Potter Pan
Capitulo Tres:
Gryffindor vs Slytherin
A primera hora, Neville, Ron y Harry, se encontraban en la oficina de la
jefa del departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas del
ministerio.
-Hola, cariño – Ron le pestañó a la chica con cierto descaro. A Harry no
le pareció que fuera buena idea ya que la chica comenzó a sospechar.
-¿Qué ocurre? – Hermione Granger quiso saber - ¿Por qué viene a
visitarme el jefe de Seguridad Mágica en compañía del reconocido herbolario de
plantas medicinales y el gran distinguido empresario de los Sortilegios Weasley
a estas horas de la mañana?
-Nos ofendes, Hermione – Harry dejó salir con voz dolida.
-Además ese gran distinguido empresario de los Sortilegios Weasley es tu
novio – el pelirrojo le guiñó un ojo.
-¿Qué es lo que quieren? – Hermione espetó cruzándose de brazos. Neville
se puso nervioso.
Harry a estas alturas estaba convencido que con rodeos no iban a llegar
muy lejos, decidió soltar todo.
-“Peter Pan”. Tienes que participar en ella.
Hermione frunció el ceño, Neville y Ron se apresuraron a explicarle el
porqué la obra y el porqué tenía que participar.
-No lo sé – se mordió el labio inferior.
-Todos nosotros estamos dentro – Harry confesó – Y todavía faltan más
gente que convencer, así que no lo hagas más difícil, Hermione.
-Sí, no lo hagas más difícil – coincidió el pelirrojo en un tono
amenazador. Hermione enarcó una ceja – Podemos usar algo en tu contra, por
ejemplo…
-¿Y tú eres mi novio? – dejó salir, irónica.
-Hermione…
-De acuerdo – Harry parpadeó un par de veces no estaba muy seguro de
haber escuchado muy bien a su amiga.
Por otro lado, Hermione preferiría mil veces cooperar en los planes más
absurdos de sus amigos a que se enteraran de su gran secreto, ya era suficiente
con que Ron, su novio, supiera que ella, la jefa del departamento de Regulación
y Control de Criaturas Mágicas y no solo eso, sino que también la fundadora del
P.E.D.D.O, tuviera en su departamento a un elfo doméstico como esclavo, aunque
ella se justificaba con que solo era un ‘experimento’. Era mejor que Ron no
estuviera ventilando eso.
Además, no se pedía imaginar que en una de esas, sus amigos se enteraran
que ella hubiera usado sus… ‘encantos femeninos’ hacia el ministro para poder
llegar hasta ser la jefa de ese departamento. No, sus amigos no tenían que
enterarse y menos el propio ministro, quien por cierto patrocinaría esa obra.
-¿Quién más está en la lista? – quiso saber.
-Algunos Slytherin y nos falta Ginny – Harry respondió – Suerte que Luna
se ofreció voluntariamente.
-Dudo que Ginny quiera participar en la obra. Ella sigue enfadada
contigo Harry – explicó la castaña – Ya sabes, por cómo terminaron las cosas
entre ustedes.
-Ni me lo recuerdes – Harry murmuró rememorando su bochornoso desenlace
de su relación con la chica pelirroja.
-Algo tenemos que hacer – Neville presionó.
-Yo hablaré con ella – Hermione se apresuró.
-¿Cuál es?
-¿Cuál es, qué? – la chica frunció el ceño.
-El secreto de Ginny – inquirió Ron. Hermione lo fulminó con la mirada.
-¡Eso no es tu incumbencia, Ron! – Dejó salir molesta – Es mejor que se
vayan, yo les avisaré cuando Ginny haya aceptado.
-Entonces, ¿la chantajearás? – Ron movió las cejas de arriba-abajo.
Hermione sin decir palabra les mostró la salida. Los tres chicos
salieron rápidamente antes de que la chica se arrepintiera de ayudarles con
Ginny.
-¿Creen que logre convencer a Ginny? – Harry preguntó esperanzado, una
vez estando fuera de la oficina de Hermione.
-Depende – Ron dejó salir pensativo.
-¿De qué? – Neville quiso saber, quien hablaba por primera vez desde
hacía un rato.
-De la gravedad del secreto – en el pelirrojo había cierta malicia en su
sonrisa.
-¿Saben? Es bueno no tener tantos secretos – el ojiverde confesó con
cierta amargura.
-Es muy tarde para decirlo, ¿no crees? – Neville le reprochó.
-Por cierto…
-No lo digas, Harry – Neville lo detuvo – Luna y yo no somos novios, es
un rumor que se ha esparcido y que es difícil de contradecirlo. A mí no me
molesta y a ella tampoco. Y en cuanto a… Nott, prefiero no hablar del asunto –
a esas alturas el castaño tenía las mejillas sonrojadas.
Dos días más tarde, Hermione y
Ginny se dirigían hacia una lujosa mansión. La castaña había logrado convencer
a la pelirroja a que participara en la obra y ahora se dirigían hacia la
siguiente víctima… emh… objetivo.
-Me vengaré – la pelirrojo murmuró en cuanto estuvieron frente a la
puerta.
-No tenía opción, Ginny – Hermione se disculpó – Tu hermano conoce mis
secretos y no podía permitir que se enterara de otro más.
-Te advertí que ser la novia de mi hermano no era buena idea – le
recordó – De todas formas cuando hablaba de venganza no me refería hacia a ti
(aunque te lo mereces por hacerme semejante barbaridad).
-Ahh, ¿no?
-No – la chica Weasley sonrió con malicia al leer el letrerito que se encontraba
a un lado de la puerta: ‘mansión Parkinson’.
-Sabes que tu secreto sigue estando a salvo conmigo – Hermione apresuró
a decir al ver la sonrisa macabra de la pelirroja.
-Hasta que no haya otra obra – gruñó – Como sea… es mejor que nadie se
entere que uso popo de hipogrifo para mantener un cutis suave y terso aún
cuando estamos en pleno invierno.
Hermione abrió la boca, pero enseguida la cerró, era mejor no hacer
enojar a la chica que tenía frente a ella.
La puerta se abrió rápidamente dejando ver a un elfo doméstico, quien
les indicó a que esperaran a su ama en la sala.
-¿Cómo es que tu sabes el secreto de Pansy Parkinson? – Hermione quiso
saber.
-Tenemos ‘amigos’ en común – la pelirroja se encogió de hombros. La
castaña frunció el ceño.
-¿A qué debo el desafortunado honor de su visita? – Pansy Parkinson hizo
acto de su presencia.
Ginny se levantó y se dirigió hacia la chica le extendió una copia del
libreto y luego le dijo:
-Participarás en la obra ‘Peter Pan’.
La recién llegada comenzó a reírse estruendosamente.
-¿Te falta un tornillo, Weasley? Jamás participaría en algo tan…
ridículo.
-¿Qué ocurre? La chica más sexy del mundo, según la nueva edición de ‘Corazón de Bruja’, tiene miedo de
participar.
-¿Miedo? Para nada. Yo solo me limito a participar en eventos
importantes no en estupideces.
-Esto es importante – Hermione se unió a la conversación – La hija del
ministro la dirige y el propio Kingsley la apoya.
Pansy entrecerró los ojos, por una extraña razón no se fiaba de ninguna
de las dos.
-¿Por qué han venido ustedes a decírmelo y no el propio ministro? Soy
una figura importante, saben. No acepto invitaciones de nadie.
-Oh, te equivocas. Esto no es una invitación – la sonrisa de la
pelirroja la hizo estremecer – Es una orden.
-El ser la, según, ‘mejor’ jugadora de quidditch y la ex del chico que
vivió no te da la suficiente autoridad para darme órdenes.
-¿Aún si ella sabe tu secreto? – Hermione opinó, Pansy frunció el ceño.
La chica pelirroja seguía mirándola con una sonrisa ladina, la ex
Slytherin se dio cuenta que la chica Weasley podría revelar aquel secreto que
supuestamente le guardaría hasta la tumba.
-No es necesario llegar a eso – Replicó de inmediato – Estoy
considerando en participar, me haría muy buena publicidad al salir en estos ‘eventos de caridad’ – la chica hojeó el
libreto – Por supuesto que seré esta chica… “¡Wendy!”.
Ginny abrió la boca para replicar pero Hermione la detuvo, la pelirroja
comprendió de inmediato. Ya contaban con la participación de la ex Slytherin,
no era necesario sacarla en ese momento del ‘pequeño malentendido’. Más tarde
la hija del ministro decidiría si Pansy le haría de ‘Wendy’ o no.
-¡Perfecto! – Hermione declaró – Solo queda una cosa.
-¿Qué cosa? – preguntó bruscamente.
-Tu novio, Blaise Zabini, él también tiene que salir en la obra.
La chica dejó salir una sonrisa sarcástica.
-Será imposible convencerlo.
-Entonces, tienes que hacer tu mejor esfuerzo – Ginny aconsejó.
-¿Yo? – Pansy parpadeó confundida.
-Tú eres la novia, tú sabes sus secretos.
Ginny y Hermione salieron de la mansión Parkinson con una gran sonrisa
en el rostro.
-El amigo mutuo que tienes con Parkinson es el representante del equipo
de quidditch en el que juegas, ¿cierto? – Hermione inquirió.
-Sí, ellos fueron pareja, hasta que llegué yo – la sonrisa ladina de
Ginny le causó escalofríos a Hermione.
-Pansy debería odiarte y no miedo a que reveles su gran secreto.
-Oh, es que precisamente su secreto es la que la mantienen en la cima,
Hermione – inquirió la pelirroja – Fue al mundo muggle para hacerse esa cosa de
‘cirugía de plástico’ para tener más
proporción en… tu sabes.
-¿Cirugía plástica? ¿Pansy? – Hermione estaba algo aturdida por la
reciente información.
-Si, quien lo diría, ¿no? Es algo imposible, tanto como si tú tuvieras
un elfo doméstico trabajando para ti… pero sin sueldo – la pelirroja comenzó a
reírse, Hermione también la acompañó aunque su sonrisa era más por compromiso.
-Sí… imposible.
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