sábado, 5 de enero de 2019

Capitulo Nueve: Planes

Tu historia fue conmigo


Capitulo Nueve: Planes

Ron observó detenidamente a las tres personas que tenía frente a él, al juzgar por sus semblantes, definitivamente esa no era una visita de cortesía. Hermione fue la primera en dar el paso o tal vez a ella le tocó ser la que iniciara aquella conversación, pensó el pelirrojo.
-Hemos pospuesto este tema por mucho tiempo, ha llegado el momento de hablarlo – confesó la castaña. Harry asintió furtivamente y Terry no hizo gesto alguno.
Ron pudo imaginarse de qué tema hablarían.
-Es sobre la clase extra – Hermione no quiso alargar más el tiempo e ir directamente al grano – específicamente del tema Francis Morseferth y Blaise Zabini.
-No hay nada de qué hablar, Hermione – acortó rápidamente el pelirrojo, incómodo – es una clase y he decidido dejar de lado lo personal con lo profesional.
-Eso está perfecto, pero aun así hay algo que debes saber – aclaró la castaña – ¿te has preguntado el verdadero motivo por el que el ministerio está haciendo esto?
El pelirrojo frunció ligeramente el ceño, recordó la explicación que les habían dado al inicio del curso.
-Es por Francis, para prevenir que escape de Azkaban y… supongo que ese no es el verdadero motivo – musitó.
-Este curso es solo una excusa. Sí, es verdad que Francis fue un auror poderoso y hay una gran posibilidad que escape de Azkaban, pero hay algo más allá de eso.
Ron observó detenidamente a sus tres amigos.
-Tiene relación con Blaise, ¿cierto?
-Ron, vas a descubrir cosas que tal vez no te gusten – confesó Harry – estamos seguros que la clase extra en algún momento solo se centrará en Francis y Blaise.
-Debes estar completamente seguro que quieres seguir adelante con este curso – advirtió Hermione – una vez que entres de lleno no habrá vuelta atrás.
El pelirrojo pasó saliva trabajosamente. Tal vez nunca estaría preparado para conocer el verdadero motivo del engaño de Blaise, pero eso no tenía que ser un obstáculo en su carrera, tarde o temprano tenía que enfrentar a su pasado.
-Lo estoy – aseguró – como dije antes, debo separar lo personal de lo profesional.
-Ron… si hablan de Zabini, en algún momento también mencionarán tu nombre – aclaró Terry.
-Lo sé.
-¿Aun así, quieres seguir adelante?
-Completamente – aseguró.
Hermione, Terry y Harry intercambiaron miradas entre ellos no muy convencidos de la actitud de Ron, sin embargo le concedieron el beneficio de la duda. Por otro lado, el pelirrojo se sentía ansioso. Descubrir el pasado de la persona que fue responsable de la separación de la relación más importante que había tenido en su vida le causaba una emoción que no sabía cómo describir.

[...]

Se encontraban frente a la chimenea, despidiéndose.
-Felicidades, nuevamente – Cissy les dijo, abrazando a Theo y a Neville.
-¿Están seguros? – El rubio quiso saber – una vez dando el no hay vuelta atrás.
-¡Draco! – Su madre le dio un golpecito en el hombro – No estés celoso, es maravilloso que tus amigos se vayan a enlazar.
-Gracias, Cissy – Theodore expresó.
-Recuerden que en un mes abriré la boticaria Trevor – dijo Neville.
-Aquí estaremos – el rubio aseguró, se dirigió hacia Bilius – Y tú, pequeño, no te olvides de tu tío favorito.
Blaise y Theodore rodaron los ojos. Un muchacho moreno entró a la sala.
-Es hora, Draco – anunció. De la chimenea comenzaron a salir chipas verdes.
-Cuídense mucho, mis niños – la mujer les dio un beso en la frente a cada uno de ellos – Te veo del otro lado, Draco – Se metió en la chimenea, llamas verdes la envolvieron después de pronunciar la dirección.
-El ministro se lució con esto, ¿cierto? – el rubio sonrió.
-Es por precaución, Draco – Blaise le aclaró.
-Sí, como sea – restó importancia – nos veremos dentro de un mes – el rubio entró en la chimenea y, al igual que a su madre, llamas verdes la envolvieron.
-Gordon, cuida mucho a Draco – el moreno pidió antes que el muchacho entrara a la chimenea.
-No se preocupen, cuidaré bien de él – dio su palabra. En cuestión de segundos las llamas verdes lo envolvieron.
-No me agrada que estemos separados – Blaise expresó – Sé que Draco está aprovechando la oportunidad que le dieron, aun así…
-Él estará bien – Neville aseguró – Mientras no haga enojar a Gordon – sonrieron – Estará bien.
-Lo sé – el moreno suspiró – ¿Saben? Ya lo pensé bien y he tomado una decisión. Me mudaré.
-¿Qué? – Neville parpadeó un par de veces.
-¿Por qué? – Nott frunció el ceño.
-Ambos comenzarán una nueva etapa en su vida y es justo que Bilius y yo también tengamos nuestro espacio, sobre todo ahora que marchan bien las cosas entre nosotros.
-No lo sé, Blaise – Theodore respondió – tú lo has dicho, separados somos más vulnerables.
-Sí, además aquí estamos a salvo. Y no nos molesta que estén aquí con nosotros – Neville opinó.
-Lo sé, pero quiero hacerlo. Me siento prisionero – confesó – Francis no puede hacerme más daño del que ya me ha hecho.
-¿Estás completamente seguro? – el castaño quiso saber.
-Lo estoy.
-De acuerdo. Tenemos que decirle al ministro y a Robards para que su nueva casa también tenga el encantamiento Fidelio – Neville dijo.
Blaise asintió. Lo cierto era que no le gustaba esconderse de la gente menos cuando él no había hecho algo, se sentía nuevamente en la guerra en donde la mayor parte del tiempo se la pasó ocultándose. No quería pasar por lo mismo, no cuando el verdadero culpable estaba viviendo tranquilamente. Francis le había quitado muchas cosas y no iba a permitir que le quitara una más. Ya no se ocultaría, Blaise estaba preparado para enfrentar a Francis.

[...]

Se aparecieron en las afueras de la casa. A Ron no le hacía mucha gracia estar en ese lugar, sobre todo cuando le recordaba a cada instante dos cosas de las que preferiría no mencionar.
-La casa de Adam es impresionante – Harry expresó, observando atentamente el lugar.
-Se dice que su familia es muy importante en ambos mundos – Hermione informó – Adam es de sangre mestiza.
-Wow – el ojiverde parpadeó.
-No es para tanto – el pelirrojo gruñó.
-¡Hey, llegaron! – El dueño de la casa los recibió con una enorme sonrisa – Los demás ya están dentro.
Los muchachos entraron lentamente, recorriendo con sus miradas el interior de la mansión. Terry se asombró por la enorme lámpara de cristal que colgaba del techo.
-Hola, Terry – el muchacho saludó.
-Adam – el castaño asintió con la cabeza.
-¿Todo bien? – quiso saber, tenía días sin verlo y realmente se había preocupado por él.
-¡Excelente! – el pelirrojo respondió por él, tomándolo de la mano y dirigiéndolo hacia la sala en donde estaba reunido el resto del equipo.
Hermione sonrió ante la escena mientras Adam parpadeó confuso.

[...]

Neville seguía ordenando la boticaria, faltaba muy poco para inaugurarla y quería que todo estuviera perfecto para ese día, el pequeño Bilius le ayudaba con lo que podía, al castaño le agradó la disposición del pequeño.
-Bilius, vamos a descansar un rato, ¿de acuerdo?
El pequeño sonrió ampliamente.
-Seguramente, tu papá y Theodore ya deben de haber visto varias casas – le comentó – Espero que encuentren buenas ofertas.
Bilius volvió a sonreír, Toto revoloteó a su alrededor.

[...]

-Gracias – se despidieron de la bruja.
-Me agradó esta última casa – opinó el moreno - ¿Tú qué dices?
-Es amplia y hay un hermoso jardín, a Bilius le encantará – le respondió el castaño – El precio tampoco está nada mal, pero aún podemos ver otras opciones.
-Sí, no está de más. Aunque te confieso que ésta me ha ganado – le sonrió – Además está a quince minutos de tu casa y de la boticaria de Neville, será fácil trasladarse hasta con ustedes para cualquier cosa.
-Es verdad – reconoció Theodore.
Siguieron caminando por la acera.
-¡Pero qué grata sorpresa! – una voz conocida los hizo detenerse y girar hacia donde se encontraba la persona que los llamó.
Blaise alzó una ceja, era un señor de edad madura y de medianos ojos color azul. No lo reconoció.
-Señor Burbage – saludó el castaño.
-Buenos días, Theodore – le extendió la mano, mirándolo con un brillo especial en sus ojos.
-Él es Blaise Zabini – presentó. El moreno asintió con la cabeza mientras extendía la mano hacia el mayor – Blaise, él Christopher Burbage un profesor de la universidad mágica.
-Y director de San Mungo – completó Christopher, sonriendo – ¿Qué están haciendo por acá?
-Dando una vuelta – respondió el castaño. Christopher escudriñó con la mirada a Blaise – No es el muchacho con el que te vi aquel día en el restaurante – el moreno pudo darse cuenta de la verdadera intención del comentario.
-No, ese día estaba con mi prometido. Blaise es el amigo que le comenté que estudiará Medimagia el próximo semestre – aclaró.
En el mayor fue evidente la decepción.
-Cierto, eso me recuerda el volver a repetirte la petición – el mayor se centró en Nott – San Mungo tiene las puertas abierta para ti… y tu amigo, por supuesto. Pueden hacer sus prácticas y si hacen un excelente trabajo, tendrán un puesto asegurado en mi hospital – les sonrió.
-Gracias, lo pensaremos – respondió Zabini. No le agradaba mucho la forma en cómo se dirigía hacia su amigo.
-Bueno, no les quito más tiempo – el mayor volvió a centrarse en Theodore – Nos vemos en la universidad.
-Hasta pronto, señor – se despidió el castaño.
-Wow – Blaise expresó una vez lejos el mayor – Ese señor no se anda con rodeos.
Nott alzó una ceja. Reanudaron su caminata.
-Le interesas – confesó – Al parecer no solo quiere tener las “puertas abiertas” de San Mungo – pronunció con doble sentido.
-No bromees con eso, Blaise – al castaño le invadió un escalofríos. El moreno sonrió.
-Solo digo lo que vi, ¿Neville lo conoce?
-Oh, sí – musitó – Su oferta no está mal – confesó.
-¿La estás considerando? – llegaron a un parque.
-Blaise, estamos en crisis. El oro no será eterno y aún falta mucho para terminar la universidad. Y sin contar que pronto nos enlazaremos.
-Cierto, los gastos son demasiados – reconoció el moreno – aun así…
-A Neville no le agradará, lo sé – se sentaron en una banca – Trabajo es trabajo.
-¿Crees que San Mungo también tenga las “puertas abiertas” para mí? – sonrió, el castaño rodó los ojos.

[...]

Todos prestaban atención a Hermione, quien hacía anotaciones en la pizarra.
-Francis Morseferth, hijo único de Alfred y Alice Morseferth – repasó – Su madre murió cuando él tenía cinco años de edad. ¿Alguien pudo averiguar cómo fue que murió Alice?
-En los reportes que encontramos decían que la muerte de Alice Morseferth nunca se pudo aclarar. Murió de manera sospechosa – explicó Lenny.
-No hubo testigos y los sospechosos nunca fueron encontrados culpables – completó Lisa.
-¿Y qué hay del padre? – interrogó Hermione.
-Alfred fue acusado de asesinato y de violación, fue encerrado en Azkaban – informó Claire – A tres meses de su encierro le hicieron un juicio y fue sentenciado al beso del dementor.
-Padres muertos – murmuró la castaña mientras anotaba ese dato en el pizarrón - ¿Algo más de sus padres?
Todos los presentes negaron.
-Tiene un primo lejano llamado… - Alexander buscó entre sus apuntes – Cole Flint, fueron muy unidos en sus tiempos del colegio y después de éste.
Granger anotó en el pizarrón la nueva información.
-No hay datos relevantes de su infancia – expresó Nigel, el muchacho de ojos azules – fue un niño más en el colegio mágico, no se destacó en nada hasta que entró en Hogwarts.
-A los once años, Francis recibió su carta de Hogwarts – esta vez Adam fue el que habló – también recibió cartas de otros colegios, pero se inclinó por el primero. Fue seleccionado para la casa de Slytherin. En su segundo año se unió al equipo de quidditch quedando como cazador.
Ron había permanecido impasible hasta que escuchó hablar a Adam, ¿Francis había estudiado en Hogwarts?, ¿Por qué Blaise nunca le había mencionado eso? Al parecer el moreno le había ocultado mucho más de lo que él creía.
-En el quinto curso lo nombraron prefecto y también capitán del equipo de quidditch – completó Karl.
Hermione siguió escribiendo los últimos datos.
-Francis era todo una caja de monerías – musitó Harry a nadie en particular – parecía ser un…
-¿Alumno ejemplar? – Sugirió Terry – Lo mismo decían de Tom Riddle.
El ojiverde frunció el ceño.
-Francis tuvo dos mejores amigos en sus tiempos de Hogwarts, pero aún no hemos podido conseguir los nombres – confesó Lisa.
-Sobre esa pista trabajaremos – anunció Hermione – Si ellos fueron sus mejores amigos deben de saber cosas de Francis, como lugares en donde podría ir en caso de escapar de Azkaban.
-También descubrimos que tuvo una novia, pero tampoco tenemos el nombre, podemos investigarla también a ella – sugirió Claire.
El pelirrojo frunció el ceño. ¿Francis con novia?, ¿ella sería su primer intento de relación?, ¿con ella descubriría que en realidad le gustaban los chicos?
-¿Estás bien? – Hermione le preguntó a Ron cuando decidieron darse un descanso.
-Sí – frunció el ceño.
-¿Seguro?
-Hermione estoy bien, no sé por qué debería de estar mal – gruñó, levantándose de su lugar.
-Ninguno de los dos está bien – expresó Harry, señalando a Terry.
Hermione comenzó a sospechar que la participación de Ron, Terry y Harry en el grupo iba más allá del simple contacto que habían mantenido con Francis Morseferth.

[...]

Blaise acostó a su hijo en la cama, el pequeño Bilius dormía apaciblemente y a un lado de él también lo hacía Toto. El moreno le dio un casto beso en la frente. Observó a su hijo pensando en lo distinto que todo sería si las cosas no hubieran tomado ese rumbo. En otras circunstancias, tal vez su lindo Bilius estuviera a su lado, ambos, contemplando al pequeño. Y no él solo, como en esos instantes...
El Slytherin suspiró. Su lindo Bilius… aún recordaba su pequeño y breve reencuentro en San Mungo.

Era él, de eso no había duda. Su cabello estaba más largo, había crecido un par de centímetros, su cuerpo estaba más fornido y su mirada… ¡Por Salazar! Esa mirada la reconocería a donde fuera. Sin duda era él.
Tanto tiempo esperando ese momento, en muchas ocasiones se lo imaginó y en ninguna pudo acertar siquiera la cuarta parte de cómo se estaba sintiendo en esos momentos. Blaise se sintió aterrado, temeroso, tuvo ganas de llorar… de correr como poseso y abrazar al muchacho.
Por fin estaba frente a él. Después de tanto tiempo, lo tenía nuevamente frente a él. 
-Bilius… - trató de decir, pero su voz quedó ahogada en sus labios o eso creyó él, no estaba muy seguro. El momento fue cortado cuando el pequeño Bilius llamó su atención. Solo fue un instante, un segundo que Blaise despegó su mirada de la del pelirrojo. Y solo eso bastó para que Ron saliera de su campo visual.
Cuando Blaise regresó su mirada, Bilius ya no estaba. Se había ido.
Si tan solo no estuviera ligado al maldito Pacto, si tan solo…

-¿Por qué? – Blaise susurró. Se encontraba en el balcón, observando las estrellas – ¿Por qué, Francis?, ¿Por qué entre todos tenías que escogerme a mí?
Y esa era una de las tantas preguntas que el moreno no podía dar explicación alguna.

[...]

-¿En verdad estás considerando la oferta? – Neville se cruzó de brazos, ceñudo.
Se encontraban en su habitación. Neville sentado en la cama y Theodore de pie recargado de la pared.
-Ya te expliqué por qué – respondió con cierto cansancio – No voy a tener otra oportunidad así.
-¿Y tiene que ser precisamente la que te da Burbage? – se quejó.
-No es como si me llovieran oportunidades, ¿sabes? – ironizó.
-Ya llegarán – trató de razonar.
-Neville, recuerda que para algunos, sino es que para todos, soy un mortífago. No me darán empleo tan fácilmente.
El Gryffindor se mordió el labio inferior, muy en el fondo sabía que Theodore tenía razón, la oportunidad que le daba Christopher no se la daría cualquiera. Además no solo le ayudaría en lo educativo sino en lo económico. Pero aun así…
-Es solo que… ¡Es Christopher! – dejó salir, frustrado. No podía seguir fingiendo que no sabía que el señor ese tenía intenciones ocultas hacia SU prometido.
-¿Qué es lo que tanto te molesta? ¡Es trabajo! – Explicó – Neville, tienes que confiar en mí – el castaño se sentó a su lado.
-Confío en ti, no confío en él – susurró, descruzando los brazos.
-Oye, muy pronto nos casaremos. Necesitaremos el oro no solo para eso, también están los gastos de la casa y de la universidad.
-Lo sé – hizo una pausa. Suspiró largamente – Está bien, acepta la oferta – dejó salir seriamente.
-Hey, no me la pongas difícil – le dio un casto beso en el hombro – Si no estás a gusto con que acepte la oferta, no la aceptaré.
-No me puedes decir eso después de haberme dado tus, muy buenos, argumentos. ¿Quién es el que se está haciendo el difícil ahora?
-No me voy a ganar un trabajo si pierdo a mi prometido – refunfuñó. Neville sonrió de lado.
-No lo harás, tienes mi permiso – asintió firmemente. Theodore sonrió de lado.
-Entonces, ¿todo bien?
-Solo si me das un beso.
-Que sean dos – Theodore se apoderó de la boca del castaño.

[...]

Las semanas siguientes pasaron demasiado rápido. Neville estaba apurado, ese día inauguraba la boticaria y aún le faltaba hacer un par de cosas para que todo estuviera en orden.
-¿Han visto las tijeras? – preguntó Blaise, quien se encontraba con el pequeño Bilius en la parte trasera.
-¡Por Merlín! ¡La he dejado en casa! – Neville se llevó las manos a la cabeza.
-No la has dejado, la tengo justo aquí – Theodore se la mostró, dejándola en la mesa.
-En cinco minutos abriremos – anunció el rubio.
-Gracias por poner más nervioso a mi novio – gruñó el castaño.
-Eso es por hacerte pasar por el tío favorito – Draco refunfuñó.
Theodore rodó los ojos.
-Iré a ver si ya están llegando los invitados antes que Nott me estrangule – bromeó, dirigiéndose hacia la salida.
-¡Buena idea! – gritó Blaise con Bilius en brazos y Toto flotando a su lado.
Draco suspiró largamente. Se sentía un poco nervioso por la visita exprés que estaba haciendo. La primera que hizo tuvo suerte de no toparse con Potter, no estaba tan seguro de seguir contando con la misma en esta ocasión. Neville había invitado a sus amigos y, para mala suerte la suya, Potter estaba incluido.
El rubio se recargó de la pared mientras escribía algunas indicaciones a Gordon en el aparato muggle llamado celular. Tan centrado estaba en esa acción que no se dio cuenta que alguien se le acercó desde atrás.
-¿Draco?
Esa voz…
El rubio sintió paralizarse, se dio la vuelta lentamente. El verlo nuevamente le hizo rememorar esa última vez que lo vio. En Grimmauld Place con Corner… dentro de él. 
-Harry…
Después de meses sin verlo, ahí estaba frente a él.



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