrellas y meteoritos y después la bomba del hermanito menor, ¿en serio quieres darle más motivos para no dejarnos dormir esta noche? – se quejó, la muchacha sonrió.
-Eres un exagerado, ¿lo sabías?
Draco la tomó de la cintura acercándola hacia él. La besó suavemente en los labios.
-Lo sé – respondió, rosando sus labios con los de ella.
-¡Ya comienza! – gritó Scorpius emocionado, en cuanto el cielo comenzó a oscurecerse lentamente.
Draco abrazó por la espalda a su esposa, quien se acomodó muy bien en los brazos del rubio para disfrutar del gran espectáculo.
En cuestión de segundos el cielo se tornó a un color negro azabache, haciendo resaltar la luna llena, tan blanca y enigmática.
-Es hermosa – susurró Hermione.
Scorpius, quien estaba a su lado, no parpadeaba; no quería perderse ningún detalle.
-¡Ahí viene! – gritó, emocionado.
La primera estrella de la noche pasó a una velocidad apenas perceptible, seguida de una segunda y tercera estrella.
-Pide un deseo, Hermione – Draco le susurró al oído. La muchacha cerró los ojos, pintando una sonrisa en su rostro.
Una docena de estrellas le siguieron a las primeras, trazando un camino color platino en el manto oscuro.
-Es tu turno, pide un deseo, Draco – murmuró la castaña.
El rubio observó al cielo siendo víctima de la lluvia de estrellas. Había una en particular que estaba al lado de la luna, fija y firme, la más brillante de todas…
Draco sonrió de lado. Su mirada la dirigió hacia el pequeño Scorpius, quien con un brillo especial en los ojos no despegaba la mirada de la lluvia de estrellas. Luego se vio a sí mismo, abrazando a la mujer que amaba y dentro de ella una felicidad más. Draco no necesitaba pedir más, todo lo que deseaba y quería estaba a su lado.
-Ya se me cumplió – le susurró, dándole un casto beso en la mejilla.
FIN
Julio 2013
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N/A
Y tan, tan :D
Hasta aquí la historia, oficialmente se ha terminado Q_Q
Agradezco que hayan seguido la historia hasta el último de los capítulos y también muchas gracias por leer y por sus lindos comentarios, me alegran el día y la noche *-* , no importa cuando lleguen, siempre son bien recibidos :3
Nos estamos leyendo –si me leen por ahí, claro– “No me olvides…”, “Tu historia fue conmigo” y “El efecto de la Luna de queso” (todas historias slash)
Besos y felices vacaciones!
PISLIB n_n
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