Tu historia fue conmigo
Capitulo Nueve: Planes
Ron
observó detenidamente a las tres personas que tenía frente a él, al juzgar por
sus semblantes, definitivamente esa no era una visita de cortesía. Hermione fue
la primera en dar el paso o tal vez a ella le tocó ser la que iniciara aquella
conversación, pensó el pelirrojo.
-Hemos
pospuesto este tema por mucho tiempo, ha llegado el momento de hablarlo –
confesó la castaña. Harry asintió furtivamente y Terry no hizo gesto alguno.
Ron
pudo imaginarse de qué tema hablarían.
-Es
sobre la clase extra – Hermione no quiso alargar más el tiempo e ir
directamente al grano – específicamente del tema Francis Morseferth y Blaise
Zabini.
-No
hay nada de qué hablar, Hermione – acortó rápidamente el pelirrojo, incómodo –
es una clase y he decidido dejar de lado lo personal con lo profesional.
-Eso
está perfecto, pero aun así hay algo que debes saber – aclaró la castaña – ¿te
has preguntado el verdadero motivo por el que el ministerio está haciendo esto?
El
pelirrojo frunció ligeramente el ceño, recordó la explicación que les habían
dado al inicio del curso.
-Es
por Francis, para prevenir que escape de Azkaban y… supongo que ese no es el
verdadero motivo – musitó.
-Este
curso es solo una excusa. Sí, es verdad que Francis fue un auror poderoso y hay
una gran posibilidad que escape de Azkaban, pero hay algo más allá de eso.
Ron
observó detenidamente a sus tres amigos.
-Tiene
relación con Blaise, ¿cierto?
-Ron,
vas a descubrir cosas que tal vez no te gusten – confesó Harry – estamos seguros
que la clase extra en algún momento solo se centrará en Francis y Blaise.
-Debes
estar completamente seguro que quieres seguir adelante con este curso –
advirtió Hermione – una vez que entres de lleno no habrá vuelta atrás.
El
pelirrojo pasó saliva trabajosamente. Tal vez nunca estaría preparado para
conocer el verdadero motivo del engaño de Blaise, pero eso no tenía que ser un
obstáculo en su carrera, tarde o temprano tenía que enfrentar a su pasado.
-Lo
estoy – aseguró – como dije antes, debo separar lo personal de lo profesional.
-Ron…
si hablan de Zabini, en algún momento también mencionarán tu nombre – aclaró Terry.
-Lo
sé.
-¿Aun
así, quieres seguir adelante?
-Completamente
– aseguró.
Hermione,
Terry y Harry intercambiaron miradas entre ellos no muy convencidos de la
actitud de Ron, sin embargo le concedieron el beneficio de la duda. Por otro
lado, el pelirrojo se sentía ansioso. Descubrir el pasado de la persona que fue
responsable de la separación de la relación más importante que había tenido en
su vida le causaba una emoción que no sabía cómo describir.
[...]
Se
encontraban frente a la chimenea, despidiéndose.
-Felicidades,
nuevamente – Cissy les dijo, abrazando a Theo y a Neville.
-¿Están
seguros? – El rubio quiso saber – una vez dando el sí no hay vuelta atrás.
-¡Draco!
– Su madre le dio un golpecito en el hombro – No estés celoso, es maravilloso
que tus amigos se vayan a enlazar.
-Gracias,
Cissy – Theodore expresó.
-Recuerden
que en un mes abriré la boticaria Trevor
– dijo Neville.
-Aquí
estaremos – el rubio aseguró, se dirigió hacia Bilius – Y tú, pequeño, no te
olvides de tu tío favorito.
Blaise
y Theodore rodaron los ojos. Un muchacho moreno entró a la sala.
-Es
hora, Draco – anunció. De la chimenea comenzaron a salir chipas verdes.
-Cuídense
mucho, mis niños – la mujer les dio un beso en la frente a cada uno de ellos –
Te veo del otro lado, Draco – Se metió en la chimenea, llamas verdes la
envolvieron después de pronunciar la dirección.
-El
ministro se lució con esto, ¿cierto? – el rubio sonrió.
-Es
por precaución, Draco – Blaise le aclaró.
-Sí,
como sea – restó importancia – nos veremos dentro de un mes – el rubio entró en
la chimenea y, al igual que a su madre, llamas verdes la envolvieron.
-Gordon,
cuida mucho a Draco – el moreno pidió antes que el muchacho entrara a la
chimenea.
-No
se preocupen, cuidaré bien de él – dio su palabra. En cuestión de segundos las
llamas verdes lo envolvieron.
-No
me agrada que estemos separados – Blaise expresó – Sé que Draco está
aprovechando la oportunidad que le dieron, aun así…
-Él
estará bien – Neville aseguró – Mientras no haga enojar a Gordon – sonrieron –
Estará bien.
-Lo
sé – el moreno suspiró – ¿Saben? Ya lo pensé bien y he tomado una decisión. Me
mudaré.
-¿Qué?
– Neville parpadeó un par de veces.
-¿Por
qué? – Nott frunció el ceño.
-Ambos
comenzarán una nueva etapa en su vida y es justo que Bilius y yo también
tengamos nuestro espacio, sobre todo ahora que marchan bien las cosas entre
nosotros.
-No
lo sé, Blaise – Theodore respondió – tú lo has dicho, separados somos más
vulnerables.
-Sí,
además aquí estamos a salvo. Y no nos molesta que estén aquí con nosotros –
Neville opinó.
-Lo
sé, pero quiero hacerlo. Me siento prisionero – confesó – Francis no puede
hacerme más daño del que ya me ha hecho.
-¿Estás
completamente seguro? – el castaño quiso saber.
-Lo
estoy.
-De
acuerdo. Tenemos que decirle al ministro y a Robards para que su nueva casa también
tenga el encantamiento Fidelio – Neville dijo.
Blaise
asintió. Lo cierto era que no le gustaba esconderse de la gente menos cuando él
no había hecho algo, se sentía nuevamente en la guerra en donde la mayor parte
del tiempo se la pasó ocultándose. No quería pasar por lo mismo, no cuando el
verdadero culpable estaba viviendo tranquilamente. Francis le había quitado
muchas cosas y no iba a permitir que le quitara una más. Ya no se ocultaría,
Blaise estaba preparado para enfrentar a Francis.
[...]
Se
aparecieron en las afueras de la casa. A Ron no le hacía mucha gracia estar en
ese lugar, sobre todo cuando le recordaba a cada instante dos cosas de las que
preferiría no mencionar.
-La
casa de Adam es impresionante – Harry expresó, observando atentamente el lugar.
-Se
dice que su familia es muy importante en ambos mundos – Hermione informó – Adam
es de sangre mestiza.
-Wow
– el ojiverde parpadeó.
-No
es para tanto – el pelirrojo gruñó.
-¡Hey,
llegaron! – El dueño de la casa los recibió con una enorme sonrisa – Los demás
ya están dentro.
Los
muchachos entraron lentamente, recorriendo con sus miradas el interior de la
mansión. Terry se asombró por la enorme lámpara de cristal que colgaba del
techo.
-Hola,
Terry – el muchacho saludó.
-Adam
– el castaño asintió con la cabeza.
-¿Todo
bien? – quiso saber, tenía días sin verlo y realmente se había preocupado por
él.
-¡Excelente!
– el pelirrojo respondió por él, tomándolo de la mano y dirigiéndolo hacia la
sala en donde estaba reunido el resto del equipo.
Hermione
sonrió ante la escena mientras Adam parpadeó confuso.
[...]
Neville
seguía ordenando la boticaria, faltaba muy poco para inaugurarla y quería que
todo estuviera perfecto para ese día, el pequeño Bilius le ayudaba con lo que podía,
al castaño le agradó la disposición del pequeño.
-Bilius,
vamos a descansar un rato, ¿de acuerdo?
El
pequeño sonrió ampliamente.
-Seguramente,
tu papá y Theodore ya deben de haber visto varias casas – le comentó – Espero
que encuentren buenas ofertas.
Bilius
volvió a sonreír, Toto revoloteó a su
alrededor.
[...]
-Gracias
– se despidieron de la bruja.
-Me
agradó esta última casa – opinó el moreno - ¿Tú qué dices?
-Es
amplia y hay un hermoso jardín, a Bilius le encantará – le respondió el castaño
– El precio tampoco está nada mal, pero aún podemos ver otras opciones.
-Sí,
no está de más. Aunque te confieso que ésta me ha ganado – le sonrió – Además
está a quince minutos de tu casa y de la boticaria de Neville, será fácil
trasladarse hasta con ustedes para cualquier cosa.
-Es
verdad – reconoció Theodore.
Siguieron
caminando por la acera.
-¡Pero
qué grata sorpresa! – una voz conocida los hizo detenerse y girar hacia donde se
encontraba la persona que los llamó.
Blaise
alzó una ceja, era un señor de edad madura y de medianos ojos color azul. No lo
reconoció.
-Señor
Burbage – saludó el castaño.
-Buenos
días, Theodore – le extendió la mano, mirándolo con un brillo especial en sus
ojos.
-Él
es Blaise Zabini – presentó. El moreno asintió con la cabeza mientras extendía
la mano hacia el mayor – Blaise, él Christopher Burbage un profesor de la
universidad mágica.
-Y
director de San Mungo – completó Christopher, sonriendo – ¿Qué están haciendo
por acá?
-Dando
una vuelta – respondió el castaño. Christopher escudriñó con la mirada a Blaise
– No es el muchacho con el que te vi aquel día en el restaurante – el moreno
pudo darse cuenta de la verdadera intención del comentario.
-No,
ese día estaba con mi prometido. Blaise es el amigo que le comenté que
estudiará Medimagia el próximo semestre – aclaró.
En
el mayor fue evidente la decepción.
-Cierto,
eso me recuerda el volver a repetirte la petición – el mayor se centró en Nott
– San Mungo tiene las puertas abierta para ti… y tu amigo, por supuesto. Pueden
hacer sus prácticas y si hacen un excelente trabajo, tendrán un puesto
asegurado en mi hospital – les sonrió.
-Gracias,
lo pensaremos – respondió Zabini. No le agradaba mucho la forma en cómo se
dirigía hacia su amigo.
-Bueno,
no les quito más tiempo – el mayor volvió a centrarse en Theodore – Nos vemos
en la universidad.
-Hasta
pronto, señor – se despidió el castaño.
-Wow
– Blaise expresó una vez lejos el mayor – Ese señor no se anda con rodeos.
Nott
alzó una ceja. Reanudaron su caminata.
-Le
interesas – confesó – Al parecer no solo quiere tener las “puertas abiertas” de
San Mungo – pronunció con doble sentido.
-No
bromees con eso, Blaise – al castaño le invadió un escalofríos. El moreno
sonrió.
-Solo
digo lo que vi, ¿Neville lo conoce?
-Oh,
sí – musitó – Su oferta no está mal – confesó.
-¿La
estás considerando? – llegaron a un parque.
-Blaise,
estamos en crisis. El oro no será eterno y aún falta mucho para terminar la
universidad. Y sin contar que pronto nos enlazaremos.
-Cierto,
los gastos son demasiados – reconoció el moreno – aun así…
-A
Neville no le agradará, lo sé – se sentaron en una banca – Trabajo es trabajo.
-¿Crees
que San Mungo también tenga las “puertas abiertas” para mí? – sonrió, el
castaño rodó los ojos.
[...]
Todos
prestaban atención a Hermione, quien hacía anotaciones en la pizarra.
-Francis Morseferth, hijo único de Alfred y Alice Morseferth –
repasó – Su madre murió cuando él tenía cinco años de
edad. ¿Alguien pudo averiguar cómo fue que murió Alice?
-En
los reportes que encontramos decían que la muerte de
Alice Morseferth nunca se pudo aclarar. Murió de manera sospechosa –
explicó Lenny.
-No
hubo testigos y los sospechosos nunca fueron encontrados culpables – completó
Lisa.
-¿Y
qué hay del padre? – interrogó Hermione.
-Alfred fue acusado de asesinato y de violación, fue encerrado
en Azkaban – informó Claire – A tres meses de su encierro le hicieron un juicio
y fue sentenciado al beso del dementor.
-Padres
muertos – murmuró la castaña mientras anotaba ese dato en el pizarrón - ¿Algo
más de sus padres?
Todos
los presentes negaron.
-Tiene un primo lejano llamado… - Alexander buscó entre sus apuntes –
Cole Flint, fueron muy unidos en sus tiempos del colegio y después de éste.
Granger
anotó en el pizarrón la nueva información.
-No
hay datos relevantes de su infancia – expresó Nigel, el muchacho de ojos azules
– fue un niño más en el colegio mágico, no se destacó en nada hasta que entró
en Hogwarts.
-A
los once años, Francis recibió su carta de Hogwarts – esta vez Adam fue el que
habló – también recibió cartas de otros colegios, pero se inclinó por el primero.
Fue seleccionado para la casa de Slytherin. En
su segundo año se unió al equipo de quidditch quedando como cazador.
Ron
había permanecido impasible hasta que escuchó hablar a Adam, ¿Francis había
estudiado en Hogwarts?, ¿Por qué Blaise nunca le había mencionado eso? Al
parecer el moreno le había ocultado mucho más de lo que él creía.
-En el quinto curso lo nombraron prefecto y también capitán del
equipo de quidditch – completó Karl.
Hermione
siguió escribiendo los últimos datos.
-Francis
era todo una caja de monerías – musitó Harry a nadie en particular – parecía
ser un…
-¿Alumno
ejemplar? – Sugirió Terry – Lo mismo decían de Tom Riddle.
El
ojiverde frunció el ceño.
-Francis tuvo dos mejores amigos en sus tiempos de Hogwarts, pero
aún no hemos podido conseguir los nombres – confesó Lisa.
-Sobre
esa pista trabajaremos – anunció Hermione – Si ellos fueron sus mejores amigos
deben de saber cosas de Francis, como lugares en donde podría ir en caso de
escapar de Azkaban.
-También descubrimos que tuvo una novia, pero tampoco tenemos
el nombre, podemos investigarla también a ella – sugirió Claire.
El
pelirrojo frunció el ceño. ¿Francis con novia?, ¿ella sería su primer intento
de relación?, ¿con ella descubriría que en realidad le gustaban los chicos?
-¿Estás
bien? – Hermione le preguntó a Ron cuando decidieron darse un descanso.
-Sí
– frunció el ceño.
-¿Seguro?
-Hermione
estoy bien, no sé por qué debería de estar mal – gruñó, levantándose de su
lugar.
-Ninguno
de los dos está bien – expresó Harry, señalando a Terry.
Hermione
comenzó a sospechar que la participación de Ron, Terry y Harry en el grupo iba
más allá del simple contacto que habían mantenido con Francis Morseferth.
[...]
Blaise
acostó a su hijo en la cama, el pequeño Bilius dormía apaciblemente y a un lado
de él también lo hacía Toto. El
moreno le dio un casto beso en la frente. Observó a su hijo pensando en lo
distinto que todo sería si las cosas no hubieran tomado ese rumbo. En otras
circunstancias, tal vez su lindo
Bilius estuviera a su lado, ambos, contemplando al pequeño. Y no él solo, como
en esos instantes...
El
Slytherin suspiró. Su lindo Bilius…
aún recordaba su pequeño y breve reencuentro en San Mungo.
Era él, de eso no había duda. Su
cabello estaba más largo, había crecido un par de centímetros, su cuerpo estaba
más fornido y su mirada… ¡Por Salazar! Esa mirada la reconocería a donde fuera.
Sin duda era él.
Tanto tiempo esperando ese momento, en
muchas ocasiones se lo imaginó y en ninguna pudo acertar siquiera la cuarta
parte de cómo se estaba sintiendo en esos momentos. Blaise se sintió aterrado,
temeroso, tuvo ganas de llorar… de correr como poseso y abrazar al muchacho.
Por fin estaba frente a él. Después de
tanto tiempo, lo tenía nuevamente frente a él.
-Bilius… - trató de decir, pero su voz
quedó ahogada en sus labios o eso creyó él, no estaba muy seguro. El momento
fue cortado cuando el pequeño Bilius llamó su atención. Solo fue un instante,
un segundo que Blaise despegó su mirada de la del pelirrojo. Y solo eso bastó
para que Ron saliera de su campo visual.
Cuando Blaise regresó su mirada, Bilius
ya no estaba. Se había ido.
Si tan solo no estuviera ligado al
maldito Pacto, si tan solo…
-¿Por
qué? – Blaise susurró. Se encontraba en el balcón, observando las estrellas –
¿Por qué, Francis?, ¿Por qué entre todos tenías que escogerme a mí?
Y
esa era una de las tantas preguntas que el moreno no podía dar explicación
alguna.
[...]
-¿En
verdad estás considerando la oferta? – Neville se cruzó de brazos, ceñudo.
Se
encontraban en su habitación. Neville sentado en la cama y Theodore de pie
recargado de la pared.
-Ya
te expliqué por qué – respondió con cierto cansancio – No voy a tener otra
oportunidad así.
-¿Y
tiene que ser precisamente la que te da Burbage? – se quejó.
-No
es como si me llovieran oportunidades, ¿sabes? – ironizó.
-Ya
llegarán – trató de razonar.
-Neville,
recuerda que para algunos, sino es que para todos, soy un mortífago. No me
darán empleo tan fácilmente.
El
Gryffindor se mordió el labio inferior, muy en el fondo sabía que Theodore tenía
razón, la oportunidad que le daba Christopher no se la daría cualquiera. Además
no solo le ayudaría en lo educativo sino en lo económico. Pero aun así…
-Es
solo que… ¡Es Christopher! – dejó salir, frustrado. No podía seguir fingiendo
que no sabía que el señor ese tenía intenciones
ocultas hacia SU prometido.
-¿Qué
es lo que tanto te molesta? ¡Es trabajo! – Explicó – Neville, tienes que
confiar en mí – el castaño se sentó a su lado.
-Confío
en ti, no confío en él – susurró, descruzando los brazos.
-Oye,
muy pronto nos casaremos. Necesitaremos el oro no solo para eso, también están
los gastos de la casa y de la universidad.
-Lo
sé – hizo una pausa. Suspiró largamente – Está bien, acepta la oferta – dejó
salir seriamente.
-Hey,
no me la pongas difícil – le dio un casto beso en el hombro – Si no estás a
gusto con que acepte la oferta, no la aceptaré.
-No
me puedes decir eso después de haberme dado tus, muy buenos, argumentos. ¿Quién
es el que se está haciendo el difícil ahora?
-No
me voy a ganar un trabajo si pierdo a mi prometido – refunfuñó. Neville sonrió
de lado.
-No
lo harás, tienes mi permiso – asintió firmemente. Theodore sonrió de lado.
-Entonces,
¿todo bien?
-Solo si me das un beso.
-Que
sean dos – Theodore se apoderó de la boca del castaño.
[...]
Las
semanas siguientes pasaron demasiado rápido. Neville estaba apurado, ese día
inauguraba la boticaria y aún le faltaba hacer un par de cosas para que todo
estuviera en orden.
-¿Han
visto las tijeras? – preguntó Blaise, quien se encontraba con el pequeño Bilius
en la parte trasera.
-¡Por
Merlín! ¡La he dejado en casa! – Neville se llevó las manos a la cabeza.
-No
la has dejado, la tengo justo aquí – Theodore se la mostró, dejándola en la
mesa.
-En
cinco minutos abriremos – anunció el rubio.
-Gracias
por poner más nervioso a mi novio – gruñó el castaño.
-Eso
es por hacerte pasar por el tío favorito – Draco refunfuñó.
Theodore
rodó los ojos.
-Iré
a ver si ya están llegando los invitados antes que Nott me estrangule – bromeó,
dirigiéndose hacia la salida.
-¡Buena
idea! – gritó Blaise con Bilius en brazos y Toto
flotando a su lado.
Draco
suspiró largamente. Se sentía un poco nervioso por la visita exprés que estaba
haciendo. La primera que hizo tuvo suerte de no toparse con Potter, no estaba
tan seguro de seguir contando con la misma en esta ocasión. Neville había
invitado a sus amigos y, para mala suerte la suya, Potter estaba incluido.
El
rubio se recargó de la pared mientras escribía algunas indicaciones a Gordon en
el aparato muggle llamado celular. Tan centrado estaba en esa acción que no se
dio cuenta que alguien se le acercó desde atrás.
-¿Draco?
Esa
voz…
El
rubio sintió paralizarse, se dio la vuelta lentamente. El verlo nuevamente le
hizo rememorar esa última vez que lo vio. En Grimmauld Place con Corner… dentro de él.
-Harry…
Después
de meses sin verlo, ahí estaba frente a él.
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