PERFUME SLYTHERIN
Capítulo
Tres:
Theodore
Nott / Neville Longbottom
Tenía sus manos en la
cara, era la clara señal de vergüenza. Neville tenía la cara del mismo color
que el cabello de su amigo Ronald Weasley, el cual se estaba terminando de
vestir y que por todos los medios evitaba mirarlo.
-Ron, ¿Qué demonios
acabamos de hacer? – preguntó después de un rato Neville, mientras el aludido se
vestía también.
-No lo sé. Quizás fue
el momento…
-¡¿El momento?! Por
Merlín Ron, tú te querías vengar de Zabini cuando te enteraste de su ‘plan’ y
yo…
-Tú querías poner
celoso a Theo, lo sé Neville, pero creo que nuestro ‘plan’ no terminó como se
supone debió terminar.
-¡Claro que no! Bueno,
al menos el que Zabini se enojara sí se logró, pero Theo…
-Es mejor olvidarlo
Neville – propuso el pelirrojo.
-¿Olvidarlo? Ron
acabamos de…
-No lo digas Neville
– suplicó el pelirrojo – mejor olvidémoslo ¿sí?
-Bien, entre tú y yo…
no pasó nada – dijo al fin Neville, aunque claro que sí que había pasado algo,
es decir, ¿desde cuándo un simple plan del cual solo consistiría de besos y una
que otra caricia terminaría siendo más que solo eso?
-Ahora pongamos en
práctica la segunda parte del plan – animó Weasley.
Pero cuando ambos
leones salieron del baño, se encontraron con que ya no estaban con los que
supuestamente iban a poner en marcha su plan.
[Ocho meses después]
-¡Es oficial! – dijo
sonriendo Neville frente a un espejo – desde hace dos meses Theo y Blaise ya no
son novios. Y según Hermione ya pasó el plazo de que si ambos querían regresar,
ya lo hubieran hecho. Es tu turno de entrar en acción – se daba ánimos el león.
Estaba claro, Neville
conquistaría a aquel castaño Slytherin, ¡por supuesto que sí! Después de su
desliz con su amigo pelirrojo (con el cual nunca volvió a tocar aquel tema) corrían
lo rumores en el castillo que Theo y Blaise eran novios… y fue así, pero
afortunadamente (al menos para Longbottom) ambos habían terminado su relación
desde hace dos meses. El motivo aún no lo sabía (o mejor dicho no se rumoreaba
a ciencia cierta cuál había sido) así que era su turno de entrar en acción. Oh,
sí.
A pesar de que el
Slytherin en aquel tiempo tenía pareja, Neville se daba la tarea de espiarlo sutilmente, para que cuando
llegara el momento poder utilizar toda esa información y así conquistar a
aquella serpiente. El león recaudó mucha información, pero ninguna le daba la
pauta para que él hiciera su jugada, hasta que un día escuchó que Draco le
decía a Harry, que Theo salía con Blaise gracias a un perfume.
-Perfume, ¿Slytherin?
No recordaba alguna
marca de ese nombre en un perfume, al menos que fuera una reciente. Como sea,
no le dio importancia, él ya tenía su plan y lo llevaría a cabo.
Era sencillo, entrar
a la sala común de Slytherin con la capa de invisibilidad de su amigo Potter
(que la tomaría ‘prestada’) se metería
en la habitación de Blaise y se robaría, emh, ‘tomaría prestada’ la botellita de perfume y la usaría para conquistar
a Theo. Oh, sí. Magnifico plan, muajajaja.
Neville fue a la
habitación de Harry por la capa de invisibilidad y minutos más tarde se dirigía
a la sala común de las serpientes.
*****
En la enfermería
estaba un Theodore Nott tapándose la nariz con un trapo húmedo.
-¡Tenías que hacer
explotar la poción en mi cara! – le reclamaba el castaño a su compañero de
casa, Goyle.
-Ups – fue la
respuesta del grandulón, Nott solo lo fulminó con la mirada.
-Ya puede retirar el
trapo de su nariz, Señor Nott – autorizó la medimaga – ahora veremos cuáles son
las consecuencias de esa poción.
-¿Con-consecuencias?
– preguntó alarmado el Slytherin.
-Toda acción tiene
consecuencias, Nott.
Fue la única
respuesta de la medimaga.
*****
Ambos habían metido
la ‘pata’ eso lo sabía de antemano Theodore. Pero, ¿en verdad él estaba
enamorado de aquel chico? O ¿solo había sido un reflejo inconsciente? Porque después
de todo, Blaise había sido el primero en
haber cometido su desliz, después fue él mismo. Y así había terminado su
relación de cinco meses, solo por haber llamado con un nombre ajeno a su novio
mientras se entregaban uno al otro…
Ensimismado estaba el
chico Slytherin, cuando algo que le llamó la atención lo sacó de sus
pensamientos. Allí estaba el susodicho: Neville Longbottom a cierta distancia.
El Slytherin enarcó
una ceja. Supuestamente él estaba leyendo, al pie de un árbol, aunque su mente
estuviera divagando, pero aún así tenía la extraña sensación de estar siendo
observado por alguien desde horas atrás pero hizo caso omiso. Segundos después
ya era inevitable hacerlo, prácticamente el Gryffindor le había caído encima,
haciendo que a su libro se le despagaran unas cuantas hojas.
-¿Longbottom? – le llamó
en un tono de explicación.
-Emh, lo siento… – se
disculpaba el aludido, pero cada vez se acercaba más a él con la esperanza que oliera
su perfume.
-¿Qué haces? – le
preguntó curioso el Slytherin.
-Yo… nada – el
Gryffindor se sonrojó y se alejó un poco de él.
-Nada – le respondió el Slytherin – y ¿por qué andas siguiéndome
desde hace tres días?
-¿Yo? ¡No! – negaba
el chico, al mismo tiempo que movía la cabeza de un lado a otro
energéticamente. El Slytherin enarcó una ceja.
Y pensar que había
sido el nombre de ese atolondrado león
el que dijo mientras que estaba con Blaise en su noche de lujuria. Quién lo
diría.
-Longbottom, ¿podrías
levantarte? Ya se me están entumiendo mis piernas – el león pasó en unas
milésimas de segundos de un color moreno claro a un rojo intenso.
-Lo siento – murmuró
cohibido el Gryffindor y se sentó a un lado de él.
De vez en cuando lo
miraba de soslayo. No se explicaba el por qué ese Slytherin no se percataba de
su perfume, si se había puesto una dosis considerable o ¿al caso ya no le
atraían los chicos que usaban el ‘Perfume
Slytherin’? ¿O le recordaba a Blaise y por eso no le decía nada?
Por otro lado, el
Slytherin se había puesto nervioso, demasiado.
Había tenido a ese gatito muy cerca
de él, tanto que no sabía si se iba a poder controlar después y por eso que le había
dicho que se quitara de encima con la excusa de que se le ‘estaban entumiendo las piernas’, ¿era atracción o amor hacia el
Gryffindor?
-Es amor… - escuchó
susurrar a Neville.
-¿Qué? – preguntó
parpadeando nervioso Theo.
-Que estás leyendo a Morseferth*, al revés – le dijo
Neville mientras le señalaba el libro que tenía al revés. El Slytherin lo
observó detenidamente ¿Qué demonios sucedía con él? ¿Era una señal? Porque eso
de que su corazón latiera como loco con las palabras de Longbottom
definitivamente no era nada normal.
-Me voy – dijo al fin
Neville un poco enojado, no le estaba gustando la idea de cómo lo miraba el
Slytherin y sin contar que ahora lo ignoraba y sumándole que el perfume no
había funcionado. Se levantó y caminó a pasos lentos, por si el Slytherin le
decía algo, ya que en esos momentos una suave brisa lo envolvió y quizás ahora
sí oliera el perfume. Pero la muda respuesta, nuevamente por parte del
Slytherin hizo frustrar en demasía a Neville. Se dio la vuelta enojado y le
reclamó - ¡Qué demonios te pasa! – Theo salió de sus pensamientos viéndolo
perplejo – ¿al caso no te has dado cuenta? – Le preguntó al mismo tiempo que se
agarraba su túnica – ¡casi me he vaciado media botella! Pero parece que no se
te hace suficiente. Dime, ¿qué hacía Blaise? ¿Usaba el perfume en lugar de agua
para bañarse? ¿Eso tengo que hacer yo para que te des cuenta que existo? Dime, ¿qué
debo hacer? – lo último casi lo dijo en un sollozo, cabizbajo.
Conforme Neville
hablaba, Theo se iba incorporando poco a poco y caminó hasta donde estaba, con
su mano derecha lo tomó de la barbilla y le alzó la cara, para que el
Gryffindor lo mirara a los ojos.
-¡Ey! No es necesario
que hagas nada Neville, tu existes en mi corazón desde hace un tiempo atrás.
El Slytherin se
acercó cada vez más hacia el rostro del león y en menos de un segundo ya había
unido su boca a la del otro chico en un suave beso, sacando un quejidito de
placer por parte del Gryffindor.
*****
Un nuevo día
amanecía. Dos días habían transcurrido desde que Theo y Neville habían
comenzado una relación, pero había algo que al león aún le carcomía y ese ‘algo’ le inquietaba, así que se propuso
salirse de la duda.
El león comenzó a
arreglarse, pues ese día había salida a Hogsmeade nuevamente. Observaba cómo se
vestían sus amigos. Harry estaba indeciso si se vestía con su camisa color roja o verde. Y Ron, bueno aquel pelirrojo en
verdad se estaba esmerando por lucirse, se había puesto su mejor ropa y hasta había
sido el primero en bañarse.
Neville entrecerró
los ojos, sospechaba que su amigo pelirrojo ya traía a alguien en la mira. La pregunta era ¿quién era? Aunque sus
sospechas se entornaban a cierto moreno Slytherin
porque al parecer su amigo pelirrojo, ahora era el ‘espía’. En fin.
Neville prosiguió arreglándose
hasta que llegó el momento de ponerse el perfume. Observó aquella botellita que
contenía aquel curioso líquido verde, ¿Theo salía con él por esa curiosa fragancia?
No le encontraba lógica, porque por ridículo que se escuchaba, el perfume no tenía
‘olor’.
-Harry… - le llamó a
su amigo ojiverde que por fin se había decidido por usar la camisa roja.
-¿Si?
-¿Recuerdas que una
vez Draco te había dicho que Theo salía con Zabini por su perfume?
-Emh, sí… – respondió
no muy seguro, pues Harry no estaba tan seguro de haberle dado esa información
a su amigo – eso me dijo Draco.
-Ahhh – fue su única
respuesta, ¿Cómo demonios una persona podría relacionarse con alguien por su
perfume, sobre todo cuando éste no tenía olor?
Dos horas más tarde
los chicos se encontraban en el pub ‘Las escobas bailarinas’.
-¡Salud! – brindaban
los seis chicos.
-¡Dos años Potter! – Exclamó Blaise – no puedo creer
que hayas ‘amarrado’ al príncipe de Slytherin
por tanto tiempo.
-¿’Amarrado’? – preguntó contrariado el
ojiverde.
-Sí, Potter, amarrar,
apartar, atrapar, hacerlo tu novio – le explicaba el moreno con peras y
manzanas.
-No le hagas caso –
recomendó Draco, al ver la cara de confusión de su novio por cada palabra que
le decía su amigo - ¡vamos a bailar! – le propuso al Gryffindor y ambos se
fueron hacia la pista, donde otras personas estaban en pleno baile.
Fue cuestión de
segundos para que el ambiente de la mesa se pusiera tenso, Neville parecía
estar enojado con Theo por algo que el Slytherin juraría que no había hecho. Y
Blaise hacía todo lo posible para evitar la mirada de Ron (el cual en todo
momento la buscaba) pero que al hacerlo se encontraba con la de Neville, el
cual aparte de fulminarlo con la mirada, parecía que lo ‘odiara’ y no se
explicaba el por qué, si un día antes ya le había aclarado que entre él y Theo
solo existía amistad ¿Por qué demonios de pronto les había parecido buena idea
el haber salido los seis?
-Emh, Weasley… -
llamó no queriendo la cosa el moreno - ¿te gustaría ir…?
-¡Sííí…! – exclamó el
pelirrojo sin dejar de que el Slytherin terminara de preguntar, lo tomó de la
mano y prácticamente lo arrastró a la pista de baile. Dejando solos a Theo y a Neville.
-Neville, ¿sucede
algo? – le preguntó Theo al ya no aguantar la indiferencia de su novio.
-Ahhh ¿ya te diste
cuenta? – le respondió con cierto sarcasmo el león.
-¿Qué ocurre? Dime… -
insistió el castaño.
-¿Notas algo distinto
en mí? – preguntó esperanzado. Nott frunció el ceño algo confundido – lo sabía.
Según tú, dices que me quieres, ¡pero ni siquiera has notado lo que no traigo
puesto!
-¿Y que se supone no
traes puesto? – interrogó Theo inspeccionándolo de arriba abajo.
-¡Eso deberías de
saberlo tú!
-Neville, ¿Cómo
demonios sabré eso? Si yo te veo bien, no te hace falta nada.
-Mi perfume Theo, ¡mi
perfume! Antes no lo notabas aunque me pusiera media botella, ¡ahora no traigo
y aún así no lo has notado!
-Neville… - el Gryffindor
se paró dispuesto a irse, pero la mano de Theo lo alcanzó a detener – escúchame,
no es que no lo haya notado, es que no
lo puedo notar.
-¿Qué? – preguntó
confundido.
-Neville, hace dos
semanas Goyle tuvo un accidente en la clase de pociones, hizo explotar la
poción sin querer y ésta cayó sobre mi
cara… y bueno era una poción que no podía estar en contacto con la piel o traería
consecuencias leves o graves, según fuera el caso.
-¿Qué-qué
consecuencias? – preguntó el Gryffindor sospechando la respuesta.
-Perdí el sentido del
olfato, temporalmente.
Neville entornó los
ojos como platos y se abalanzó sobre el Slytherin abrazándolo fuertemente.
-¡Lo siento! ¡Discúlpame,
Theo! No quise decirte esas cosas, yo… yo no sabía, yo…
-Tú discúlpame a mí
por no habértelo dicho.
-¿Qué tal si ambos
nos disculpamos y olvidamos esto?
-Trato hecho – le
dijo el Slytherin mientras pactaba el trato con un dulce beso a su novio.
Neville estaba más
que feliz, después de todo, Theo lo quería por ser él y no por un maldito
perfume que al final de cuentas no tenía olor.
Cierto, si el perfume
no tenia olor, ¿entonces cómo fue que Blaise y Theo habían terminado juntos?
Pero solo quedó esa pregunta en el aire, pues a Neville le bastaba que su Theo
lo quisiera a él y solo por ser él.
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