Llamadas
Llamadas
Llamada
1
Se
vio por última vez en el espejo. Satisfecho por el resultado, Mike salió de su casa
y se fue a la de su novio, quien seguramente lo esperaba con ansias. Esa cita
era importante, llevaban mucho tiempo planeándola. No todos los días celebran
su primer aniversario.
Mike
tocó el timbre, su cabello, recién teñido de rojo, resaltaba más sus ojos
verdes.
-Hola
- saludó, ensanchando más su sonrisa, al ver a su novio.
-Mike...
- respondió el rubio, quien lo recibía del otro lado.
El
aludido se dio cuenta que Luke no estaba vestido para la ocasión.
-¿Listo...?
-Sobre
eso... No podré ir...
-Como
que... ¿No podrás ir? - Mike esperaba que su novio estuviera bromeando o algo
parecido.
-Lo
siento... Cambio de planes. Lo celebramos la próxima semana.
Y
sin más, Luke cerró la puerta.
Mike
parpadeó un par de veces antes de caer en cuenta que Luke lo había hecho una
vez más. Le había cancelado en el momento. Esta vez Mike no se quedaría
callado, esta vez hablaría.
A
grandes zancadas se alejó de la casa y sacó su celular. No tenía que buscar su
número lo tenía en marcación rápida. Al primer timbre respondió.
-Hol...
-Eres
un maldito imbécil. ¿Cambios de planes? Vete a la mierda, estúpido idiota.
Colgó.
Llamada
2
A
Mike se le hacía más sencillo lidiar con Luke después de haber hecho la primera
llamada. Aunque en el fondo su conciencia no lo dejaba tranquilo. Pero eran
mejor las llamadas a los gritos en persona, ¿cierto?
Ya
había transcurrido un mes desde la última llamada y todo parecía mejorar. Casi.
Se
encontraban en la cafetería del instituto, Mike y Luke compartiendo su plato de
comida. Frente a ellos estaban Calum y Alexa, sus mejores amigos.
Mike
pasó su brazo por los hombros del rubio, quien arrugó la nariz ante este gesto,
el pelirrojo se hizo el desentendido.
-Te
quiero - Mike le susurró al oído y le dio un casto beso en la mejilla.
-¡Basta,
Mike...! - Luke lo alejó.
-¿Qué...?
¿Acaso te da pena? Calum y Alexa saben de nosotros - rodó los ojos.
-Con
ellos es más que suficiente. No necesito que todo el maldito instituto se
entere.
Luke
se levantó y salió del lugar.
Mike
también se levantó, al salir de la cafetería no encontró a Luke por ningún
lado. Sacó su celular, apretó el botón de marcación rápida.
-Oy...
-Estúpido
de mierda, métete tu maldito miedo por el culo, yo no me avergüenzo al estar a
tu lado. Cuando tengas las suficientes bolas para aceptar nuestra relación
frente a los demás entonces hablamos.
Intento
de Llamada 3
Las
cosas parecieron mejorar o al menos Luke parecía haber reaccionado ante su
estupidez. Eso a Mike le hizo feliz.
Luke
lo invitó a comer a una pizzería y ese gesto hizo que Mike olvidara los malos
ratos.
Mike
fue el primero en llegar al lugar, reconoció enseguida a dos chicos que
trabajan ahí, uno era Calum y el otro era amigo de Luke. El pelirrojo se sintió
incómodo con uno de ellos, solo lo había visto en una ocasión y digamos que no se
siente muy orgulloso de las demás interacciones que han compartido.
Luke
llegó cinco minutos después de la hora acordada, pero eso a Mike no le importó,
comería pizza con su novio.
-Tenemos
que hablar – ni siquiera habían pedido la pizza, ni siquiera Luke saludó. En
cuanto llegó al lugar, se paró frente a Mike y eso fue lo que le dijo.
-De
acuerdo - Mike estaba desconcertado.
-Debemos
tomarnos un descanso.
-¿Qué…?
-Tú
y yo.
-¿Qué...?
– lo cierto era que Mike no alcanzaba a procesar bien las palabras que Luke
decía.
-Nos
precipitamos en la relación, fue demasiado rápido y...
-¡¿Qué...?!
- Mike se levantó - ¡Llevamos año y medio juntos!
-Creo
que no soy gay. Lo siento.
-¿Estas
jodiendo, cierto? - Mike gritó, Luke negó con la cabeza y salió del lugar.
El
pelirrojo respiraba agitada mente, tenía ganas de golpear gente, tirar cosas y
golpear a más gente. Sacó su celular pero éste estaba sin batería.
-¡Mierda...!
Pero
no necesitaba su celular, en la barra de la comida estaba la persona en la que
podría descargar su ira. No sería la primera vez.
Mientras
se dirigía hacia allá, Mike pudo observar al muchacho, quien le estaba dando la
espalda, estaba llenando una charola con comida. En cuanto se giró, Mike le
tiró la charola de un manotazo, haciendo al muchacho sobresaltarse,
-¡Oye...!
- reclamó Calum, quien estaba detrás de la barra.
Mike
lo ignoró, se enfocó en el chico que tenía frente a él.
-¡Maldito
cobarde de mierda! - Mike le dio un puñetazo en el rostro, el muchacho
trastrabilló hasta caer de espaldas – ¡Métete tus malditas dudas en el culo
y...!
-¡Basta,
Michael! - Calum gruñó, alejando al pelirrojo de su amigo - Estás enojado con
Luke, no con él.
-Es
más fácil odiarlo a él - gruñó, antes de salir corriendo del lugar.
Llamada
4.
Caminaba
con las manos en los bolsillos, con pasos apresurados. Ya casi anochecía y no
le agradaba la idea de ir caminando a esas horas hasta su casa, sobre todo
cuando la lluvia amenazaba con llegar.
Su
celular comenzó a sonar. Ya sabía quién era y sin embargo, aun así contestó. A
pesar de todo siempre le contestaba, por más que él le gritara e insultara,
siempre le respondía.
-Ho...
-Un
día, maldito idiota. En un día olvidaste nuestra relación de año y medio. ¡Vete
al demonio tú y tu maldita heterosexualidad! Revuélcate con esa estúpida zorra.
Eso era lo que querías ¿no? ¡Vete al demonio, marica reprimido de mierda!
La
llamada se cortó o tal vez Mike había colgado. Cualquiera de los dos casos
llevaba a lo mismo.
Mike
estaba roto.
Tragó
saliva. No sabía cómo ayudarlo, él no podía hacer nada. Mike había tocado un
punto muy importante. Lo llamó marica
reprimido. Y tenía la razón. Mientras no aclare sus sentimientos no podrá
hacer nada.
Llamada
5
Había
transcurrido una semana desde que Luke y Mike habían finalizado su relación.
Ambos se habían estado evitando desde entonces.
-¿Cómo
está?
-¿En
verdad quieres saber? - respondió Calum.
Iban
camino a casa del, ahora, peliazul.
-No
lo sé, yo solo... Solo quiero saber si él está igual de roto que yo – musitó,
bajando la mirada y jugando con la orilla de su camisa.
Calum
se mordió el labio inferior.
-No
lo he visto desde hace tres días. Las vacaciones se han atravesado y...
-Entiendo
- respondió, aunque Mike no entendía nada. Tenía la esperanza que Luke por
primera vez le regresara o le hiciera una llamada.
Tal
vez Luke necesitaba tiempo para aclarar su mente. Quizás, estaba pasando por un
tiempo de confusión. Probablemente, le llamaría pronto. Si.
-Mike...
Mejor... Tomemos otro camino.
-¿Por
qué? - el peliazul frunció el ceño.
-Solo...
-¡Qué
demonios...!
Mike
se quedó petrificado, estaba seguro que el poco color que tenía en su rostro
había desaparecido. Y no era para menos. A unos cuantos metros de él, recargado
de un árbol, estaba Luke, comiéndose a besos a Alexa.
-Mike...
Luke
no estaba roto como él.
Mike
sacó su celular. Ni siquiera espero a que el muchacho dijera algo en cuanto
tomó la llamada.
-¡Mentiroso
de mierda! Púdrete. Te odio tanto. ¡Ojalá te atropelle un auto y mueras
lentamente...!
Un
nudo en la garganta se apoderó de él, un gemido lastimero salió.
Colgó.
Mike
se dejó caer de rodillas, llorando sin control.
Primera
llamada pérdida.
No
es que Mike ya haya superado a Luke, pero después de unas cuantas
botellas, un par de citas con chicos y
una con una chica (quien sabe, tal vez era bisexual y él ni en cuenta) que al
final resultaron un fiasco, Mike logró quitar un poquito de dolor. Solo un
poco.
Desde
que, literalmente, le deseó la muerte, Mike ya no lo había vuelto a llamar y lo
cierto es que está avergonzado y no sabe cómo arreglarlo.
Camina
de un lado a otro dentro de su habitación, sin despegar la mirada de su
celular, el cual descansa sobre su cama.
Llamarlo
o no llamarlo.
Mike
muerde su labio inferior.
-Al
demonio... - murmuró.
Tomó
su celular y fue directamente a marcación rápida. La llamada fue directo a
buzón de voz.
Al
principio Mike se desconcertó, pero era de esperarse. En algún momento el
muchacho dejaría de responder sus llamadas. No siempre estaría ahí.
Mike
se sintió triste, porque a pesar de todo, él siempre estaba ahí.
Y
le dolía.
Segunda
llamada perdida.
Había
transcurrido una semana desde que por primera vez él no le había respondido la
llamada. Mike comenzaba a preocuparse porque tampoco lo había visto. No es que
se la pasara acosando al muchacho pero había estado frecuentando, casualmente,
los mismos lugares que él, pero no había señal del muchacho.
Mike
volvió a marcarle, pero nuevamente lo mandó a buzón.
Entonces
se preocupó.
Eso
no era normal, era como si el muchacho se hubiera evaporado.
Marcó
nuevamente, obtuvo el mismo resultado.
-En
dónde estas...
Mike
se estaba preocupando, tomaría medidas drásticas.
Sin
llamadas
-Por
favor… – Mike suplicó, puso su mejor cara de perrito abandonado.
-No.
-¡Calum...!
-Suficiente
daño le hiciste – su amigo estaba molesto.
-No
más, lo prometo.
-No
es como si pudieras hacerlo, ¿sabes? – lo fulminó con la mirada.
-Sé
que... No estuvieron bien esas llamadas...
-¿Por
qué, Mike? ¿Por qué a él?
-Era
más sencillo odiarlo a él... – musitó.
-¿Te
estás escuchando? – Calum se estaba enojando cada vez más.
-Me
quiero disculpar.
-Demasiado
tarde.
Mike
parpadeó un par de veces, un vano intento de retener las lágrimas.
-Calum...
- suplicó.
-¿Recuerdas
la última llamada?
Asintió,
bajando la mirada. Cómo olvidar su última llamada. Le había deseado la muerte. Ese
era el motivo por el que se quería disculpar.
-Tus
deseos se hicieron realidad – salpicó.
-¿Qué...?
Mike
lo miró fijamente.
-Al
siguiente día de la llamada. Un auto lo atropelló.
-No...
En
Mike eran presentes las lágrimas.
En
persona
Después
que Calum le reveló el paradero del muchacho, Mike corrió sin detenerse.
Estaba
en el Hospital "Sagrado Corazón", al llegar a la habitación, sus
manos temblaban mientras sostenía el pomo de la puerta. Tenía miedo de abrirla.
Hasta ese momento se dio cuenta que no estaba preparado para enfrentarse a lo
que estuviera del otro lado.
Mordió
su labio inferior y tomándose de valor, abrió la puerta.
Jadeó
al ver al muchacho, quien, aparentemente dormía, pero Calum había dicho otro término:
estado de coma.
Mike
se quedó de pie, viendo al muchacho, seguía sin querer darle crédito a lo que
sus ojos estaban viendo.
Él
no podía estar ahí. Era... Corrección, es
tan joven, toda una vida por vivir...
Dio
un paso hacia el muchacho, en su mente retumbando las primeras palabras que se
cruzaron.
-Si él vuelve a comportarse como un
idiota, márcame. Te he grabado mi número en marcación rápida.
-¿Estás seguro?
-Es más fácil odiar a otra persona que
a la que amas - se encogió de hombros.
-Pero
no lo hago... No te odio... Nunca lo hice.
Llegó
hasta su lado, no pudo evitar que algunas lágrimas resbalaran por su mejilla mientras
su mente le torturaba con lo último que le dijo.
-¡Mentiroso de mierda! Púdrete. Te
odio tanto. ¡Ojalá te atropelle un auto y mueras lentamente...!
-Perdóname
– agarró su mano – Lo lamento, Ashton.
La
última llamada.
Había
transcurrido una semana. Y Mike se aseguró de visitar a Ashton cada uno de esos
días. Se sentía responsable de su estado.
-He
visto a Luke y yo... No sentí nada. Me refiero a que... Ya no me siento tan
roto como antes - esas "charlas unilaterales" eran muy frecuentes.
Mike
llegaba, saludaba a Ashton, se sentaba a su lado y le platicaba cómo le había
ido en el día, a veces le leía o le colocaba sus auriculares y le reproducía la
música que él creía era su favorita.
-Estoy
seguro que me has de creer un tipo histérico con complejo de idiota insensible
o algo peor - Mike negó con la cabeza.
El,
ahora, rubio natural, lo miró fijamente.
-Volví
a lo básico – señaló hacia su cabello – quiero ser nuevamente ese chico
sensible, con sueños y que no le desea el mal a nadie, ¿sabes? Quiero...
Suspiró,
sin terminar lo que estaba diciendo.
-Me
dijeron esta mañana que... mañana te van a desconectar...
Mike
jugueteaba con su celular.
-No
quiero despedirme de ti... Aún no. Ni siquiera pude ser tu amigo... Yo sólo te
use como saco de box, no solo emocionalmente...
Se
secó una rebelde lágrima.
-Lamento
ese golpe, ya sabes, el día de la pizzería...
Mike
se mordió el labio inferior. Vio el celular de Ashton en la mesita de al lado.
Y se le ocurrió una idea para despedirse. Desde su celular se fue a marcación
rápida, en cuestión de segundos el celular de Ashton sonó. Mike lo contestó y
lo puso cerca de la oreja del muchacho.
-Hola...
- saludó Mike desde su celular - te preguntarás quién demonios es, pues soy yo,
Mike, el chico histérico con complejo de idiota insensible. Esta vez no te
llamo para insultarte. Aunque en realidad, todas las veces que te llamé, nunca
me referí a ti, sino a Luke. Una vez me dijiste que era más fácil odiar a otra
persona que a la que amas. Tienes razón.
Mike
comenzó a acariciar la mano del muchacho.
-No
te puedo odiar.
Mike
se acercó a él.
-Te
prometo que cuando te vuelva a marcar, dejaré que termines de saludar, pero
para que eso pase, tienes que despertar.
Sonrió,
mientras una lágrima resbalaba por su mejilla. Su mano aun aferrada a la de
Ashton.
-Despierta,
por favor...
Epilogo
Mike
no quiso estar en el momento en que desconectaran a Ashton. No estaba seguro de
estar preparado para eso.
Prefirió
quedarse en casa solo, a pesar que Calum insistió en estar a su lado. Estaba
tumbado en su cama, pensando en nada. Llevaba alrededor de dos horas en esa
misma posición.
Tal
vez era por costumbre o quizás porque sabía que ya no volvería a escucharlo,
agarró su celular y en automático buscó la marcación rápida.
-Hola,
Mike – tal vez era su imaginación, quizás su cerebro estaba jugándole una broma
demasiado pesada, pero estaba 100% seguro que esa era la voz de Ashton y no el
buzón de voz – gracias por cumplir tu promesa.
-Te prometo que cuando te vuelva a
marcar, dejaré que termines de saludar.
Mike
se sentó rápidamente.
-¿Ashton?
-El
mismo... más o menos... – sonrió perezosamente – hace menos de tres horas desperté
de un coma o algo así me ha dicho mi madre.
-Tuviste
un accidente – apenas pudo confesar. Su corazón latía con demasiada fuerza.
-Soy
un flojo... Me estoy quedando dormido... Otra vez...
-Entonces,
te dejo dormir.
-No,
no lo hagas... O quédate conmigo hasta dormirme...
-¿Prometes
despertar?
-Lo
prometo – Mike lo escucho bostezar.
-¿Ashton...?
-¿Umh...?
-No
te odio.
-Lo
sé.... Ya me lo dijiste...
Mike
sonrió de lado.
-¿Ash...?
-¿mmm...?
-Te
quiero...
El
muchacho no respondió, Mike supuso que se había quedado dormido. Pero no
importaba, le prometió despertar y Mike quería ser la primera persona que viera
al hacerlo, así que se dirigió hacia el hospital.
Su
celular vibró dentro de su bolsillo.
-Dig...
-¡Mike...!
¡Ashton, despertó! ¡Tienes que venir ahora mismo!
Calum
colgó, Mike frunció el ceño.
Su
celular volvió a vibrar.
-Ho…
-¡Eres
un idiota, Mike! – Luke colgó.
Mike
alzó una ceja. El karma comenzaba a cobrarle cada una de las llamadas que hizo
a Ashton. No le importó.
En
su rostro había una enorme sonrisa y un brillo especial en sus ojos mientras
caminaba hacia el hospital para ver a Ashton.
FIN
Febrero 2016
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