Cómo llegar a tu corazón
Capitulo Veinticuatro: Muchas emociones (1)
En algún momento, no estaban muy seguros, pero sus
caricias tornaron hacerse desesperadas, como si el hecho de que al hacerlo
jamás terminaría el momento o como si ese fuera ser su ultimo día, Draco con
una de sus manos alejó las cosas del león que estaban encima del escritorio,
con el fin de él también subir al escritorio, éstas cayeron al piso
esparciéndose en éste, pero no les importó mucho, pues Neville gemía por el
placer producido por las caricias y los besos dados por su rubio… hasta el
momento en que dijo:
-Draco… - el Slytherin abrió sus ojos, había escuchado
su nombre en la voz de aquel Gryffindor ante esto se separó del chico y éste se
sorprendió por aquel acto.
[No te
desilusiones por el mal paso que acabas de dar, pues es solo el principio]
Neville pudo ver la cara de desconcierto que le enviaba aquel Slytherin,
se sintió aterrado puesto que lo último que quería era precisamente alejar a su
rubio Slytherin, tanto que había logrado avanzar con él,
para que en un momento de debilidad todo eso se fuera completamente a la
basura…
-Draco… – atinó a decir ante el silencio que le brindaba aquel chico,
pero este solo retrocedió unos pasos aun enviándole una mirada de reproche,
para sin más salir del lugar sin decir palabra alguna.
Neville cerró los ojos creyendo que todo estaba perdido, pero tenía qué
hacer algo, recuperar la confianza, ya perdida, de aquel chico, sus movimientos
fueron torpes y aún no sabía qué hacia ahí recogiendo sus cosas, cuando podía
estar corriendo detrás de su rubio Slytherin, pero la
realidad le aterraba ¿lo odiaba su rubio Slytherin? ¿Le perdonaría
su pequeño desliz? Con un torbellino de preguntas en su mente, terminó (como
pudo) de recoger sus cosas y corrió hacia la entrada, pero tropezó con sus
propios pasos dejando caer su ‘recordadora’, la cual la recogió y ya no se
molestó en meterla a su mochila, simplemente la sostuvo en su mano y salió de
la Sala de Menesteres, a unos cuantos
pasos de él ubicó a Draco que iba muy deprisa.
Cuando Draco escuchó su nombre en aquel león, lo hizo reflexionar en lo que estaba a punto de hacer, se supone
que se había puesto una meta, antes de actuar: “anular el Pacto”, ya que esto
era lo que le causaba inquietud, si lograba resolver ese asunto, podría actuar
libremente, conquistar aquel chico, a su atolondrado Gryffindor, por eso era que ponía límites entre ambos, tampoco era que
el otro chico se le lanzara, pero si tuviera una mínima posibilidad de estar
con aquel chico la aprovecharía, claro que sí, pero eso no sería posible si el
Pacto aun estuviera de por medio, por supuesto que no, lo último que quería era
hacerle daño aquel chico, no podía ilusionarlo ahora y horas después decirle
que lo de ellos no podía ser, porque su prometida siempre sí quería casarse con
él.
‘¡Maldición!’
Se recriminaba una y otra vez, ¿cómo
pudo haber sido débil? ¿Por qué demonios
se dejó llevar? Era un Malfoy, maldita sea, debió haber calculado bien las
cosas antes de actuar ¿ahora qué iba hacer? Seguramente el Gryffindor lo
seguiría y probablemente le reclamaría el por qué lo besó o le pediría
disculpas, entonces ¿Qué le diría? ¿Qué haría?
Draco, que se había detenido unos instantes afuera de la Sala de los
Menesteres, emprendió su camino antes de que aquel Gryffindor saliera e hiciera
cualquiera de aquellas dos posibilidades, no había dado ni dos pasos cuando
escuchó la voz de aquel león.
-¡Draco! – el aludido se detuvo instintivamente, el terror lo invadió.
“Un momento ¿terror? ¿Desde
cuándo Draco Malfoy tiene miedo? Sobre todo a un Gryffindor y no a cualquier Gryffindor, a ¡¿Longbottom?!”
-¡Qué! – le respondió altaneramente y Neville se paró en seco, llegando
a la conclusión de que el Slytherin estaba enojado, muy enojado.
-Yo…
-¿Tu qué?
-Emh…
-No pienses mal Longbottom, fue un momento de debilidad que no
volverá a ocurrir – Neville bajó la mirada ‘momento de debilidad’ – así es Longbottom, solo fue eso, nada más –
decía Draco, aunque en el fondo no quería decir eso, pero por el momento era
mejor así, hasta no resolver aquellas cosas que lo atormentaban.
-Claro – dijo al fin Neville – debí suponer que tú también harías lo
mismo ¿no? – Le soltó sorpresivamente – todos
hacen eso últimamente.
-¡Qué!
-Eso, el acercarse a mí solo con la intensión de tener una buena
follada conmigo – al rubio le sorprendió el cambio de actitud de Neville ¿desde
cuándo su atolondrado Gryffindor era tan seguro de sí mismo? -
¿sabes qué? Ya me cansé de eso, ya nadie más se va a aprovechar de mi – esta
vez el moreno sonaba muy seguro y decidido, tanto que alegró mucho al rubio,
pero a le vez le dolía, porque él también estaba incluido en la palabra ‘todos’ – esta
vez dejaré de ser la burla de todos y nadie más me tocará sin que yo esté de
acuerdo.
-Pues me alegra Longbottom, aunque dudo mucho que alguien quiera estar
contigo.
-Qué no te acabo de decir…
-Sí, bla, bla, bla… ¿en verdad crees que alguien querrá estar contigo
cuando hay muchos allá fuera mejor que tú en todos los aspectos? ¡Por Merlín
Longbottom! No te creas el más bueno del
colegio solo porque perdiste unos cuantos kilos.
-¡Cállate Malfoy! – Exigió Neville enojado y dolido– tú no eres mejor
que yo, tan patético y débil, haciéndote el mártir solo para sacar provecho de
los demás – bien eso le dolió al rubio y esta vez sí se estaba enojando.
-Pero por lo menos no ando causando lastima ni pepenando amor, ¿sabes
qué más? Maldigo la hora en que la profesora Sprout me asignó a ti de
compañero, cómo odié ese momento, te odio a ti, por ser tan patético, me das
asco Longbottom aún no sé cómo tuve la
estúpida idea de poder acostarme contigo, pero me alegra que hayas abierto la
boca y así poder detenerme a tiempo y no cometer el peor error de mi vida.
Dentro de Neville crecía un sentimiento de odio repentino hacia aquel
chico que le estaba escupiendo veneno ¿Cómo podía ser tan cruel? ¿Cómo aquel
chico que puso primero a su amigo antes que a él*, pudiera sentir tanto odio
hacia una persona? pero lo que más le dolía a Neville era que en verdad las
palabras hirientes de Draco le estaba haciendo odiarlo, apretó fuertemente su
‘recordadora’ con su mano.
Draco había dicho lo que tenía qué decir, no era precisamente lo que
había tenido en mente desde un principio, pero al final su orgullo Malfoy y su carácter de Slytherin salió ganando, iba
a darse la vuelta dispuesto a irse antes de que pudiera arruinar más las cosas,
pero pareciera que ese definitivamente no era un día normal como había pintado
desde un principio, ya que Neville le había arrojado algo directo a su cara,
pero como gran buscador del equipo de Slytherin, atrapó el pequeño objeto con agilidad: la
recordadora.
-Sí, como dije: patético Longbottom – sentenció al mismo tiempo que
estrellaba la esfera, que se había tornado de color rojo en cuanto estuvo en su
mano**, en el suelo dejándola inservible.
Se dio la vuelta y se retiró del lugar, dejando a un Neville afligido.
*****
En la sala común de los leones, estaba el trío dorado en plena
discusión, aunque solo Hermione era la que quería que los chicos entraran en
razón, uno más que el otro, pues el ojiverde se empeñaba en realizar su plan,
el pelirrojo estaba enojado y también quería venganza, pero también estaba muy
sentido y eso no le permitía en disfrutar el hacer sufrir a aquel moreno Slytherin
como lo quería hacer sufrir su amigo al otro chico.
-Harry es mejor que te olvides de esa ridícula venganza – le volvía a
recriminar la chica – ¿Cuántas veces te tengo que repetir lo que tu amigo
Ronald te dijo? ¡Theo no sabía nada y no era parte de la estúpida esa apuesta!
-¡Bla, bla, Hermione! ¡Yo la voy a llevar a cabo no solo por eso, sino
por lo que me ocultó!
-¿Qué no me dijiste que ese fue solo el plan de Malfoy? – El ojiverde
gruñó – creo que ya es hora que te des cuenta que Theo no tiene la culpa de cómo
sus amigos actúan. Tampoco te estoy diciendo que el chico es un santo, pero te
ha estado demostrando que en verdad te quiere – Harry estaba asimilando esa
información, pero la verdad le era más placentero odiar aquel castaño Slytherin
y llevar a cabo su venganza - ¡Harry! Piénsalo antes de hacer cualquier
idiotez, no sería la primera vez, ¿recuerdas lo que hiciste cuando creías que Theo
salía con Luna?***
-Eso fue diferente – le murmuró – además quiero que sienta lo que yo
sentí cuando me enteré de que mis sentimientos fueron manipulados ¿Qué hubieras
hecho tú en mi lugar Hermione? ¿Lo perdonarías así de fácil?
-No tan fácil, pero hablaría las cosas civilizadamente y no empezaría
una absurda venganza como niño tonto inmaduro.
-Niño, tonto e inmaduro ¡eh! Mira quién lo dice, la que nos estuvo
ignorando por un mes, porque descubrió que su mejor amigo, que le gustaba,
salía con un Slytherin, ¡eh!
-¡Basta, Harry! Nunca cambiaras ¿verdad? Espero que te des cuenta que
tu absurda venganza no te llevará a nada bueno – la chica ahora se dirigió a
Ronald.
-¡Y tú! ¡Espero que no le sigas el patético juego que se ha empeñado a
cumplir!
-Hermione, creo que ese Zabini si se lo merece – le reclamó Harry – él
si jugó con los sentimientos de Ron.
-Por supuesto que sí, pero insisto que se arreglarían las cosas
conversándolas, ¡no con guerras inútiles! Además… - cambiando su tono de voz se
dirigió a su amigo pelirrojo – Ron, vi a Zabini hace unos momentos y en verdad
estaba mal, creo que nadie puede fingir el amor… o el sufrimiento tan
perfectamente, y un Slytherin menos… - salió del cuarto dejando a los chico
pensativos.
-Claro que sufre – dejó salir el ojiverde después de un rato – no
cumplió los dos años de la puesta, le duele no haberse ganado los quinientos
galeones, o a lo mejor sí, uno nunca sabe lo que en verdad piensan esos
traidores, ¿qué dices Ron, estás conmigo o no?
El pelirrojo lo observó con cautela y no estaba tan seguro de que el
plan que tenía en mente su amigo era muy buena idea, pero por otro lado también
quería venganza contra aquel Slytherin, pues seguramente ya a estas alturas del
partido, tendría en su poder los quinientos galeones en su bolsillo, un año o
dos ya no importaba, de todas formas sí logró su objetivo: sí se enamoró de él.
Además ya no soportaba estar así por culpa de él, se sentía como idiota
llorando por alguien que no valía la pena, porque no lo valía ¿cierto? No, no
lo valía, para él fue solo una apuesta… y si lo pensaba bien, la ridícula
“galleta de la fortuna” había acertado en la ‘predicción’.
“¡Estúpido Blaise!”
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su lechuza entró a su
cuarto dándole una carta: era de su mamá. La abrió con cautela, esperaba por
todos los medios que su madre no se hubiera enterado de su reciente rompimiento
con aquel chico, pero no, la carta parecía tener una buena noticia para él.
-Mamá me envió una lechuza, diciéndome que ya fueron elegidos los
cuatro candidatos para cumplir con el Pacto; así que ya no habrá
problema con Blai… - de la emoción el pelirrojo había comenzado a hablar en voz
alta, pero se detuvo, al reflexionar lo que había estado a punto de decir… y ¿si
su moreno Slytherin estaba dentro del Pacto? ¿También le había
ocultado esa importante información?
-¿Qué Pacto? – preguntó Harry curioso.
-Se supone que es un secreto entre los ‘sangre pura’ y solo se les
revela a aquellos a los que han sido elegidos – aunque claro esa no fue
suficiente explicación para el ojiverde y Ron haciendo una excepción y después
de que Harry le juró que no le diría a nadie más, le contó todo lo que sabía
sobre el Pacto, puesto que su madre les había hablado de este asunto un tiempo
atrás.
-Entonces, Theo podría ser elegido…
-Blaise igual… - concluyó el pelirrojo.
Ambos leones se envolvieron en su ensimismamiento, cuando creían que
las cosas no podían empeorar a cada minuto, ¿Por qué demonios se tuvieron que
enamorar de unos Slytherin? ¿Por qué?
-Ya basta de lamentarnos – sentenció Harry de pronto – esos malditos
traidores no merecen nada de nosotros, así que opino que bajemos a comer y
después iremos a la clase de Pociones y no le demostremos que
nos afectaron sus acciones. Es hora de que ellos sufran – esto último lo dijo
con cierta malicia.
-Es verdad – coincidió Ronald – seguramente deben estarse riendo de
nosotros y gastándose los quinientos galeones recién ganados.
*****
Draco había estado deambulando
por los pasillos del castillo, sin rumbo fijo, sinceramente se estaba
odiando ¿Por qué demonios le dijo todas esas cosas a su atolondrado Gryffindor? En verdad odiaba
esos momentos en donde su orgullo era el ganador, ya que, no solo lastimaba a
los que él quería, sino que también se hacía daño a él mismo, se odiaba por ser
tan orgulloso, tan frío, tan arrogante, ¿Cómo demonios arreglaría todo? Pues
aquel león en verdad se había enojado con él y le daba la razón, de hecho al
rubio no le sorprendió que le hubiera tirado la ‘recordadora’.
Se maldijo al recordar esto último, ¿Por qué lo hizo? Ese objeto era un
recuerdo valioso de su madre para aquel moreno y él con su absurdo ‘miedo’ hizo
lo que jamás se había propuesto hacer:
lastimar a Neville.
Dio golpes con puño cerrado a la pared de enfrente, varias veces hasta
hacerse daño, en el último golpe, unos murmullos que se acercaban a él, lo
sacaron de su autocastigo.
-Lo siento Theo, en verdad, yo…
-¿Dejarías de estarte lamentando? Y decirme de una maldita vez ¿en qué
demonios consistía tu maldita apuesta? – escuchó reclamar a Theo, muy pocas ocasiones lo había visto y
escuchado tan enojado como en estos momentos – al menos para saber cómo fue a
que llegue a todo esto – Blaise se sentía terrible y se maldijo por haber abierto
la boca el año pasado y haber dicho aquella idiotez, pero aun así le relató
todo a Theo, después de todo, se lo debía.
-¡Por Merlín Blaise! – exclamó Theo algo enfadado, aunque en realidad
ya no tanto - ¡¿Quinientos galeones?! – no sabía cómo expresarle todo lo que
pensaba de eso, pero a pesar de estar enfadado con todo y con todos, se
controló, se dio la vuelta dispuesto a irse del lugar.
-Discúlpame Theo, ¡Theo! – le llamó al ver que su amigo ya estaba yéndose
del lugar – Theo ¡espera! Yo, en serio lo siento.
-Conmigo no te disculpes Blaise, es con Weasley.
-Pero por mi idiotez tú y Potter. Yo…
-Lo sé, solo déjame solo, he dicho muchas cosas este día de las cuales estoy
arrepentido y no quisiera decir otra más…
-Theo…
-Blaise, en serio, después hablamos, por ahora digamos que todo lo que
te pueda decir te hará sentir peor de lo que ya estas y es lo último que quiero
¿de acuerdo? – pero el Slytherin no esperó respuesta de su amigo, pues en
verdad le estaba costando trabajo controlarse, estaba enojado. Sí, pero con él
mismo, y no quería descargar su frustración en su moreno amigo.
-Bien – murmuró Blaise triste al ver que su amigo se iba, ¿Qué más
podía pasar ese día?
-La última vez que vi a Theo así de enojado, fue cuando Montague le
cortó el brazo – comentó Draco al llegar
con su amigo el italiano, el cual solo lo observó - ¿Qué ocurrió?
-Todo, quisiera que por una maldita vez, no decir o hacer alguna
estupidez – el rubio enarcó una ceja en son de duda, pues no entendía nada –
Potter, se enteró de la apuesta y le reclamó a Theo.
-Eso, eso fue algo que no calculamos bien ¿cierto? – dijo con una mueca
de dolor, pues su mano le empezaba a doler.
-Vayamos al gran comedor, debo pensar bien en lo que voy a hacer para
arreglar todo este embrollo que causé– le sugirió, pero al emprender su camino,
vio la mano de Draco lastimada - ¿Qué te ocurrió a ti? – le preguntó señalando
su mano.
-Error de cálculos, Blaise.
-¿Longbottom? – se arriesgó a preguntar, total ya su día no podía ser
peor. El rubio sacó un suspiro.
-Sí…
-Pasemos a la enfermería antes.
-Bien.
Ambos se dirigieron en silencio al lugar, absortos en sus pensamientos.
*****
Dentro del castillo, la noticia de la apuesta de Blaise se había
esparcido ¿Cómo fue que se enteraron? Bueno, después de todo el dicho de ‘las paredes oyen’ pues no es tan erróneo, ya que en este colegio,
hay cuadros y fantasmas, que no son
menos discretos que los propios alumnos, así que la mayoría de los que habitan
en el colegio ya sabían TODO, claro con ciertas exageraciones, por lo tanto no debería
extrañarle a Blaise y a Draco que sus compañeros los vieran con orgullo y los
de las otras casas (en especial la de los leones) con cierto odio y desdén.
Tres miradas, una ojiverde, una ojiazul y una ojicastaña (que estaba a
dos lugares de los otros dos), se posaron en los dos chicos recién llegados al
gran comedor.
-Recuerda Ron – le animaba Harry
– no demuestres debilidad, ellos tienen que sufrir aunque sea un poco de lo que
nosotros hemos sufrido por su causa.
-Sí – le reconfortó el pelirrojo, aunque por dentro se sentía mal, pues
temía que su sospecha con aquel rubio y su Blaise se cumplieran, ahora que él
había descubierto la apuesta.
Harry aunque aún estaba decepcionado y enojado con Theo por lo
ocurrido, aún seguía pendiente de él y por eso no le pasó desapercibido el
hecho que su castaño Slytherin no estuviera con sus dos idiotas amigos; los
cuales avanzaron como si nada hasta llegar a su lugar de siempre, al menos para
los demás, porque al igual que los leones, ellos se sentían mal, sino es que
peor.
A unos cuantos lugares más allá de los dos amigos, una chica rubia
sonreía con autosuficiencia, cosa que no le pasó por alto a su compañera de al
lado.
-Te veo muy feliz hermana, ¿Qué tramas? – le preguntó recelosa la
Greengrass menor.
-Nada Astry… simplemente estoy feliz – pero la hermana menor no se la
creyó, conocía bastante bien a su hermana para saber que tramaba algo.
-Es por el rumor ¿cierto?
-¡Sí! Sabía que tarde o temprano ese idiota de Potter iba a separase de mi prometido, se tiene que
acostumbrar ¿no? Después de todo Theo y yo nos vamos a casar.
-Hermana, no deberías…
-Es hora de clases… me voy – cortó la plática, pues sabía que su
hermana menor comenzaría con un monologo sobre el Pacto y que no podía obligar
a Theo a casarse con ella.
*****
Cuando Draco y Blaise entraron al aula de pociones, ésta se encontraba vacía,
pero lentamente se iba llenando; esa clase sin duda sería eterna, no solo
porque era doble hora, sino porque ese día les tocaba trabajar con sus compañeros de deberes.
Los Gryffindor llegaron al aula y no disimularon su enojo ante los
Slytherin, Ron se fue hasta su lugar y no le importó ignorar al moreno sin
disimulo, cuando éste le saludó. Por otro lado Harry se fue a sentar, sin
despegar la mirada fulminante ante aquel Slytherin castaño que acaba de llegar
al aula y que enseguida fue abordado por una chica rubia de su misma casa.
-¡Hola Theo! – la chica no disimulaba nada el coqueteo con aquel chico,
que sin duda pasaba por alto por el chico en cuestión, pues Theo solo estaba viendo
la manera en cómo poder hacer las paces con su amado ojiverde, comprendió que no sería fácil cuando lo vio lanzarle miradas fulminantes.
-Nos vemos luego Daphne – se despidió de ella para irse a sentar con
Harry, cosa que no le agradó a la chica, pero como sabía que cierto Gryffindor tenía
la vista fija en ellos dos, se despidió de su amigo con un beso en la mejilla y
con una caricia en el hombro.
El Slytherin no le dio importancia, solo tenía un propósito en mente:
hablar con Harry, pero al llegar al lugar, el chico en cuestión se dio la vuelta para hablar con su amigo
pelirrojo el cual había hecho lo mismo cuando Blaise le había preguntado algo.
Los que de plano no habían siquiera hablado o tratar de ignorarse eran
Draco y Neville, los cuales en el momento en que se sentaron en sus respectivos
lugares, solo se interesaron en observar: el primero a la pared, y el segundo a
la mesa. ¿Por qué demonios era tan difícil expresar sus sentimientos? ¿Por qué
simplemente olvidar y perdonar no era tan sencillo? Sin duda eran más las cosas
malas que las buenas que los distanciaban a ambos bandos.
Fueron los cinco momentos más tortuosos del trío
plateado y para los Gryffindor, nunca creyeron decir o siquiera pensar en esto,
pero anhelaban con todas sus fuerzas que el profesor Snape llegar para que les
impartiera la doble hora de pociones.Aclaraciones:
*Pues ya saben ¿no? Lo del plan que hizo Draco para que Harry lo odiara y se fijara en Theo…
**La recordadora se puso de color rojo, porque Draco había olvidado algo: La predicción de la Galleta de la Fortuna.
***Fue cuando Harry invitó a Boot a salir frente a Theo… si lo recuerdan verdad???
__________________________________
me encanta ese drama que le pusiste jeje
ResponderEliminarya sabia yo que cuando se destapara lo de la apuesta iba a causar muchos problemas jeje
me encanto este capitulo ^-^
Att:Taeko-kun
Hello Taeko-kun (:
ResponderEliminarJejeje seee, de todo ocurrió después de descubrirse la apuesta n.n
Me alegra que te siga gustando la historia ^^
Besos
PISLIB n_n