martes, 10 de julio de 2012

Capitulo Tres: Gryffindor vs Slytherin

Potter Pan


Capitulo Tres:

Gryffindor vs Slytherin




A primera hora, Neville, Ron y Harry, se encontraban en la oficina de la jefa del departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas del ministerio.
-Hola, cariño – Ron le pestañó a la chica con cierto descaro. A Harry no le pareció que fuera buena idea ya que la chica comenzó a sospechar.
-¿Qué ocurre? – Hermione Granger quiso saber - ¿Por qué viene a visitarme el jefe de Seguridad Mágica en compañía del reconocido herbolario de plantas medicinales y el gran distinguido empresario de los Sortilegios Weasley a estas horas de la mañana?
-Nos ofendes, Hermione – Harry dejó salir con voz dolida.
-Además ese gran distinguido empresario de los Sortilegios Weasley es tu novio – el pelirrojo le guiñó un ojo.
-¿Qué es lo que quieren? – Hermione espetó cruzándose de brazos. Neville se puso nervioso.
Harry a estas alturas estaba convencido que con rodeos no iban a llegar muy lejos, decidió soltar todo.
-“Peter Pan”. Tienes que participar en ella.
Hermione frunció el ceño, Neville y Ron se apresuraron a explicarle el porqué la obra y el porqué tenía que participar.
-No lo sé – se mordió el labio inferior.
-Todos nosotros estamos dentro – Harry confesó – Y todavía faltan más gente que convencer, así que no lo hagas más difícil, Hermione.
-Sí, no lo hagas más difícil – coincidió el pelirrojo en un tono amenazador. Hermione enarcó una ceja – Podemos usar algo en tu contra, por ejemplo…
-¿Y tú eres mi novio? – dejó salir, irónica.
-Hermione…
-De acuerdo – Harry parpadeó un par de veces no estaba muy seguro de haber escuchado muy bien a su amiga.
Por otro lado, Hermione preferiría mil veces cooperar en los planes más absurdos de sus amigos a que se enteraran de su gran secreto, ya era suficiente con que Ron, su novio, supiera que ella, la jefa del departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas y no solo eso, sino que también la fundadora del P.E.D.D.O, tuviera en su departamento a un elfo doméstico como esclavo, aunque ella se justificaba con que solo era un ‘experimento’. Era mejor que Ron no estuviera ventilando eso.
Además, no se pedía imaginar que en una de esas, sus amigos se enteraran que ella hubiera usado sus… ‘encantos femeninos’ hacia el ministro para poder llegar hasta ser la jefa de ese departamento. No, sus amigos no tenían que enterarse y menos el propio ministro, quien por cierto patrocinaría esa obra.
-¿Quién más está en la lista? – quiso saber.
-Algunos Slytherin y nos falta Ginny – Harry respondió – Suerte que Luna se ofreció voluntariamente.
-Dudo que Ginny quiera participar en la obra. Ella sigue enfadada contigo Harry – explicó la castaña – Ya sabes, por cómo terminaron las cosas entre ustedes.
-Ni me lo recuerdes – Harry murmuró rememorando su bochornoso desenlace de su relación con la chica pelirroja.
-Algo tenemos que hacer – Neville presionó.
-Yo hablaré con ella – Hermione se apresuró.
-¿Cuál es?
-¿Cuál es, qué? – la chica frunció el ceño.
-El secreto de Ginny – inquirió Ron. Hermione lo fulminó con la mirada.
-¡Eso no es tu incumbencia, Ron! – Dejó salir molesta – Es mejor que se vayan, yo les avisaré cuando Ginny haya aceptado.
-Entonces, ¿la chantajearás? – Ron movió las cejas de arriba-abajo.
Hermione sin decir palabra les mostró la salida. Los tres chicos salieron rápidamente antes de que la chica se arrepintiera de ayudarles con Ginny.
-¿Creen que logre convencer a Ginny? – Harry preguntó esperanzado, una vez estando fuera de la oficina de Hermione.
-Depende – Ron dejó salir pensativo.
-¿De qué? – Neville quiso saber, quien hablaba por primera vez desde hacía un rato.
-De la gravedad del secreto – en el pelirrojo había cierta malicia en su sonrisa.
-¿Saben? Es bueno no tener tantos secretos – el ojiverde confesó con cierta amargura.
-Es muy tarde para decirlo, ¿no crees? – Neville le reprochó.
-Por cierto…
-No lo digas, Harry – Neville lo detuvo – Luna y yo no somos novios, es un rumor que se ha esparcido y que es difícil de contradecirlo. A mí no me molesta y a ella tampoco. Y en cuanto a… Nott, prefiero no hablar del asunto – a esas alturas el castaño tenía las mejillas sonrojadas.

Dos días más tarde, Hermione  y Ginny se dirigían hacia una lujosa mansión. La castaña había logrado convencer a la pelirroja a que participara en la obra y ahora se dirigían hacia la siguiente víctima… emh… objetivo.
-Me vengaré – la pelirrojo murmuró en cuanto estuvieron frente a la puerta.
-No tenía opción, Ginny – Hermione se disculpó – Tu hermano conoce mis secretos y no podía permitir que se enterara de otro más.
-Te advertí que ser la novia de mi hermano no era buena idea – le recordó – De todas formas cuando hablaba de venganza no me refería hacia a ti (aunque te lo mereces por hacerme semejante barbaridad).
-Ahh, ¿no?
-No – la chica Weasley sonrió con malicia al leer el letrerito que se encontraba a un lado de la puerta: ‘mansión Parkinson’.
-Sabes que tu secreto sigue estando a salvo conmigo – Hermione apresuró a decir al ver la sonrisa macabra de la pelirroja.
-Hasta que no haya otra obra – gruñó – Como sea… es mejor que nadie se entere que uso popo de hipogrifo para mantener un cutis suave y terso aún cuando estamos en pleno invierno.
Hermione abrió la boca, pero enseguida la cerró, era mejor no hacer enojar a la chica que tenía frente a ella.
La puerta se abrió rápidamente dejando ver a un elfo doméstico, quien les indicó a que esperaran a su ama en la sala.
-¿Cómo es que tu sabes el secreto de Pansy Parkinson? – Hermione quiso saber.
-Tenemos ‘amigos’ en común – la pelirroja se encogió de hombros. La castaña frunció el ceño.
-¿A qué debo el desafortunado honor de su visita? – Pansy Parkinson hizo acto de su presencia.
Ginny se levantó y se dirigió hacia la chica le extendió una copia del libreto y luego le dijo:
-Participarás en la obra ‘Peter Pan’.
La recién llegada comenzó a reírse estruendosamente.
-¿Te falta un tornillo, Weasley? Jamás participaría en algo tan… ridículo.
-¿Qué ocurre? La chica más sexy del mundo, según la nueva edición de ‘Corazón de Bruja’, tiene miedo de participar.
-¿Miedo? Para nada. Yo solo me limito a participar en eventos importantes no en estupideces.
-Esto es importante – Hermione se unió a la conversación – La hija del ministro la dirige y el propio Kingsley la apoya.
Pansy entrecerró los ojos, por una extraña razón no se fiaba de ninguna de las dos.
-¿Por qué han venido ustedes a decírmelo y no el propio ministro? Soy una figura importante, saben. No acepto invitaciones de nadie.
-Oh, te equivocas. Esto no es una invitación – la sonrisa de la pelirroja la hizo estremecer – Es una orden.
-El ser la, según, ‘mejor’ jugadora de quidditch y la ex del chico que vivió no te da la suficiente autoridad para darme órdenes.
-¿Aún si ella sabe tu secreto? – Hermione opinó, Pansy frunció el ceño.
La chica pelirroja seguía mirándola con una sonrisa ladina, la ex Slytherin se dio cuenta que la chica Weasley podría revelar aquel secreto que supuestamente le guardaría hasta la tumba.
-No es necesario llegar a eso – Replicó de inmediato – Estoy considerando en participar, me haría muy buena publicidad al salir en estos ‘eventos de caridad’ – la chica hojeó el libreto – Por supuesto que seré esta chica… “¡Wendy!”.
Ginny abrió la boca para replicar pero Hermione la detuvo, la pelirroja comprendió de inmediato. Ya contaban con la participación de la ex Slytherin, no era necesario sacarla en ese momento del ‘pequeño malentendido’. Más tarde la hija del ministro decidiría si Pansy le haría de ‘Wendy’ o no.
-¡Perfecto! – Hermione declaró – Solo queda una cosa.
-¿Qué cosa? – preguntó bruscamente.
-Tu novio, Blaise Zabini, él también tiene que salir en la obra.
La chica dejó salir una sonrisa sarcástica.
-Será imposible convencerlo.
-Entonces, tienes que hacer tu mejor esfuerzo – Ginny aconsejó.
-¿Yo? – Pansy parpadeó confundida.
-Tú eres la novia, tú sabes sus secretos.
Ginny y Hermione salieron de la mansión Parkinson con una gran sonrisa en el rostro.
-El amigo mutuo que tienes con Parkinson es el representante del equipo de quidditch en el que juegas, ¿cierto? – Hermione inquirió.
-Sí, ellos fueron pareja, hasta que llegué yo – la sonrisa ladina de Ginny le causó escalofríos a Hermione.
-Pansy debería odiarte y no miedo a que reveles su gran secreto.
-Oh, es que precisamente su secreto es la que la mantienen en la cima, Hermione – inquirió la pelirroja – Fue al mundo muggle para hacerse esa cosa de ‘cirugía de plástico’ para tener más proporción en… tu sabes.
-¿Cirugía plástica? ¿Pansy? – Hermione estaba algo aturdida por la reciente información.
-Si, quien lo diría, ¿no? Es algo imposible, tanto como si tú tuvieras un elfo doméstico trabajando para ti… pero sin sueldo – la pelirroja comenzó a reírse, Hermione también la acompañó aunque su sonrisa era más por compromiso.
-Sí… imposible.


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