sábado, 21 de enero de 2012

Epílogo Uno: La noticia

Cómo llegar a tu corazón

Epilogo Uno.
La noticia.


[Seis años después]

Había estado soñando con la gran fiesta que se había llevado cuatro meses antes. Esa fiesta que había celebrado la inauguración de la nueva casa de sus amigos, Theo y Harry. Dicha fiesta, que por cierto llegaron tarde…

Era una suerte que Molly les había hecho un gran favor quedándose con el pequeño Tomy, así ellos tendrían la tarde y la noche libre. Ron estaba vistiéndose tranquilamente, se estaba abrochando la camisa frente al espejo, cuando Blaise llegó por atrás y comenzó a besarle el cuello.
-¡Qué sexy pelirrojo! – exclamó rodeándolo por la cintura, mientras se veían a través del espejo.
-Yo tengo una mejor vista – respondió el aludido, al ver que su esposo acaba de salir de la ducha y solo venía envuelto con una toalla en la cintura.
-¿Tenemos tiempo para un ‘tiempo fuera’? – ronroneó el moreno con una mirada lujuriosa. 
-Todo lo que quieras – concedió el pelirrojo.
Blaise le mordió el cuello, sacando un débil gemido por parte de su esposo, el cual se volteó rápidamente agarrándolo por sorpresa. El ex Gryffindor tomó a su esposo por la cintura, comenzó besarlo con dulzura, mientras que Blaise se dejaba ser.
El pelirrojo condujo al moreno a la cama, en donde lo acostó poniéndose arriba de él. Blaise, que ya podía sentir la erección de su esposo entre sus piernas, comenzó a desabrochar la camisa, recién abrochada.
Últimamente ambos estaban más urgidos en cuanto a la entrega del uno hacia el otro y ese día no iba ser la excepción, Ron con un movimiento de varita se deshizo de sus prendas, mientras seguía comiéndose a besos a su esposo, primero la boca, después el cuello, siguió con el torso aún húmedo, bajando cada vez más y más, hasta que llegó a la toalla que le estropeaba la grandiosa vista de la erección dolorosa de su esposo. Rápidamente quitó el estorbo y atrapó la erección del chico entre sus labios sacando gemidos de placer por parte del otro.
-¡Vamos! – Pedía el moreno - ¡Entra mi lindo pelirrojo!
-¿Estamos impaciente hoy? – se burló el chico ojiazul, para después besar con devoción aquel chico, mientras cumplía con su petición.
-¡Por Merlín! – Gimió Blaise, al sentir a su esposo dentro de él - ¡Muévete! – le pidió entre besos.
Y así lo hizo el pelirrojo, comenzó con movimientos sutiles, pero después comenzó a moverse más rápidamente hasta que ambos alcanzaron el orgasmo…   

Sin duda un bello sueño-realidad estaba teniendo, mientras descansaba a un lado de su esposo pelirrojo, Ronald Weasley, cuando de pronto sintió cómo la superficie plana de la cama, comenzaba a tambalearse haciendo un simulacro de temblor, cosa improbable.
-¡Vámonos! – se escuchó una voz infantil, acompañada de unas risitas sueltas.
Blaise gruñó ante eso. Y como respuesta obtuvo más risas, por parte de aquella pequeña personita que no pasaba del metro y que aún seguía brincando sobre la cama, instándolos a levantarse.
-¡Papiii! – llamó nuevamente el pequeñito.
Ante su llamado respondió un Ronald Weasley pillándolo por sorpresa y saltando sobre él. Más risas por parte del pequeño se escucharon.
-Grrr – gruñía el pelirrojo, haciéndole cosquillas a su hijo - ¡El monstruo de las cosquillas ataca! – decía el ex Gryffindor, haciéndole más cosquillas a ese pequeñito de piel morena clara y de ojos azules.
-¡Noo! – Gritaba el niño riéndose y tratando vanamente de soltarse del agarre de su padre - ¡Papá ayudaa! – el pequeñito pedía socorro a un adormilado Blaise Zabini.
-Eso te ganas por despertar muy temprano a tus papis – le dijo Blaise sonriente. Más sonrisas por parte del menor se escucharon, hasta que por fin se soltó del agarre de su padre pelirrojo y salió en busca del refugio de los brazos de su otro padre, al cual abrazó cariñosamente.
-¡Holaa! – saludó el pequeño al diminuto bulto que ya se alcanzaba a ver, en el estomago del moreno - ¿Cómo estas bebe?
-Pues muy inquieto – gruñó Blaise, últimamente el embarazo lo hacía sentirse así. Gruñón. Lo que significaba que su pequeño o pequeña, sería tan simpática como el pequeñito que le hablaba. Pues Ron se la pasó durante el embarazo, de ese pequeñito de ojos azules, con ‘un genio’.
-Vamos Tomy – llamó Ron – es hora de desayunar.
-¡Desayunar, sí! ¡Postres de calabaza! – dijo aplaudiendo y a la vez dando saltitos, el pequeño.
-¡Postres de calabaza! – también gritó Blaise aplaudiendo a la par que su hijo, el cual le sonrió ampliamente.
-¡Vamos pequeño! – Le dijo Blaise cargándolo y llevándolo hacia la cocina - ¡Postres de calabaza!
-¡Blaise, no debes hacer movimientos bruscos! – Reprendió el pelirrojo yendo detrás de él.
Desde que les habían dado la noticia de que Blaise estaba embarazado, Ron se había vuelto muy sobreprotector con él.
El pelirrojo se quedó en la puerta de la cocina contemplando a su nueva familia. Al pequeño Tomy sentado en la silla para bebes y a su esposo Blaise, dándole de comer o mejor dicho tratándole dar de comer, pues el pequeño no se estaba quieto, mientras que de vez en cuando se daba pequeñas sobadas a su vientre de cuatro meses.
El pelirrojo sonrió con satisfacción. Amaba a su familia.
Ronald recordaba claramente, cómo fue que saliendo del curso de Aurores, fue recomendado para la Academia de Aurores, en donde estudió sus tres respectivos años, mitad teoría y mitad práctica. Después estuvo un año y unos cuantos meses más trabajando como auror, hasta que después de unos cuantos análisis y pruebas por parte de Blaise en él, le dio la noticia de que estaba embarazado del pequeño Tomy.
Blaise, también logró su objetivo, terminó sus estudios de Sanador e ingresó a San Mungo a trabajar, hasta el momento en que él y Theo decidieron hacer una clínica propia.
Ambos chicos, Ron y Blaise, tuvieron que hacer circo, maroma y teatro para poder adaptarse a su nueva vida, ya que después de nacer Tomy, Ron regresó al trabajo y Blaise también. Ajustaron sus horarios para poder cuidar del pequeño Tomy y cuando no era posible, el pequeño se quedaba en la madriguera a cargo de Molly Weasley. Al parecer los tres se estaban acostumbrando a su ritmo de vida, hasta que Theo les dio la noticia: Blaise estaba embarazado.
El moreno ya tenía cuatro meses y en unas cuantas semanas más iría a hacerse el primer ultrasonido (una cosa muggle que ellos pudieron perfeccionar con magia) para saber cómo va el bebe, con la ayuda de Theo.
-¿No desayunas? – lo sacó de su ensimismamiento Blaise. El pelirrojo sonrió.
-Sí… ya una vez llegamos tarde a una de sus fiestas, si llegamos tarde a ésta, Harry sí nos ahorcará.
-Bueno el ahorcado serías tu – dejó salir Blaise – yo estoy embarazado ¿recuerdas?
Ronald entrecerró los ojos, pero luego esbozo una sonrisa.
-Si la razón para no morirme es el estar embarazado… — el pelirrojo lo rodeó por la espalda y le dio un beso en la nuca.
-¡Qué! – el moreno se puso nervioso, cosa rara en él – eres un pervertido Ronald Weasley – le dijo en una risita floja.
-¡Pervertido! ¡Pervertido! – comenzó a decir su pequeñito, desde su asiento.
-Ya ves mi lindo pelirrojo, hasta nuestro hijo piensa igual.
-Jaja – se burló el pelirrojo, dejando el abrazo y sacando a su hijo de la silla – ¿Listo pequeño? Es hora del baño para ir con la abuela Molly.
-¡Abuela Molly! – exclamó el niño de ojos azules, aplaudiendo efusivamente.

*****

Nuevamente estaba un Ronald Weasley frente al espejo, haciéndose el nudo de la corbata, cuando Blaise llegó a su lado abrazándolo por la espalda y poniendo su cabeza en el hueco del cuello.
-¡Qué sexy pelirrojo!
-Esto me suena a Déjà Vu – respondió el pelirrojo volteando de lado, para poder  besarlo en los labios.
-¡Oh, sí! – Exclamó el moreno – un excitante Déjà Vu – ronroneó besándole el cuello - ¿Qué tal un tiempo fuera? – preguntó inquisidor.
-Claro… pero no debemos llegar tarde – aclaró Ron – los padrinos no deben llegar tarde – gruñó.
-Por… supuesto… que no… — hablaba el ex Slytherin entre besos.
-Además… tenemos… que pasar… por… Tomy…
Pero solo pudieron decir eso, pues ambos volvieron a entregarse uno al otro… 

Cuando llegaron al jardín de la Mansión Nott-Potter, ya había varios invitados en el jardín, entre ellos pudieron ubicar a Draco y a Neville, un poco extraños, pero al parecer felices.
-¡Hola chicos! – saludó Blaise saludando a ambos, con una sonrisa de oreja a oreja.
-Creí que no llegarían – gruñó Draco.
-Pero aquí estamos – consoló Ron sonriente, mientras le acomodaba la ropa a su hijo, el cual se empeñaba en no dejarlo.
-¿Qué tanto le haces a mi ahijado? – se quejó el rubio, entrecerrando los ojos.
-Nada – comentó Ron, acomodándole la camisa, mientras que el pequeño Tomy se la desarreglaba.
-¿Por qué tardaron? – Quiso saber Neville – Harry preguntó por ustedes hace unos minutos.
-Ocupados – resumió Blaise con un ligero sonrojo en las mejillas.
-Ajá – exclamó Draco divertido, mientras cargaba a su ahijado — ¿Aumentando la familia, Blaise? – esta vez fue Ron el que se sonrojó.
-No seas envidioso Draco – reprochó Blaise.
-Es verdad – se unió Ron - ¿ustedes cuando?
-¡Ron! – le llamó Neville sonrojado.
-Bien, bien…
-Vamos a sentarnos, ya no tardan en empezar – ordenó Blaise.
-Alguien tendría que vigilar a los esposos – dejó salir no queriendo la cosa el rubio.
-Dudo mucho que Theo quiera escapar – opinó Blaise.
-¿Y Harry? – dijo Draco enarcando una ceja.
-No creo que se escapen a estas alturas – se quejó Ron – pero, iré a ver a Harry – dijo levantándose.
-Claro, padre desnaturalizado – dejó salir Draco – abandona a tu hijo.
-Tú acabas de decir…
-Esta bromeando Ron – aclaró Blaise – tú ve con Harry.
El pelirrojo murmuró unas cosas más y se dirigió hacia la Mansión.
-¡Draco! ¡Mira! ¡Mira! – decía el pequeño señalando hacia una esquina del jardín, mientras se removía entre los brazos de Draco.
-¡Merlín, Tomy! – Se quejó el rubio al no poder controlar al pequeño que seguía insistiendo en moverse entre sus brazos - ¿quieres ir a ver qué es eso que se mueve? – le preguntó incrédulo ¿Cómo era que algo desconocido podía provocar esa inquietud en un niño?
-¡Sí! – decía el niño extendiendo sus bracitos hacia aquella esquina.
-Pero… — el pequeñito dejó de moverse y comenzó a ver a su padrino, con una mirada de borreguito a medio morir, tal como solía hacerlo en ocasiones Blaise.
-¿No quieres ir? – preguntó el niño con un pucherito. Draco entornó los ojos y le pidió ayuda a Neville, que estaba sentado a un lado de él, pero solo se encogió de hombros. Su mirada la posó en la de Blaise, el cual lo veía entretenido.
-Él te lo está pidiendo a ti – se justificó Blaise aún sonriente – llévalo, mientras yo me aseguro que Theo no se escape.
-Bien… — murmuró y dirigiéndose a su ahijado - ¡vamos a ver qué se esconde detrás de esos rosales!
-¡Sííí! – aplaudió el niño, borrando todo rastro de tristeza de momentos atrás.
-Draco, si Tomy se ensucia antes de la boda, lo tendrás que bañar y cambiar – le advirtió Blaise fingiendo seriedad, ganándose un gruñido como respuesta del rubio.
-¡Adiós papá! – le dijo el pequeño de ojos azules, mientras que con su manita jalaba a su padrino hacia aquella esquina. Blaise lo despidió con una señal de mano.
A pesar de que los cuatro habían estado conversando tranquilamente, Blaise pudo notar cierta tensión, entre Neville y su amigo Draco y ahora que se habían quedado solos, quería saber el motivo de eso.
-¿Todo bien, Neville? – le preguntó una vez solos.
-Emh… si ¿Por qué? – le preguntó, pero aún viendo cómo Draco era arrastrado por aquel chiquillo.
-Por nada – dejó salir Blaise suspirando, quizás aún no se tenían la suficiente confianza – voy a ir a ver a Theo.

Tres horas después, el Enlace ya se había realizado. (*) Fue una de las pocas celebraciones en las cuales no solo se Enlazan dos chicos que se aman, sino que también se anexó una gran sorpresa por parte de Draco Malfoy. (**)
*****

Un nuevo día amanecía. Ron se había levantado más temprano de lo normal estaba muy nervioso, demasiado nervioso, Blaise que se estaba despertando recién, le envió una mirada nerviosa.
-¿Ocurrió algo?
-No, solo no podía dormir – le confesó dándole un casto beso en los labios.
-Sí… hoy es el día – exclamó Blaise.
No quería admitirlo, pero también estaba nervioso, después de todo era la primera vez que él quedaba embarazado y no sabía muy bien si los síntomas que presentaban eran normales o no, en ocasiones se despertaba a media noche y le preguntaba a su lindo pelirrojo sobre ello.
Pero la verdadera razón de los nervios, era que ese día le harían el ‘famoso’ ultrasonido. Ya estaba todo planeado, llevarían al pequeño Tomy a la madriguera con Molly, después irían a la clínica donde un Theo los estaría esperando.
-¡Hola Theo! – saludó Ron con una sonrisa nerviosa al llegar a la clínica.
-Primera cita que llegan temprano – respondió el saludo sonriente.
-¡Andas de buen humor! – Expresó Blaise saludándolo también - ¿Buenas noticias?
-Claro, claro – dijo Theo sonriente.
-Deben ser muy buenas noticias – opinó el pelirrojo – nadie en su sano juicio está demasiado feliz, al suspender su luna de miel, a los tres días y está feliz como una lombriz….
-¿No me digas que Harry…? — quiso saber Blaise sin terminar de formular la pregunta y sospechando lo obvio.
-Así es… no son los únicos que quieren familia ¿saben? – se defendió Theo.
-Claro – apenas dijo Ron sorprendido por la reciente información – hablando de eso…
-Pasen – invitó Theo, hacia el consultorio.
Minutos después Blaise estaba acostado en una camilla, mientras Theo le pasaba un aparato sobre su abultado abdomen y murmuraba algunos hechizos.
-¿Todo bien? – preguntó un pálido Ronald Weasley, al ver a Theo fruncir el ceño.
-Emh… — balbuceó el castaño, sin responderle y siguiendo aplicando los hechizos.
-¿Theo? – insistió el pelirrojo.
-Ya veo… pero… esto es…
-¡Theo! – le gruñó Blaise, haciéndolo sobresaltar. El aludido lo vio interrogante – estás hablando solo – gruñó Blaise.
-Lo siento – se disculpó el chico.
-¿Y bien? – volvió a insistir el pelirrojo.
-Pues… Blaise esta embarazado – dijo en una sonrisa el castaño.
-¡Eso ya lo sabemos! – exclamaron al unísono ambos chicos.
-Bien… no están de humor – murmuró Theo, los aludidos lo veían expectante – Es una niña…
-¡En serio! – a Blaise le brillaron los ojos.
-Tomy, se sentirá decepcionado – exclamó Ron – él quería un hermanito…
-Pues no lo han decepcionado – dejó salir Theo.
-Acabas de decir que es niña – gruñó Blaise.
-Y lo es… al menos uno de ellos…
-¿Qué…?
-Son dos… gemelos dicigóticos…
Segundos después, Theo tuvo que ingeniárselas para evitar que Ron no se golpeara en la cabeza, al momento de desmayarse y caer al piso.

-¿Ron? – Llamó Blaise, el aludido parpadeó un par de veces para poder adaptarse a tanta claridad – ¿Estás bien?
-Sí… — murmuró el aludido, observando a su alrededor y dándose cuenta que estaba nuevamente en su casa.
-Me diste un susto – exclamó el moreno.
-¡Qué! – Entornó los ojos – Pero estoy bien… ¿te sentiste mal? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? – cada pregunta era acompañada por miradas de observación preocupantes y constatadas con toques de sus propias manos en todo el cuerpo de su esposo.
-Estoy bien – le calmó abrazándolo Blaise, Ron suspiró aliviado – los tres… estamos bien…
-¿Tres? – el pelirrojo parecía desconcertado, pero después de un rato recordó la noticia de Theo y sonrió ampliamente.
-¿Te da miedo? – le preguntó preocupado Blaise.
-No, solo me sorprendí – confesó el pelirrojo dándole un beso en los labios – hay que agrandar la casa…
-Pero ya tenemos el cuarto para los bebes – dijo extrañado Blaise…
-Lo sé… pero…
-¿Ron?
-¿Crees que podamos con cuatro niños?
-Mi lindo pelirrojo, creo que sí te diste un buen golpe, después de todo – le dijo Blaise abrazándolo y dándole un casto beso en los labios – Tomy y los dos bebes en camino suman tres…
-Si bueno… pero creo que no son los únicos en camino…
-¿Qué…?
-Solo es una sospecha – murmuró Ron, tocándose su abdomen.
-¡Vaya! – Entornó los ojos Blaise – bueno… siempre quisimos tener una familia numerosa ¿no?- le dijo sonriente y besándolo dulcemente – Te amo mi lindo pelirrojo.
-Y yo a ti Blaise – le respondió Ron – te amo…
-Papi… — entró en esos momentos el pequeño Tomy, tallándose sus ojitos.
-¿Qué pasa? – preguntó Ron acercándose a él y llevándolo a la cama junto con Blaise.
-El monstruo de las pesadillas
-¿Te está molestando otra vez? – preguntó Blaise.
-Sí – respondió el pequeñito abrazándose de él.
-No te preocupes – le consoló Ron – lo pondré en su lugar.
-¿De verdad?
-Sí.
-Y yo también – le dijo Blaise dándole un beso en la frentecita.
-¡Yo también! – Se propuso el pequeñito serio - ¿Si puedo vencerlo?
-Claro – consoló Blaise - ¿quieres apostar?
-mmm, sabes cariño… no creo que apostar sea buena idea – dijo no queriendo la cosa el pelirrojo.
-Es verdad – le dijo Blaise dándole un beso a él - ¿sabes Tomy? Yo sé que puedes vencer a ese monstruo de las pesadillas.
El pequeñito le sonrió feliz. Los tres eran felices… próximamente (y probablemente) cinco, pero daba igual. Serían felices. Sin necesidad de absurdas apuestas, a pesar que así comenzó todo en ellos, o monstruos de pesadillas. Ellos serían felices.


Aclaraciones:
(*) No se habla mucho sobre el Enlace, porque se hablará en el turno de Theo y Harry ¿de acuerdo?
(**) Emh… la sorpresa por parte de Draco se verá cuando le toque su turno ¿va?



GRACIAS POR LEER *0*
PISLIB n_n


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2 comentarios:

  1. wow ron vino de una familia numerosa asi que tal vez quiera una familia numerosa

    que "problema" que ambos puedan tener bebes jajaja

    me gusto el detalle del final en que le dijo que no apostara jejeje

    espero leer los otros dos pronto

    Att:Taeko-kun

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    Respuestas
    1. Jajaja probablemente XD

      ¿verdad? ninguno, que tengas muchos hijitos jejej

      Ahh, quería meter ese tema de alguna manera jeje y lo logré jeje

      Sipis en unos momentos mas los subo :)
      Besitos
      PISLIB n_n

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