No llores...
Intento fallido 5
Habían
transcurrido dos semanas desde que Ashton y Calum habían decidido quedar como
amigos. En algunos días habían coincidido en la hora de la comida, al principio
era incomodo, pero después se fueron acostumbrando, más o menos. Michael de vez
en cuando soltaba comentarios hirientes hacia Ashton por el simple hecho que no
soportaba ver a su amigo Calum aún dolido. Cuando eso ocurría, Ashton terminaba
llorando en el baño.
Ese
día, nuevamente habían coincidido en la hora de la comida Luke, Michael y
Ashton. El castaño se quedaba solo por Luke, porque sinceramente, le temía a lo
que Mike le fuera a decir.
-¿Quién
se ha ganado el bono por rebasar la meta, eh? – Luke jugueteó con sus cejas.
-Tú,
cariño – Mike le dio un beso en la nariz – ya deja de presumirlo, hasta Obama
ya se ha enterado.
Aun
así, Luke no dejó de sonreír.
-¡Hola!
– Calum llegó hasta con ellos, se sentó a un lado de Ashton, quien se sintió nervioso.
Aún no se acostumbraba a la presencia de Calum sin sentirse culpable.
-Calum,
adivina quién…
-Tú,
Luke – el moreno rodó los ojos – ya me lo habías preguntado, además estuvimos
ahí cuando te dieron el bono.
El
ojiazul arrugó la nariz de manera graciosa.
-Mike,
¿Qué crees?
-No
preguntes quién se ganó el bono de “no me interesa” porque a ti si te golpeo,
Calum.
-¡Oye!
– Luke reclamó.
-Nop, ayer fui con Jake – confesó. Jake
era el dueño de una tienda de comics - ¿adivina quién te ha conseguido el manga
número 1 de Dragon Ball? – jugueteó con sus cejas.
-¡Nooo! – a Mike le brillaban los ojos,
era el único ejemplar que le faltaba para completar su colección. Su amigo se
lo mostró - ¡Calum! – gritó, levantándose de su lugar.
-Es
para ti amigo, feliz cumpleaños por adelantado. Y también navidad, año nuevo, día
de reyes y todas las fechas restantes de los próximos diez años.
-¡Oh
por dios! ¡Te amo, Calum Hood! – Mike se abrazó hacia él.
Ashton
se tensó ante tales palabras.
-¡Te
amo, te amo!
-Gracias,
Mike – Calum le sonrió de lado – no fue tan difícil decirme esas palabras,
¿cierto? – giró lentamente hacia Ashton, quien lucía demasiado pálido.
-Podría
decírtelo todo el día, ¡TE AMO CALUM!
-Ashton…
- llamó Luke, al ver que su amigo se levantaba bruscamente y salía del lugar -
¿Por qué? – Se dirigió de mala manera a los otros chicos que aún seguían abrazándose
- ¿Por qué lo sigues torturando de esa manera? – Calum frunció el ceño - ¿Sabes
qué? Me alegra que no te lo haya dicho, no te lo mereces.
Luke
salió en busca de su amigo.
-¡Demonios!
– maldijo Mike.
-¿Qué?
-Hoy
dormiré en el sillón.
[…]
Ashton
estaba desesperado, el sanitario de hombres estaba cerrado y la sala de juntas
estaba ocupada, no había a dónde huir.
-¡Ash!
– Ese era Luke, ignoró su llamado - ¡Ash, espera! – el rubio lo tomó del brazo.
-No,
Luke, ahora no… - pidió, con voz rota.
-Pero…
Ashton
se soltó del agarre y salió del edificio. Corrió hasta llegar a un pequeño
parque. Se sentó en uno de los columpios que eran para niños. Comenzó a abalanzarse
mientras los recuerdos los invadían.
Estaban acostados en la arena,
la marea aun no subía así que no se molestaron en cambiarse de lugar. El sonido
de las olas era la única melodía que los acompañaba. Era un momento tan
romántico e íntimo que la luna llena no hizo más que darle ese toque de
perfección.
-Esto es hermoso, Calum -
Ashton le sonrió.
-Sabía que te gustaría - le dio
un casto beso en la nariz.
-Podría quedarme así para
siempre...
Calum entrelazó su mano con la
de su novio.
-Ash...
-¿Si...?
Calum se humedeció los labios,
lo vio fijamente a los ojos.
-Te amo...
Ashton agrandó los ojos. No
estaba preparado para esa confesión. Él también sentía lo mismo. Y sabía que
debía decir un “te amo también”, pero pensó que esa sería una respuesta
forzada. Algo a lo que estaba obligado a decir y no algo que estuviera saliendo
por que le naciera voluntariamente. Como cuando alguien llega y te dice primero
“buenos días” no te queda de otra que responder igualmente.
Pero
aun así, Ashton se sentía culpable por no haberle respondido a Calum. El
muchacho no era mucho de expresar sus sentimientos, si le estaba diciendo que
lo amaba, lo mínimo que pudo haber hecho Ashton era el responderle con “te amo
también”. Lo sabía. Pero no lo hizo.
-Idiota,
Ashton, eso eres… - esta vez no se dijo que no llorara porque al final siempre
terminaba llorando.
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