jueves, 22 de diciembre de 2016

Epílogo. Disneylandia.

Idiota


Epílogo. Disneylandia.


[Mike]

Cuando abro los ojos una hermosa mirada hazel me observa, no puedo evitar devolver la sonrisa a modo de saludo.
-Buen día – una vez le confesé que su voz ronca por las mañanas es la causante de la mayoría de mis erecciones y esta no es la excepción.
-Serán para ti, idiota, porque ahora tengo un problema entre mis piernas – él sonríe mostrando sus hermosos hoyuelos.
Cuatro años. Han transcurrido cuatro magníficos años desde que el fenómeno, mis amigos y yo nos graduamos de la universidad de bellas artes y pareciera que fue ayer que nos despedimos ya que tomamos rumbos diferentes. Es triste. Hay días que extraño a mi mejor amigo. Calum fue el único que se quedó en Londres.
-¿Qué piensas, Mike?
-Que hoy es el gran día.
-¿Hoy? – ruedo los ojos, en serio si no amara con locura a este pedazo de carne humana ya lo hubiera abofeteado.
-Eres un… descerebrado, en serio.
-Lo sé – sonríe.

Es nuestro aniversario, más o menos. Nunca establecimos una fecha oficial porque… en realidad eso ya no importa, pero hemos decidido que hoy sería el gran día para celebrar. Le tengo una gran sorpresa.
-¿Y a dónde iremos?
-Eso es secreto – le sonrío de lado – te aseguro que te encantará el lugar.
-De acuerdo – responde, ambos caminamos a lo que será nuestro destino. Al acercarnos al lugar le cubro los ojos, el fenómeno protesta pero aún así consigo mi objetivo.
-Llegamos – anuncio. Estoy nervioso. Este lugar me trae tantos recuerdos…
-Ajá… ¿Cómo se supone que sé a donde hemos llegado? – ruedo los ojos, no sé desde cuando se hizo tan desesperado.
Le destapo los ojos lentamente, Ashton espera unos momentos para abrirlos y así acostumbrarse a la luz.
-¡¿Disneylandia?! – exclama, esta vez soy yo quien rueda los ojos – esto… me trae buenos recuerdos – me abraza.
-Lo sé – le sonrío de lado.
-Esta vez quiero entrar por la puerta y no saltando rejas – me toma de la mano y me dirige hacia la entrada.
Suelto una sonrisa.
-¿Por qué siempre quieres quitarle la diversión a todo?
Entramos al lugar y pareciera que fue ayer cuando estábamos aquí. Ashton dejando sonrisas por todos los lugares y yo burlándome de él cuando terminó llorando en el “castillo embrujado”.
-Regla número uno, Mike – Ashton se gira y levanta su dedo índice. Alzo la ceja, divertido – Está prohibido entrar al “Castillo embrujado”.
-Prometo protegerte de los monstruos – jugueteo con mis cejas, el fenómeno niega con la cabeza una y otra vez. Es tan adorable de esa manera – De acuerdo, ahora dime la regla número dos.
-Quiero otro elefante de peluche, ya sabes… a mí sí me van los peluches – me sonríe de lado, mostrando sus hermosos hoyuelos.
-Por supuesto… fenómeno – le doy un casto beso en la mejilla.
Lo tomo de la mano y nos encaminamos hacia los juegos mecánicos pera a tan solo un par de metros me detengo.
-Esos de ahí son… ¿Luke y Calum? – Ashton señala a un par de chicos que yo también había visto y fueron la causa de detenerme.
-Lo son – sonrío de lado.
-Hola – saluda el principito, llegando junto con mi mejor amigo. Abraza al fenómeno ante mi fulminante mirada, es imposible no sentirme de esta manera.
-Calum – le sonrío a mi mejor amigo, lo abrazo - ¿Cuándo regresaste?
-Hace un par de semanas.
-Eres un horrible amigo por no decirme nada, pero al principito no tuviste inconveniente de avisar, ¿cierto?
-De hecho… él fue por mí a Londres.
No es mentira. Ashton y yo estamos impactados ante tal declaración.
-Es cierto – el principito sonríe, abrazando por lo hombros a Calum – Úrsula y él iniciaron una relación… no salió bien y nuestro amigo, aquí presente, estaba deprimiéndose mucho así que hice algo al respecto.
-Todo un principito en busca de su princesa – me burlo.
El fenómeno me da un suave golpe en mis costillas.
-Yo no estaba deprimido, tú estabas deprimido porque Melissa te dejó botado para irse a quien sabe dónde a estudiar no sé qué cosa a Los Ángeles – Calum se defiende.
-No, lo que sucede…
-No voltees las cosas, Hemmings – mi amigo morocho se cruza de brazos. Ruedo los ojos.
-A veces pienso que resolverán sus diferencias con un beso.
Sorprendentemente, Ashton asiente, coincidiendo conmigo. Ambos chicos se sonrojan.
-¡¿Por qué demonios dices eso?! – es gracioso ver al principito con una expresión de horror mientras sus mejillas se tiñen de rojo.
-Es la segunda vez que nos dicen eso, deberíamos probar – Calum se encoje de hombros.
-¡Estás loco! – grita el rubio.
-Deberían probar en el “túnel del amor” – sugiero – ya saben… ese paseo en el lago bajo la luz de luna artificial.
-Esa atracción está al otro lado del parque – el fenómeno les indica el camino con una seña de mano. Luke y Calum nos miran como si nos hubiera nacido una cabeza extra.
-¡Vamos! – Calum sonríe descaradamente.
-¡Estás loco! – mi mejor amigo se encoge de hombros y lo carga. La escena es graciosa porque… el principito es más alto que él y aun así lo lleva sobre sus hombros.
-Y yo sé a dónde iremos – el fenómeno juguetea con sus cejas, me dirige hacia una cabina de fotos.
-Sí, esto también me trae buenos recuerdos – lo miro, sonriendo de lado.
-¿Entramos? – como respuesta lo agarro de la mano y lo llevo hasta el interior de la cabina. Nos sentamos – Ya sabes lo que hay que hacer – juguetea con sus cejas.
-Bien, pero que sea rápido. No quiero traumar a las parejas que quieran entrar – respondo. Ashton frunce el ceño. Comienzo a desabrocharme la camisa mientras ataco a besos al fenómeno.
-¡No, espera…! – Ashton inunda la cabina con sus características sonrisas. Hace lo posible por alejarse pero yo no se lo permito. El primer flash se dispara - ¡Gestos y caras, Mike! – aclara, cuando logra alejarme.
-Lo sé, apestoso – le sonrío de lado, abrochando nuevamente mi camisa.
-Ya desperdiciamos la primer foto – rueda los ojos.
-No te preocupes, aún nos quedan tres – lo miro a los ojos y él hace lo mismo.
-Michael Clifford.
-¿Si?
-¿Quieres ser mi novio?
En serio. Mi mandíbula casi toca el suelo por lo exageradamente que la he abierto. El segundo flash me deja casi ciego.
-¿Mike?
-¿Qué se supone que somos desde hace más de cuatro años?
-Nunca fue oficial – aclara. Y eso es un buen punto. Después del accidente aclaramos nuestros sentimientos y aunque le hice la pregunta justo antes que él entrara a la operación por el tumor jamás me respondió porque se quedó inconsciente – Aunque tengo un vago recuerdo que me preguntaste antes de entrar a operación.
-De hecho lo hice… eso me recuerda a que no me respondiste, eres un mal educado – finjo indignación. Me cruzo de brazos y hago pucheros justo cuando el tercer flash aparece.
-¿Aun quieres mi respuesta?
Asiento con la cabeza.
El fenómeno se acerca lentamente a mí. Con sus enormes manos descruza mis brazos y deshace mi puchero con un suave y delicioso beso. Justo en este momento, cuando pienso que la vida es genial que quisiera que fuera una fotografía para que quede así por siempre y que Ashton es mi persona favorita y que ambos somos el dúo perfecto, el último flash hace su aparición.
-Sí, Mike, quiero ser tu novio – me sonríe, mirándome dulcemente.
La máquina comienza a sacar las fotografías. Ashton agarra la primera copia, ambos la observamos.
-¿Sabes? Cuando… ya sabes… tuve amnesia y vi las fotos que nos tomamos justo aquí el día de mi cumpleaños… yo… tuve miedo – frunzo el ceño – Miedo a estar haciendo algo realmente estúpido – acaricia con la yema de sus dedos la última fotografía – Muy en el fondo sabía que había alguien importante para mí que estaba olvidando. Sabía que le estaba haciendo daño y eso me estresaba porque no sabía quién era. Y luego estabas tú… – me mira a los ojos. Es la primera vez que Ashton habla de cómo se sentía al respecto en ese tiempo – lo lamento, Mike. Sé que es tarde para decirlo, pero… - desvía la mirada.
-Oye… - lo agarro del mentón para hacer que me mire a los ojos – No fue tu culpa. Además, me recordaste y eso es lo importante – le acaricio la mejilla izquierda.
-Oh, Mike… eres un pedazo de… idiota… - abro los ojos de par en par. Él sonríe de lado - ¿Qué? ¿Acaso no puedo utilizar el código contigo?
-¡Por supuesto que puedes! – le doy un pomposo beso en los labios. Lo agarro de la mano y lo dirijo hacia los juegos – Vamos por tu elefante de peluche, analfabeto.
No es que sea experto, pero como se lo dije la vez anterior, tengo una muy buena puntería. En menos de un minuto el fenómeno ya tenía su elefante de peluche.
-¿A dónde más quieres ir? – pregunto.
-¿Qué tal a ver las estrellas?
Sonrío de lado. Se refiere a ese lugar en donde presenciamos la lluvia de estrellas. Después de varios minutos, llegamos al lugar. Nos dirigimos hacia el muelle y nos sentamos en la orilla, igual que la vez anterior. En esta ocasión no habrá lluvia de estrellas, pero el ambiente es demasiado íntimo que no es necesario.
-Es un hermoso atardecer – susurra. Y estoy de acuerdo.
-Como tu ojos – le susurró al oído.
-Como tu sonrisa – musita.
-Como tus hoyuelos – le acaricio la mejilla.
-Como tus labios… - me da un casto beso.
-¿Mike?
-¿Sí?
-¿Por qué Luke tiene una mejor palabra en tu código que todas las que yo tengo?
Suelto una carcajada.
-¿Aun no lo superas, torpe?
-Y nunca lo haré – se cruza de brazos haciendo un adorable puchero.
-Bueno… en teoría es tu culpa – dejó salir, frunce el ceño – esas palabras tú me las dijiste en algún momento – me encojo de hombros.
-¿Qué?
-Algún día te contaré esa historia – lo abrazo por los hombros.
El sol a lo lejos se va ocultando lentamente, dejando un color rojizo sobre el mar.
-Mike…
-¿Si? – me ve a los ojos.
-Te odio, idiota.
Un escalofrío invade todo mi cuerpo.
-Lo sé – respondo, haciendo un enorme esfuerzo para que mis lágrimas no salgan.
-No, en realidad no lo sabes.
Sonríe de lado con un hermoso brillo en su mirada hazel.


FIN
Abril 2016




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