Idiota
Epílogo.
Disneylandia.
[Mike]
Cuando abro los ojos una hermosa mirada hazel me
observa, no puedo evitar devolver la sonrisa a modo de saludo.
-Buen día – una vez le confesé que su voz ronca por
las mañanas es la causante de la mayoría de mis erecciones y esta no es la
excepción.
-Serán para ti, idiota,
porque ahora tengo un problema entre mis piernas – él sonríe mostrando sus
hermosos hoyuelos.
Cuatro años. Han transcurrido cuatro magníficos años
desde que el fenómeno, mis amigos y yo nos graduamos de la universidad de
bellas artes y pareciera que fue ayer que nos despedimos ya que tomamos rumbos
diferentes. Es triste. Hay días que extraño a mi mejor amigo. Calum fue el
único que se quedó en Londres.
-¿Qué piensas, Mike?
-Que hoy es el gran día.
-¿Hoy? – ruedo los ojos, en serio si no amara con
locura a este pedazo de carne humana ya lo hubiera abofeteado.
-Eres un… descerebrado,
en serio.
-Lo sé – sonríe.
Es nuestro aniversario, más o menos. Nunca
establecimos una fecha oficial porque… en realidad eso ya no importa, pero
hemos decidido que hoy sería el gran día para celebrar. Le tengo una gran
sorpresa.
-¿Y a dónde iremos?
-Eso es secreto – le sonrío de lado – te aseguro que
te encantará el lugar.
-De acuerdo – responde, ambos caminamos a lo que será
nuestro destino. Al acercarnos al lugar le cubro los ojos, el fenómeno protesta
pero aún así consigo mi objetivo.
-Llegamos – anuncio. Estoy nervioso. Este lugar me
trae tantos recuerdos…
-Ajá… ¿Cómo se supone que sé a donde hemos llegado? –
ruedo los ojos, no sé desde cuando se hizo tan desesperado.
Le destapo los ojos lentamente, Ashton espera unos
momentos para abrirlos y así acostumbrarse a la luz.
-¡¿Disneylandia?! – exclama, esta vez soy yo quien
rueda los ojos – esto… me trae buenos recuerdos – me abraza.
-Lo sé – le sonrío de lado.
-Esta vez quiero entrar por la puerta y no saltando
rejas – me toma de la mano y me dirige hacia la entrada.
Suelto una sonrisa.
-¿Por qué siempre quieres quitarle la diversión a
todo?
Entramos al lugar y pareciera que fue ayer cuando
estábamos aquí. Ashton dejando sonrisas por todos los lugares y yo burlándome
de él cuando terminó llorando en el “castillo embrujado”.
-Regla número uno, Mike – Ashton se gira y levanta su
dedo índice. Alzo la ceja, divertido – Está prohibido entrar al “Castillo
embrujado”.
-Prometo protegerte de los monstruos – jugueteo con
mis cejas, el fenómeno niega con la cabeza una y otra vez. Es tan adorable de
esa manera – De acuerdo, ahora dime la regla número dos.
-Quiero otro elefante de peluche, ya sabes… a mí sí me
van los peluches – me sonríe de lado, mostrando sus hermosos hoyuelos.
-Por supuesto… fenómeno
– le doy un casto beso en la mejilla.
Lo tomo de la mano y nos encaminamos hacia los juegos
mecánicos pera a tan solo un par de metros me detengo.
-Esos de ahí son… ¿Luke y Calum? – Ashton señala a un
par de chicos que yo también había visto y fueron la causa de detenerme.
-Lo son – sonrío de lado.
-Hola – saluda el principito, llegando junto con mi
mejor amigo. Abraza al fenómeno ante mi fulminante mirada, es imposible no
sentirme de esta manera.
-Calum – le sonrío a mi mejor amigo, lo abrazo -
¿Cuándo regresaste?
-Hace un par de semanas.
-Eres un horrible amigo por no decirme nada, pero al principito no tuviste inconveniente de
avisar, ¿cierto?
-De hecho… él fue por mí a Londres.
No es mentira. Ashton y yo estamos impactados ante tal
declaración.
-Es cierto – el principito sonríe, abrazando por lo
hombros a Calum – Úrsula y él iniciaron una relación… no salió bien y nuestro
amigo, aquí presente, estaba deprimiéndose mucho así que hice algo al respecto.
-Todo un principito
en busca de su princesa – me burlo.
El fenómeno me da un suave golpe en mis costillas.
-Yo no estaba deprimido, tú estabas deprimido porque
Melissa te dejó botado para irse a quien sabe dónde a estudiar no sé qué cosa a
Los Ángeles – Calum se defiende.
-No, lo que sucede…
-No voltees las cosas, Hemmings – mi amigo morocho se
cruza de brazos. Ruedo los ojos.
-A veces pienso que resolverán sus diferencias con un
beso.
Sorprendentemente, Ashton asiente, coincidiendo
conmigo. Ambos chicos se sonrojan.
-¡¿Por qué demonios dices eso?! – es gracioso ver al principito con una expresión de horror
mientras sus mejillas se tiñen de rojo.
-Es la segunda vez que nos dicen eso, deberíamos
probar – Calum se encoje de hombros.
-¡Estás loco! – grita el rubio.
-Deberían probar en el “túnel del amor” – sugiero – ya
saben… ese paseo en el lago bajo la luz de luna artificial.
-Esa atracción está al otro lado del parque – el fenómeno les indica el camino con una
seña de mano. Luke y Calum nos miran como si nos hubiera nacido una cabeza
extra.
-¡Vamos! – Calum sonríe descaradamente.
-¡Estás loco! – mi mejor amigo se encoge de hombros y
lo carga. La escena es graciosa porque… el principito
es más alto que él y aun así lo lleva sobre sus hombros.
-Y yo sé a dónde iremos – el fenómeno juguetea con sus
cejas, me dirige hacia una cabina de fotos.
-Sí, esto también me trae buenos recuerdos – lo miro,
sonriendo de lado.
-¿Entramos? – como respuesta lo agarro de la mano y lo
llevo hasta el interior de la cabina. Nos sentamos – Ya sabes lo que hay que
hacer – juguetea con sus cejas.
-Bien, pero que sea rápido. No quiero traumar a las
parejas que quieran entrar – respondo. Ashton frunce el ceño. Comienzo a
desabrocharme la camisa mientras ataco a besos al fenómeno.
-¡No, espera…! – Ashton inunda la cabina con sus
características sonrisas. Hace lo posible por alejarse pero yo no se lo
permito. El primer flash se dispara - ¡Gestos y caras, Mike! – aclara, cuando
logra alejarme.
-Lo sé, apestoso
– le sonrío de lado, abrochando nuevamente mi camisa.
-Ya desperdiciamos la primer foto – rueda los ojos.
-No te preocupes, aún nos quedan tres – lo miro a los
ojos y él hace lo mismo.
-Michael Clifford.
-¿Si?
-¿Quieres ser mi novio?
En serio. Mi mandíbula casi toca el suelo por lo
exageradamente que la he abierto. El segundo flash me deja casi ciego.
-¿Mike?
-¿Qué se supone que somos desde hace más de cuatro
años?
-Nunca fue oficial – aclara. Y eso es un buen punto.
Después del accidente aclaramos nuestros sentimientos y aunque le hice la
pregunta justo antes que él entrara a la operación por el tumor jamás me
respondió porque se quedó inconsciente – Aunque tengo un vago recuerdo que me
preguntaste antes de entrar a operación.
-De hecho lo hice… eso me recuerda a que no me
respondiste, eres un mal educado – finjo indignación. Me cruzo de brazos y hago
pucheros justo cuando el tercer flash aparece.
-¿Aun quieres mi respuesta?
Asiento con la cabeza.
El fenómeno se acerca lentamente a mí. Con sus enormes
manos descruza mis brazos y deshace mi puchero con un suave y delicioso beso.
Justo en este momento, cuando pienso que la vida es genial que quisiera que
fuera una fotografía para que quede así por siempre y que Ashton es mi persona
favorita y que ambos somos el dúo perfecto, el último flash hace su aparición.
-Sí, Mike, quiero ser tu novio – me sonríe, mirándome
dulcemente.
La máquina comienza a sacar las fotografías. Ashton
agarra la primera copia, ambos la observamos.
-¿Sabes? Cuando… ya sabes… tuve amnesia y vi las fotos
que nos tomamos justo aquí el día de mi cumpleaños… yo… tuve miedo – frunzo el
ceño – Miedo a estar haciendo algo realmente estúpido – acaricia con la yema de
sus dedos la última fotografía – Muy en el fondo sabía que había alguien
importante para mí que estaba olvidando. Sabía que le estaba haciendo daño y
eso me estresaba porque no sabía quién era. Y luego estabas tú… – me mira a los
ojos. Es la primera vez que Ashton habla de cómo se sentía al respecto en ese
tiempo – lo lamento, Mike. Sé que es tarde para decirlo, pero… - desvía la
mirada.
-Oye… - lo agarro del mentón para hacer que me mire a
los ojos – No fue tu culpa. Además, me recordaste y eso es lo importante – le
acaricio la mejilla izquierda.
-Oh, Mike… eres un pedazo de… idiota… - abro los ojos de par en par. Él sonríe de lado - ¿Qué?
¿Acaso no puedo utilizar el código contigo?
-¡Por supuesto que puedes! – le doy un pomposo beso en
los labios. Lo agarro de la mano y lo dirijo hacia los juegos – Vamos por tu
elefante de peluche, analfabeto.
No es que sea experto, pero como se lo dije la vez
anterior, tengo una muy buena puntería. En menos de un minuto el fenómeno ya
tenía su elefante de peluche.
-¿A dónde más quieres ir? – pregunto.
-¿Qué tal a ver las estrellas?
Sonrío de lado. Se refiere a ese lugar en donde
presenciamos la lluvia de estrellas. Después de varios minutos, llegamos al
lugar. Nos dirigimos hacia el muelle y nos sentamos en la orilla, igual que la
vez anterior. En esta ocasión no habrá lluvia de estrellas, pero el ambiente es
demasiado íntimo que no es necesario.
-Es un hermoso atardecer – susurra. Y estoy de
acuerdo.
-Como tu ojos – le susurró al oído.
-Como tu sonrisa – musita.
-Como tus hoyuelos – le acaricio la mejilla.
-Como tus labios… - me da un casto beso.
-¿Mike?
-¿Sí?
-¿Por qué Luke tiene una mejor palabra en tu código
que todas las que yo tengo?
Suelto una carcajada.
-¿Aun no lo superas, torpe?
-Y nunca lo haré – se cruza de brazos haciendo un
adorable puchero.
-Bueno… en teoría es tu culpa – dejó salir, frunce el
ceño – esas palabras tú me las dijiste en algún momento – me encojo de hombros.
-¿Qué?
-Algún día te contaré esa historia – lo abrazo por los
hombros.
El sol a lo lejos se va ocultando lentamente, dejando
un color rojizo sobre el mar.
-Mike…
-¿Si? – me ve a los ojos.
-Te odio, idiota.
Un escalofrío invade todo mi cuerpo.
-Lo sé – respondo, haciendo un enorme esfuerzo para
que mis lágrimas no salgan.
-No, en realidad no lo sabes.
Sonríe de lado con un hermoso brillo en su mirada
hazel.
FIN
Abril 2016
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