domingo, 27 de marzo de 2011

Capitulo seis: Teddy Lupin / James Potter Jr.


Perfume Slytherin

Capitulo 6.
Teddy Lupin / James Potter Jr.

  
Para evitar futuros problemas… (Entiéndase lejos de Sirius Black) Snape guardó la botellita de 'Perfume Slytherin' en unos de sus estantes. Tal perfume quedó resguardado en aquella mazmorra años  tras años. Sin embargo, lo que nunca se guardaron fueron los rumores, generación tras generación se hablaba del famoso perfume. Unas versiones más disparatadas que otras, claro está; pero todas concluían en lo mismo: perfume-conquista-chico, sin importar la casa que pertenezcan.
Dicha historia se hacía más famosa y más imposible de creer, porque nadie sabía el paradero de dicho perfume, es más hasta comenzaban a creer que era más fácil encontrar y creer en la Cámara Secreta de Salazar Slytherin, que el 'famoso' perfume…
Pero aún así, los chicos de Hogwarts no perdían la esperanza de encontrarse con tal perfume, a pesar de que ya habían transcurrido 22 años desde la última vez que se había visto o mejor dicho, desde que se había corrido el primer rumor…
Por los pasillos de dicho colegio, caminaba una figura alta, de piel perlada, de cabello rubio platino y unos ojos de color gris plata… sí, era Draco Malfoy, que para ese tiempo ya tenía una edad madura, vestía con orgullo una túnica, que lo identificaba como profesor de Pociones y a la vez como Jefe de la casa Slytherin.
Los años pasados le habían jugado algunas malas pasadas… por ejemplo el rompimiento con su primer y único amor: Harry Potter. Que lo llevó años después a casarse con una tal Astoria Greengrass (por capricho de su padre), con la cual tuvo un hijo, Scorpius, y dos años más tarde… su divorcio. El motivo, digamos que Draco aún no se explica, el por qué su ex esposa aún lo ve con ganas de querer matarlo. ¿Será porque a cada rato le pedía que se cortara y  se tiñera su cabello rubio a un color negro azabache? Y que a la vez usara lentes de contacto color verde, a pesar de tener ella sus ojos de color azul? Esperen , aún hay algo mejor, le había pagado un viaje directo a los Cabos, donde pasaría todo un fin de semana en la playa y no cualquier playa, sino una donde después obtendría un gran bronceado, en su bella piel blanca? Pero lo que colmó la paciencia a la chica Greengrass, fue que en un 'descuido' de su esposo, ella cayó de la cama, golpeándose la frente y obteniendo una marca de forma de rayo… sí eso fue lo último que soportó de Draco Malfoy, antes de divorciarse y no querer saber nada de él.      
En fin… volviendo a Draco, el cual caminaba por los pasillos, directamente a su clase de Pociones, le enorgullecía su puesto, sobre todo porque no solo había heredado la mazmorra de su padrino, sino porque también, seguía la tradición de éste. Que ¿Cuál tradición? Pues, el de bajar puntos a los Gryffindor… y sobre todo…
-Potter… está castigado! - oh, sí, sentenció esa mañana de otoño, al primogénito de su ex.
-¿Por qué? - objetó el chico.
-Porque… sí!
No es que odiara al chico, claro que no. Lo castigaba, porque después su padre, es decir, Harry Potter (el cual también era profesor, pero de DCAO y Jefe de la casa de Gryffindor) tenía que ir a reclamarle a sus mazmorras, por lo injusto que había sido el castigo de su primogénito y eso a Draco le agradaba, le gustaba tener nuevamente a su Harry frente a él, aunque sea reclamándole sobre algo.
-¿Por cuánto tiempo? - le preguntó el chico, trayéndolo a la realidad.
-Una semana, después de clases - dijo con una sonrisa de autosuficiencia, ya esperaba con ansias la presencia de Harry… sin tan solo tuviera a la mano el perfume… porque para su mala suerte, los ingredientes ya no eran tan fácil de conseguir, como para hacerse otro…

*****

James Potter Jr, estaba frustrado, demasiado… aún no entendía el por qué el empeño de su profesor por castigarlo… "Es la maldición Potter, hijo" le había dicho su padre en su primer día de clases, en la cual había sido castigado. Y James se la creyó… pues su padre era castigado en su tiempo por un tal Severus Snape y al parecer el tipo lo odiaba… y ahora era el turno de él, que tal como iban las cosas, su profesor Malfoy lo odiaba y con O mayúscula…
-Estoy castigado - le soltó de repente a su compañero, el cual estaba sentado a sus pies, en aquella banca, que estaba detrás del colegio.
-¿Otra vez? - Soltó un chico, que al parecer era mayor que él por unos cuantos años más - ¿Qué hiciste esta vez? - le preguntó el chico, a la vez que cambiaba su color de cabello azul a uno negro.
-Nada! - Se quejó el mayor de los hermanos Potter - y esta vez sí que digo la verdad.
-No sé por qué James… pero algo me dice que sí hiciste algo - le confesó el chico con una sonrisa de lado y eso al aludido lo derritió… esa sonrisa era lo más maravilloso para él. Y solo una persona podía hacer semejante expresión: Ted Lupin o como él llamaba internamente… su Teddy - Y por cuánto tiempo está vez? - le interrogó sacándolo de su ensimismamiento.
-Una semana - gruñó el Gryffindor.

****

James  refunfuñaba mientras iba de camino a su castigo… pues sinceramente tenía cosas más importantes qué hacer, en lugar de ir a cumplir con aquel inútil castigo, por ejemplo: podría estar con su Teddy y fingir no saber hacer algún hechizo y así el chico le ayudaría.
El camino hacia las mazmorras, esta vez se le hizo muy corto, pues ya estaba frente a la puerta. Suspiró largamente…
-¿Qué haré profesor? - le interrogó resignadamente al estar dentro de aquella mazmorra. Al menos esta vez no estaba su papá reclamándole a su profesor, en el fondo se alegraba que su padre había sido llamado de emergencia en el ministerio para hablar con quien sabe qué celebridad esta vez.
-Limpiará y re-etiquetará estas pociones - dejó salir Draco como si nada, mientras señalaba el estante del fondo del cuarto, que estaba repleto de diminutos frascos de pociones - sin magia - agregó con cierta malicia, mientras le pedía la varita a su alumno.
-Bien.
-Regresaré en dos horas - anunció el rubio… pero aquí entre nos… iba a averiguar por qué diantres Potter no había ido a reclamarle lo del castigo de su hijo.
James se dirigió hacia el estante contemplándolo anhelantemente, como si con el hecho tal mueble se reduciría. Obviamente no le resultó. Comenzó a limpiar y a re-etiquetar las botellitas, y no fue hasta el tercer peldaño, en el que descubrió una botellita muy curiosa. Frunció el ceño y jadeó quedito al leer la etiqueta:
'Perfume Slytherin'
¡El famoso perfume! Un momento… ¡En realidad existía el perfume! Pero… ¿Cómo demonios llegó hasta aquel estante del profesor? Eso ya no le importó, después pensaría el cómo, lo importante era que estaba entre sus manos.
Sus ojos se iluminaron y una gran sonrisa se apoderó de su cara. Ahora sí podría conquistar a su Teddy! Volteó a ambos lados para verificar si su profesor ya había llegado, pero no vio a nadie, así que, escondió la botellita en su túnica. Dudaba mucho que su profesor tuviera conciencia de que era poseedor de ese legendario perfume, pues al parecer ese estante parecía estar 'abandonado' desde hace muchos años atrás.
-Ya puedes retirarte - le dijo una voz atrás de él, sobresaltándolo - mañana puedes continuar - le dijo su profesor, el cual se veía ¿decepcionado?
-Bien - le respondió James, no dándole importancia el semblante de su profesor. Y sin pensarlo dos veces salió del lugar lo más pronto posible, mientras pensaba en cómo conquistar a su Teddy.

 *****







Harry acaba de llegar de una reunión importante del Ministerio de Magia, le frustraban esas 'reuniones sociales' pero qué más podía hacer? Era el famoso niño-que-vivió** y gracias a eso podía usar sus influencias para cualquier cosa, aunque no le gustaba mucho usarlas, pero a nadie le hace daño un poco de ayuda ¿cierto?
En fin, Harry se encontraba en su oficina (anteriormente de Minerva McGonagall) contemplando la chimenea, mientras recordaba su vida pasada…
En su adolescencia había sido novio de Draco Malfoy por casi tres años, mientras estudiaban en ese colegio, pero habían peleado por un 'pequeño' malentendido que acabó con su relación, cada uno por su lado pudieron haber hecho las paces, pero les importó más su orgullo que su amor y en lugar de reconciliarse, se separaron más…
Tanto… que cada uno hizo su vida por su lado, el Príncipe de Slytherin, por ejemplo, en el sexto curso anunció su compromiso con una tal Astoria Greengrass. Y Harry por su lado, comenzó a salir con Ginny, la hermana menor de su amigo pelirrojo. A ambos chicos no les atraían las chicas, pero nuevamente su orgullo se interpuso entre ellos, llevándolos a tomar decisiones un tanto precipitadas.
Aunque ninguno de los dos se arrepintió totalmente, ya que sus respectivos hijos eran lo más maravilloso del mundo, después de su relación (aunque nunca lo admitirían en esos momentos). Y hablando de hijos, Harry sabía que Draco castigaba de vez en cuando a su primogénito, solo para sacarlo de quicio, pero el ojiverde también sabía cómo meterse con Malfoy, oh claro que sí…
Por suerte, después de tantos enredos entre Draco y Harry, a sus respectivos amigos no les afectó  su rompimiento, ya que ellos aún seguían siendo pareja (Blaise y Ron. Theo y Neville).  

*****
 
James se encontraba en su habitación acostado en su cama con las cortinas corridas, mientras observaba con detenimiento aquella curiosa botellita.
'Perfume Slytherin'
Leía una y otra vez la etiqueta, sin comprender el ¿Por qué demonios se llamaría así? No se supone que el perfume era para conquistar cualquier chico? Entonces por qué ese nombre? ¿Lo habían creado los Slytherins y por eso llevaba el nombre de esa casa?
El chico entrecerró los ojos pensando en esa posibilidad… y viéndolo desde esa perspectiva, entonces tendría sentido el por qué lo encontró en los aposentos de su profesor Malfoy, pues éste era jefe de la casa de las serpientes.
Alzó su mano izquierda hacia la cortina y la corrió un poco, solo lo suficiente para que entrara un poco la luz, ya que había sentido una pequeña imperfección en ese recipiente, que ya no era tan lisa que digamos, pues tenía unas letras grabadas en la superficie. Dicha inscripción decía:
'Agregar algo de esa persona especial y algo tuyo'
                                                                                    P. S.

Bien, eso no trajo sino más que dudas para el hermano mayor de los Potter.
-Agregar algo de esa persona especial… - murmuró con el ceño fruncido "¿Cabello? ¿Sudor? ¿Saliva?" - …  y algo tuyo…
Bueno el segundo requisito no había problema, en cambio el primero…
-P. S.
Y… ¿Quién demonios era P. S.?
Cada vez desconfiaba más de ese perfume y menos credibilidad le daba al rumor. Si el perfume tenía esa inscripción, entonces no funcionaria. Pues el contenido del frasco ya estaba más abajo de la mitad, lo que concluyó que 'alguien más' ya lo había usado***, por lo tanto tenía es 'algo' de ese 'alguien especial' y ese 'algo' de aquella persona que lo usó anteriormente. Por lo tanto, no le serviría de mucho usarlo por más que agregara aquellos dos requisitos, pues la esencia ya estaba contaminada.
Exhaló profundamente con resignación.
Después de todo, no le había servido de mucho de haberse hecho del 'famoso' perfume. Se incorporó lentamente, ensimismado aún en sus pensamientos. Pero instantes después la curiosidad le ganó. Abrió el frasco y le dio una olfateada… pero nada. Sin olor. ¿Cómo demonios le llamas perfume a algo que no huele a nada? Y se supone que con eso conquistas a chicos?
-¡James! - Alguien lo llamó haciéndolo sobresaltar y derramando un poco del perfume en su túnica.
-¡Albus! - se quejó al verse mojado mínimamente del perfume.
-Lo siento James… ¿te asusté? - preguntó preocupado su hermano menor, al llegar a su lado.
-No - masculló James. Cerró el frasco rápidamente y lo guardó en su túnica - ¿Qué ocurre? - le soltó a su hermano ojiverde.
-Es… Scorpius… - murmuró el chico, mientras agachaba la mirada al piso.
-¡Otra vez! - dejó salir fastidiado James - ya dile de una vez que te gusta y deja estar huyendo de él! - le reclamó.
-¡James! - murmuró sonrojado el pequeño ojiverde.
-Me tengo que ir - dijo, mientras se dirigía a la puerta.
-¿A dónde? - le interrogó curioso Albus.
-Estoy castigado - gruñó James.
-Ahh
-Escucha Albus… tendrás que decirle algún día lo que sientes  a tu amigo - le dijo antes de salir de la habitación.
"Sí, claro… es mejor que sigas tu propio consejo" - pensó internamente el chico, mientras se dirigía a las mazmorras.
-¡James! - alguien gritó desde su espalda y el aludido se sobresaltó por segunda ocasión en ese día, pero esta vez fue tanto el susto que se enredó con su pasos y cayó al suelo.
¡Merlín!
Si seguían así, lo matarían de un golpe, susto o de cualquier cosa.
-Lo siento, no quise asustarte - le dijo Ted al llegar a su la lado - déjame ayudarte - se ofreció mientras lo levantaba.
-Gracias - le dijo un James sonrojado.
-Ibas de camino a tu castigo? - le interrogaban mientras caminaban juntos hacia las mazmorras.
-Ajá - dejó salir James contento, por tener a su Teddy caminando a su lado.
-Oye… hueles bien - dejó salir de pronto Ted mientras se le acercaba a su túnica - ¿Qué perfumes estas usando? - James parpadeó nervioso ¿su Teddy podía oler el perfume? ¿Cómo era eso posible?

*****

Mientras tanto en la oficina de Harry Potter un Draco Malfoy estaba reclamándole ciertas cosas…
-¿Por qué demonios has castigado a Scorpius, Potter?
-Supongo que por la misma razón con la que tú castigas a James - dejó salir inquisidor el ojiverde. El rubio entrecerró los ojos, Harry no podía saber cuál era su verdadero motivo ¿cierto?
-Mi hijo es buen estudiante, no como el tuyo - dijo lo primero que se le vino a la mente.
-Claro - le dio por su lado Harry. En cambio Draco solo gruñó y salió de la oficina.
Harry se quedó observando la puerta por donde había desaparecido Draco Malfoy, comprobando que su hipótesis no estaba tan equivocada: aún le seguía interesando al rubio. La cosa era ¿Cómo demonios recuperarlo? Si bien la separación de su relación había sido por culpa de un mal entendido, pero ninguno de los dos hizo algo para reconciliarse, entonces… uno de ellos tenía que ceder y claramente ese alguien sería él, porque Draco Malfoy podría bajar su orgullo para ser el más cursi de todos, pero bajarlo, para disculparse… 
Claramente a Draco se le dificultaba y su mejor arma era la venganza… la cosa sería que Harry hiciera algo para que Draco se vengara, pero ésta sería a la vez el boleto directo para su reconciliación. Pero… ¿cómo?
Harry se lamentó no tener en sus manos el 'Perfume Slytherin', la causa principal de su separación… pero también sería de gran ayuda para reconciliarse, lástima que éste se hubiera perdido.

*****

-Y bien? - presionó Ted.
-Pues… emh - James se puso nervioso, no quería que Ted lo descubriera y se diera cuenta qué perfume estaba usando.
-Bueno, no importa - dijo con un movimiento de mano el chico Lupin - en realidad venía para… saber qué vas a hacer el próximo sábado…
-¿El sábado? - Preguntó nervioso Potter - Pues, es salida a Hogsmeade - dejó salir no queriendo la cosa, quizás y conseguía algo más ¿no?
-¿Quieres que vayamos juntos? - preguntó con un brillo en sus ojos Ted Lupin.
-Los ¿dos? - Quiso rectificar el menor.
-Claro James - le dijo Ted, mientras le alborotaba el cabello - cuando digo 'juntos' quiero decir que los dos…
-¿Solos? - solo por si las moscas, volvió a preguntar XD.
-Sí,  James… - le dijo sonriente Ted.
-¿Cómo…? Cómo una… - no terminó de decir pues sentía que el aire le faltaba.
-¿Cita? - completó Ted inquisidor.
-NO! NO! - se apresuró a decir James, antes de que Ted lo malinterpretara… pues no quería que se enojara con él y así perder no solo su 'amor' sino su amistad de pilón.
-Pues… si quieres que sea una cita… que lo sea - dijo Ted guiñándole un ojo al Gryffindor.
-¿Qué? - Preguntó en un hilo de voz el chico.
-Yo pensaba decírtelo de otra manera, pero en fin… te veo el sábado en nuestra cita - le dijo dándole un beso en la frente, haciendo sonrojar en demasía a James.

*****

James llegó a las mazmorras donde ya estaba su profesor Malfoy esperándolo y aparentemente enojado.
-Ya sabes lo que tienes que hacer Potter - le dijo antes de salir de las mazmorras.
El Gryffindor suspiró largamente, después de todo, ya no le parecía 'tan malo' aquel castigo, pues ya tenía una cita con su Teddy. A lo que le llevaba a lo siguiente… y si Ted lo había invitado por el perfume? Porque, después de todo su Teddy pudo percibir el olor. Y… cómo demonios pudo oler el perfume, si este no tenía olor?
Sin más preámbulos sacó la botellita de perfume que llevaba en su túnica, la observó nuevamente, sinceramente no quería estar saliendo con su Teddy, por causa del perfume (aunque lo había considerado desde un principio) así que, hizo lo que jamás hubiera pensado que iba hacer: dejar el perfume justo donde lo había encontrado. Si su Teddy, iba a estar saliendo con él, saldría por ser él y no por un maldito perfume.

*****

Un chico de piel morena clara, cabello negro y de ojos marrones, se veía a través de un espejo, mientras hacía varias poses y se daba el 'visto bueno'.
-¡Por Merlín James! ¿Qué tanto te ves? - le preguntó su hermano Albus entrando en su habitación.
-Nada… ¡me voy! - evadió la pregunta, pero antes de salir se volvió con su hermano - ¿Tú no vas?
-Para encontrarme con Scorpius? ¡NO! - dejó salir asustado el chico ojiverde.
-Aún no entiendo porque le tienes miedo, es decir son amigos y te claramente él te gusta - le dijo James.
-No es miedo - murmuró Albus - es su… perfume.
James enarcó una ceja en son de duda, pero decidió investigar después a qué se refería Albus con 'perfume', pues por ahora tenía una cita a la cual ir.
-Nos vemos al rato - dijo y salió  de la habitación.
Para su sorpresa, encontró a Ted esperándolo fuera de la Sala Común.
-¿Ted? - lo llamó sonriente.
-¡Hola! - le regresó el saludo. El chico en esta ocasión iba vestido con una camisa azul bajito y unos pantalones vaqueros de un color más fuerte y su cabello en esta ocasión  era del mismo color que el de James - ¿nos vamos?

*****

 Ambos chicos habían recorrido casi todo Hogsmeade, primero visitaron la tienda de bromas Zonko, después pasaron a las 'Tres Escobas' a tomarse una cerveza de mantequilla, después caminaron un rato por ahí hasta que llegaron frente a la Casa de los Gritos, donde se quedaron un rato más. Varios minutos después comenzó a refrescar, así que, decidieron regresar a Hogwarts.
-¿Sabes James? Ayer tuve una plática muy interesante con tu padre - dejó salir Ted, el cual estaba acostado en el pasto del jardín trasero de Hogwarts.
-Ahh… ¿sí? Y de qué hablaron? - quiso saber James, el cual también estaba acostado a un lado de él.
-De… ti - confesó Ted sentándose.
-De… ¿mí? - respondió James incorporándose también.
-Ajá… le confesé algo a tu padre, creí que se enojaría y mínimo me cruciaría… pero no! Está de acuerdo - relataba feliz el chico.
-Y… qué fue… eso? De qué le hablaste de mí?  - preguntó James tragando saliva, esperaba que eso de lo que estaba pensando fuera cierto.
-Pues… que estoy enamorado de ti… - le confesó Ted viéndolo a los ojos.
-En… en serio? - preguntó emocionado James.
-Claro - le respondió acercándose al chico, cuando estaba lo suficientemente cerca, le dio un beso dulce.
-Yo también…  - confesó James embelesado, después del beso. Ted le brindó una sonrisa, una de esas a las que a James le fascinaban.
-Te quiero mucho James… mucho más de lo que te imaginas… - le confesó, pero no le dio tiempo a James para que le contestara, pues nuevamente se había posesionado de sus labios.  
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N/A
Algunas explicaciones....

*Teddy Lupin ya no estudia en Hogwarts el motivo de que está ahí, es que está haciendo una investigación sobre las criaturas que habitan en el Lago.

**Harry era conocido por ser el niño-que-vivió solamente, es decir que Voldemort no regresó ni nada por el estilo ^^
***El primero en usarlo fue Draco y el segundo fue Neville (aunque claro, el chico nunca leyó la inscripción). Blaise no lo llegó a usar, pues en el último momento no lo utilizó.
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