miércoles, 28 de diciembre de 2011

Capitulo Veintiséis: ¡Sorpresas!

Cómo llegar a tu corazón



Capitulo Veintiséis: ¡Sorpresas!


En cuanto Snape se dirigió a la enfermería seguido de un Dumbledore, tanto Blaise como Draco no dudaron en seguirlos, estaban tan preocupados por la salud de su amigo que no se percataron de que un Harry Potter también los seguía.
Llegaron a la enfermería pero antes de que pudieran entrar la puerta se cerró ante sus narices.
-¡No! – Gritó Blaise desesperado - ¡Maldición!
-¿Qué…? ¿Quién…? ¿Por qué…? – eran preguntas que no terminaban de ser articuladas por el rubio, no se explicaba quién demonios sería capaz de hacerle algo así a su amigo.
-Esto no está bien Draco – dejó salir Blaise preocupado.
-Por supuesto que no, además… - pero Draco dejó de hablar al ver que tenían compañía, su amigo el italiano se percató de la interrupción  y siguió la mirada de su amigo para descubrir al ojiverde.
-¿Tú qué haces aquí? – Le reclamó el moreno – ¡¿no que ya no querías nada con Theo?! Porque no te largas y…
-¡Blaise! – Draco tuvo que agarrarlo por la espalda porque su amigo estaba dispuesto a estrangular a aquel Gryffindor.
-¡No me voy a ir hasta saber qué pasó con Theo! – también reclamó Harry hablando por primera vez.
-¿Para qué? ¡¿Para seguir con tu patética venganza?!
-¡Que no hubiera iniciado sino fuera por ti! O ¿ya se te olvidó porque todo esto pasó?  Con tu estúpida apuesta y…
-¡Ya cállate Potter! – ordenó Draco pues Blaise por ser más alto que él, al parecer era más fuerte y ya estaba zafándose del agarre y tarde o temprano se lanzaría contra él – si quieres saber sobre la salud de Theo, ¡solo cállate!
-¿Qué pasa Malfoy? ¿La verdad les duele? ¡No me callaré si todo lo que ha ocurrido entre Theo y yo es todo por su maldita culpa!
-¡Y tú, qué! ¿Lo que sale por tu ‘linda’ boca también es nuestra culpa? Si mal no lo recuerdo Theo dijo que probablemente no iba haber reconciliación y si mis conclusiones no fallan, ¡es porque tu no lo has querido!
Silencio. Fue lo que hubo por parte del león.
-Suéltame Draco, no le haré nada – ordenó el italiano y el rubio obedeció – así que Potter, si vas a quedarte aquí espero que sea para algo bueno, porque cuando Theo salga de ese enfermería, lo último que queremos es que le hagas más daño.
El Gryffindor  solo bajó la mirada y obedecer a aquel Slytherin.

Al salir Snape de la enfermería se encontró con Draco, Blaise y Harry los cuales parecían haber estado discutiendo, hasta que él salió, sintió las miradas angustiante de los tres chicos, los cuales lo invadieron de preguntas.
-¿Cómo esta?
-¿Podemos verlo?
-¿Está bien?
-¿Padrino? – el rubio volvió a preguntar al ver a Snape con un semblante serio.
-El joven Nott, por el momento está estable – los chicos sacaron todo el aire que tenían comprimido en sus estómagos – pero aún así sigue delicado. El veneno era muy potente, por poco no se salva…
‘Por poco no se salva…’
‘Por poco no se salva…’
‘Por poco no se salva…’
Las palabras retumbaban en la cabeza de Harry, era verdad se sentía mal por cómo lo trató, pero ¿cómo iba a saber lo que le ocurriría tan solo unos minutos después? Si lo hubiera sabido, probablemente no lo hubiera hecho.
-¿Podemos verlo? – habló Draco, sacándolo de sus pensamientos.
-Lo siento, pero Dumbledore  prohibió las visitas.
-Por favor… - suplicó Draco con esa mirada que a Snape le era imposible negarle cualquier cosa.
-Solo, si madame Pomfrey lo cree conveniente – el profesor dejó pasar a ambos alumnos, Harry también quería entrar a verlo, pero dudaba mucho que Snape le dejara pasar por mas miradas suplicantes que le pusiera, así que cabizbajo se dio la vuelta y regresó al Gran Comedor.
*****
Albert Nott se encontraba sentado a un lado de la cama donde apaciblemente dormía su hijo, el mayor observaba cómo su primogénito descansaba, mientras reflexionaba en lo ocurrido.
Ya habían transcurrido dos días desde que le habían avisado lo ocurrido con Theo, sinceramente el mayor dudaba mucho que lo ocurrido fuera un accidente, de hecho la opinión de Dumbledore al respecto no sonaba tan descabellada, lo que había ocurrido era: una advertencia. Sí, y el señor Nott sabía de quién venia, pues a unas cuantas horas del pequeño ‘accidente’ había tenido una visita poco agradable en su casa por parte de Greengrass, y muy claramente le había dicho:
“Dile de una maldita vez a tu hijo del compromiso o tendrás que atenerte a las consecuencias Nott”
-¡Estúpido Greengrass! – Soltó el mayor – ¿Por qué tienes que arruinar a mi familia? Primero Susan… - observó a su hijo preocupado – pero a Theo, ¡jamás!
El mayor se levantó de su lugar y antes de salir,  acarició con su mano derecha la frente aún pálida de su hijo y se encaminó a la puerta, pero al abrirla se encontró con que alguien estaba afuera, aún indeciso si entrar al lugar o no. El mayor lo observó detenidamente, el chico vestía con túnica roja, así que concluyó que era un león, de cabellera negra azabache, ojos color verde esmeraldas que se escondían tras unos cristales de unos lentes, concluyó que el chico era el famoso Harry Potter que tanto le había platicado su hijo.
-Eres Harry ¿cierto? – el chico entornó los ojos, pues lo habían descubierto en su pequeña travesura, puesto que sus planes era entrar a escondidas a la enfermería, ya que las visitas aún estaban prohibidas.
-Emh, yo… este…
-Soy Albert Nott, un gusto en conocerte – se presentó amablemente el adulto y a Harry casi se le cae la mandíbula al piso por la sorpresa  y  bueno, porque no, la pena. ¿Theo le habría dicho a su padre que ellos dos ya habían terminado?
-Un gusto señor, soy… Harry.
-Tenía ganas de conocerte, Theo me ha hablado mucho de ti. Pero pasa muchacho – lo invitó el mayor.
Harry no estaba muy seguro de entrar, pues no tenía autorización por ningún maestro o madame Pomfrey, pero el Señor Nott contaba como autoridad ¿no? Además de que quería ver al castaño, esos dos últimos días habían sido muy tortuosos, así que le ganó más su lado curioso y así fue como entró a la enfermería.
*****
Draco se encontraba junto con su NOVIO sí, se sentía orgulloso de decir eso NOVIO, como iba diciendo, Draco se encontraba con su novio en las orillas del lago, a pesar de que ambos estaban muy felices de su reciente relación, estaban muy preocupados por la salud del amigo del Slytherin, puesto que el chico llevaba dos días sin despertar.
-Muy pronto lo hará – le animaba el moreno, el cual estaba recargado en el pecho de su novio.
-Aún no entiendo quien querría hacerle daño… - dejó salir, el rubio,  absorto en sus pensamientos mientras que le daba tiernas caricias en el cabello de su chico.
-Harry está muy preocupado por él.
-Supongo que la culpa no lo deja dormir – dejó salir con un poco de resentimiento el Slytherin.
-No, Harry en verdad lo quiere – dijo  el moreno muy serio incorporándose, haciendo que Draco lo viera ceñudo.
-Si Potter lo quisiera no lo hubiera mandado a ‘sembrar calabazas’ – le dijo arrastrando las palabras.
-Pero tú no conoces a Harry como yo lo hago y…
-Neville, no quiero discutir contigo sobre esto.
-Yo tampoco, pero no quiero que tengas a uno de mis mejores amigos en un mal concepto.
-Él se lo ganó, yo no se lo puse – refunfuñó el príncipe de Slytherin.
-Es como si yo dijera que a Zabini nunca le importó Ron – contra-atacó el león.
-Eso es diferente.
-¿Por qué? ¿Por qué es tu amigo?
-No, porque Blaise si está enamorado de Weasley desde hace mucho tiempo y…
-Draco podemos pasarnos toda la tarde en esta discusión tonta, claramente tu defenderás a tus amigos y yo a los míos.
-Porque mis amigos no son…
-¡Ni los míos! – gritó Neville.
-¡Bien! – también gritó Malfoy.
-¡Bien! – ambos habían volteado hacia los lados… y definitivamente nada de eso estaba ‘bien’.
Y por más que el rubio no quisiera aceptarlo, Neville tenía razón, cada quien defendería a sus amigos y no quería discutir con él de algo que ellos no habían hecho, y si en ellos estaban que sus amigos se volvieran a reconciliar con sus respectivas parejas, pues no pasaba nada con intentarlo, además de que odiaba pelearse con su chico. Sí, tenían poco tiempo en su relación sentimental pero ya se había acostumbrado a él desde aquel día que los asignaron como compañeros de deberes en Herbología, y cuando discutieron por primera vez fueron los momentos más tortuosos de su corta vida y no quería que eso volviera a ocurrir.
-Lo siento Neville – se  disculpó – tienes razón, además Blaise fue el que comenzó todo, bueno yo también contribuí a eso, pero…
El rubio fue callado por un beso en la boca por parte de su novio, el cual al separarse estaba rojo como tomate, encontrándose con un rubio sorprendido por esta acción.
-Perdón, es que yo…
-¿En qué quedamos con eso de estar pidiendo perdón?
-Emh…
-Además, ya somos novios, y – el rubio se acercó a su novio – yo también quiero besarte… - se inclinó hacia su chico y comenzó a besarlo de manera dulce, el rubio se acercaba más al moreno y éste cada vez se dejaba llevar hasta que ambos quedaron acostados en el pasto.
*****
Harry llegó hasta el lado izquierdo de la cama donde descansaba su ex novio y se sentó en la silla cercana, no pudo evitar que unas pequeñas lagrimas se le salieran, se sentía muy mal por cómo habían sucedido las cosas entre ambos ¿cómo remediarlo?
-Theo… - murmuró mientras rozaba con las yemas de sus dedos, la mano izquierda del chico.

Theo  escuchaba voces a lo lejos, lentamente abrió sus ojos y se dio cuenta que estaba en un lugar muy familiar. Reconoció inmediatamente el despacho donde su padre pasaba horas y horas trabajando, sí, estaba en su casa, ¿Cómo llegó ahí? Se incorporó y las voces que lo hicieron despertar segundos atrás las comenzó a escuchar más de cerca…
¡Paf!
Se escuchó el golpe repentino de la puerta  del despacho y de ella se adentró una mujer, muy bonita, su piel era blanca, cabello negro y ojos de color cafés claros. Sí, Theo conocía a esa mujer, por supuesto que sí.
-Mamá… - murmuró sorprendido ¿Qué hacia su mamá ahí? No es que no le agradara la idea de volver a verla, pero ella había muerto hace muchos años cuando él solo era un crío o ¿al caso él era el que había muerto?
Vio a su madre ponerse en contacto con alguien vía chimenea.
-¡¡Ya no puedo más!! ¡¡Por favor ven por mí!! – Escuchó a su madre pedir con voz desesperada – ¡¡ya no aguanto más!! ¡Si no vienes por mí, me mataré, lo juro por Merlín!
A Theo le invadió una angustia terrible, ¿Su madre quería morir? ¿Por qué? ¿Qué estaba pasando? ¿A quién estaba pidiéndole ayuda? Pero sobre todo, ¿Por qué esto se le hacía tan familiar?
Se lo preguntaba cuando de pronto se vio a sí mismo atrás de su madre, cuando ella se dio la vuelta lo descubrió y le preguntó en un tono de fastidio:
-¿Qué haces aquí?
Pero era más que eso, la voz de su madre le sonó llena de rencor, como si lo odiara.
-Yo… - se oyó balbucear, se le hizo algo incongruente este sueño, o ¿recuerdo? No, no podría ser un recuerdo, su madre murió cuando él tenía tan solo cuatro años, eso le había dicho su padre. Entonces, ¿Por qué él estaba ahí con su madre?  Se veía perfectamente, lo recordaba muy bien ese día, ¡era su cumpleaños número trece! Lo sabía porque esa sudadera que llevaba puesta, en esa especie de ‘sueño’  se la había regalo ese mismo día su padre.
-¡Vete de aquí! ¡No quiero verte! ¡¡¡Me recuerdas a él!!!
El lugar fue invadido por una especie de neblina y el Theo actual solo recordó algunos gritos más de su madre. No sabía a ciencia cierta qué era lo que había ocurrido, pero de pronto se sintió triste, muy triste  y preocupado ¿Qué había ocurrido con su madre? ¿Por qué demonios salió esa neblina de la nada?
-¡Theo! – escuchó que su padre lo llamaba, pero no lo vio cerca de donde él estaba, además de que su voz sonaba lejana, muy lejana
Pero aun así no dejó de buscar a su madre  ¿Dónde se había ido? Comenzó a llamarla, pero no le daba respuesta, la llamó con desesperación, incluso creyó que se quedaría afónico por lo fuerte que la llamaba, pero aún así no escuchó respuesta de parte de su madre,  incluso pensó que ya no estaría en ese lugar, hasta que la voz del ‘Theo de 13 años’ le llamó la atención.
-¡Mamá! ¡No! – gritó.
Y  entonces la vio, estaba ahí en el suelo inerte, sin vida… muerta.

-¡¡NOOO!! – fue su  grito desgarrador lo que lo obligó a sentarse de golpe y despertarse de tan terrible ‘pesadilla’.
-¡Tranquilo hijo! – Le trataba de calmar su padre, pero el chico parecía no escucharlo, seguía alterado por el reciente sueño, sus lagrimas caían sin control alguno por sus pálidas mejillas – ¡Theo! – le llamó su padre forzándolo a que lo mirara a la cara.
-¡Papá! Mamá… ella… ella – no podía ordenar sus ideas, sentía un enorme hueco en el pecho y no comprendía el por qué  estaba todo mojado y por qué temblaba si solo había sido un sueño ¿no? – ¡ayúdala!
-Albert, has que se tranquilice – le dijo la medimaga al señor al ver que el chico seguía alterado y diciendo cosas sin sentido, aunque claro, cosas sin sentido para Harry, porque para ella y para Nott, todo estaba claro.
-Mi mamá  ¡papá! Ella… la luz, papá la luz… la chimenea… ¡ayúdala! – pedía el castaño llorando.
-Theo…
La medimaga supo que tenía que hacer algo al respecto, pues evidentemente Nott también estaba perdiendo el control de la situación.
-Albert, Theo puede caer en un estado crítico sino lo calmas, no puedo hechizarlo en ese estado.
La escena era algo tensa,  al parecer solo el señor Nott y la medimaga estaban al tanto de la situación porque la medimaga trataba por todos los medios que el señor no cediera ante su angustia. Harry,  que se había alejado un poco de la escena, veía al Slytherin  de manera preocupante sin entender nada, jamás lo había visto llorar así, tampoco lo había visto perder el control de esa manera, nunca lo había visto en ese estado y estaba más que claro que no lo quería seguir viendo así, ¡alguien tenía qué hacer algo!
Harry no fue el único en ver esa faceta de Theo, también lo habían sido sus amigos: Blaise y Draco, los cuales habían ido a visitarlo (pues ellos tenían un permiso especial) y también estaban impactados por lo recién ocurrido.
-¡Theodore! – Lo llamó su padre y el chico pareció reaccionar, solo por unos momentos los cuales aprovechó para hablarle el mayor – tranquilízate hijo, por favor… - el chico lo vio directamente a los ojos.
-¿Pa- papá? – el chico pareció caer en cuenta que alguien lo llamaba, vio a su padre  a su lado, pero aun así no dejó de respirar agitadamente.
-Ya está todo bien hijo… - le tranquilizaba Albert, al mismo tiempo que lo abrazaba.
Theo  también lo había abrazado y  comenzó sollozar ¿Qué había ocurrido? ¿Por qué tenía la sensación de que eso no había sido un simple sueño? ¿Por qué…?
Ya no alcanzó a formularse la última pregunta, porque la inconsciencia lo invadió.
-¿Pomfrey? – preguntó preocupado Albert.
-Necesita descansar, le lancé un ‘Desmaius’, no creo que recuerde nada de lo recién ocurrido cuando vuelva a despertar.
*****
Abrió los ojos lentamente, pero la luz le lastimó un poco, así que tuvo que cerrarlos nuevamente; esperó unos momentos más para intentar nuevamente abrirlos y acostumbrarlos a esa claridad, la visión que tuvo frente a él era un poco borrosa, pero luego la vio más clara, distinguió unas camas al otro lado de la habitación, se le hizo familiar ese lugar, pensó en ‘enfermería’ justo en el momento en que una voz tímida a su lado derecho lo recibió con un ‘hola’.
Ladeó su cara para encontrarse con una mirada ojiverde y una sonrisa un poco triste.
-Hola… Harry – lo saludó, pero Theo tampoco pudo disimular su sonrisa triste. Y pensar que tan solo unos días atrás todo estaba tan bien entre ellos…
-¡Theo! Ya estas despierto – saludó la medimaga al llegar junto a él y el chico le sonrió sin responderle a lo evidente - ¿Cómo te sientes?
-Mejor. Un poco mareado, pero supongo que es normal, porque lo es ¿verdad? – preguntó algo nervioso.
-Claro que es normal, iré por la poción para que te recuperes más rápido, mientras tanto Potter te puede poner al corriente – y sin más que decir Pomfrey se fue a su oficina.
-¿Cuánto tiempo llevo aquí? – le preguntó al león.
-Tres días – el castaño entornó los ojos ¡tres días! Quiso levantarse, pero Harry alcanzó a detenerlo – mejor no intentes nada, hasta que madame Pomfrey lo diga – el castaño analizó esa frase y no se opuso a ello.
-Tres días… – murmuró bajo el Slytherin, necesitaba saber qué había ocurrido en esos tres días, ¿sus amigos ya habían hablado con sus prometidas? ¿Blaise ya había hecho las paces con Weasley? ¿Su papá…? ¡Su papá!
-Tu padre ha estado aquí desde ese día, y no se había despegado de aquí, pero hoy madame Pomfrey lo obligó a irse a descansar – le explicó el Gryffindor.
-Debió haberse asustado mucho… - dejó salir Theo mirando hacia la nada.
“De hecho, fuimos todos” pensó el ojiverde, observándolo.
Tenía que decírselo, tenía que decirle lo que había pensado aquel día que habían platicado frente al lago.
-Si quiero… - dejó salir, llamando la atención del castaño, el cual frunció el ceño ligeramente.
-¿Qué?
-Cuando hablamos la última vez, frente al lago, me preguntaste algo, mi respuesta es: sí quiero.
-Harry…
-Te amo y quiero estar a tu lado.
-Harry, no quiero que regreses conmigo por lo que me ha pasado.
-No, no es eso…
-Escucha no te sientas culpable, lo que ocurrió, ni siquiera yo sé el por qué, pero tu habías tomado una decisión y… - el castaño fue callado por un par de dedos que se posaron en sus labios.
-No te respondí en aquellos momentos, porque mi cabeza era un caos, pero en cuanto me dejaste solo, ya tenía la respuesta y es esta misma que te estoy diciendo ahora,  tenía planeado decírtelo en cuanto llegara al Gran Comedor, pero luego ocurrió todo esto y sí me asusté, porque temí que esto que estoy diciéndote ahora, lo estuviera diciendo a una lapida con tu nombre escrito – el ojiverde rosó los labios de aquel chico con la yema de sus dedos antes de retirarlos.
-Lo siento – se disculpaba el castaño – siento que todo lo que habíamos construido fuera a base de mentiras.
-Tú lo dijiste Theo, lo hecho, hecho esta, es mejor no mirar atrás, yo no lo haré y tampoco lo reprocharé si tampoco tu lo haces… - el Slytherin  le sonrió.
-De acuerdo.
Harry le devolvió la sonrisa y se inclinó para besar los labios de su chico. Madame Pomfrey ya llegaba con el vial, pero al ver a los chicos recién reconciliados, mejor dejó para un rato más la poción y se fue a su oficina discretamente.
*****
Desde el atentado con Theo ya había transcurrido cuatro días y parecía que ya todo estaba ‘normal’. Al Slytherin  le acababan de dar el ‘alta’, después de tantas recomendaciones por parte de la medimaga el Sr. Nott pudo irse más tranquilo nuevamente de viaje.
Minutos después entraron a la enfermería sus dos amigos.
-¿Cómo te sientes? – preguntó Blaise al ver a su amigo sentado en la orilla de la cama, mientras se terminaba de ponerse los zapatos.
-Mejor – dejó salir sinceramente el castaño, pero al parecer los que no estaban tan bien eran sus dos amigos recién llegados, pues traían unas ‘caras’ - ¿ocurre algo?
-No – contestó rápidamente el italiano, pues no quería preocupar a su amigo, pero éste enarcó una ceja ante lo evidente y terminó diciéndole – bueno sí, Draco ya sale con Longbottom – dijo como no queriendo la cosa.
-Sí, gracias por arruinar el momento – gruñó el rubio con un ligero rojo en las mejillas.
-Qué bien ¡felicidades! – dijo sonriente Theo.
-Y ¿tú con Potter? – quiso saber Blaise al recordar las veces que había visto al león rondando cerca de la enfermería.
-Ya estamos bien…
-Sirvió de mucho el haberte casi muerto entonces – murmuró el moreno con pesar, pensado en la suerte que él había tenido con su lindo pelirrojo.
-¡Blaise! – Regañó Draco – Theo pudo en verdad haber muerto.
-Lo sé y me alegra que no ocurriera, pero no me vas a negar que gracias a eso Potter y él están juntos nuevamente ¿no? – Draco solo frunció el ceño tratando de adivinar a lo que quería llegar su amigo, sin embargo fue el castaño el que se dio cuenta pronto.
-Ni se te ocurra intentarlo ¡eh! – Advirtió Theo ceñudo – solo habla con él.
-Ese es el problema Theo, él no quiere hablarme, creí que se le bajaría el enojo cuando estuvimos juntos en el castigo con Snape aquel día, pero todo empeoró, me sigue ignorando, además de que primero quiero arreglar lo del Pacto y así no tendría que mentirle nuevamente, por eso ya no he intentado nada.
-Ya que lo mencionas, ¿ya hablaron con las hermanas Greengrass? – preguntó interesado el castaño.
-Emh.
-Blaise…
-Verás, sí pude hablar con Daphne, pero ocurrió lo de tu pequeño ‘accidente’ y se pospuso.
-¿Pero…?
-Verás, Daphne vendrá a la reunión.
-¿Pero…?
-Ella cree que tú también estarás ahí.
-¿Yo? – preguntó perplejo Theo.
-Creo que le caes bien y yo no tanto. Y creyó que quería una cita doble ¿puedes creerlo?
-Yo sí – contestó Draco – ¿sabes Blaise? Me pregunto porque Daphne llegó a esa conclusión, seguramente no se lo dijiste como habíamos quedado.
-¡Claro que sí!
-Mejor hubiera ido yo y todo hubiera salido bien.
-Si bueno, tú estabas ocupado declarándotele a Longbottom – dejó salir Blaise victorioso al ver el sonrojo de su amigo – además ella va a ir a la reunión, bueno solo si… – y volteó a ver a su amigo Theo.
-Bien pues si esa es la condición pues iré, ¿cuándo es?
-Pues si ya estas mejor, mañana mismo.
En eso la puerta se abrió y dejó ver a un Harry Potter muy emocionado.
-¡Hola! – saludó sonriente aunque no pudo evitar el intimidarse al estar con los otros dos chicos, pues la ultima vez, no habían tenido precisamente una conversación normal.
-Hola – le devolvieron el saludo los dos chicos sin siquiera con tono de reproche o una señal de haber tenido un enfrentamiento con él anteriormente y disimuladamente los dejaron solos.
*****
-¿Sabes Hermione? – Decía Ron – se me hace extraño que tú,  precisamente tú, me diga que hable con Blaise.
-Te lo dije la vez pasada ¿no? – Le decía la castaña mientras se paseaba de un lado a otro frente a la chimenea de la sala común – ‘nadie puede fingir demasiado amor por alguien como él lo hace’ además, ¿no lo has visto en clases? Se nota tan ausente. Ron, creo que en verdad él te ama por más apuesta que haya hecho.
-Si es así, ¿Por qué demonios no me ha buscado para pedirme perdón?
-Harry te lo dijo ayer ¿no lo recuerdas? Está buscando la manera de romper el Pacto, que aún no sé de qué demonios se trata – le dijo en reproche, porque los chicos no le habían dicho en qué consistía.
-No cambies el tema Hermione, además, no lo sé, me dolió el hecho de que se haya burlado de mi, de haber jugado con mis sentimientos.
-Tampoco te estoy diciendo que te lances a sus brazos como si nada, solo te digo que si el te busca para pedirte perdón o disculpas o cualquier cosa, no lo ignores. Escucha lo que tenga que decirte y ya tú verás si lo perdonas o no – el pelirrojo no decía nada, solo se limitó a jugar con las ‘interesantes almohadas’ – escucha Ronald Weasley – llamó la chica con cierto enojo – ¡solo espero que no tenga que pasarle algo similar a Zabini como le pasó a Theodore para que tu reacciones tal y como le pasó a Harry! – y sin más que decir la chica subió hasta su habitación.
*****
En la sala común de las serpientes reinaba una tétrica paz, dos chicos del trío plateado no podían conciliar el sueño, pues al día siguiente hablarían con sus respectivas (posibles) prometidas y anularían el Pacto, ambos chicos esperaban que todo saliera bien, pues a ninguno le agradaba la idea de tener que casarse con alguien a quien no querían.
En cambio el chico recién salido de la enfermería solo bastó con cerrar los ojos para poder conciliar el sueño, pues las pociones medicinales lo adormecían más de la cuenta, y al abrirlos nuevamente ya era de día, escuchó murmullos lejanamente, ladeó un poco la cabeza y distinguió a su amigo Blaise, que al parecer se estaba hablando a sí mismo; el castaño enarcó una ceja y sonriente le dijo:
-¿Y dices que yo suelo hablar conmigo mismo? – el moreno se sobresaltó diciendo una palabrota.
-No solo eso – se unió un Draco, recién salido de la ducha, a la burla – se está reconciliando.
-Claro búrlense – gruñó el moreno – como ustedes ya están bien con sus novios… - esto último lo dijo con la intensión de causar culpa, pero no le funcionó.
-Para empezar Blaise, tú te metiste en esto solito – le recordó Draco  y el aludido solo gruñó y se metió  a la ducha.
*****
El trío dorado junto con Neville, entraron al Gran Comedor y se dirigieron a su mesa correspondiente, pero antes de que tomaran asiento, el ojiverde les preguntó:
-¿Les importa si voy a…? – pero no encontraba la manera de cómo terminar la pregunta.
-Claro Harry, ve – le animaba Hermione.
-Bien – le respondió seguro, aunque por dentro por alguna extraña razón se sentía nervioso, muy nervioso, pues lo que haría no iba a ser algo muy común, y las miradas que lo siguieron no le ayudaban mucho.

En la mesa de las serpientes, el trío plateado conversaban sobre un dudoso desayuno.
-¿Ya lo abran revisado? – preguntó por quinta vez un Blaise receloso e impidiendo que sus amigos iniciaran el desayuno.
-¡Sí! Come Blaise, además no creo que pongan la comida envenenada.
-Por si no lo recuerdas Draco, hace cinco días…
-Bueno, olviden eso ¿quieren? Además dudo mucho que vuelvan a hacerlo y en tal caso el envenado seria yo, no ustedes – opinó Theo, aunque aquí entre nos tampoco pudo evitar ver receloso su plato.
Pero el rugido de los tres estómagos respectivamente, los hizo cambiar de parecer.
-¡Qué más da! – Exclamó Blaise – si esta envenenada a lo mejor logro hacer las paces con mi lindo pelirrojo, bueno, si el aún quiere, claro.
-Por supuesto que quiere – dijo una voz a sus espaldas y el trío plateado volteó para descubrir nada más y nada menos que…
-¡Harry! – saludó sonriente Theo.
-Potter… - murmuró sonrojado el italiano.
-Creen que yo, emh, ¿podría desayunar…?
-Claro, siéntate – le dijo Theo animadamente.
Blaise se recorrió un asiento para que el ojiverde quedara a un lado de su amigo, al principio nadie hablaba, pues sinceramente con un león entre ellos no sabían cómo hacerlo, pues era la primera vez que un Gryffindor estaba con ellos en el comedor….
-¡Esto esta delicioso! – rompió ese silencio incomodo Blaise, refiriéndose al postre de calabaza – deberían probarlo.
-Pues, ¿sabes que soy alérgico a la calabaza, verdad? – preguntó Theo.
-Y a mí la calabaza no me gusta – gruñó Draco.
-Bien, pues hay mas para mí – dejó salir un poco sentido Blaise y agregó satisfecho – además lo que ustedes no se coman se los podré llevar a mi lin… - pero no completó la oración.
Cierto, su lindo pelirrojo, ¿hace cuanto que llevaban enojados? Por estar ocupado en buscar la cita con sus posibles prometidas, luego las visitas a la enfermería para ver a Theo, el cambio del día de la cita, los deberes acumulados y tantas cosas más que hacer que solo en esos momentos se dio cuenta que su lindo pelirrojo no estaba, ¿o fingía estar ocupado para no extrañarlo como lo estaba haciendo en estos momentos?
-Me podrías alcanzar el jugo de uva Blaise – pidió Harry para cambiar ese momento de tensión.
-Claro, ¿te gusta el jugo de uva? – preguntó confundido el italiano pues a ninguno de sus amigos e incluso a él, no le gustaba.
-Gracias, claro, es mi favorito.
-¿En serio? – Preguntó sorprendido el moreno – también lo es el de mi lindo… - pero nuevamente se detuvo ¿Por qué de pronto el desayuno le resultó una muy mala idea? Por suerte la campana lo salvó, literalmente, porque en esos momentos sonó anunciando así la primera clase del día.
-¡Genial! a clases – dijo muy contento el moreno ganándose unos gestos extraños de parte de sus amigos e incluso de Harry.
-¿Te gusta la clase de pociones?
-No mucho, pero hoy trabajaremos en parejas y hoy es miércoles, los cuales aprovechamos mi lindo pe…. ¡demonios! – pero esta vez no solo no terminó de decir la oración, sino que se levantó sin decir media palabra y salió del Gran Comedor.
Si no hacia algo rápidamente para recuperar a su lindo pelirrojo, probablemente moriría de tristeza, pues se percató de que todo lo que hacía o decía siempre le recordaba a él, a su lindo pelirrojo.

-Esto está mal – dejó salir Draco al ver salir a su amigo moreno del lugar – tenemos que hacer algo.
-Oye Harry, hace unos momentos mencionaste que, ¿Weasley quiere regresar con Blaise? – le interrogó Theo.
-No es que Ron lo haya dicho, pero créeme que el también cuando habla menciona a Zabini, pero aun esta triste por lo… de la apuesta.
-¿Y si hacemos algo para que ambos regresen? – propuso Draco mientras los tres se levantaban para ir al aula de pociones también.
-¿Mas planes Malfoy? – preguntó Harry, pero su intensión no era el de reproche, claro que Draco no pudo advertir eso.
-Potter, escucha.
-No, no me mal interpretes yo no, emh…
-¡Hola! – saludó un tímido Neville, salvando a Harry de su momento bochornoso, pues Draco pareció olvidar la ‘pequeña pelea’ con solo haber visto a Neville frente a él.     
*****
Cuando Ron entró al aula de pociones no había nadie, salvo una persona: Blaise Zabini.
Se quedó un rato en la puerta observándolo, la verdad es que nunca lo llegó a odiar como se lo había dicho las veces anteriores, en realidad sí lo quería, lo amaba. Pero le dolía el hecho que todo había comenzado por un simple juego, una apuesta.
Observó al Slytherin y lo vio triste, quizás Hermione tuviera razón, el amor no podía ser fingido, tampoco la tristeza podía  simularse, y mucho menos por una serpiente.
¿En verdad aquel Slytherin se enamoró de él? ¿Serian ciertas las suposiciones de Hermione? ¿Blaise si enamoró de él? ¿En verdad lo quería?
El pelirrojo decidió no invadirse de más preguntas y mejor fue a investigarlo, suspiró con valor y fue directamente con aquel chico. Se paró frente a él. El Slytherin que estaba cabizbajo, de pronto reconoció unos zapatos que estaban frente a él y al alzar la mirada reconoció aquella mirada ojiazul. Sí, ¿cómo olvidar aquellos singulares ojos?
-Ron…
-Escucha Zabini, te daré solo una oportunidad, de ti depende aprovecharlo o no.
-¿Oportunidad?
-De darme una buena razón para que tú y yo estemos juntos, para saber si en verdad tu patética apuesta valió la pena y en verdad te importo.
-Yo…
-Hoy en el aula de transformaciones, durante la rondas de prefectos.
-Ahí estaré – prometió más animadamente el moreno. Sí por fin su lindo pelirrojo le dejaría explicar todo. Por otro lado el pelirrojo se sentó en su lugar y sin duda también estaba más animado, aunque claro lo disimuló muy bien.
*****
[Hora del descanso.  Asunto: Cita con las posibles prometidas…]

Blaise fue el primero en llegar al lugar de la cita, donde se encontraría con las hermanas Greengrass, andaba como ‘león enjaulado’ yendo de un lugar a otro y la causa era que ninguno de sus amigos llegaba al lugar, hasta que varios segundos después vio llegar a su amigo rubio.
-¡Ya era hora Draco! – Regañó algo frustrado - ¿Dónde está Theo?
-¡También me da gusto verte! – Ironizó un poco el rubio, pero al parecer su amigo no estaba de ánimos para éstos, así que trató de tranquilizarlo – ya estoy aquí ¿no? Tranquilo.
-¡Estoy tranquilo! ¿Qué no ves? – Ciertamente Draco no le creyó, pues el moreno no estaba para nada tranquilo – de esta reunión depende TODO – explicaba nervioso, muy nervioso, pues ese día no era cualquiera, era un día donde tendría dos reuniones importantes donde lo que dijera dependían mucha cosas, así que, comprenderán que no está muy tranquilo que digamos, aunque él lo afirme - ¿y Theo? – volvió a preguntar, pues su amigo era el ‘requisito’ para el éxito de dicha reunión.
-Aquí – contestó el castaño que iba llegando con ellos.
-Siempre haciéndose los importantes ¿verdad? – gruñó Blaise.

A unos cuantos pasos más allá iban caminando dos chicas rubias.
-Astry ¡no puedo creerlo aun! ¡Theo y yo vamos a tener una cita!
-No lo sé Daphne, que yo sepa, Theo está saliendo con Potter, ¿segura que eso fue lo que Blaise dijo? – le preguntó recelosa, pues su hermana acostumbraba a enredar ‘un poco’ las palabras.
-Claro que no hermana, ellos rompieron desde hace una semana – dijo complaciente la rubia mayor.
-Pero regresaron después del accidente de Theo y…
-No me arruines el momento – se quejó la hermana mayor - ¡mira allá están! – le dijo mientras los señalaba - ¡vamos Astry!
-¡Espera! ¿Qué- qué hace Malfoy aquí? – preguntó la hermana menor, a la vez deteniéndose del empuje de la otra chica.
-¡Vamos hermana, no seas aguafiestas! – le reprochó.
-¡¿Aguafiestas?! Por Merlín Daphne, ¿Qué no recuerdas que Malfoy es mi prometido?
-¡Pues genial! Ya tendrás tu primera cita, ¡vamos! – la rubia prácticamente arrastró a su hermana menor hasta donde estaban los chicos - ¡Hola! – saludó al llegar con ellos.
-¡Hola chicas! – Saludó Blaise con toda la amabilidad que pudo – que bien que llegaron.
-Sí, aquí estamos, y no te ofendas Malfoy, ¿pero qué haces aquí? – el aludido frunció el ceño ligeramente y fulminó con la mirada a su moreno amigo después.
-Verás Daphne – explicaba (o al menos trataría) Blaise – ese día no me dejaste aclararte varias cosas…
-¿Escuché bien Blaise? Me estás diciendo que me mentiste? – reclamaba la rubia en un tono amenazante – primero incluyes a Malfoy y luego dices que fue mi culpa el no haberte escuchado bien y que por eso no sé porque esta Malfoy aquí? Se supone que esta era una cita doble no un…
-¿Cita doble? – preguntó confundido Draco. ¿Qué más le habría dicho su amigo aquel día, a aquella chica?
-Sí, Malfoy. Zabini claramente me dijo que…
-Hablaríamos de algo importante Daphne, en ningún momento te dije que tendrías una cita con nosotros, que tu mente retorcida…
-¡Basta Blaise! – Intervino Theo antes de que su amigo empeorara las cosas – escuchen chicas, Draco y Blaise tienen algo importante que decirles, discúlpenlo si no se pudo explicar bien, pero así son las cosas y…
-¿Tú te quedaras? – preguntó con interés la hermana mayor.
-Sí.
-Está bien, hablen – les dijo la chica a ambos chicos, con un tono muy distinto del principio.
Draco comenzó a sospechar algo con la actitud de esa chica con respecto a su amigo castaño, pero no le dio importancia al final y fue él, el que comenzó a hablar, no fuera hacer las de Salazar y Blaise dijera algo inoportuno y arruinara las cosas.
-Chicas, ¿su padre  ya les habló sobre el ‘Pacto Pureblood’?
-No ¿Qué es eso? – contestó rápidamente Daphne fingiendo sorpresa, aunque su hermana menor la estaba fulminando con la mirada.
-Sí – afirmó al final Astoria.
-¡Astry! – regañó la rubia mayor.
-Vamos Daphne, obviamente ellos saben algo o no nos hubieran dicho nada, o ¿me equivoco? – les preguntó al trío, los cuales negaron con la cabeza.
-¿Entonces? – presionó Blaise.
-Sí, lo sabemos – confesó al final la mayor.
-A resumidas – continuó Draco – llegamos a la conclusión que posiblemente ustedes fueran nuestras prometidas – las chicas no dieron señales de sorpresa o afirmación – y lo que queremos decirles, es que en dado caso de que así sea, ustedes quedan libres.
-¿Qué? – soltó Astoria confundida.
-Eso, que no las obligaremos a casarse con nosotros, son libres.
Los ojos de la hermana menor eran todo un poema, de pronto le vino la idea de besar a Draco, pero de gratitud ¿en serio era libre?
-¡Gracias Draco! – dijo al fin, se lanzó hacia el chico y lo abrazó efusivamente - ¡gracias!
-¡Astry!
-¡Por favor Daphne! – Gruñó,  separándose del rubio – tú sabes bien que yo no quiero cumplir con el ‘mugroso’ Pacto.
-Nuestro padre…
-No las pueden obligar a cumplirlo, después de todo ustedes son las que se van a casar no él – razonó el rubio.
-Así es, hermana – y dirigiéndose a Draco – ¿sabes Draco? Es verdad, no importa cómo lo supe… pero, tú eres mi prometido y si no quieres obligarme a cumplir con algo que yo no quiero, yo tampoco lo haré – le dijo sonriéndole sinceramente y el rubio se lo agradeció de corazón.
En esas milésimas de segundos, el rubio sintió que se quitaba un gran peso de encima, enorme. Aunque claro quedaba el más importante, su padre: Lucius Malfoy.
-Juntos buscaremos la manera de cómo persuadir a nuestros padres – le dijo la chica, como adivinado los pensamientos de él.
-Me parece bien – apenas pudo decir el rubio, la verdad es que todo estaba resultando de maravilla… hasta ese momento claro.
-¡Ustedes están locos! Se meterán en problemas – chillaba la rubia mayor.
-Tú no dirás nada ¿verdad? – preguntó preocupado Blaise.
-No lo hará – prometió la hermana menor – porque se supone que no sabemos quiénes son nuestros prometidos, así que, Daphne no dirá nada, ¿cierto, hermana? – la chica solo se cruzó de brazos gruñendo cosas sin sentido.
-¡Genial! Solo quedamos tú y yo Daphne – dijo Blaise – también te negaras a cumplir el Pacto ¿verdad?
-Por supuesto que, ¡NO!
-¡¿QUÉ?!
-Yo sí pienso cumplir el Pacto.
-¡Pero Daphne! Yo no me quiero casar contigo ¡nos odiamos! – decía desesperado el chico moreno.
-¿Y a ti quien te dijo que mi prometido eras tú?
-No importa como lo supe… a ¿no? – preguntó confundido.
-No ¡Primero muerta a casarme contigo!
-¡Genial! – suspiró aliviado el moreno.
-Un momento – habló Draco – si Blaise no lo es, entonces ¿Quién es?
-¿No lo saben? – preguntó confundida Astoria observándolos y detuvo su mirada en Theo.
-Pues es un chico muy guapo – comenzó Daphne a hablar al ver a los dos  chicos negar con la cabeza – encantador, misterioso, con unos ojos fascinantes… y una boca apetecible  - la chica conforme hablaba se encaminaba hacia su objetivo, Blaise y Draco la seguían con la mirada ¿Quién demonios era su prometido? Sin embargo, el que ya tenía la respuesta era su amigo, pues la chica ya estaba parada frente a él.
 “¿Soy… yo?” pensó entornando los ojos Theo.
 – Así es Theo, tu eres mi prometido – dijo sonriente la chica mientras pasaba sus brazos hacia el cuello del chico - ¡es genial! ¿No? – preguntó, pero sin esperar respuesta del chico, hizo lo que hace tiempo tenía ganas de hacer: besarlo.

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2 comentarios:

  1. ojala que harry no halla visto esa escenita del final por que tendrian OTRA disputa

    por fin theo descubrio que es parte del pacto

    que "lanzada" esa daphne

    theo ya le habia hablado de harry a el señor nott


    Att:Taeko-kun ^-^

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    Respuestas
    1. Jejej ¿te refieres al beso? mmm no, no lo verá jijiji

      TT___TT si, Theo ha descubierto el pequeño secreto de su padre ¿cómo hará para zafarse del Pacto?

      ''La güera oxigenada'' la llamaron en un foro jeje, no les cayó para nada bien U.U

      Besitos
      PISLIB n_n

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