El muchacho de ojos tristes
Capitulo Ocho: Sensaciones extrañas
[Teddy]
Abro los ojos y al primero que veo es al doctor Viktor Betancourt, el cual me está examinando, parpadeo un poco nervioso ¿Qué me ha ocurrido? Pero de pronto, se me viene a la mente el rostro de Spencer y me estremezco, también he recordado que mi hermano estaba herido de la cara, trato de levantarme, pero el doctor me pone su brazo en mi pecho.
-Tranquilo Teddy, todo está bien – me dice el doctor de manera preocupante y eso definitivamente me dice que nada esta ‘bien’.
-Y… ¿Konny? – le pregunto un poco desesperado, pues no sé qué ha corrido con él, además está Spencer allá fuera y…
-Él está muy bien, no deberías preocuparte por él – me dice con un tono molesto y sé el por qué.
Cuando Spencer era nuestro tutor, solía castigarme por cualquier cosa, pero hubo un tiempo en el que le divertía más el golpearme, que el dejarme sin comer o el encerrarme en el sótano. Hubo una ocasión en que me dejó inconsciente, por el tremendo golpe que me dio, el cual me hizo caer de las escaleras. Llamó al doctor Viktor y en cuanto estuve consciente, le pidió dejarnos solos.
-Escúchame muy bien Teddy – me dijo de manera peligrosa, mientras me agarraba de los cabellos con demasiada fuerza – le dirás al doctor Betancourt que estabas discutiendo con Konny.
-Pero, agrr… - me dio un jalón fuertemente interrumpiéndome.
-Le dirás que Konny fue el que te empujó y te hizo caer de las escaleras, ¡Entendido! – me dijo con una voz extremadamente peligrosa y con una mirada que me hizo estremecer.
-S-í, sí – murmuré quedito.
-Más te vale… o créeme que el próximo en caer las escaleras ¡será Konny! – me había amenazado.
-¡No! – le pedí horrorizado.
-Entonces haz lo que te he pedido – me respondió con una sonrisa maquiavélica.
Desde ese día, Spencer hizo que culpara a Konny de sus maltratos cada vez que Viktor iba a revisarme por alguna caída, golpe o corte. Y desde ese día, Viktor ha tratado mal a mi hermano y él ni siquiera se ha podido explicar el por qué de ello.
-Konny no me hizo nada – le digo a Viktor – él nunca me hizo nada, siempre fue Spencer.
-No es necesario que lo defiendas Teddy – me dice – aún no sé por qué le dejaron tu tutoría a él y no ha Spencer, él es un gran señor.
-Se equivoca – le respondo seguro – Spencer es una mala persona, de hecho por su culpa estoy así.
-Como sea – dice exhalando, creo que Viktor aún cree que Konny es el que me golpea – te he administrado un sedante para que descanses, te has llevado un gran susto y sumándole que aún tus defensas están débiles, han hecho que te hayas desmayado.
-Quiero hablar con Konny, necesito decirle…
Me detuve, en cuestión de segundos, siento cómo mi cuerpo se relaja, el cómo mis parpados se hacen cada vez más pesados, escucho un ‘descansa’ lejano de Viktor. Pero aún no es el momento de dormir, Spencer anda por ahí y ¡¿si viene hasta acá?! ¡¿Y si le hace algo a Konny?!
Reuniendo todas mis fuerzas, me siento en la cama, recargándome de algunas almohadas, “debo de advertirle a Konny”… pero justo en el momento en que logro llegar a la orilla de la cama, escucho que se abre la puerta.
-Teddy, ¿qué crees que haces? – escucho a mi hermano decirme, qué bien, al menos podré advertirle, antes de que me duerma.
Konny se mete a mi habitación y se sienta delante de mí.
-Konny… - le llamo, mientras hago el esfuerzo de no cerrar mis ojos.
-Me diste un gran susto – me dice y siento su mano acariciar mi mejilla – ¿qué ocurrió Teddy? – Me pregunta preocupado, yo solo trato de abrazarlo, pero siento mi cuerpo demasiado pesado para hacerlo, pero mi hermano lo hace por mí – descansa, ya me contarás cuando despiertes.
-Fue… Spencer… - Le susurré al oído, antes de que todo se volviera oscuro nuevamente.
Era la primera vez que estaba en ese sucio, oscuro y frio sótano, no sabía exactamente cuánto tiempo había pasado desde que Spencer me había encerrado ahí, lo que sí sabía era que quería irme de ese lugar cuanto antes y decirle a Konny lo que había hecho Spencer.
Dos días antes de eso, Spencer me había regañado por haber puesto un vaso en la mesa sin su respectivo portavaso y me había dicho que me quedaría sin cenar dos días, ese mismo día aprovechando que Konny aún no bajaba a cenar, me mandó a mi habitación, yo me había sorprendido, creí (incluso) que estaba bromeando, pues no se había comportado nunca así con nosotros desde que lo habían nombrado nuestro tutor. Pero el tono de voz que usó en mí y la mirada fulminante que me enviaba, me hizo dudar de que en realidad no se trataba de una broma, así que, me fui a mi habitación.
Al día siguiente, no había tenido oportunidad de decirle a Konny sobre lo ocurrido, ya que se había ido muy temprano al colegio. Cuando llegó la noche, me quedé en mi habitación pues me había quedado claro que no cenaría, pero para mi sorpresa Konny fue por mí a mi habitación.
-Teddy, ¿por qué no has bajado a cenar? – me preguntó, yo no estaba muy seguro cómo responderle, pero creí que Spencer lo había mandado por mí, así que bajé a cenar.
Estuvimos los tres cenando tranquilamente, aunque podía sentir la mirada penetrante de Spencer sobre mí y fue ahí cuando presentí que mi tutor no me había levantado el castigo y si no me había dicho nada sobre éste, era porque Konny estaba con nosotros. Así que, procuré terminar de cenar al mismo tiempo que mi hermano y así lo hice, al terminar, ambos nos fuimos juntos a nuestros respectivos dormitorios.
Ese día creí, que ya la había librado, pero me equivoqué… fue solo el inicio de todo.
Me había puesto mi pijama y ya me disponía a dormir, cuando sentí unos pasos acercarse hasta el lado de mi habitación, pero luego dejaron de escucharse, así que sin darle importancia me acosté en mi cama. Minutos después, sentí cómo alguien me jalaba y me sacaba de ésta.
-Al parecer… no te quedó claro que estabas castigado sin cenar ¿cierto? – me dijo furioso Spencer.
-Yo…
Y sin esperar a que dijera más cosas, me sacó de mi habitación a jalones, su mano apretaba fuertemente mi brazo derecho y me llevaba caminado muy rápidamente, para que mi hermano no nos escuchara. Salimos de la casa y llegamos hasta donde estaba una puerta en la parte baja de la casa: el sótano, el que sería mi fiel compañero de castigo, durante los próximos dos años.
Spencer abrió la puerta y me aventó hacia dentro de aquel cuarto oscuro.
Cuando desperté me sentía mucho mejor, pero con un hambre terrible, me senté en la cama y vi por la ventana, al juzgar por la oscuridad supongo que es de noche.
-Hola Teddy… ¿Cómo te sientes? – me pregunta mi hermano entrando a mi habitación.
-Bien – le respondo, pero observo su cara detenidamente, ¿fue mi imaginación o Konny en verdad traía unas vendas en la mañana?
-¡Qué tal Teddy! – me saluda otra voz muy conocida y yo siento que un calorcito en mis mejillas me invade de pronto. ¿Qué hace Sebastián a estas horas en casa?
-Soy Ted – le corrijo, cuando caigo en cuenta que me llamó Teddy.
-Konny te dice así y no le dices nada – me dice fingiendo enojo y yo le sonrío. Un momento ¿Por qué demonios le sonrío así? Parpadeo nervioso. Seguramente, me he golpeado muy fuerte la cabeza, al desmayarme o quizás fue el sedante.
-Me imagino que tienes hambre – me dice mi hermano, sacándome de mis pensamientos.
-Emh… sí – le respondo.
-Yo te la preparo – dice Sebastián.
Y en mi pecho siento algo extraño. Definitivamente el sedante tenía algo. Sebastián sale de la habitación y de pronto siento como si algo me faltara… pero ¿qué? Bueno, supongo que comida ¿no?
-Teddy… ¿qué ocurrió? – me pregunta Konny.
-Spencer… - murmuro – Konny, Spencer fue al colegio y me reclamó lo que ocurrió en la audiencia.
-¡Demonios! – Maldice Konny muy bajito para que yo no lo escuchara, o esa fue su intensión, supongo - ¿te hizo algo?
-No… yo-yo corrí – le dije mordiéndome los labios – soy un cobarde – le digo aguantándome las lagrimas – pero, me dio miedo Konny, tuve que correr y…
-Shhh… tranquilo Teddy y escúchame, no eres ningún cobarde, si hay un cobarde aquí… ese es Spencer – Me dice, yo me abalanzo hacia él y lo abrazo. Me alegra saber que no piensa que soy un ‘miedoso’.
-Konny ¿Por qué Spencer esta libre? – le pregunto sin soltar el abrazo.
-No lo sé Teddy, pero ya le informaré a nuestro abogado, él lo averiguará todo.
-¿Volverá a ir a buscarme al colegio? Spencer – le pregunto preocupado, dejando el abrazo.
-Probablemente – me dice sinceramente – podemos buscar otro colegio, si ya no quieres ir ahí – niego con la cabeza.
-Si nos está buscando, me encontrará a donde quiera que vaya…
-Lo sé – dice preocupado Konny.
-¿Irías por mí todos los días? – le pregunto esperanzado, sé que es imposible, pero no pierdo nada con preguntar ¿no?
-Todos los días, Teddy – me dice sonriente – pero ahora, ya deja de lado eso, mejor vamos a cenar.
-Bien – le digo sonriente y recordando las ‘alucinantes’ vendas – por cierto… ¿no traías vendas en la cabeza? – veo que sonríe un poco apenado.
-No fue nada Teddy, no te preocupes por eso, vamos a cenar – me dice no dándole importancia.
-Si traías vendas… es por algo – insisto, mientras nos encaminamos a la cocina.
-Solo fue por un ungüento… – Konny comienza a explicarme sobre cómo fue que terminó usando vendas, cuando terminó de contarme ya estábamos en la cocina, donde un Sebastián servía la cena.
-¿Tú lo hiciste? – le pregunto receloso, observando la cena (la cual se ve comestible).
-En realidad fue Lali, yo solo apreté este botón – me dice sonriendo, haciendo relucir esos hoyuelos de sus mejillas, mientras que señala al microondas.
No sé por qué, pero de pronto me siento un poco ¿decepcionado?
Cenamos tranquilamente, hace mucho que no lo hacíamos los tres juntos, solo cuando Sebastián se queda a dormir en la casa, los cuales no son días muy seguidos.
Pasaron varios días, en los cuales Konny había ido por mí al colegio en la hora de la salida, pero ninguno de esos días Spencer volvió aparecer y eso sinceramente, me alegró. El abogado, al que llamó mi hermano, nos informó que Spencer había salido de la cárcel por ‘buena conducta’, aunque se le advirtió que estuviera al menos a tres metros de distancia de nosotros, y que mantuviera esa misma conducta en la ciudad sino tendría que regresar a la cárcel.
Cuando nos dijo eso el abogado, me sentí más tranquilo, sobre todo con eso de que Spencer tendría que guardar distancias hacia con nosotros, aunque no lo había cumplido aquel día. Pero como no se ha repetido, estoy más tranquilo.
En fin…
Hoy han suspendido las últimas dos clases que tengo, así que, no me quedará más que esperar a Konny hasta que venga por mí, pues él sale de la universidad hasta dentro de dos horas y media más. En este tiempo aprovecharé para hacer las tareas pendientes, así que me dirijo a la biblioteca, pero me llevo la sorpresa de que está cerrada. ¡Genial! Me doy la vuelta para irme a otro lugar, pero me he encontrado con un obstáculo, hay una persona frente a mí, bajo la mirada porque algo me dice que conozco perfectamente a esta persona. Y lo confirmo cuando reconozco esos zapatos, esos que a cualquier lugar a donde vaya los puedo identificar. En cuanto alzo la mirada veo a mi obstáculo. Spencer.
-Hola… Teddy.
Me dice al mismo tiempo que me pone una mano en la boca y la otra en cuello, yo me remuevo en mi lugar, pero Spencer es más fuerte que yo. Para mi sorpresa, Spencer abre la puerta de la biblioteca con una patada y nos hace meter en ella.
-Tú y yo, nos vamos a divertir mucho Teddy – me dice mientras que con su ¿lengua? Hace movimientos en mi mejilla y luego la pasa por mi cuello.
Yo estoy, nuevamente, paralizado.
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