Absurdos.
Absurdo #2
No es obsesión, solo curiosidad.
El pelirrojo no despegaba la mirada de la mesa de las serpientes.
-Emh… ¿Ron? – Su amigo ojiverde le llamó - ¿te hizo algo Zabini?
-¿Qué? ¡No! ¿Por qué? ¿Qué se supone me hizo? – Escudriñó con la mirada
al de lentes – No me hizo nada.
-De acuerdo – dejó salir no muy convencido – te pregunto porque desde
hace dos días que no le despegas la mirada y…
-¿Yo? ¿Mirarle? ¿Por qué debería de mirarlo? Tiene buen cuerpo, pero… -
sintió las orejas calientes – No, definitivamente no lo he visto.
-Estás raro – comentó Harry – Ginny me dijo que…
-¿Ginny? ¿Mi hermana?
-Solo hay una Ginny en este colegio y hasta donde sé es tu hermana –
Harry aclaró.
-¡Por supuesto! Mi hermana, yo nunca la traicionaría.
-Yo no he dicho eso – frunció el ceño.
-Y nunca lo digas – amenazó.
Ron salió del Gran Comedor. Debía de tener cuidado o Harry descubriría
su secreto. Se dejó caer al pie de un árbol.
-¡Blaise! – escuchó gritar a Ginny desde la puerta, pero el Slytherin la
ignoró y se fue hacia el Bosque Prohibido.
El pelirrojo sin pensarlo dos veces lo siguió en cuanto vio a su hermana
desaparecer dentro del castillo.
-¿Qué le has hecho a mi hermana? – directo al grano, en cuanto vio
Zabini detenerse frente a un árbol.
-¿Esa es tu manera de seducirme? – el moreno le sonrió de manera
coqueta.
-¡No! – Gritó el pelirrojo, con las orejas sonrojadas - ¡Solo fue una
vez, hace cinco días!
-En realidad, cuatro días, trece horas, veinte minutos y segundos más o
segundos menos, pero ¿Quién lleva la cuenta?
-Estás demente – el pelirrojo lo fulminó con la mirada.
-No soy yo el que sigue a alguien a todas partes, ni el que lo observa
en las horas de las comidas o el que lo interrumpe cuando esta con su novia… o
incluso el que lo sigue hasta el Bosque Prohibido sin ninguna excusa – conforme
hablaba, avanzaba hacia el pelirrojo, seductoramente – yo diría que… el que
esta demente es otra persona – se acercó más, peligrosamente – más bien… obsesionado.
-No es obsesión, solo curiosidad – murmuró el Gryffindor.
-¿Curiosidad?, ¿Por qué?
-No tengo idea – sonrió, bobamente, al sentir el aliento del moreno muy
cerca de su cuello.
Los ojos negros de Zabini penetraban a los azules del pelirrojo.
-Yo creo que sí lo sabes.
Sin despegar su mirada y aceptando la indirecta del Slytherin, el
pelirrojo unió sus labios con los del muchacho.
Para el pelirrojo era el beso más salvaje pero sin duda el más apasionado
que jamás había dado y recibido. Ambos entrelazaron sus lenguas y no pararon
hasta que la falta de aire se hizo presente.
Sus miradas eran intensas, allí no había solo obsesión o curiosidad,
había algo más. El pelirrojo olvidó que el muchacho de en frente era el novio
de su hermana o tal vez fingió olvidarlo.
-Hazme el amor – le suplicó al Slytherin y el otro gustoso aceptó la
invitación.
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