domingo, 27 de marzo de 2011

Capitulo siete: Scorpius Malfoy / Albus Potter

Perfume Slytherin
Capítulo Siete:
Scorpius Malfoy / Albus Potter


James y Ted entraron al castillo, con sus manos entrelazadas, mientras hablaban sobre sus futuros planes en la próxima salida a Hogsmeade cuando llegó con ellos un agitado Albus.
-¡James! – apenas pudo decir el pequeño ojiverde cuando se desplomó en el suelo.
-¡Albus! – el Gryffindor escuchó lejanamente el llamado de su hermano mayor.
*****
En la enfermería…
Abrió un ojo lentamente y luego el otro, se sentía mareado y la cabeza le daba vueltas, sin contar que unas nauseas horribles le invadieron en el preciso momento en que se hizo consciente. Un aroma lo invadió de pies a cabeza, el mismo que le provocó todos los síntomas anteriormente mencionados. Sí, reconocía perfectamente ese olor… esa esencia… ese perfume… ese que sin dudas  le pertenecía a su mejor amigo, Scorpius.
-Hola, Albus – saludó el chico Slytherin con una sonrisa.
-Scorpius… - murmuró Albus sonrojado, desviando su mirada.
-Esta vez, no te vas a escapar de mi – le advirtió el Slytherin – ¿me vas a decir el por qué demonios estas huyendo de mí?
-Yo… emh… no huyo de ti… - dijo apesadumbrado el ojiverde.
-¿No? – preguntó, peligrosamente, Scorpius.
-No… - susurró Albus distraídamente, mientras jugaba con sus manos la orilla de la sabana.
*****
[Varias horas atrás…]
Albus había despedido a su hermano, el cual al parecer tenía una cita en Hogsmeade, en cambio él, prefirió quedarse en Hogwarts, no quería encontrarse con su mejor amigo Scorpius. ¿Que porque huía de él? No, definitivamente él no huía de su amigo rubio, de hecho, si por él fuera estaría todo el tiempo con él.
Scorpius para él, es la persona más genial, el más lindo, el más divertido, el más guapo, el más… sí definitivamente Albus está enamorado de su amigo. Había sido una gran ‘suerte’ que en la clase de Pociones del primer año, el profesor Malfoy los hubiera puesto a trabajar juntos, así fue como comenzó su amistad, que por algún motivo terminó—al menos por parte de él—en amor.
Aunque, aquí entre nos, el Gryffindor tenía  sospechas de que él también le gustaba a su amigo Slytherin. Todo estaba tan bien entre ellos, ambos se coqueteaban, se celaban, se decían indirectas, incluso se daban besos de vez en cuando, pero ninguno daba el primer paso para que aquello que tenían fuera algo más formal.
Un día, Albus decidió darlo, pero ocurrió algo extraño, Scorpius estaba distinto, había ‘algo’ diferente en él, era algo que ha Albus, literalmente,  le revolvía el estómago, algo que le causaba nauseas, algo que lo mareaba y ese algo era su Perfume. No podía decirle directamente a su amigo que su Perfume le repudiaba, no quería que su ‘amigo-novio’ se enojara con él, no quería herirlo. El Slytherin era muy quisquilloso en el asunto de su arreglo personal.
En fin, volviendo a Albus que estaba en la habitación de James, salió dispuesto a irse a la biblioteca para adelantar un trabajo de Herbología, pero a medio camino se encontró con el que supuestamente estaría en Hogsmeade.
-¿Scorpius?... ¿Qué-qué haces aquí? – preguntó Albus retrocediendo un paso, su estómago comenzaba a revolverse.
-Buscándote – le confesó el rubio, caminando hacia él.
-Pues… yo emh… - el ojiverde retrocedió un paso más, dispuesto a escabullirse, ahora las náuseas comenzaron a invadirle.
-¡Ah, No! ¡Esta vez no escaparás! – le reclamó Scorpius,  sinceramente quería aclarar ya ese asunto, no entendía el por qué su amigo le estaba huyendo desde hace una semana atrás.
-¡No, Scorpius! – jadeó Albus al verse agarrado por su amigo, se  aterró al sentir que las ganas de vomitar no tardarían en llegar.
-Albus… necesito saber… por qué… estas… huyendo de… mí – hablaba entrecortadamente el ojigris, al compás de las forcejadas.
-¡No huyo de ti! – gritó dando un jalón brusco, logrando así soltarse. En cuanto se vio libre, corrió en dirección opuesta al Slytherin y no paró hasta que vio a su hermano James y a Ted, frente a él.
*****
-¿NO? – Volvió a preguntar Scorpius, sacándolo de su ensimismamiento – Albus… yo… yo estoy enamorado de ti – le confesó, más tranquilamente - ¿es por eso que te alejas de mí? – le preguntó un poco afligido.
-No, no, no – se apresuró Albus, viéndolo a los ojos – ¡al contrario! – El rubio enarcó una ceja – quiero decir, que… yo también… te quiero, yo también estoy enamorado de ti…
-¿Entonces? ¿Por qué huyes?
-¡Que no huyo de ti! – dijo con enfado el ojiverde, ¿Por qué todo mundo le decía que huía de él?
-¡¿Entonces?! – preguntó confundido Scorpius.
-¡Es tu Perfume! – confesó, frustrado.
-¿Mi Perfume? ¿Qué demonios traes con mi Perfume? – preguntó el rubio cruzando los brazos.
-¡Apesta! – gritó Albus, pero al ver la reacción de Scorpius, agregó rápidamente – pero en el buen sentido…
-Albus… explícate, que no entiendo ¡Nada! – le pidió Scorpius un poco dolido.
-Verás… tengo un olfato muy sensible… y cualquier olor, por más sutil que sea y muy retirado que esté de mí  lo puedo oler como si lo tuviera frente a mi nariz y tu Perfume tiene una esencia fuerte que me causa nauseas, mareos y… ¡¿Qué demonios estás haciendo?!
Albus había entornado los ojos y se había puesto muy nervioso al ver cómo su amigo Scorpius, se comenzaba a quitar la túnica, la corbata… después la camisa… y por último la camiseta, dejando su torso desnudo.
-Si mi Perfume te marea pues…
-Ajá… - el ojiverde se había quedado embelesado al ver a su amigo Slytherin semidesnudo, el rubio a sus 13 años tenía un cuerpo atlético.
-¿Albus? – Le llamó Scorpius, pero solo obtuvo un ‘Hum’ de parte de su amigo – hace un momento me dijiste… que estás enamorado de mi… ¿cierto?
-Yo… sí – dijo sonrojado el ojiverde, recuperando el control, tratando vanamente de no mirar el torso desnudo de su amigo.
-Y… ¿quieres ser mi novio? – le preguntó Scorpius acercándose más a él.
-Sí – dijo, se sonrojó más. Scorpius se acercó a él para darle un beso, un beso que fue muy distinto a los que habían compartido tiempo atrás. El ojiverde pasó sus manos por el cuello del rubio, mientras que éste se había sentado en la cama. El beso que había comenzado suavemente, ya era un poco más demandante… hasta que alguien carraspeó justo atrás de ellos.
Ambos chicos se separaron rápidamente (Scorpius casi se caía de la cama). Albus se había puesto colorado más aún y Scorpius se rascaba la cabellera distraídamente.
-Joven, Malfoy – habló la medimaga Pomfrey, parada frente a él – espero que el motivo de estar semidesnudo… sea porque hacía calor… del normal, es decir, por el clima…
-No, Madame Pomfrey – aseguró Scorpius – de hecho me quité la ropa… porque ‘apesta’ – le dijo sonriente y después le guiñó un ojo a su ahora, novio, el cual también le sonrío feliz.
*****
Scorpius entró a la oficina de su padre, con una sonrisa de oreja a oreja; gesto que no le pasó desapercibido por su progenitor, el cual lo observaba atentamente desde su silla, tras el escritorio.
-Al parecer… te ha ido muy bien con tu amigo Albus – dejó salir no queriendo la cosa.
Draco sabía que a su hijo le gustaban los chicos, especialmente uno que tenía por nombre Albus y Potter por apellido. Y no lo culpaba, los malditos Potter’s tenían algo que hacían que los Malfoy’s cayeran rendidos ante ellos y no solo hablaba por él, sino también por su difunto padre, Lucius Malfoy, que en su tiempo había salido con James Potter, padre de su Harry.
Por cosas que aún no se logra explicar, la relación de su padre y la de él mismo no fueron tan exitosas como querían. Y no dejaría que su hijo pasara por ello, por eso decidió de hacerle de una especie de ‘Cupido’, haciendo que en la clase de Pociones tanto Scorpius y Albus trabajaran juntos. Tampoco fue una labor muy difícil, al parecer el menor de los Potter’s parecía tener cierto interés en su hijo, así que, concluyó que solo sería cuestión de tiempo, para que ambos chicos se aliaran… aunque nunca pensó que ‘cuestión de tiempo’ fuera tres años después.
-¡Sí, ya somos novios! – dijo feliz el rubio menor, sacando a Draco de sus pensamientos.
-Que bien, me alegro por ti – dijo sinceramente Draco - ¿Qué haces? – le preguntó de pronto cuando lo vio irse al estante de la esquina, en busca de algo – Scorpius… el hermano de tu ahora novio, ha estado viniendo todas las tardes para acomodar y limpiar eso – le dijo levantándose de la silla, con la intensión de ir a detener el desastre que estaba haciendo su hijo.
-Necesito un nuevo Perfume, papá – explicó, mientras revisaba cada frasco que encontraba en su camino y dejándolo en el primer lugar que encontraba frente a él, si no le servía – a Albus le hace daño el mío y… ¡No puedo creerlo!
-¡Qué! – Draco preguntó un poco alarmado al escuchar a su hijo gritar.
-¡Es el Perfume Slytherin! – jactó jubiloso, Scorpius.
-¡¿Qué?! – Draco exclamó sorprendido, se dirigió rápidamente hasta donde estaba su hijo y en un rápido movimiento le arrebató aquella botellita que contenía solo una tercera parte de aquel líquido verde que tanto conocía– mi perfume… ¡no puedo creerlo!
La mente de Draco era un torbellino, aún no podía creer la suerte que tenía, en sus manos estaba aquel perfume, que durante tanto tiempo creyó perdido y siempre estuvo cerca de él ¿Cómo fue a que llegó hasta los aposentos de su padrino? Eso no importaba más… lo había recuperado.  Lo podría usar nuevamente y así recuperar a su Harry. Con ese perfume lo había conquistado, ese mismo perfume había sido el causante de su separación, pero ese mismo perfume también lo ayudaría a recuperarlo… sí.
-¿Cómo que tu perfume? – preguntó intrigado Scorpius, queriendo apoderarse de la botella, pero Draco  por reflejo lo alejó de él.
-Así es, es mío… yo lo cree en unas de mis clases para… - no terminó la oración, no estaba muy seguro si quería que su hijo se enterara del romance que tuvo con el padre de su novio.
-Entonces los rumores que se dicen es cierto – murmuró Scorpius sonriente.
-¿Qué rumores? – preguntó receloso y nervioso a la vez el rubio mayor.
-Que en tus tiempos de Hogwarts, salías con Harry – Draco se sorprendió de varias cosas, pero la más importante era ¿desde cuándo Scorpius tuteaba a su Harry?
-¿Cómo…?
-Cuando recién entré al colegio, se hablaba de eso muy vagamente, pero nunca se confirmó – respondió sin darle importancia y aprovechando el aturdimiento de su padre, le quitó la botellita.
-¿Qué más se rumorea? – preguntó asustado Draco.
-Solo eso… aún lo quieres ¿verdad? – Le preguntó Scorpius viéndolo a los ojos – por eso castigas mucho a James ¿cierto? Para que Harry te busque y te reclame ¿no? – Dejó salir inquisidor  – muy buena estrategia padre, te felicito – le dijo orgulloso.
-Yo… - Draco parpadeó nervioso, ¿tan obvio era? Por supuesto que sí y seguramente Harry también habría concluido eso, si su hijo de 13 años lo dedujo, sin duda alguna Harry también.
-¡Esto no es tuyo, papá! – Se quejó Scorpius, sacándolo de sus pensamientos – esto es de un tal P. S. – le reclamó mostrándole la parte trasera de la botella.
-Scorpius… P. S., es igual a Príncipe Slytherin – le dijo Draco.
-¿Príncipe Slytherin? ¿Qué es eso? – preguntó burlonamente.
-Larga historia, hijo – dejó salir bochornosamente Draco – ahora… ¿me lo podrías devolver?
-¡No! Lo usaré, no tengo perfume ¿lo recuerdas? – le recordó caprichoso.
-Scorpius…
-¡Vamos, papá! ¿Sí? – pidió Scorpius con una mirada de cachorrito perdido, la cual nunca le fallaba para ganarse cualquier cosa por parte de su padre.
-Está bien – aceptó Draco, aunque aquí entre nos,  buscaría la manera para poder usar aquel perfume y así recuperar a su Harry.
-¡Gracias, papá! – brincó de felicidad Scorpius  y salió de la oficina de su padre.
*****
Se encontraban en el jardín  trasero de Hogwarts.
-Así que, ¿este es el famoso Perfume Slytherin? – preguntó Albus un poco intrigado, aún sin poder creerlo.
-Sí – le respondió su novio, sonriéndole.
-¿Y lo usarás? – preguntó nervioso Albus, viendo el frasco.
-No lo sé, por eso te lo muestro, para saber si no te hace daño – le dijo Scorpius dándoselo para que el ojiverde lo oliera.
-Huele a… - el Gryffindor se llevó el frasco a su nariz durante un rato ante la mirada ansiosa de Scorpius - ¿Scorpius? – preguntó de pronto cerrando el frasco – ¿que no se rumorea, que este perfume es para conquistar a cualquier chico?
-Sí…
-Y… aún así… ¿lo usarás? – preguntó preocupado.
-Creo que... es una mala idea – confesó el rubio después de reflexionar y caer en cuenta a lo que se refería su novio, estiró la mano con la intensión de que Albus le diera el frasco y después entregárselo a su padre, después de todo… quizás su padre quería usarlo para conquistar a Harry – mejor se lo devuelvo a mi padre.
-O… se lo podría dar al mío, creo que aún sigue enamorado del tuyo, admítelo, es más fácil que mi padre pida disculpas que el tuyo… – razonó el ojiverde extendiendo la mano para que le devolviera el frasco.
-O mejor… ¡¡YO ME LO QUEDO!! – Un chico con uniforme de la casa de Ravenclaw salió de la nada y le arrebató el frasco que apenas había tomado Albus.
-¡¡Ey!! – gritaron ambos chicos indignados, pero el ladrón ya iba rumbo al castillo.
__________________________________________________________________
Capitulo Anterior                                                                               Capitulo Siguiente


No hay comentarios:

Publicar un comentario