sábado, 10 de diciembre de 2011

Capitulo Tres: El mañana es eterno

Cómo llegar a tu corazón.



Capitulo Tres: 
El mañana es eterno



Harry junto con sus amigos Ron y Hermione, habían ido al Gran Comedor por unos bocadillos, pero más que nada era para bajar  un poco la tensión y también para salir del tremendo shock que les había causado una simple clase (aunque ya llevaba dos shocks en ese día).
-No puedo creerlo – se quejaba Ron – qué hemos hecho mal para merecer semejante tortura, Herbología era la única clase libre de serpientes y ahora resulta que vamos a hacerle de sus profesores particulares.
-Al menos ustedes hablan del tema – comenzó también Hermione – pero mi compañera…
-Al menos sus compañeros saben escribir correctamente la palabra “hierba” – explotó Harry – ese torpe tiene cerebro de trol, no entiende nada aunque se lo repitas un millón de veces.
El trío regresó a ver a la mesa de las serpientes para observar a sus futuros compañeros de deberes, en esos momentos los Slytherin también se quejaban sobre las clases o al menos casi todos, porque Zabini desvió la mirada por unos segundos hacia la mesa de los leones y casi se lo comía con ésta a cierto pelirrojo y éste se percató. Se dio la vuelta nuevamente y se concentró en sus bocadillos.
-Por qué presiento que este año va a ser de muchos cambios – dijo  Ron muy preocupado.
-Ya lo creo – coincidió  Harry – al  menos para Goyle, porque al final del curso espero que escriba correctamente la palabra “hierba”.
-Y yo espero – reclamaba  Hermione – que  al final del curso, mi compañera deje de hablar de Draco Malfoy como si fuera el chico más guapo de todo el colegio.
-Bueno Hermione, que esperabas de la futura esposa de Malfoy – le  dijo, pero por un segundo desvió la mirada hacia Harry.
-¿Pansy y Malfoy? – preguntó  sorprendida la chica.
-Pues al menos eso se rumorea por los pasillos.
-¡¿QUÉ?! – los tres chicos se sobresaltaron por la repentina pregunta que dejó salir Neville, pues no lo escucharon llegar.
-¡Por Merlín Neville! – Exclamó Ron con una mano en su pecho – un  día de estos nos matarás de un susto.
A continuación sonó la campana que anunciaba el fin del descanso y los alumnos comenzaron a retirarse, sobre todo el trío, que dejaron a un Neville petrificado, sin darle importancia.
-No puede ser – se  lamentaba Ron – esa  campanada fue el anuncio de mi agonía.
-No exageres Ron – le  comentaba Hermione.
-Tú lo dices porque no pasarás el resto de la tarde con Blaise Zabini.
-¡Por favor!
-No han visto cómo me mira, es como…
Los chicos se alejaban del Gran Comedor para reunirse con sus compañeros de deberes; pero Neville aun seguía de pie en el mismo sitio donde lo dejaron sus tres amigos, aun impactado por lo último que escuchó, de pronto recordó que por estar embelesado en sus pensamientos, había olvidado su cita con su rubio Slytherin y salió disparado hacia la salida, pero al dar vuelta en la puerta se encontró con un obstáculo, primero escuchó un quejido y después se halló tumbado en el suelo, pero no estaba precisamente en el suelo, pues él había caído encima de otra persona.
Abrió los ojos como platos, no podía creer que el chico que había amortiguado su caída, fuera aquel rubio Slytherin con el que estaba fascinado, estaba tan cerca  de él que podría sentir su respiración… esos ojos ¡Merlín!
“No puedo creerlo, es Draco Malfoy y esta tan cerca de mí… ¡Merlín! Qué bien se siente, que bien se ve… sus ojos… esos ojos, esos labios… si tan solo pudiera acercar los míos un poco más y poder… 
-¡Cuando piensas levantarte Longbottom! – Le reclamó el rubio, ocasionando que Neville despertara de su pequeña fantasía al escuchar aquella voz que tanto le fascinaba - ¡Me lastimas mi brazo!
-Yo… yo… - balbuceaba  el Gryffindor, pero su cuerpo no respondía, sin embargo, sintió cómo una mano ajena lo jalaba con fuerza hacia atrás y lo empujaba al otro lado del pasillo, mientras que el dueño de la mano le exigía.
-Creo que el Señor Malfoy fue lo suficientemente claro en decirlo Longbottom – Snape había llegado al lugar y con todas sus fuerzas apartó a Neville de su ahijado.
-Yo… lo siento…
-¡Cállate! – Le exigió Snape, mientras lo fulminaba con la mirada.
Neville sentía que esa mirada lo mataría en cualquier momento ¿Por qué lo miraba así? Pareciera como si el profesor le hubiera leído los pensamientos que había tenido minutos atrás hacia Draco… pero eso no era posible o ¿sí?
-¿Estás bien Draco? – le  preguntó Snape mientras lo ayudaba a incorporarse.
-No lo creo, el inútil de Longbottom me lastimó el brazo… ahora me duele más – le  confesó Malfoy al mismo tiempo que se frotaba su brazo vendado.
-Tú – ordenó  Snape a Neville – acompáñalo  a la enfermería, mientras yo hago la ronda vespertina – Neville  no esperó dos veces para alejarse cuanto antes del profesor de pociones, así que se levantó y acompañó a su rubio Slytherin a la enfermería.

*****
 Mientras tanto, Zabini y Ron se encontraban en los jardines del colegio y juntos repasaban las primeras páginas del libro para hacer los deberes de Herbología, hasta que…
-¡Esto es aburrido! – Exclamó Zabini alzando los brazos hacia el cielo y sentándose al lado derecho del Gryffindor – ¿De qué sirve identificar plantas sin importancia?
-Pues si un día te envenenas por accidente, créeme que le encontrarás la importancia.
-Yo creo todo lo que me dices Weasley – le decía el Slytherin mientras veía al león de arriba abajo, el pelirrojo solo tragó saliva y parpadeo varias veces y se puso colorado, ya que el moreno se le había acercado un poco más de lo normal, así que mejor fingió  concentrarse en su libro – Adoro cuando haces eso – le dijo Zabini mientras que con una de sus manos la pasaba por la pierna derecha del león, el cual se tensó ante esta acción y se puso más colorado e impulsado como por un  resorte se levantó de inmediato.
-Creo que es todo por hoy – apenas pudo decir el pelirrojo y salió disparado del lugar, dejando todas sus cosas ahí.
-No me dejes Weasley, ¡Apenas nos estábamos entendiendo! – le gritó Zabini al león que ya casi estaba dentro del castillo; cuando lo perdió de vista sonrió satisfactoriamente – ya  casi Weasley. Un  poco más y serás mío…

*****
Mientras que la medimaga Pomfrey revisaba nuevamente a Malfoy, Neville estaba sentado en una silla del otro lado del cuarto, quería guardar cierta distancia con su rubio Slytherin, no fuera la de malas y volviera a lastimarlo y entonces sí que Snape lo mataría….
“Snape”, sintió escalofríos “¿Por qué me miraría así?”
-Listo Señor Malfoy, quedó como nuevo o casi – le  dijo la medimaga.
-Sí claro, por cierto ¿aún no está la poción  reparahuesos?
-No Señor Malfoy, todavía le falta tiempo, en un mes más o menos.
-¡Un mes! Por Salazar Slytherin, eso es una eternidad – gritó  el rubio.
La medimaga solo lo miró alzando las cejas de profunda sorpresa (aunque por dentro sonreía satisfecha por hacer sufrir aquel arrogante chico) y sin más despidió a los dos chicos, los cuales ya iban rumbo a sus respectivas salas comunes.
-Lo siento mucho Malfoy, no era mi intención lastimarte – se disculpó Neville.
-Ya perdimos tiempo hoy – contestó  Malfoy ignorando las disculpas del león – ahora  el trabajo lo tendremos que hacer mañana antes de la clase.
“¡Mañana!... qué bien Neville echaste a perder tu primera cita con Draco. Mañana  ¿Por qué  siento que el mañana es eterno?”
-¡Ey! Longbottom ¿me estas escuchando?
-¿Qué?... emh, lo siento Malfoy.
-¿Al caso eso es lo único que sabes hacer? – Malfoy  le preguntó con un dejo de enojo.
-¿Perdón?
-Eso, estar pidiendo perdón por todo como un elfo doméstico.
-Emh… yo…
-Nos vemos mañana Longbottom – se  despidió el Slytherin sin esperar la respuesta del moreno.
Malfoy se iba a dar la vuelta para irse a su sala común pero se detuvo unos instantes y sacó algo de su mochila y se la lanzó a Neville que milagrosamente la pudo atrapar con sus manos, cuando la vio abrió los ojos como platos ¿esto era lo que él creía que era?, ¿pero cómo fue a parar a manos de su rubio Slytherin? 
-Malfoy… - el rubio que ya había emprendido su camino, se detuvo  y se dio la vuelta - ¿por esto ibas al comedor?
-En realidad Longbottom, iba al Gran Comedor por ti… ya que no llegabas donde quedamos, decidí empezar mi redacción y al sacar mis cosas encontré tu recordadora entre ellas, así que, no fue tan difícil deducir que habías olvidado nuestra reunión, porque esta cosa estaba de color rojo – Neville estaba impresionado por lo que le estaba diciendo su rubio Slytherin – supongo  que cayó dentro de mis cosas cuando se te cayeron las tuyas en la mañana en la clase.
-Emh supongo – apenas  dijo el Gryffindor – Gracias…
-Hasta mañana – se  volvió a despedir el Slytherin y haciendo énfasis en lo siguiente le dijo – No  te olvides mañana estar al menos media hora antes y sobre todo… no caer encima de mí – y  sin más que decir se dio la vuelta y continuó con su camino.
Neville a pesar de haberse puesto colorado por lo último que le dijo, no cabía de felicidad, su rubio Slytherin había ido por él, lo fue a buscar porque no llegaba a su cita. Y  su recordadora ¡su recordadora había estado entre sus cosas!, Neville la tomó y se la pasó suavemente sobre su mejilla y él también emprendió su camino, pero antes de llegar a su sala común se encontró con la persona menos esperada…

*****

Harry estaba saliendo de la biblioteca para dirigirse a su sala común, nunca en su vida había pasado tanto tiempo en este lugar (aún estando con Hermione y eso es mucho decir), así como también, nunca había leído una simple oración varias veces pero fue necesario hacerlo para que su compañero comprendiera; así que Harry tendría que ahorrarse todas esas repasadas, por lo tanto decidió hacer las lecturas mas digeribles para su grandulón compañero, por lo tanto tuvo que estar otro rato más en la biblioteca para buscar y sacar libros y diccionarios, los necesarios para hacer unas lecturas más decentes, esperaba que tanto sacrificio valiera la pena.
Pero con tan tremenda torre de libros que llevaba en las manos, no podía visualizar bien su camino ¿Cómo le hacia Hermione? Siempre salía de la biblioteca en la misma situación que él, sino es que más y más sin embargo no parecía tener problemas con el camino en cambio él… dio un movimiento en falso cuando sintió que su mochila se rasgaba (probablemente con todos los libros que llevaba dentro) y luego se encontró con un obstáculo, probablemente una estatua y después todas sus cosas (incluyendo la torre de libros) cayeron al piso con él…
-¡Genial! – se quejó cuando se encontró en el piso y comenzó a recoger sus cosas.
-¿Necesitas ayuda Gryffindor? – le preguntó una voz que se acercaba poco a poco  atrás de él.
-No gracias… yo puedo solo – le  contestó Harry sin mirarlo, mientras seguía recogiendo los libros, pero cada vez que agarraba uno se le caía el que ya tenía agarrado.
-¿Seguro? – le  insistió el chico que ya había llegado hasta con él – deja  tu orgullo de león – y  el chico comenzó a ayudar a recoger los libros, hasta que quedó uno solo en el suelo y ambos quisieron levantarlo al mismo tiempo ocasionando que sus manos se rozaran instantáneamente, Harry sintió algo extraño al contacto y apartó su mano inmediatamente, así que el otro chico fue el que lo tomó y se lo dio.
-Gracias… emh yo ya puedo solo – le  agradeció Harry y el otro chico solo se encogió de hombros y le entregó los otros libros, el Gryffindor emprendió su camino y cuando el chico misterioso que lo ayudó lo vio perderse de vista al darse la vuelta, se le visualizó una sonrisa.
-Diffindo, cómo adoro este hechizo, sobre todo seguido de un Confundus…
Decía para sí mismo aquel chico misterioso, mientras se dirigía a su sala común, se sentía feliz ya había dado su primer paso hacia su Harry y ya lo demás era cuestión de tiempo.
Llegó a su sala común y encontró a uno de sus compañeros de casa acostado en el sillón mientras leía un libro y lo saludó.
-Malfoy.
-Hola Nott – le respondió el rubio.


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