No ha dejado de llover
Capitulo tres.
Frente a frente
Ashton bajó las escaleras de dos en dos. Al llegar a la sala de estar
revisó las cosas que se llevaría a su trabajo.
-Tommy, es hora de irse. ¡Se hace tarde! – llamó a su hijo.
-¡Ya voy, papi, no te vayas sin mí! - gritó desde el segundo piso. Al
mayor le causó gracia la respuesta de su hijo.
-¡No lo haré! - respondió con una sonrisa - iré a encender el auto.
-¡De acuerdo!
Al abrir la puerta se quedó estático. Agrandó los ojos en demasía, el
poco color desapareció de su rostro.
-Michael... - apenas pudo susurrar - que... ¿qué haces aquí...?
-Ashton - el ojiverde, que en estos momentos su cabello era de un rojo
intenso, le sonrió de lado. El muchacho no parecía tan afectado como el mayor,
pero así era Mike, jamás mostraba sus emociones... o al menos hubo un tiempo en
que no lo hacía.
Y sin esperar invitación dio un par de pasos, haciendo a un lado al
castaño sin consideración, entrando así a la casa.
El leve empujón hizo que algo en la mente de Ashton reaccionara.
-No puedes estar aquí – dejó salir entre dientes.
-¿Por qué? Quiero arreglar las cosas - frunció el ceño - podríamos
arreglar...
-Has tardado cinco años, demasiado tarde - Ashton apretó su mandíbula.
-Papi... ya estoy listo - Tommy se quedó a medio camino, no reconoció al
señor que estaba a un lado de su papá.
-Así que... después de todo... te quedaste con ella - en Mike era claro que la furia lo inundaba lentamente.
Eso fue un indicador para que Ashton supiera que Mike no había cambiado
en nada.
-Largo de mi casa, ¡ahora!
Mike se acercó rápidamente a él quedando a un palmo de su persona.
Ashton lo miró fijamente. Esta vez se defendería, la última vez que estuvieron
de esa manera Ashton no terminó muy bien que digamos. La nariz rota y numerosos
golpes y moretones resultaron de su pelea.
-Creí que tú y yo teníamos algo, pero al final resultaste igual que los demás.
Una maldita per...
-¡Basta...!
Ashton lo sacó a empujones.
No se dejaría más. Suficientes insultos hacia él tuvo en el pasado de su
parte, ya no le permitiría más.
Mike estaba dispuesto a irse, demasiado desamor por parte del mayor tuvo
en el pasado, ya no se humillaría. Tenía la esperanza de tal vez... Recuperar
algo, pero era evidente que el castaño había pensado diferente. Se quedó con ella. La eligió a ella. Ese niño era la prueba de ello.
Un odio repentino se apoderó de él. Se giró sobre sus talones y antes de
que le cerrara la puerta, empujó la puerta bruscamente, escuchó el sonido de un
golpe y enseguida el quejido del castaño. Entró nuevamente.
Ashton se sostenía la nariz, sangraba. Mike no sintió remordimiento.
-Es por ella, ¿verdad? ¡Siempre
fue ella! - empujó al castaño, quien al estar distraído, trastrabilló hasta
pegar en la pared - eres un maldito...
Antes de que Mike llegara a golpearlo, fue Ashton quien lo empujó.
-¡Lárgate, Michael! - gritó, furioso.
Mike iba a responder, pero alguien más lo agarró por la espalda y lo sacó
de la casa.
-Basta, Clifford, no tienes derecho a hacerle esto, no de nuevo – Luke
lo miraba fulminándolo con la mirada.
Mientras tanto, Calum veía a Ashton demasiado agitado y su nariz aun
sangraba.
-¿Ashton...?
El castaño respiraba agitadamente y una sensación extraña y demasiado
conocida comenzó a subir por su estómago hasta su garganta. Ashton corrió hasta
el baño en donde vomitó sin control alguno.
Ver a Mike le enfermaba, literalmente.
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