El muchacho de ojos tristes
Advertencia:
Este capítulo es un poco fuerte, contiene escenas de violencia, tortura e intento de violación.
Lo que está en cursiva por única ocasión se trata de un estado entre la conciencia y la inconsciencia.
Capitulo Quince: Inconsciencia
[Konny]
La desesperación de no poder moverme y ser arrastrado por estas dos personas, solo ha hecho aumentar el pánico dentro de mí.
-¿En la casa? – pregunta aquella voz conocida, mientras hace más presión sobre mi cabeza, obligándome a ver el sucio piso.
-Por supuesto – le responde Spencer – en su habitación para recordar viejos tiempos – siento el aliento de Spencer muy cerca de mi nuca.
Cierro los ojos fuertemente.
-Pero…
-No te preocupes Carl, hoy es miércoles – consuela Spencer – tu me dijiste que la tal Lali se va de compras los miércoles ¿no?
-Si… pero ¿y el hermano menor? – pregunta el tal Carl… no recuerdo conocer ningún Carl, ¿Por qué su voz se me hace conocida? ¿Por qué sabe de Lali y de Teddy? ¿Quién es?
¡Maldición!
Algo dentro de mi me dice que sé quién es, pero no logro identificarlo, su voz no me suena a nada, si tan solo pudiera verlo… aunque dudo mucho que pueda hacerlo, aún veo todo borroso y todo sigue dando vueltas…
-No vendrá – responde Spencer.
-¿Cómo estas tan seguro?
-Los conozco mejor que tu – afirma Spencer - Dime Konny ¿El pequeño Teddy y tu han peleado? – me pregunta, levantando mi rostro bruscamente por medio de mis cabellos. Yo me quejo del dolor – El pequeño Teddy se ha ido con Sebastián al colegio y cuándo se dé cuenta que su queridísimo hermano mayor no vaya por él a la hora de la salida, va a ir al Lemus Cinema hacer las paces con él – termina de decir soltándome bruscamente nuevamente.
Odio cuando Spencer tiene razón.
-¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? – replica el tal Carl, nuevamente.
-Porque Teddy pude hacer lo que se le da su regalada gana con su hermano sin que éste haga algo al respecto, pero cuando Konny es el que le hace algo, hace lo posible para reconciliarse con él. Demasiado predecible el menor de los Lemus – deja salir Spencer y casi me puedo imaginar la sonrisa estúpida que debe estar mostrándole al tal Carl por tener la razón.
-Entonces demorara un rato en regresar – expresa Carl.
-Así es… y para cuando regrese ya habremos terminado… - casi me puedo imaginar nuevamente su sonrisa de autosuficiencia – Ve a su habitación a preparar todo, yo lo subiré en unos momentos – dice Spencer al llegar al inicio de las escaleras.
-Prometiste que yo sería el primero – reclama Carl.
-Y lo serás, vamos sube.
-Bien – murmura, mientras deja de sostenerme de mi brazo izquierdo.
Siento a Spencer hacer pasar mi brazo derecho por sus hombros y rodear mi cintura con su mano izquierda.
-Te he extrañado mucho Konny – me susurra al oído.
Cierro fuertemente mis ojos cuando siento la mano de Spencer deslizarse de mi cintura hacia mi intimidad. Mi respiración se acelera en demasía cuando los labios de mi ex tutor se unen a mi cuello.
-Tan delicioso… — murmura besando mi oreja.
-¡Spencer! – llama Carl y eso me tranquiliza, pero no tanto.
Viene lo peor.
El tramo de las escaleras a mi cuarto jamás se me había hecho tan corto, solo fue cuestión de segundos para sentirme en la superficie plana de mi cama.
-¿Esta lista la videocámara? – habla Spencer, mientras veo su figura borrosa a un lado de mi.
-Claro – dice Carl.
-Excelente.
Si mi respiración hace unos momentos era rápida, ahora lo es más. Me han quitado los zapatos y las calcetas. Puedo sentir cómo mi pecho sube y baja al compás de mi agitada respiración, sobre todo cuando siento que el tal Carl comienza a quitarme mi camisa y mi camiseta, dejándome semidesnudo.
Lo veo directamente a la cara, tratando de ver nítidamente, pero es en vano, sea lo que sea que me hayan inyectado, ha hecho que mi visión sea nublada y haya perdido movilidad en mi cuerpo. Pero aún así trato de enfocar a esa figura borrosa que esta frente a mí…
Siento cómo pone su mano en mi rostro, cubriendo así mis ojos y luego hacer a un lado mi cara. Spencer ríe.
-¿Qué demonios haces? – le pregunta entre risas.
-No quiero que me vea cuando…
-¡Ya! – Dice con una carcajada Spencer – no te puede ver ¿Lo recuerdas?
-Sí, sí. De todas formas.
Una mano comienza a recorrer mi costado derecho lentamente, haciéndome estremecer en demasía...
Unos labios húmedos comienzan a recorrer mi cuello…
Movimientos extraños rozan mi cadera y mi intimidad…
Esos labios comienzan a repartir besos y una que otra mordida…
Jadeo a causa del pánico.
Esto es demasiado…
¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué nuevamente yo?
Las lágrimas no se hacen esperar. Empiezan a recorrer mi mejilla hasta caer a un lado de mi oreja.
-No… por favor… no…
Trato de decir, pero no creo que me escuche y si lo hace, dudo mucho que se detenga. Para mi sorpresa lo hace. Siento esos dedos removerse en mi cara y luego alejarse rápidamente.
-Ahora ¿Qué? – escucho el tono de fastidio de Spencer.
-Esta… llorando – confiesa Carl.
Parpadeo un par de veces y para mi sorpresa mi visión se ha hecho más clara ¡Puedo ver nítidamente!
Veo a una persona semidesnuda arriba de mí, es un señor de piel clara, cabellera china y oscura… es, es el Sr. Cooper…
-¿Y eso qué? – escucho cómo replica Spencer.
-Nada – dice el Sr. Cooper, mientras me ve a los ojos. Me he quedado estático…
¡El Sr. Cooper esta con Spencer!
Ahora entiendo muchas cosas, sobre todo lo de la última denuncia y sus innumerables excusas de no haber suficientes pruebas para denunciar a Spencer. ¿Cómo pude ser tan estúpido de no verlas?
Su mano vuelve a taparme el rostro y hacerlo a un lado, mientras nuevamente comienza a acariciarme y a besar mi cuello. Siento cómo sus rodillas se mueven y obligan a las mías a separarse.
-No llores – me pide, mientras siento cómo se acomoda entre mis piernas y con una de sus manos comienza a bajar la cremallera de mi pantalón.
-Por favor… no… — esta vez trato de hacer sonar mi voz, mientras comienzo a sollozar, cosa que no le ha gustado a Cooper, pues siento su mano alejarse de mi rostro y luego estamparse con demasiada fuerza en mi mejilla izquierda haciéndome voltear hacia el otro lado.
-¡Con un demonio! – Grita — ¡Deja de llorar!
-¡Ey! – Escucho a Spencer quejarse – No lo vuelvas hacer.
-Si sigue así, no podré seguir – confiesa Cooper y en verdad… espero que sea cierto lo que dice.
-No le hagas caso, él lo disfrutará – afirma Spencer.
-Nadie disfruta el ser violado Spencer – aclara Cooper.
-Él sí…
Cierro los ojos fuertemente, pidiendo que no lo diga, que no diga nada más…
-¿Qué?
-Konny, disfruta ser penetrado – lo dice y estoy seguro que me han escuchado jadear por la impotencia de no poder defenderme ante tal declaración.
-¿En serio?
-Sí. Te lo digo por experiencia… a él le encanta…
-No… - he logrado murmurar, pero no creo que me hayan escuchado.
-¿No será algo físico? ¿Y tú dices que es ‘disfrute’?
“¿No será algo físico?”
Abro los ojos de golpe.
“¿No será algo físico?”
Esa frase se me queda grabada en mi mente, ya ni siquiera escucho la conversación de ambos.
Algo físico.
Es la segunda persona que dice eso y…
Cooper nuevamente está arriba de mí. Seguramente Spencer lo ha convencido en que siga. Me toma de la barbilla fuertemente y comienza a besarme de manera posesiva. Puedo sentir su lengua recorrer mi interior de manera desesperante, mientras su cadera hace aquellos movimientos circulares sobre mi intimidad.
Sus besos abandonan mi boca, para bajar a mi pecho y sus manos a bajarme el pantalón.
-No, por favor…
Estoy seguro que esta vez si me escuché, porque nuevamente se ha detenido.
-Carl – gruñe Spencer.
-Lo siento, pero…
-Hazte a un lado – ordena Spencer quitándolo de encima y poniéndose él en su lugar – somos nuevamente tu y yo, Konny…
Jadeo ante el giro inesperado de las circunstancias. Spencer ataca mi cuello con mordiscos bruscos y con sus manos bajarme completamente el pantalón.
-¡NOO! – Grito de la desesperación y comienzo a tratar de separarlo con mis ¿manos?
He vuelto a tener el control sobre mi cuerpo y sin pensarlo dos veces comienzo a utilizar mis manos y pies para apartar a Spencer. Nuevamente él gana.
Logra atrapar mis manos con las suyas y las amarrara en uno de los barrotes de la cama. Mis piernas son inmovilizadas con las de él.
-Spencer… no… — le suplico como último recurso, pero él me sonríe ampliamente.
-Lo disfrutarás – me dice al oído, mientras escucho cómo se baja su propio pantalón – cómo en los viejos tiempos…
-No… —Comienzo a sollozar nuevamente. Esta vez ya no me callaré. Se posiciona entre mis piernas. Con su lengua recorre mi torso desnudo, descendiendo cada vez más.
Cierro nuevamente los ojos.
Inconsciencia. Cómo quisiera que en estos momentos todo se volviera oscuro y no sentir nada…
No sentir cómo es lengua hace movimientos circulares sobre mis aréolas.
No sentir ese movimiento que me indica que el miembro de Spencer en un momento a otro estará dentro de mí.
No sentir esas manos recorrer mi cuerpo hasta detenerse en mi bóxer y comenzar a bajarlo lentamente, para seguramente encontrar a mi miembro semi-despierto.
Pero la oscuridad no llega.
Sin embargo, Spencer se ha detenido. Abro los ojos rápidamente. Veo a Spencer acostado sobre mí aún sin moverse.
Parpadeo un par de veces algo sorprendido ¿Qué demonios ocurrió?
-¡Estúpido! – escucho murmurar al Sr. Cooper y luego a Spencer caer a un lado de la cama quejándose. El abogado me observa detenidamente de arriba abajo. Se acerca a mí y veo su mano dirigirse a mi rostro, pero antes de que siquiera me toque, cierro los ojos.
¿Nunca se detendrán? ¿Hasta cuándo seguirán con sus malditos juegos?
De pronto el amarre de mis manos se afloja lentamente. Abro los ojos y me encuentro con la mirada seria del Sr. Cooper, muy cerca de mí.
-Lindos ojos – me dice con una sonrisa ¿triste?
-¡Qué demonios haces! – le dice Spencer mientras le amenaza con un bat, que no sé de dónde demonios a sacado.
-Deberíamos… — no termina la oración pues Spencer se le ha lanzado encima, ambos comienzan a pelear en el piso. Aprovechando su discusión, me incorporo rápidamente, me subo el bóxer. Y antes siquiera de llegar a la puerta siento un dolor fuertísimo en mi tobillo izquierdo.
-Ahgggrr – me quejo del dolor cayendo de rodillas y sosteniéndome con las manos en el piso.
-No tan… rápido Konny – me dice Spencer, haciendo caer el bat a un lado del Sr. Cooper que esta inconsciente.
Comienzo a respirar rápidamente y me muerdo el labio inferior, lastimándolo más, para poder amortiguar el dolor de mi tobillo. Siento a Spencer acomodarse sobre mí.
-Como la primera vez – me susurra al oído - ¿lo recuerdas? – me dice pasando su mano por debajo de mi ropa interior. Sin volver a pensar nuevamente las cosas, hago hacia atrás mi cabeza con todas mis fuerzas golpeando así la de Spencer.
Lo escucho quejarse y hacerse a un lado, me levanto como puedo y cojeando salgo de mi habitación. Cada paso que doy por el corredor, se me hace una agonía, el dolor aumenta cada vez más, pero no me importa, prefiero este dolor… al otro.
Llego al inicio de las escaleras, me será difícil bajarlas con un pie lastimado pero…
-¿Por qué no bajas?
Fue lo último que escuché de parte de Spencer antes de que me empujara y así hacerme caer…
Todo mi cuerpo me duele y es de esperarse, después de todo me han golpeado con algo en la cabeza, me han inyectado algo que aún no sé qué demonios fue, me han abofeteado, amarrado y desamarrado las manos, me han golpeado el tobillo con un bat, y por ultimo me han tirado de las escaleras.
Y ahí estoy tumbado en medio de la sala, solo con el bóxer puesto y con Spencer arriba de mí disfrutando tenerme sometido nuevamente.
Lentamente pierdo sensibilidad y contacto con la realidad. Pronto llegara la inconsciencia que tanto añoraba momentos atrás y eso me alegra… no quisiera recordar nada.
-¿Qué demonios haces aquí? – escucho a Spencer gritar vagamente hacia alguien que ha llegado. Seguramente es el Sr. Cooper que ha logrado bajar desde mi habitación.
-¡¿Spencer?! – Seguramente ha de ser mi desesperación de la ayuda, porque me ha parecido escuchar a Sebastián - ¡Tu! ¡Siempre fuiste tú! – no creo que sea mi amigo, es decir, él está enojado conmigo por el asunto de la tutoría y… algo muy importante: él no conoce a Spencer. Extraño el asunto pero es verdad, por varias circunstancias extrañas (debo aclarar) Sebastián no conoce a Spencer, no físicamente, al menos.
-Hijo…
-¡No me llames así, tú no eres mi padre!
-Sebastián…
__________________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario