miércoles, 17 de octubre de 2012

Escenas extras/omitidas/eliminadas


El muchacho de ojos tristes

Aclaraciones:
-Escena inconclusa. Línea temporal: Antes de comenzar la historia.
*Recuerdo*

Escenas extras/omitidas/eliminadas

-1-
Cómo hacerse expulsar de un colegio.


[Sebastián]
Sabía que había llegado la hora de hacerme regresar a la ciudad al lado de Konny, muy dentro de mi estaba disconforme con la decisión que mi madre había tomado por los dos, es decir, ¿Cómo era posible que un hombre extraño (o al menos para mí) pudiera gobernar de esa manera sobre nuestra vida?
Era más que evidente que mi madre le tuviera miedo a ese señor, de no ser así no nos hubiéramos ido a la capital así como así. Pero ya habían transcurrido cuatro años desde que nos habíamos ido, ya era hora de regresar. Extrañaba demasiado a mi mejor amigo. Las cartas, las llamadas por teléfono y el chat no eran suficientes, necesitaba estar cerca de Konny.
Por las buenas, mi madre no se regresaría. Ya se había establecido, los negocios que tenía con los padres de Konny con el Lemus Cinema iban de maravilla, la casa tampoco era problema, así que por medio de eliminación lo único que quedaba era el colegio. La pregunta era ¿cómo se hace expulsar uno mismo del colegio? La respuesta llegó de inmediato. Nada que una excelente broma gastada hacia el director no pueda resolver.


Aclaraciones:

-Escena eliminada. Línea temporal: Capitulo Nueve: La historia de Sebastián
*Recuerdo*
-2-
El padre de Sebastián.

[Konny]

Con la llegada de Sebastián, la situación se volvió un poco más tolerante, solo un poco. Spencer aún gobernaba sobre nosotros y cada día se volvía más estricto. Comencé a sospechar que algo ocurría. Sus nervios eran prueba de ello.
Por instinto, comencé a investigar sobre ello, sabía que si me enteraba algo sobre mi ex tutor, podría utilizar esa información a mi favor. Lo observé secretamente, traté de averiguar lo más que pude, pero nada de lo que me enteré me sirvió de mucho. Salvo ese día lluvioso.
Spencer se encontraba en el estudio, atendiendo algunos contratos del Lemus Cinema. Me acerqué a la puerta, que estaba entre abierta, vi a Spencer hablando por el teléfono celular, con el ceño ligeramente fruncido. Pegué la oreja a la puerta todo lo que pude para escuchar mejor la conversación.
-Entiende, hijo. Es importante que tengas un buen representante. Qué mejor que tu padre – recuerdo que en Spencer se dibujó una sonrisa que no supe cómo interpretar.
Fruncí el ceño.
“¿Spencer tiene un hijo?”. Me lo pregunté una y otra vez. “¿Un hijo?”
El corazón comenzó a latir rápidamente. Si Spencer tenía un hijo, lo más lógico era que quisiera estar a su lado. O al menos eso haría un padre normal. Y Spencer, definitivamente, no era alguien “normal”.
-Claro que es necesario. Cuando vendiste la Casa Grande del Campo te dieron muy poco dinero, ni qué decir de la renta de la casa donde vivías con tu madre, definitivamente…
Me quedé helado al escuchar la información. Solo conocía una persona que poseía esas propiedades, solo una persona encajaba en esa situación.
No podía ser verdad, definitivamente NO.
No, no, no.
Debí de haber escuchado mal, sí eso era. Escuché mal.
-Sebastián, hijo. Entiende, soy tu padre y me necesitas, no seas tan orgulloso y déjame ayudarte, ya verás que...
No necesité escuchar más. Mis sospechas se confirmaban. Sebastián, mi mejor amigo, era hijo de Spencer.

Aclaraciones:
-Escena extra. Línea temporal: Capitulo diez: Un chico misterioso.
*Un posible recuerdo del capítulo 36. El chico sonriente*.

-3-
Siguiendo al chico sonriente.

[Dennis]

El primer día de clases es terrorífico para los que vienen de otros colegios. O al menos así me sentí cuando me transfirieron. Te ven como un “bicho raro”, nadie te habla. Sientes cierta hostilidad en el ambiente y eso definitivamente no ayuda para que des el primer paso.
De vez en cuando alguien reparaba en mí, pero solo cuando tropezaban y me llevaban de corbata. Estuve tentado de decirle a mi tío que mejor estudiaría en casa, pero con solo ese pensamiento me sentí patético.
Soporté tres semanas de situaciones parecidas. Ubiqué a los llamados “bravucones” y comencé a evitarlos. Me centré únicamente en los estudios y decidí postergar la búsqueda de amigos. Algunos chicos comenzaron hablarme por cuestiones de los deberes, pero solo eso.
Al día siguiente todo cambió. Como era de costumbre alguien tropezó conmigo. Ambos caímos al suelo. Fastidiado de esas situaciones, gruñí.
-Discúlpame, no te vi.
-Sí, claro – dejé salir. No era el primer chico que me lo decía.
 Comencé a recoger mis cosas y justo cuando me disponía a levantar mi libro de álgebra, la mano del chico lo levantó por mí.
Recuerdo haber parpadeado un par de veces. Esa era la primera vez que alguien tropezaba conmigo y me ayudaba. Quizás, en ese colegio no todo el mundo era desconsiderado con el chico nuevo.
-Gracias – le respondí en cuanto estuve con todas las cosas.
Él en cambio, me sonrió.
Después de dos días de búsqueda de aquel chico sonriente, comencé a preocuparme. No lo encontraba por ningún lado. Tal vez, en un momento de desespero por encontrar un aliado en ese colegio, mi mente proyectó a la realidad a ese chico sonriente. Quizás, todo había sido producto de mi imaginación.
Y hubiera seguido pensando eso, suerte que me transfirieron de aula y fue ahí cuando me lo encontré de nuevo. Ese chico de ojos azules y de bella sonrisa. Después de todo, no era una alucinación.
“Háblale”, me decía una y otra vez. Después de tanto pensarlo, me decidí hacerlo. En cuanto salimos de clases, lo seguí. El chico sonriente caminaba muy de prisa y todo indicaba que se dirigía a la biblioteca, pero no quise arriesgarme así que apresuré mis pasos. Estaba por alcanzarlo cuando alguien tropezó conmigo, haciéndome perder de vista al chico sonriente.
Siguiendo mis instintos, me dirigí hacia la biblioteca, pero ésta estaba cerrada. Estuve por irme, desilusionado. Sin embargo; un ruido proveniente de dentro del lugar me advirtió que algo no andaba bien. Y no me equivoqué.
Me alegra saber que ese día salvé a Ted de su pervertido tutor.

 Aclaraciones:
-Escena inconclusa. Línea temporal: Capitulo catorce: El primer beso.
-4-
Practicando con el peluche

[Teddy]
Sebastián. Sebastián. Es lo único que abarca mi mente en estos momentos. No sé qué demonios tiene el bueno para nada de Sebastián. Ahora que lo pienso es divertido, por algo mi hermano se la pasa todo el tiempo feliz a su lado. Es atractivo, sobre todo cuando se le forman esos hoyuelos sobre sus mejillas cuando sonríe. Su cabello es sedoso y brillante, cuando termina de practicar esgrima éste le queda perfectamente desordenado… Su boca es…
Sus labios... ¿Qué sabor tendrán sus labios?
Veo al osito de felpa que me regalaron cuando era pequeño, me dirijo hacia él y lo agarro. Me dejo caer en mi cama. Extiendo a todo lo que dan mis brazos hacia el frente y veo fijamente hacia el peluche.
-¿Qué sabor tendrán los labios de Sebastián? – le pregunto al osito.
Cierro los ojos mientras que en mi mente visualizo la cara del mejor amigo de mi hermano. Me enfoco en su boca… en sus labios…
Me los imagino rozándolos con los míos, saboreándolos, disgustando ese sabor a… ¿felpa?
Abro los ojos, desconcertado.
-¡Genial!
Arrojo al osito de peluche hasta al otro lado de la habitación.
Estúpido peluche, mejor dicho, estúpido Sebastián. ¿Cómo se me ocurrió siquiera pensar en él?


 Aclaraciones:
-Escena eliminada. Línea temporal: Capitulo treinta y tres: la máscara de la felicidad.
-5-
Konny.

[Sebastián]

Aléjate. Solo aléjate.
Me repito una y otra vez. Y nuevamente, sin ser consciente, estoy otra vez frente a su oficina. ¿Tan difícil es entender esa palabra?  Konny me dijo que me alejara y ¿qué hago yo? acercarme.
Idiota. Me dieron ganas de decírselo en su cara. Konny, eres un idiota. No fui capaz de hacerlo.
Quisiera entender el porqué lo hace, el porqué alejarse de mí. Me dijo que le recordaba a mi padre. En gran parte tiene razón, tengo la misma mirada de ése señor. Pero también sé que ese no fue el verdadero motivo. Konny planea algo y espero que no sea lo que estoy pesando. Y si es así, esta vez no me reprimiré y frente a su tumba le diré lo que no fui capaz de decirle ese día cuando me pidió que me alejara de él.
Ha transcurrido una semana desde ese acontecimiento y pareciera que ha pasado más, no me atrevo a pensar en cómo estaré en un mes, en un año…
Lo extraño demasiado, ¿eso es posible? ¿Se puede llegar a extrañar a alguien hasta el punto de no querer seguir adelante sin esa persona? al parecer sí. Y sin embargo, él se ve tan feliz, tan libre.
Realmente Konny se ve feliz a pesar que su mirada triste contrasta con su sonrisa radiante. No. Konny no está bien. Y tarde o temprano, sé que me buscará. Konny y yo tenemos muchas cosas en común, incluso algo más que la amistad y el amor.
Spencer.


Aclaraciones:
-Escena eliminada. Línea temporal: Entre el último capítulo y el Epilogo uno.
-6-
Una promesa difícil de cumplir.

[Sebastián]

-Tenemos que hablar.
Teddy me observa atentamente desde la puerta, seriamente.
-De acuerdo.
El hermano menor de mi mejor amigo se sienta frente a mí.
-Dime – le digo.
-Con esta son cinco – frunzo el ceño, clara señal que no he entendido nada – Citas – me aclara.
Para ser un chico de solo dieciséis años sabe muy bien de hacerle de espía. Desde que Konny se ha ido a la clínica de la doctora Helen, Teddy se ha dado la tarea de hacerle de mi hermano menor. No lo hace tan mal. Sin embargo, el tema de las ‘citas’ es algo que no me apetece hablar. Y menos con él.
-No sé de qué hablas – fingir demencia a veces da resultados.  
-De Jack – claro y conciso. Como dije, un buen espía. Lástima de mi plan, esta vez no me ha dado resultados.
Suspiro, resignadamente. Supongo que no puedo seguir postergando el momento, tengo que hablar de estas citas.
-¿Sigues amando a mi hermano? – me pregunta.
-Cada día.
-Entonces, ¿por qué le haces eso?
-Él no tiene que enterarse – lo penetro con la mirada.
-Él se dará cuenta, lo sabes muy bien.
-Lo sé.
-¿Entonces?
-No le prometí nada. Quizás él asumió que lo haría.
Ambos nos observamos atentamente.
-Y se ha equivocado – Teddy no despega su mirada de la mía – Tienes que hacerlo Sebastián.
-No creo poder hacerlo.
-¿Por qué?
-Porque… es una promesa difícil de cumplir.
-Una cita con Jack no te hará mal, al contrario.
La sola idea de salir con alguien que no sea Konny me hace sentir mal. No me puedo imaginar el cómo se siente en estos momentos Teddy. Él que sabe que su hermano se ha ido lejos para sanar sus heridas y así poder estar con nosotros cuando regrese.
-Sebastián, no traicionarás a Konny al salir con Jack. Mi hermano te pidió que fueras feliz.
-Lo seré cuando él esté de regreso.
-Mientras tanto, ¿qué?
-No saldré con Jack, Teddy.
No puedo hacerle eso a Konny. Tampoco a Jack.
-Entonces… ¿Qué opinas de mí? – Teddy sonríe. Frunzo el ceño – tomemos un helado, veamos películas, visitemos al zoológico, no sé. Lo importante es que salgas de esta oficina.
-Teddy…
-Sebastián, no tengo a mi hermano en estos momentos. Y lo último que quiero es perderte a ti.
¡Demonios!
Me dejan al cuidado de Teddy y resulta que él es el que está cuidando de mí.
-De acuerdo.

Son pocas escenas, y después de analizarlas no atribuían en nada a la historia, pero de todas formas se las he traído :3
Gracias por leer
PISLIB n_n

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