NUEVES MESES
Capítulo Siete.
Castigo.
Tres
días. Ese era el total de días que estaban castigados, Ashton por no portar el
uniforme y Mike por pintarse el cabello. Después de clases tenían que acudir al
aula de castigo y permanecer ahí dos horas. El problema era Grisel. Quién la
cuidaría, ni locos la llevarían al aula de castigo. Suficiente estaban teniendo
ese día.
Los
demás castigados no paraban de lanzar comentarios demasiados ofensivos hacia
ellos por causa de Grisel.
-Tienes
que cuidarla el viernes – sentenció Michael, frunciendo el ceño.
-Ambos
estaremos en el aula de castigo – recordó el rizado.
-Solo
tú – el teñido sonrió de lado, pero no dejó de observar al de mirada hazel. La
verdad era que estaba intrigado. Ashton ya portaba uniforme, pero éste le
quedaba ligeramente más grande, Michael tenía la sospecha que las prendas le
pertenecían a la jirafa andante. Pero
lo importante aquí era qué le había pasado a su uniforme en primer lugar.
-Son
tres días de castigos. Hoy, mañana y el viernes – recontó, mientras un
avioncito de papel caía entre sus rizos.
-El
viernes tengo obra, no puedo faltar – aclaró Michael mientras su silla era
pateada de manera rítmica por un alumno que estaba sentado detrás de él.
-Tampoco
al castigo, por eso se llama así – Ashton rodó los ojos mientras se quitaba el
avioncito de papel de su cabello. Michael sonrió de lado.
-Yo
sí, tengo permiso – le mostró un hoja de papel donde claramente decía que tenía
permitido asistir a la obra de teatro en lugar del castigo. Ashton frunció el
ceño – lástima que tu periódico no te dé estos privilegios – le sonrió de lado.
-No
puedo traer a Grisel – gruñó entre dientes, mientras escondía a Grisel en la
pañalera al ver que uno de los chicos castigados no quitaba su mirada del bebé
robot. No quería que la “secuestraran” nuevamente.
-Yo
no puedo llevarla a la obra. Dile a tu amigo larguirucho que la cuide – Michael refunfuñó.
-Tú
dile a tus amigos – Ashton se cruzó de brazos.
-Calum
y Thomas tiene partido, dah… - alzó los
brazos, tratando de controlarse, el maldito golpeteo de la silla justo detrás
de él le estaba sacando de quicio.
-Luke
tampoco puede, va a participar en el decatlón – reclamó.
-Tendrás
que traerla y cuidarla. Es la única opción – Mike se encogió de hombros,
guardando sus cosas, faltaba poco tiempo para que la campana sonara y su
martirio por fin terminara – además, es tu día de cuidarla – le recordó.
Ashton
no supo cómo replicar ante eso.
[…]
El
rizado caminaba de un lado a otro, faltaba poco para ir al aula de castigo. Era
viernes. No se arriesgaría a dejar a Grisel en la habitación, no después del
mini secuestro anterior por parte de su compañero de habitación. Se mordió el
labio inferior, se arriesgaría a llevarla al aula de castigo.
-Aquí
vamos… - susurró, antes de abrir la puerta y entrar al aula.
Por
suerte no había nadie, mejor dicho no llegaba nadie aún.
[…]
-…
es un idiota, de todos los alumnos me
tuvo que tocar él de compañero de habitación – Michael dejó su mano a medio
camino, se quedó detrás de la puerta para escuchar un poco, no es que fuera
chismoso pero Thomas estaba hablando de Ashton.
-Después te sigues quejando de él, ¿podrías
apresurarte? Llegaremos tarde al calentamiento – esa era la voz de Calum.
-Pero ya comencé con mi inconformidad –
Mike casi podía ver la sonrisa ladina de su amigo.
-Thomas, en serio, no sé porque odias a
Ashton, pero eso que le haces le trae severas consecuencias – Michael sonrió
ante la evidente inconformidad de Calum – lo
castigaron tres días.
-Como si me importara.
-¿Qué te hizo para que
lo odies así?
-Estoy listo, vámonos – Michael escuchó
pasos dirigirse hacia la puerta, no supo en dónde esconderse así que fingió
como si acabara de llegar
-Hola
– sonrió de manera exagerada en cuanto vio a sus amigos frente a él.
-¿Qué
haces aquí, Mike? – Thomas frunció el ceño, Calum alzó una ceja.
-Emh,
¿Ashton?
-Ambos
están castigados, deberías saber – recordó Calum - ¿No deberías estar en el
aula de castigo justo ahora?
-Espera,
hoy es la obra que protagonizas, ¿cierto? – Thomas se rascó la barbilla.
-Se
canceló – Mike comentó bastante decepcionado – alguien ha inundado el auditorio.
-Entonces
debes ir al castigo – recordó Calum.
-Tú
y tu manía de seguir las reglas – el teñido rodó los ojos – no iré al castigo,
tengo un permiso – jugueteó con sus cejas.
-Si
buscas al tarado de Fletcher no está – el de lentes cortó la conversación,
cerrando su habitación – es tan ñoño que seguro llegó con anticipación al
castigo – gruñó. Michel frunció el ceño. En verdad quería saber el motivo del
odio hacia Ashton – Vamos, Calum, llegamos tarde.
-Al
menos ve a vernos al partido – el moreno se encogió de hombros.
-Ahí
estaré – Mike le sonrió, pero en lugar de encaminarse hacia su habitación para
prepararse e ir a la cancha de futbol, se dirigió hacia el aula de castigo.
Tuvo
que esquivar a algunos profesores para poder llegar al aula de castigo, lo cual
sonaba irónico. Porque si un profesor lo llegara a ver lo regresaría al
auditorio alejándolo de su destino. Cuando por fin llegó, la campana sonó, los
alumnos salían del aula. Con los nervios de punta, Mike se asomó, buscando a
Ashton con la mirada.
-¿Ashton?
– llamó, agrandando los ojos. El aludido lo fulminó con la mirada e ignorándolo
salió del aula.
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