viernes, 9 de diciembre de 2011

Capitulo dos: Una cita inesperada

Cómo llegar a tu corazón

Advertencias:
Spoiler del libro 3. Harry Potter y el prisionero de Azkaban.




Capitulo Dos:
Una cita inesperada


Neville se encontraba en el Gran Comedor, comía tranquilamente mientras de vez en cuando echaba miradas furtivas a la mesa de los Slytherin, disfrutaba ver cómo aquel chico rubio, a pesar de estar herido de su brazo, comía con tanta elegancia, Draco conversaba con sus compañeros hasta el momento que llegó a su lado una chica, muy bonita por cierto, y le inició conversación.

-¿Te duele mucho? – le preguntó mientras le tocaba el brazo vendado.

-La verdad sí, pero eso no es excusa para no hacer los deberes – le respondió el chico con una voz de sufrimiento, muy fingida.

-Yo te puedo ayudar a hacerlos, si quieres – se ofreció al verlo sufrir.

El Gryffindor notó el coqueteo de la muchacha, o eso le pareció, y no le agradó en los más mínimo. La conversación que mantenían Ron, Hermione y Harry le llamó más  la atención. Desvió su atención hacia ellos.

-Observen a ese idiota – exclamó Ron con desprecio, mientras señalaba al Slytherin con la cabeza – cómo le gusta lucirse, ni siquiera le pasa nada a su brazo, eso que le pasó fue la semana pasada.

-Es Draco Malfoy – le contestó Harry - ¿Qué esperabas? Solo espero que a Hagrid no lo despidan.

-¡Por supuesto que no! – Soltó Hermione – además todo fue culpa de Malfoy y no de Buckbeak.

-¡Eso no es verdad! – Reclamó Neville, sus compañeros se sobresaltaron por su repentina intervención.

-¡¿Qué?! – preguntaron, sorprendidos.

-¿Pero qué estupidez estás diciendo, Neville? – le preguntó Ron.

-Malfoy no tuvo la culpa, conociéndolo bien sabía que haría algo así y Hagrid debió también saberlo, debió considerar esa posibilidad y no llevar un hipogrifo a la primera clase sin previo aviso – y sin más que decir, Neville salió del Gran Comedor dejando al trío en shock por su reacción.

-¿Escuché bien, Harry? – Ron preguntó estupefacto– ¿Neville acaba de decir que conoce bien a Malfoy?

-No sólo eso – aclaró Hermione – también  dijo que Hagrid debió considerar que Malfoy haría alguna estupidez.

-Y no se olviden – Harry completó al salir del tremendo shock – que también dijo, que Malfoy no tenía la culpa de nada.

El trío aún seguía sorprendido por lo sucedido y de forma automática voltearon a ver hacia la mesa de los Slytherin, donde se encontraba Malfoy junto con sus amigotes de siempre y ahora también los acompañaba Blaise Zabini, Ron juraría que por una fracción de segundo éste último le lanzó una mirada coqueta, pero no estaba tan seguro pues aún seguía sorprendido por lo que había dicho Neville.

-Vámonos a clases – dijo  por fin Hermione – llegaremos  tarde a Herbología.

Mientras tanto, Neville aún seguía molesto por los comentarios que habían dicho sus tres amigos en el Gran Comedor, ¿Cómo era posible que ellos disfrutaran del sufrimiento del rubio Slytherin? Dejó en paz ese asunto por unos momentos, ya que ahora se dirigía a su clase favorita: Herbología. Era la única materia que le gustaba mucho, sobre todo porque siempre le iba bien, aunque también era la única materia que no la compartía con los Slytherin.

Cuando Neville llegó al invernadero se dio cuenta que sus tres amigos ya estaban ahí y seguían conversando ¿estarían criticando nuevamente al rubio? Minutos después llegó la profesora Sprout y por el semblante que tenía, Neville supo que les traía noticias… y no tan buenas.

-Buenos días alumnos, les informo que a partir de hoy ya no tomarán la clase de Herbología con los de la casa de Ravenclaw ya que otra casa tiene problemas con su horario. Desde este momento la tomarán con los de Slytherin – en cuanto dijo lo último una lluvia de inconformidad se dejó oír por parte de los Gryffindors.

-¿Qué?

-No, ¿Por qué?

-¡Tendremos todas las clases con ellos!

-¡Silencio, jóvenes! – Sentenció la profesora – No es una opción, es una orden administrativa, así que, ¡adelante jóvenes! – llamó a los alumnos que esperaban fuera del invernadero.

Los Slytherins entraron uno por uno ante las miradas fulminantes de los Gryffindors.

-Como verán, ya llevamos casi tres semanas de clases y estamos algo avanzados… o al menos los Gryffindors – aclaró  antes de que las serpientes reclamaran – Por  lo tanto, a partir de hoy trabajaran en parejas, es decir, un Gryffindor con un Slytherin.

-¡¿Qué dijo?! – volvieron  a reclamar los leones y unos cuantos Slytherins.

-¿Y piensa la profesora que unos leones con cerebro de trol nos ayudarán? – murmuró Malfoy a su compañero.

-Ya lo dije antes jóvenes, los Gryffindors están más avanzados en estas clases. Veamos… – la profesora comenzó a reflexionar y a observar a los alumnos de ambas casas – Granger  con Parkinson – la  leona hizo una cara de fastidio – Weasley… con Zabini – el pelirrojo palideció y deseó que eso que sospechó en el Gran Comedor no lo hubiera hecho – Potter con…

-Que no sea Malfoy, que no sea Malfoy – suplicó Harry para sí mismo.

-Goyle – Harry hizo una mueca de alivio, aunque sabía que minutos más tarde se arrepentiría por eso – Longbottom con Malfoy – Neville que apenas se estaba recuperando del gran shock por saber que compartiría también esa clase con el rubio, volvió a entrar en otro al saber que su compañero de deberes iba a ser precisamente él, Draco Malfoy, su rubio Slytherin.

-¿Qué? – reclamó de inconformidad Malfoy – Pero, profesora ese Longbottom es un inútil.

-Silencio, señor Malfoy y respete a sus compañeros de clases – Lo regañó la profesora – Y para aclararle, le puse con el señor Longbottom porque es el mejor en mi clase, le ayudará mucho y más ahora que usted está indispuesto de un brazo.

-Pues espero que sea mejor que en la clase de Pociones…

Una vez los chicos acomodados con sus respectivos compañeros de deberes, se pusieron hacer el trabajo que les dejó la profesora, el cual consistía en identificar diferentes hierbas y anotar en el pergamino las características que presentaban cada una, así como las diferencias y en qué situaciones podrían servir como antídoto.

Neville sentía que su corazón se le saldría en cualquier momento, le latía con tanta aceleración, y sus manos comenzaron a temblarle perceptiblemente.

-Espero que la profesora tenga razón, Longbottom – le dijo Malfoy – porque no quiero sacar “ceros” como acostumbras tú.

-No te preocupes Malfoy – lo calmó Neville, aunque él no lo estaba tanto – en verdad yo… soy bueno en esta clase.

-Entonces comienza a escribir, yo lo haría pero… - y con una mirada de preocupación, muy fingida que bien se le daba, señaló su brazo.

-Yo lo haré – Neville tomó el pergamino y la pluma, después tomó una de las hierbas y comenzó a explicarle las características, las diferencias y cómo se podía usar de antídoto, cuando ya iba por la quinta hierba Malfoy lo dejó de escuchar estaba embelesado por lo que le estaba explicando Neville ¿Acaso ese era el mismo Gryffindor que a cada rato explotaba las pociones?, ¿Ese que le explicaba con tanto ímpetu, era el mismo torpe que no podía encender el caldero en la clase de pociones? Ese Gryffindor en realidad era bueno en esa materia.

Mientras tanto en otra de las mesas, estaba un pelirrojo junto con otro chico con el cual discutía desde hacía más de un rato.

-¡Que no, Weasley! Tú escribirás – impuso el Slytherin.

-¿Por qué yo? – Se defendió el león – yo ya te estoy explicando, tú escribe.

-¡Soy más alto que tú!

-Por tres centímetros, ¡escribe tú!

-Yo soy más guapo – le dijo con una voz muy sensual, pero el león no hizo caso y entrecerró los ojos como diciendo “Sí tú, ándale”.

-¡Y eso a mí que! – Al final le respondió, alzó la mano para llamar la atención de la profesora – Profesora quisiera cambiar de compañero.

-Lo siento Weasley, no hay cambios – y observando al grupo – a menos que tu compañero de al lado lo quiera intercambiar – Ron volteó  a ver a Harry, el cual estaba en una calurosa y desesperante explicación.

-¿Goyle entendiste lo que vamos a hacer?

-Creo que, sí – contestó el Slytherin, pero su rostro reflejaba todo lo contrario.

-Bien, porque es la quinta vez que te lo explico y no lo pienso hacer una vez más.

-Ya entendí, Potter – esta  vez el grandulón mostró signos de seguridad.

-Entonces escribe el título en el pergamino, el tema es “Diversas hierbas”.

-¿Cómo se escribe esa última palabra? Con “y” o con “ll” – Harry se tapó la cara con las manos en un acto de desesperación.

Ron se volvió hacia con la maestra.

-Creo que así estoy bien profesora. Me quedo con mi compañero actual – su voz se escuchó con resignación.

-Eso creí – le  contestó la profesora.

Ron sintió cómo una mirada pícara lo veía por detrás y cuando volteó con Zabini, éste le dijo:

-Vamos Weasley, no es tan malo estar conmigo – El tono de voz del Slytherin sonó un poco morbosa, Ron se dio cuenta de ello y puso los ojos como platos, Zabini por su lado solo le guiñó el ojo izquierdo – escribe, que la tinta se seca.

Si Ron creía que Zabini se estaba comportando extraño, es que no ha estado de pareja junto con Pansy Parkinson, la cual estaba junto con Hermione.

-¡PANSY! – Le reclamó la castaña – ¿Podrías dejar de mirar a Malfoy como una idiota y prestarme atención?

-¿Decías algo, Granger? – le respondió pero sin dejar de mirar a su presa – lo siento, pero es inevitable ¿no ves que Malfoy es lo mejor que hay? 

-¿Qué? – exclamó la leona con cierta repugnancia.

-¿Acaso hay otro chico mejor que él? No lo creo – y separando por primera vez la mirada del rubio y dejándola en la castaña, exclamó - ¡Pero claro! Qué tonta soy, a ti te gusta cierto pelirrojo...

-¡No es verdad! – Atajó Hermione con un ligero rojo en sus mejillas, Pansy dejó escapar una sonrisa de triunfo – Pero ¿Cómo…?

-Soy una chica, Granger, nosotras somos muy observadoras – lanzó una mirada esperanzadora hacia el chico rubio – lástima que los chicos no lo sean.

Hermione desvió su mirada hacia Malfoy el cual aún seguía embelesado por las tantas explicaciones que le daba el Gryffindor que tenía a un lado.

-¿Entendiste Malfoy? – Neville le preguntó de repente.

-Emh… – Malfoy se quedó pasmado ante la pregunta y como no quería mostrar signos de duda y sorpresa, le respondió con otra - ¿Cómo le haces para aprender tantos nombres? Yo solo veo un montón de plantas sin importancia – Neville se puso rojo por el cumplido, o lo más parecido a un cumplido, porque viniendo de Draco Malfoy eso era lo más a que se podía aspirar de uno.

Neville no logró contestar, sonó la campana que anunciaba el término de la clase.

-Jóvenes – los detuvo la profesora antes de que se escabulleran – dejen sus trabajos con sus nombres. Para la próxima clase harán una redacción de un pergamino como mínimo sobre las hierbas que se mencionan en las primeras diez páginas de su libro, anotando las características que presentan cada una, así como las diferencias y en qué situaciones podrían servir como antídoto.

-Pero nosotros… —  apenas dijo una de Slytherin.

-El trabajo es en parejas, ¿qué no les dije que así trabajarían de ahora en adelante?

Los alumnos comenzaron a guardar sus cosas y a ponerse de acuerdo para hacer sus deberes, Neville también guardaba las suyas pero algo que le dijo Malfoy hizo que las dejara caer al piso.

- ¿Qué…? – apenas pudo preguntar.

-Que, a qué hora paso por ti – le repitió el rubio pero como no vio signos de reconocimiento en el Gryffindor le cambió la pregunta – mejor tú pasa por mí, ya sabes tengo revisión en mi brazo, para que hagamos la redacción que nos acaba de dejar la profesora.

-Ahh – salió del shock el león – eh… después del descanso paso por ti.

-No llegues tarde… y entrega el pergamino de la clase de hoy – fue lo único que le dijo antes de salir y reunirse con sus amigos.

Fue una suerte que a Neville no le diera un paro cardiaco por todas las sorpresas que llevaba en ese día. Pero qué importaba, después de un año de estar imaginándose ese momento, por fin lo estaba viviendo, iba a tener una cita con ¡Draco Malfoy! Aunque en realidad no era una cita-cita, pero qué más daba, pasaría la tarde con él, toooda la tarde junto con su rubio. Su cerebro ya estaba trabajando a mil por hora, estaba planeando la clase, quería sorprenderlo nuevamente, quería que él supiera que no era un tonto o torpe como todo el mundo lo suponía. Así que, saliendo del aula recogería algunas hierbas del lago para llevarlas a su reunión y luego iría al Gran Comedor por unos cuantos bocadillos y después a su…cita.

La profesora Sprout estaba recogiendo los pergaminos, Neville aún no le ponía los nombres al suyo, así que al pensar lo que pondría en el pergamino le tembló la mano, sobre todo por no tener que ocultarlo al resto de sus compañeros. Satisfecho por lo escrito se lo entregó a la profesora no sin antes echarle una última mirada al pergamino:


Draco Malfoy y Neville Longbottom


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