Cómo llegar a tu corazón
Capitulo Veinticinco: Muchas emociones (2)
La clase tenía cinco minutos de haber comenzado, el profesor de pociones les había dejado hacer pociones por separado, aunque trabajaran en parejas ese día, pues al final de la clase ambas partes compararían sus pociones y realizarían un ensayo de dos pergaminos con las diferencias de cada una de ellas.
Aparentemente era una tarea sencilla, pero no lo era, pues los Gryffindor eran los encargados de cuidar y distribuir los ingredientes y los Slytherin de los materiales de trabajo.
[Mesa 1: Draco Malfoy y Neville Longbottom]
El rubio le dio los materiales a su compañero sin decir media palabra mientras que el león también le daba los materiales en absoluto silencio.
“Y pensar que creí que Draco tenía buenos sentimientos, pero al final resultó igual que los demás, ¡Por qué me sorprende! Después de todo es un Slytherin pero, ¿en verdad solo fui un momento de debilidad?”.
El moreno seguía en sus pensamientos mientras preparaba su poción, al menos ese día tuvo la suerte de no hacer explotar su poción por estar sumido en ellos… o al menos eso creyó él, pues en dos ocasiones, el Slytherin le ayudó de manera disimulada a que no ocurriera eso.
“Qué idiota fui, metí la pata y no sé cómo remediar eso ¿cómo le hago para que Neville me perdone? ¿Cómo hago para curar esas heridas?”
El Slytherin también estaba metido en sus pensamientos, pero no por ello descuidaba los movimientos de su atolondrado Gryffindor y le ayudaba cada vez que el chico tomaba un ingrediente equivocado, Draco leyó las instrucciones y decía que tenía que dejar reposar su poción durante cinco minutos, los cuales aprovechó para pensar en su posible estrategia, suponiendo que Astoria y él llegaran a un acuerdo ¿Cómo podría hacer las paces con Neville? Sintió una pequeña incomodidad en su mano y recordó cuál había sido la causa de ello: la ‘recordadora’. Sonrió arrogantemente.
[Mesa 2: Theodore Nott y Harry Potter]
-Harry…
-No me interrumpas Nott, o ¿quieres que explote la poción? – le dijo Harry enojado.
-No, solo te iba a pedir que me alcanzaras los ingredientes – el Slytherin le contestó lo mas serenamente que pudo. El Gryffindor se los dio.
El castaño sabía que el Gryffindor estaba muy enojado y por lo tanto no escucharía razón alguna, así que decidió dejar su “momento de reconciliación” hasta que el moreno estuviera sereno. Y sí no, pues ya vería cómo tranquilizarlo, porque después de todo, su amado ojiverde no podía estar ignorándolo o reclamándole todo el tiempo ¿verdad?
[Mesa 3: Blaise Zabini y Ronald Weasley]
Que se puede decir de esta mesa, ¿Qué el pelirrojo está ardiendo del coraje más que la propia poción que está preparando? Pues por ahí va el asunto…
Weasley no daba tregua a Blaise, a pesar que el Slytherin no le daba motivos, al menos en esos momentos, puesto que el moreno lavó los recipientes, le dio los materiales, incluso hasta se ofreció hacer la redacción él solo, pero el pelirrojo no hizo nada, salvo darle los ingredientes y el resto del tiempo lo ignoró.
Cuando Blaise estaba en el tercer paso de su poción, se dio cuenta que su lindo pelirrojo no le había proporcionado algunos ingredientes, ¿se le había olvidado dárselo?
-Emh… Ron – era mejor llamarlo así y no alterarlo más de lo que ya estaba, pues aún recordaba cómo le había gritado en la biblioteca unas cuantas horas antes, y sinceramente no estaba seguro de poder soportar otro reproche por parte de su lindo pelirrojo.
-¡Que! – le respondió monotamente, “al menos no me ignoró” pensó el moreno, pues eso era una señal ¿no? Al menos le permitiría explicarle cómo fue que sucedió todo el asunto de la apuesta, y cómo realmente acabó.
-Te faltó darme las raíces de…
-No, no se me olvidó, simplemente no te las di – le respondió con un tono enojado.
“Bien, quizás me merezca sacar un cero después de todo” – pensaba el Slytherin – “Pero él también lo hará, porque al final tenemos que comparar pociones”.
-¿Me las podrías dar?
-No – fue la rotunda respuesta de Ronald, el chico moreno repasó las instrucciones de la poción, al parecer no le afectaba si le agregaba o no ese ingrediente, así que continuó con los demás pasos.
-Se terminó el tiempo – anuncio el profesor después de quince minutos – de donde dejaron sus pociones agreguen el bezoar que les encargué, y después dejen una muestra de sus pociones en mi escritorio, pero antes compárenlas con las de su compañero para que hagan el ensayo para la próxima clase.
[Mesa 1: Draco Malfoy y Neville Longbottom]
Ambos chicos después de agregar aquella piedra extraña, observaron sus pociones, entregaron sus muestras respectivamente y regresaron a su lugar, ninguno de los dos hablaba, más sin embargo alguno tenía que hacer la pregunta y fue Neville el que la hizo, o mejor dicho, fue el que propuso.
-Yo haré la redacción así no podrás pasar el tiempo conmigo y así caer en “tus momentos de debilidad” – y sin esperar replica del rubio se retiró del aula, dejando a un Draco sorprendido y decepcionado.
-Draco – el rubio escuchó la voz de su padrino atrás de él – te espero en mi despacho dentro de diez minutos.
-Bien – respondió cabizbajo el príncipe de Slytherin.
[Mesa 2: Theodore Nott y Harry Potter]
El ojiverde regresó a lugar y limpió su caldero antes de que Nott volviera, así no vería su poción y no habría trabajo qué hacer en quipo ¿no? Total, otro cero con Snape le daba igual.
-¿Cómo haremos el ensayo? – ahí estaba nuevamente el Slytherin hablando serenamente, al contrario de Harry que le contestó:
-No lo haremos.
-Harry – gruñó Theo, sabiendo por donde iba el asunto.
-Soy Potter para ti, Nott, y ya lo dije, no haremos nada – Harry se dio la vuelta dispuesto a irse, pero el castaño lo tomó del brazo haciéndolo girar y le aclaró:
-Harry, lo que está ocurriendo con nosotros no tiene por qué interferir con lo del colegio.
-¿Sabes, Nott? Ahorrarte tus consejos – sin más se soltó del agarre del Slytherin y salió del aula.
[Mesa 3: Blaise Zabini y Ronald Weasley]
Ron ya había dejado su muestra de poción en el escritorio de su profesor y también ya estaba a punto de irse, hasta que Blaise le habló:
-Ron, ¿me podrías dar el bezoar? – pues también este ingrediente no se lo había dado y sabiendo de antemano la respuesta de su ex novio, se arriesgó a pedir, total ¿Qué más podía pasar?
-No – fue su rotunda respuesta nuevamente.
-Vamos, Ron.
-¿Lo quieres? – le preguntó de una manera amenazante – pues toma – pero no precisamente se lo dio en la mano, pues el león optó por aventárselo en la cara, pero el moreno ágilmente lo esquivó… lo malo es que el blanco fue: Snape.
-¡Señor Weasley! ¿Qué demonios está haciendo? Sabe lo importante qué es un bezoar? Claro que no, de haberlo hecho no lo estaría aventando como bola de papel – al pelirrojo se le pusieron las orejas rojas por el reciente regaño, pero no por ello dejó de fulminar con la mirada, según él, al responsable de lo ocurrido – mañana, después de clases se quedará castigado.
-¡Genial! – murmuró fastidiado, comenzó a recoger sus cosas y antes de salir le dijo a Blaise - ¡Gracias! No solo haces apuestas por mí, ahora haces que me castiguen.
Bien, el asunto de su lindo pelirrojo cada vez se hacía más complicado ¿Cómo demonios haría para salir de semejante hoyo que se estaba haciendo cada vez más grande?
Snape guardó el bezoar que le aventó aquel estudiante de Gryffindor y comenzó a guardar las muestras de las pociones.
-Señor Zabini, estoy esperando su muestra, no tengo todo el día.
-Emh… - ¿Cómo demonios le explicaría a su profesor que no terminó la poción? – yo, aún no termino.
-Solo agregue el bezoar y así déjela.
-No tengo el… bezoar.
-Juntarlos con los Gryffindor ha hecho que adquieran malas costumbres, pero no solo eso ganarán, usted también está castigado mañana después de clases con el señor Weasley.
-Bien – el Slytherin estaba por salir del aula, para ya sea, para ir y reconciliarse con su lindo pelirrojo, o ir en busca de las posibles prometidas de él y Draco, tal como lo había planeado desde la mañana, antes de que la ‘bomba explotara’.
-Señor Zabini, su padre me dijo que le diera esto – le llamó su profesor antes de que saliera, el mayor le dio una pequeña carta y el Slytherin se extrañó al reconocer la caligrafía de su progenitor.
¿Desde cuándo su padre le escribía? No era algo que ocurriera muy seguido y cuando ocurría, no eran buenas noticias, al menos no para él, y no se equivocó, pues en la carta su padre le informaba que el día de su compromiso se había adelantado, sería dentro de dos meses.
*****
Draco se dejó caer en la silla frente a su padrino, traía un semblante de preocupación, tristeza, pero también de enojo que evidentemente Snape advirtió.
-Draco, no tienes por qué negar esto que sientes.
-¿Qué? – preguntó confundido el Slytherin.
-Sé lo de Longbottom.
-¡¿Qué?! – preguntó horrorizado Draco, al mismo tiempo levantándose de su lugar.
-Tranquilo, yo apoyo tus decisiones – Draco lo observaba un poco intranquilo ¿Cómo demonios lo supo?
-Lo sé padrino, pero… ¿Cómo demonios lo supiste? – reclamó más asustado que nada, si su padrino se dio cuenta de ello, su padre también podría hacerlo “demonios ¿tan obvio soy?” pensó.
-No subestimes mi inteligencia Draco, además me atrevería a decir que te conozco mucho más que el que se dice llamar tu padre – eso era verdad, pero no le quitaba peso de que Lucius se diera cuenta y no solo eso, nunca se lo permitiría, nunca dejaría que su primogénito fuera parte de la ridícula moda y sin contar lo del Pacto, el Slytherin suspiró resignado –Tienes razón, el estúpido Pacto y tu padre no te permitirían ese lujo y esa libertad – exclamó Snape, interpretando su semblante.
-Padrino ya me siento lo suficientemente patético sabiendo que sabes lo de Longbottom para que encima me leas la mente – le reclamó el rubio.
-No te leí la mente – gruñó el mayor, “hoy no, claro” pensó el profesor.
-De todas formas… - pero el chico no continuó con la oración, tenía tanto que arreglar… - por cierto ¿Quién es mi prometida? – le preguntó, aunque claro, ya sabía quién era (bueno suponía), así que no estaba de mas confirmarlo.
-No hay problema con ella Draco, ella está interesada en alguien más – nuevamente Snape evadió la respuesta.
-¿Entonces puedo anular el Pacto? – interrogó el rubio, aunque esa información ya la sabia, por la conclusión que había llegado con sus dos amigos y si su padrino tenía razón, entonces la anulación del Pacto seria pan comido, solo era cuestión de hablar con Astoria y ya.
-Draco, aquí el problema no es el Pacto – le aclaró Severus.
-Lo sé, es mi padre – coincidió Malfoy hijo.
-Aún no logro cambiarlo de opinión, pero lo haré así sea lo último que haga.
-Gracias – murmuró Draco apesumbrado.
-Y ¿Qué vas a hacer con Longbottom? – le preguntó Snape y su ahijado no hizo más que sonrojarse, sin duda para el mayor sería divertido interrogar al chico, después de todo, había muy pocas ocasiones en las cuales se le veía a su ahijado cohibido.
*****
Blaise al salir del castillo la logró localizar, sí, ahí estaba Daphne Greengrass con otras chicas de su misma casa, hubiera preferido estar tratando de hacer las paces con su lindo pelirrojo, así como en esos momentos estaba haciéndolo Theo con Harry, pero sabía que para poder reconciliarse con él, primero tenía que arreglar ese asunto, sí, empezar bien para terminar bien, pues sabía de antemano que otro secreto no sería muy buena idea, arreglaría lo del estúpido Pacto y al fin podría reconquistar a su lindo pelirrojo sin nada que ocultar.
Respiró hondamente y se acercó a su objetivo, esperaba por todos los cielos que la chica no lo sacara de quicio como solía hacerlo o todo se iría por un tubo.
-Greengrass, ¿podríamos hablar unos momentos? – le preguntó con toda la amabilidad posible ante la mirada de indiferencia de la chica.
-¿De qué? – Preguntó altaneramente la chica.
-De algo de suma importancia, para ti – la chica que en su pequeña mente estaba labrando una hipótesis errónea agregó – bien – ambos chicos se fueron a un lugar aparte – te escucho.
-Bien – el Slytherin se sentía un poco nervioso, tenía que buscar las palabras exactas para que la chica no se opusiera y arruinara los planes – de lo que te quiero hablar, no te lo puedo decir aquí, pero ¿qué tal mañana después del descanso?
-¿Por qué no me lo puedes decir ahora? – le reprochó la chica.
-Porque… no, escucha Daphne, es que, también tiene que estar presente tu hermana y yo estaré con…
-¿Qué? Al caso crees que yo quiero una cita doble contigo y con mi hermana ¿estás loco? – le reclamaba la rubia.
-No, no es una cita, bueno… sí, pero no ese tipo de cita – el moreno gruñó de desesperación – Theo tiene razón – murmuró con pesar, y la chica, que escuchó lo último, mal interpretó todo, tal como Theo se lo había advertido a Blaise.
-¿Theo? – preguntó la chica curiosa llamando toda su atención e incluso cambiando su tono de voz, cosa que advirtió Blaise - ¿Theo estará con nosotros en la cita?
-Emh, sí – dijo dudoso el chico. Bien, al parecer la chica rubia iría a la cita si su amigo Theo estuviera presente, dudaba mucho que su amigo se negara a ese favor, claro no contando con los sucesos recientes, pero conociéndolo, lo haría – claro, de hecho fue su idea el de reunir… - pero fue interrumpido por la chica.
-¡¿Theo quiere tener una cita conmigo?! – exclamó excitada la chica.
-Yo no… - el chico trataba de aclararle lo último que ella dijo, pero…
-Bien, mañana ahí estaré, ¿a qué hora habías dicho?
-Después del descanso, pero Theo…
-¡Qué bien! Theo y yo ¡genial! Ahí estaremos mi hermana y yo – la chica se dio media vuelta sin esperar respuesta o en este caso aclaración de su compañero de casa y se fue con sus amigas.
-¿Por qué tengo el presentimiento, de que algo hice mal? - murmuró para sí mismo el chico, mientras observaba que las demás chicas felicitaban a Daphne.
*****
-¡Harry! – llamó Theo, la atención del ojiverde que ya estaba por entrar a su sala común.
-¡Qué! – le respondió altaneramente el león.
-Solo quiero que me escuches ¿sí?
-No, no te quiero escuchar, ¿Por qué mejor no vas con tus amiguitos a hacer otra apuesta? O mejor, a planear a ver ahora qué Gryffindor se enamoran de ustedes? – y sin más Harry entró a su sala común dejando a Theo con la palabra en la boca, pues el chico estaba dispuesto a hacer las paces con él ese día.
*****
Después de haber hecho la cita con Daphne, Blaise se fue a sentar frente al lago, se preguntaba cómo haría para que su lindo pelirrojo lo perdonara, en verdad estaba terriblemente enamorado de aquel pelirrojo, recordó la canción que había entonado meses atrás, si su pelirrojo la escuchara seguramente no tendría duda que él si lo quería de verdad y que la apuesta en realidad ya no valía nada y desde hace mucho, y lo que le había dicho en la biblioteca a Draco solo lo había dicho por decir…
-Yo y mi bocota – gruñó para sí mismo, en esos momentos localizó a su lindo pelirrojo entrar al castillo – perdóname Ron – le susurró al viento, mientras veía al león entrar junto con Granger – perdóname…
*****
Harry entró a su Sala Común mal humorado, Theo había querido hacer las paces con él, pero no quiso escucharlo, aunque pudo haber percibido sinceridad en el chico, pero la verdad aun seguía enojado, no sería fácil olvidar que le hubiera ocultado cosas, aunque aquí entre nos las palabras de Hermione aun resonaban en su cabecita, como si fuera la voz de su ‘conciencia’
¡Theo no tiene la culpa de cómo sus amigos actúan! Tampoco te estoy diciendo que el chico es un santo, pero te ha estado demostrando que en verdad te quiere!
-¿Nott quiso hacer las paces contigo? – le sacó de su ensimismamiento su amigo pelirrojo.
-Sí… – respondió el ojiverde y su amigo pelirrojo dejó salir un suspiro de tristeza - ¿Qué ocurre?
-Hermione tiene razón. Nott si te quiere Harry, al menos él hace el intento de arreglar las cosas entre ustedes, en cambio Blaise, después de todo, sí fui solo una apuesta.
-Yo… - Harry no supo cómo responderle, era verdad, después de todo él estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua, lo de él y Theo no era tan grave en comparación con lo que le ocurría a Ron y Zabini.
*****
Neville se encontraba en la Torre de Astronomía, muy pronto anochecería, pero no le importaba, ese lugar era tan acogedor que le brindaba una paz en su corazón, dejó salir un suspiro, mientras observaba su ‘recordara’ ya inservible ¿en verdad su rubio Slytherin lo odiaba? ¿Sería cierto lo que le había dicho? ¿En verdad fue un momento de ‘debilidad’ el haberlo besado? Sí, él se lo había dicho y con cierto odio.
El moreno estaba llegando a su límite, estaba cansado que todos pasaran sobre él, que se burlaran, pero ahora con su repentino cambio, estaba cansado que quisieran algo más que su amistad, y no soportaba la idea que entre ‘esos’ ahora estuviera Draco.
Observó su ‘recordadora’ y un odio repentino lo invadió, la apretó fuertemente en su mano y con todas sus fuerzas la lanzó hacia la entrada de la Torre… pero ésta no se estrelló en la pared como lo tenía planeado el león, sino que ésta se estrelló en la cara de un chico que iba llegando.
-Malfoy…
-Neville… - le llamó Draco mientras se sobaba la parte lastimada por el golpe de la ‘recordadora’, estaba seguro que le quedaría un moretón, pero eso no era importante ahora.
Neville estaba sorprendido, era la primera vez que Draco lo llamaba por su nombre, pero ya no le dio importancia, ya no la tenía, en otro tiempo quizás sí, pero ahora ya no, no si le causaba asco, o repulsión. Y como no quería que aquel Slytherin lo volviera a lastimar se encaminó hacia la salida, pero Malfoy le cerró el paso.
-Déjame pasar, Malfoy.
-Lo siento pero no te dejare ir, no hasta que me escuches.
-Ya escuché lo suficiente Malfoy, ya tuve suficiente humillación de tu parte para que me quede a recibir más – a Draco le dolió el hecho de que el Gryffindor lo volviera a llamar por su apellido: ‘Malfoy’. Nuevamente era Malfoy para su atolondrado Gryffindor.
-No te voy a insultar, ni a humillar, solo quiero disculparme.
-Pues yo no… ¿Qué? – preguntó confundido el león.
-Neville, entiendo que me odies, pero la verdad es que yo no lo hago. No te odio, ni te desprecio y sobre todo no me das asco…
-¿A qué juegas Malfoy? No soy un juguete al que le puedes insultar y patear y al siguiente día decir que lo ‘sientes’ como si nada hubiera pasado.
-¡No estoy jugando a nada Gryffindor! Lamento mucho que te haya hecho sufrir, sí, metí la pata, lo reconozco, no soy el primer en el mundo y ni seré el ultimo, pero si estoy seguro que soy el primero en… en… - no sabía cómo decirle eso que ya desde hace mucho tenía planeado decirle – yo… yo…
- ¿Tú qué?
-¡Te quiero, maldita sea! – Neville se quedó petrificado ante semejante confesión – es verdad Neville, no sé cómo, ni cuando, simplemente pasó, todo el tiempo pienso en ti, no me agrada la idea de que alguien más este cerca de ti si sus intensiones son mas de amistad, cuando no nos reunimos, extraño tu presencia, tus sonrojos, tus torpezas, me aterra la idea que aun sigas pensando en aquel chico que al parecer no le llegan tus señales de humo, pero ¿sabes qué? No me importa, porque yo te quiero a ti… te amo – Neville aun seguía en shock, eso era algo completamente sorpresa para él.
- Draco yo…
-Está bien, sé que ahora me odias por todo lo que te dije, pero me aterró la idea de hacerte más daño, pero al final lo hice, fui un estúpido…
-Draco, ¿en verdad me quieres?
-Sí, y si me das una oportunidad te demostraré que vale la pena.
Eso fue suficiente para Neville, con esas simples palabras borraron el daño hecho anteriormente, se abalanzó hacia Draco y éste también le respondió el abrazo y por segunda ocasión en ese día, lo besó.
-Yo también… te amo Draco, siempre fuiste tú.
Draco estaba feliz, ¡Su atolondrado Gryffindor lo amaba! Sin duda, ese día no fue tan malo después de todo.
“Gracias a él romperás las cadenas y serás feliz, así que no te asustes al escucharlo decir tu nombre”. Por supuesto, la estúpida galleta era toda un enigma, pero tan acertado, ya no subestimaría el poder del cosmos.
Minutos después ambos estaban sentados observando el atardecer por las ventanas de la torre, tomados de las manos, a Draco ya no le importaba mostrarse así ante su atolondrado Gryffindor, era verdad: lo amaba y ya no le importaba el hecho de querer ocultarlo.
-Draco ¿estás seguro de esto? – le preguntó Neville tímidamente, pues sinceramente, todo era demasiado bello para ser cierto….
-Sí – fue su respuesta segura del rubio.
-¿y el pacto?
-No te preocupes de eso por ahora, si todo sale bien, ya no habrá más Pacto qué cumplir.
-Bien.
-Lo importante es que ahora estamos juntos.
-Sí… - dijo sonriente Neville y Draco volvió a besar a su, ahora, novio. Cuando se separaron, el rubio sacó un objeto de su túnica y se lo extendió a Neville, el cual entornó los ojos al reconocerlo.
-Pero si es…
-Una ‘recordadora’, sé que era muy importante para ti la otra.
-Gracias… - le respondió feliz el moreno.
-También tiene otra función.
-A ¿sí? ¿Cuál? – le preguntó mientras observaba la pequeña esfera, buscando la otra posible función.
-Se encargará de recordarte lo mucho que te quiero y de que no olvides que siempre estarás en mi corazón – el Gryffindor estaba conmocionado, su rubio Slytherin en verdad lo quería, sin duda su oportunidad una en un millón, era esa.
*****
Un nuevo día se asemejaba, Harry venia de la lechucería, acababa de mandarle una carta a su padrino donde se había prácticamente desahogado y le había pedido un consejo, aunque sinceramente no sabía si en verdad su padrino podría ayudarle en semejante tarea, seguramente le diría ‘Harry yo que tu le pagaba con la misma moneda’ o una de esas de ‘lánzale el Levicorpus y hasta que no te pida perdón mínimo quinientas veces no lo liberes’ sonrío ante ese hecho, aunque claro, jamás haría eso, en verdad quería al Slytherin, pero lo dolía la idea de que éste le hubiera ocultado información de suma importancia.
Caminó sin rumbo fijo hasta llegar a los jardines del colegio, donde se topó sin ‘querer’ con Theo, entornó los ojos y haciendo caso omiso de las aceleraciones de su loco corazón, quiso evadir al castaño sin decirle nada, claro que el Slytherin no tenia esas intensiones.
-Harry, ¿podemos hablar?
-No lo sé Nott – dijo con un tono serio – tengo cosas más importante qué hacer.
-Solo serán unos momentos, no pretendo quitarte tu tiempo – también el Slytherin hablaba en un tono serio que el león advirtió.
-Bien, te escucho.
-Mis amigos obraron mal, estoy totalmente de acuerdo, pero creo que no es justo que me estés juzgando por algo que ellos hicieron, yo no lo sabía y si lo supiera, probablemente no te lo hubiera dicho, porque después de todo ellos son mis amigos, ¡no me veas así! tu también harías lo mismo. Sí yo te amo y estamos juntos, pero tanto tu como yo tenemos códigos con los amigos y aunque no estuviera de acuerdo con lo que hicieron no los delataría, pero eso no quitara que les diera unos buenos ‘sermones’ como ellos lo llaman, pero te aseguro que están más que arrepentidos, y yo también. Lamento que tu amigo Weasley se viera afectado por lo ocurrido, pero ese es problema de Blaise y él, no de nosotros, y sí, nos afectó porque somos sus amigos, pero eso no debería interferir con lo que sentimos.
-Sí, eso me queda claro – confesó al fin Harry, pues al parecer también el ‘sermón’ que le dio Hermione ya había hecho efecto en él – pero lo que me molestó es el plan de tu amiguito ‘Malfoy’ en mi contra, eso sí lo sabías y no me lo dijiste nunca, ¿no me lo ibas a decir verdad?
-Sinceramente… no lo sé. Pero te vuelvo a repetir que yo tampoco sabía de eso, ocurrió cuando aún no nos hablamos y yo jamás les dije que tú me gustabas, tampoco quiero limpiarme las manos y hacerme la víctima, las cosas sucedieron y ya. No puedo hacer nada para cambiar el pasado, me interesa el presente.
-Es verdad, lo hecho, hecho está – coincidió Harry – pero ya no es lo mismo entre nosotros, ¿cómo sé que no estás manipulando mis sentimientos nuevamente?
-Creí que eso estaba más que claro Harry, tú me importas y jamás te haría daño, sé que lo hice al ocultarte esa información pero mi intención nunca fue el lastimarte. Ahora, si ya no quieres estar más conmigo, bien, lo entiendo, tampoco quiero pasarme la vida estar implorando un perdón que jamás llegará, si no me quieres perdonar bien, no es que no me importe, pero sinceramente estar así de ahora en adelante solo lo que provoco es herirme… ¿entonces?
Harry no supo que decir. Era verdad todo eso, la verdad es que esa ‘guerra’ que le había declarado era ridícula, el problema había sido entre Blaise y Ron. Sí, se enteró de algo que no le agradó, pero bien lo había dicho él hace minutos atrás: lo hecho, hecho está; lo que importaba ahora era lo que sucedería a partir de entonces, ¿lo perdonaría? ¿Había en realidad algo qué perdonar?
Theo esperó respuesta del ojiverde pero éste parecía estar sumido en su mundo y su silencio lo tomó como una negativa, así que emprendió su camino hacia el castillo, ¿todo había terminado?
*****
Blaise estaba con cara de pocos amigos, apenas llevaba unas cuantas horas separado de su lindo pelirrojo y la impotencia de no poder hacer nada lo consumía en una tristeza, se maldecía por no haberse podido retractar en aquella estúpida apuesta.
Por otro lado Draco estaba muy animado, había recuperado ese semblante arrogante y esa elegancia, que lo caracterizaba, resaltaba más que de costumbre. Sí, estaba feliz, muy feliz, solo tenía que hablar con Astoria y todo estaría resuelto… o al menos una parte. Pero qué más daba, su reciente relación con aquel Gryffindor parecía haber hecho que sus fuerzas se revitalizaran y sino es que se reforzaran, estaba tan seguro de lo que haría de ahora en adelante que hasta podría jurar que le ganaría a su padre si se enfrentaba a hora mismo a él, lo que le impedía que hiciera eso en esos momentos, era que primero tenía que calcular bien sus pasos, no quería arruinar lo que había logrado en tan poco tiempo.
-¿Por qué tan feliz Draco? – Gruñó Blaise al ver a su amigo rubio con una sonrisa de oreja a oreja – no me digas que por fin se te hizo con Longbottom – el aludido solo se limitó a sonrojarse levemente - ¡genial! al menos tu si estás bien.
-Vamos Blaise, solo dile al Weasley que te perdone, háblale con el corazón – Blaise enarcó una ceja ¿hablarle con el corazón? ¿Desde cuándo Draco era el señor Cupido? Suspiró y agregó:
-No es tan sencillo, porque si no lo sabías ni siquiera me responde cuando le hablo.
-Bueno, pero hoy tendrán que hacerlo ¿no? Mi padrino los castigó así que estarán solos, seguramente ‘limpiando calderos al estilo ‘muggle’.
-¡Genial! - dijo mas animado el moreno, mientras se devoraba su desayuno, había olvidado ese pequeño detalle.
Minutos después se les unió al desayuno un Theo, que se dejó caer y la cara de tristeza no pasó desapercibida de sus dos amigos.
-¿Potter aun no hace las paces contigo? – quiso saber Blaise, aunque lo que se ganó fue un puntapié debajo de la mesa por parte de Draco.
-No, creo que no va a haber reconciliación.
-Solo dale tiempo Theo – quiso reconfortarlo Draco – debe estar molesto por lo de la estúpida apuesta.
-Sí, verás me equivoqué y sé que fue mala idea – se disculpaba Blaise, nuevamente – y en verdad yo lo lam…
-Blaise – lo interrumpió Theo, mientras se servía jugo de arándano – ya te dije que conmigo no te tienes que disculpar. Y sinceramente si con quinientas disculpas no cambiaron nada ayer, no creo que lo hagan otras quinientas hoy.
-Es verdad – dijo con pesar el moreno – por cierto gracias Draco, por haberme dejado hacer la mayor estupidez de mi vida – dijo rencoroso el italiano.
-Fue tu idea, así que no me culpes de eso – le decía el rubio mientras lo fulminaba con la mirada – además te advertí varias veces, por cierto te gané, así que, ¡págame! – le dijo en son de broma.
-No empieces con eso, no estoy de humor Malfoy – le reprochó.
Draco alzó las cejas por la sorpresa que su amigo lo llamara Malfoy, sí que su amigo no estaba de humor pues con el semblante con el que ahora le miraba corroboraba todo lo anterior, Theo solo sonrió porque después de eso Blaise sonrió de lado.
-Es broma Draco – le dijo sonriente Blaise.
Ambos chicos comenzaron con una discusión sin sentido, aunque claro no era de esas discusiones de cuidado, era más bien una tonta e infantil, Theo solo optó por observar a sus amigos, ya si veía algo amenazante intervendría, desvió su mirada a la entrada del gran comedor, donde un Harry Potter estaba entrando, sintió una punzada de dolor en su pecho… pero como no quería estropear la diversión que ahora invadía a sus amigos, decidió darle un sorbo a su jugo de arándano, que al primer trago, sintió una extraña sensación dentro de él…
Comenzó a ver borroso, en tan solo milésimas de segundos sintió que el aire le faltaba, quería pedir auxilio a sus amigos, pero no podía articular palabra, optó por levantarse, pero sus pies se tambalearon al dejar caer el peso de su cuerpo al levantarse y su mano con la que sostenía el vaso del jugo se le resbaló cayendo al piso escandalosamente derramando el contenido en el piso, sus amigos lo voltearon a ver sorprendidos, pero solo pudo captar eso…
-¡Theo!
Gritaron sus amigos al mismo tiempo, al ver que su amigo caía al piso comenzando a convulsionar, sacando espuma por la boca y sus ojos se ponían en blanco.
-¡Theo!
Esta vez fue Draco el que gritó aterrado, al estar a un lado de él junto con Blaise, muchos curiosos de alrededor se asomaron para ver qué era lo que sucedía, el rubio buscó con la mirada a alguien que lo auxiliara y justo en esos momentos Snape ya estaba a su lado, el cual levantó al chico inmediatamente.
-¡Regresen a sus lugares! – ordenó con autoridad Dumbledore y nadie quiso desafiarla a excepción de Draco, Blaise y Harry (que ya había llegado al lugar ágilmente).
Snape, seguido de Dumbledore, se fue a la enfermería, el director ordenó cerrar el lugar hasta que lograran estabilizar al estudiante.
-¿Qué sucede? ¡Theo! – gritó alarmada la medimaga.
-Deprisa Pomfrey – ordenaba el director – necesitamos el antídoto del veneno o me temo que será demasiado tarde.
-Lo siento Albus – decía la medimaga casi en un ahogo de voz – alguien vació las botellas que contenían los antídotos - la medimaga observaba al Slytherin con angustia por la forma en cómo se movía – iba al Gran Comedor para decírtelo.
-Y los bezo… - Snape no completó la oración porque Madame Pomfrey negaba con la cabeza con lágrimas en los ojos.
-¡Alguien los tomó también! – gritó desesperada.
-¡Maldición! – gritó Snape y tampoco pudo evitar enviarle una mirada angustiante a su alumno que se debatía en la vida y la muerte.
-Piensa Severus, seguramente hay algo que puedes hacer – decía Dumbledore.
-Sí – como un rayó de luz se le vino a la mente, pues recordó que en la clase pasada le había retirado un bezoar a Weasley por su imprudencia.
Inmediatamente se lo dio a Theo, ayudándole a abrir la boca y a masticarlo, el chico dio varias sacudidas más, seguido de un gemido desgarrador y de pronto se quedó inmóvil…
-¿Severus? – preguntó el anciano director.
La medimaga se acercó y tomó el pulso del chico.
-Está débil, pero estará bien.
-Severus, podrías ir por le evidencia en el Gran Comedor y usted Madame Pomfrey me haría el favor de quedarse un momento con el joven Nott, mientras Severus regrese y yo le aviso a su padre de este desafortunado atentado.
-¡¿Atentado?! – exclamó la medimaga aterrada.
-Por supuesto, alguien quiso matarlo, no de en balde el culpable vertió los antídotos y se deshizo de los bezoar o ¿sí? Aunque algo me dice que solo fue una advertencia. Madame Pomfrey, las visitas quedan prohibidas para el joven Nott.
-Está bien, Albus.
El director utilizó la chimenea, para irse a su propio despacho, dejando solos al profesor de pociones junto con la medimaga.
-Iré por la evidencia – dijo Snape, la medimaga asintió mientras se acercaba al chico para secarle el sudor que invadía su frente, ahora, pálida.
Al salir Snape de la enfermería se encontró con Draco, Blaise y Harry los cuales parecían haber estado discutiendo, hasta que él salió, sintió las miradas angustiante de los tres chicos, los cuales lo invadieron de preguntas.
-¿Cómo esta?
-¿Podemos verlo?
-¿Está bien?
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que bueno que draco y neville se dieron una oportunidad
ResponderEliminarblaise deberia cantarle la cancion a ron jejeje
noooo theo no por que el quien querría envenenar a theo?
espero averiguarlo en el proximo cap
Att:Taeko-kun
Sipis, hasta que al menos una pareja parece estar ''bien''
EliminarBlaise tendrá que hacer más que cantarle para ganarse nuevamente al pelirrojo U.U
(¿aparte de mi XD ?) jejej me dolió hacerle eso a mi Theo T.T pero bueno, todo sea por la historia U.U jejej
Sip, en el proximo capitulo lo sabrás ^^
Besitos
PISLIB n_n