jueves, 7 de abril de 2016

Capítulo uno. Cuidados maternos

Nueve Meses


Capítulo uno. 

Cuidados maternos


-¿Por qué nadie me dijo que hoy es el último día? – exigió Michael.
-Nadie lo sabía… nos acabamos de enterar al igual que tú – se excusó Calum.
-¡Tenemos veinte minutos para inscribirnos en una clase optativa y yo tengo que ir al baño! – urgió el teñido.
-Tendrás que tomar una difícil decisión, amigo – se burló Thomas, quien llevaba a su novia tomada de la mano.
-¿A qué clase se inscribirán?
-Mecánica, carpintería algo que tenga que ver con la fuerza masculina – declaró Calum.
-Genial, inscríbanme a la que se inscribirán ustedes – pidió, corriendo directo al baño mientras maldecía por dentro haberse comido ese burrito de frijoles la noche anterior.
“Estamos en el aula 3 del segundo piso”.
Michael leyó el mensaje en cuanto salió del baño. Por suerte ya estaba inscrito en una clase y eso no le causaría problemas futuros. Si no se inscribía en una clase optativa, lo sacarían del club de teatro y lo peor, no se podría graduar y ni que decir de inscribirse en una universidad decente.
El ojiverde llegó hasta el lugar en donde Calum le había dicho que era su clase justo cuando el timbre sonó.
Entró al aula y de inmediato supo que algo andaba mal, Michael estaba seguro que la mayoría de los estudiantes eran parejas oficiales. La mayoría porque Calum y Sofía no estaban juntos, pero desde lejos se veía que ambos se gustaban.
Solo había una banca, con doble asiento, desocupada y el teñido fue a sentarse directamente.
-¿Qué clase elegimos? – preguntó Mike a Calum, quien estaba sentado justo detrás de su asiento, Sofía a su lado.
-Emh… - el muchacho lucía nervioso.
-¿Thomas? – trató con su otro amigo, quien estaba a su derecha, ajustando sus lentes.
-Buenos días, alumnos – interrumpió el profesor y Michael cada vez estaba más convencido que esa no era la clase de carpintería o de mecánica.
-Bueno días… profesor, lamento… la tardanza – un muchacho con rizos alborotados se disculpó desde la puerta.
-Adelante, muchacho, aun no comenzamos la clase – respondió el profesor.
-Gracias – agradeció y se fue al único lugar disponible.
-¿Qué pasa Irwin, has dejado medio pulmón en el pasillo? – Mike le sonrió descaradamente.
Ashton gruñó en respuesta, demasiado agitado para discutir con Clifford.
-Me alegra ver a muchos alumnos este año – comenzó el profesor – estoy seguro que la clase de Cuidados Maternos será todo un éxito.
-¿Qué? – Ashton  y Michael soltaron al unísono.
-Cuidados Maternos, muchachos – repitió tranquilamente el profesor.
-Cuidados Maternos – gruñó Mike, asesinando con la mirada a Calum y luego a Thomas.
-Allison me lo pidió y no pude negarme, amigo – se disculpó el de lentes.
-Y yo quiero pasar tiempo con Sofía, este será nuestro año – confesó, cómplice Calum.
-Y yo quiero asesinarlos – gruñó nuevamente, mientras el profesor hablaba y hasta juraría que Ashton estaba maldiciendo.
Mike no tenía derecho a enfadarse con sus amigos, después de todo dejó su destino en sus manos. Como nota mental, se prometió no mandar a sus amigos a inscribirlo en alguna materia en un futuro cercano.
-La clase se dividirá en tres bloques, cada uno durará tres meses. Cada bloque tendrá un objetivo diferente – explicó el profesor – elijan muy bien a sus parejas porque no habrá cambios en el futuro.
El profesor sonrió al echar un vistazo rápido hacia sus alumnos.
-Oh, pero ya vi que están formados en parejas, que bien. Así trabajaremos – Michael  giró su mirada hacia su derecha, era verdad lo que decía el profesor los demás alumnos estaban sentados con sus novias oficiales, un momento… ¿novias oficiales?  ¿Parejas? – no hay cambios ni reclamos, esta actividad es vital y espero que les importe su calificación, porque el hecho que sea una materia optativa no significa que no tenga valor curricular. Observen bien a su pareja porque estarán comprometidas con ellas por los próximos nueve meses.
Michael giró lentamente su mirada hacia la izquierda para encontrarse con una mirada hazel.
-¡Ahhhh! – Mike y Ashton gritaron al unísono.
-Ustedes serán la pareja alternativa, que lindos – sonrió el profesor.
-Pero…
-Ah-ah, nada de “peros”, señor Irwin – silenció el profesor.
-Deberías estar agradecido. No todos los días te comprometen con Michael Cl…
-Cállate, Clifford – gruñó Ashton.
Porque lo que más le molestaba al rizado era justo su nuevo compañero, Michael Clifford, ¿de todas las personas le tenía que tocar precisamente él?
-Ahora, el proyecto del primer bloque es cuidar un bebé – un “aw” por parte de las chicas se escuchó en toda el aula – A cada pareja le daré un bebé robot, el cual se comporta como un bebé de verdad. Hay que alimentarlo, cambiarle los pañales, hacerlo dormir, etc. El bebé robot funciona por medio de una batería digital. Si llegan a desconectarlo, me daré cuenta – muestra su celular – cada circulo verde, representa un bebé conectado. El único requisito para entrar a clases y merecerse la asistencia es traer al bebé robot. Recuerden que con tres faltas, en automático reprueban la materia.
-Genial – musitó Michael, esta clase cada vez se ponía mejor.
-Ahora, les daré a sus bebés – el profesor comenzó a repartir a los bebés robots.
-Thomas, tendremos un hijo – Allison estaba emocionada. Ese era un verdadero reto, la parejita llevaba seis meses y esa materia era una prueba para saber si estaban destinados a estar juntos. Michael le dio la bendición en forma sarcástica. Dudaba mucho que los corazoncitos y florecitas imaginarias que flotaban alrededor de la feliz pareja durarían mucho.
-¿Estás lista, Sofía? – preguntó Calum. La muchacha asintió, emocionada. Mike rodó los ojos. Sospechaba que desde un principio sus amigos se iban a inscribir en esa materia y no quisieron confesárselo.
El profesor llegó hasta con Ashton y Michael, dejándoles el bebé robot y una pañalera, en donde venía todo lo necesario para el bebé. Ashton miró de refilón al bebé y Michael alzó una ceja.
-Yo solo les ayudaré con eso. Ustedes tendrán que conseguir lo demás – declaró el profesor – recuerden que cada semana, al venir a clase, tienen que traer al bebé y me presentaran un reporte de cómo trabajaron en equipo para cuidar de él. Es fundamental que ambos padres estén presente y el bebé en clases.
-¿Cuándo comenzaremos? – preguntó Allison.
-Ustedes se darán cuenta – sonrió el profesor, saliendo del aula.
-Tú cuidarás al bebé robot – masculló Michael.
-¿Por qué yo?
-Es el primer día, tú eres la mamá – declaró.
-¿Quién decidió eso? – frunció el ceño.
-Tienes cabello largo y traes una bufanda amarrada en la cabeza – sonrió.
-Se llama bandana, no bufanda – replicó.
-Ah, pero no te negaste a ser la madre – jugueteó con las cejas.
-En serio, Clifford. No pienso discutir eso…
-Tengo ensayo en el club de teatro – declaró Michael – no puedo cuidar bebés.
-Yo tengo que hacer un reportaje y…
Justo en esos momentos suena la campana y en automático, todos los bebés robots comienzan a llorar.
-Nos vemos – Michael se levantó de su lugar.
-¡Ven acá Clifford! – gritó Ashton.
-No te escucho, Irwin – Michael desapareció por la puerta.



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