sábado, 21 de septiembre de 2013

capitulo diecisiete

El efecto de la Luna de queso



**Capitulo diecisiete**




Theodore se sentía incómodo, la última vez que había estado en ese lugar no había hecho algo de lo que precisamente estaba orgulloso. Dumbledore seguía escudriñándolo con la mirada.

-Veo que ya se siente mejor – le sonrió. El slytherin se sonrojó ligeramente – la razón por la que le llamé fue por algo importante con respecto al señor Potter.

>>El plazo que se le dio para recuperar la memoria termina en tres días y medio. A pesar que ha mostrado signos positivos en los meses anteriores no es buena señal, considerando que aún no recupera la memoria.

-¿Qué quiere decir?

-Llegó la hora de tomar medidas desesperadas. Como te has dado cuenta los alumnos a excepción de Parkinson, Zabini, Weasley, Malfoy y tu han retomado sus rutinas anteriores al igual que los profesores. La última semana ha sido un poco difícil para Potter, pero aún así sigue sin dar señales de recuperación.

>>Mañana, Granger, Weasley, Zabini y Parkinson retomarán sus respectivos lugares. Y dentro de dos días, usted y el señor Malfoy. Si eso no funciona, temo que Harry estará viviendo en su mente una realidad alterna.

Theodore se preocupó. Comenzó a sentir compasión por el gryffindor, él no tenía la culpa de lo que le ocurría, sin tan solo no hubiera caído de esa maldita escalera…

*0*0*0*0*

Hermione se sentó frente a él, lo notó preocupado o esa fue su impresión.

-Hola – saludó tímidamente, el slytherin apenas se percató de ella – ¿te puedo hacer una pregunta? Es sobre… emh… Harry.

El muchacho se encogió de hombros. La muchacha frunció ligeramente el ceño.

-Falta muy poco para el plazo que dio Dumbledore y… no sé si es eso o los últimos acontecimientos, pero Harry ha estado… diferente. ¿Lo has notado?

Theodore la observó detenidamente. Diferente. Sí, Potter actuaba diferente desde que le había obsequiado la pluma de notas. Ya no eran igual sus miradas, su andar, incluso la forma de hablarle. Todo era diferente en él. Y si Theodore lo conociera bien diría que era el antiguo Potter, ese al que no se le cruzaron los cables. Ese que siempre hacía lo posible para evitarlo y cuando no tenía otra opción actuaba tal como lo había hecho aquel día del aniversario. Pero era imposible. Potter aún no recuperaba la memoria, además, ¿Por qué querría seguir el juego y seguir “confundiéndolo” con Draco?

-Nott… ¿Theodore?

-¿Qué? – el aludido se sobresaltó.

Hermione sonrió, divertida.

-¿Te divierto?

-De pronto te has quedado pensativo.

Alzó una ceja.

-¿Sabes? En otras circunstancias, tal vez, Harry y tú serían muy buenos amigos.

-No lo creo – Theodore sonrió de lado, recordando el momento en que el ojiverde le regaló la pluma de notas.

*0*0*0*0*

-¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! – Blaise  se arrastró por toda la sala común y le siguió hasta llegar hacia su habitación - ¡Sí! – besó cada centímetro de su cama.

-¡Por Salazar, Zabini! – Se quejó Malfoy - ¿así estarás el resto del día?

-No tienes idea, Malfoy – le respondió - ¡Tres meses! ¡Estuve tres meses con los malditos leones!

-¿Significa que ya estarás aquí?

-¿Decepcionado? – El rubio lo fulminó con la mirada – Como sea, espero que Potter se acomode porque no volveré a ese lugar – refunfuñó.

 -Sí, ya quiero a mi novio de vuelta – siseó, saliendo de la habitación.

-¡Hola! – Saludó Pansy en cuanto entró a la habitación – me alegra estar por estos rumbos sin obedecer un horario – sonrió.

-Yo estoy feliz porque no volveré a ver a ese gato pulgoso.

-Hablando de mininos, has notado extraño a Potter? – El moreno se encogió de hombros – Con el cambio de los últimos días era para que recuperara algo de su cruzada memoria.

-¿Tú que dices, Theodore? – preguntó Blaise en cuanto vio al aludido entrar a la habitación.

El recién llegado ignoró la pregunta.

-Ya no apostamos – confesó el moreno – así que puedes hablar todo lo que quieras… o no.

-¿Saben? Ahora que lo pienso mejor, recuerdo que Potter llamó a Hannah por su nombre ayer – Pansy frunció el ceño.

-¿Y?

-Recuerden que ella para él, era Zach Smith.

-Tal vez está recordando algo. Y hablando de tejones, ¿Qué no está saliendo con la lunatic…? ¡Ey!, ¿Por qué me has pegado? – se quejó el moreno.

Pansy le señaló discretamente a Theodore, Blaise no supo interpretar la obvia señal.

-Lo importante aquí es que estamos libres de Potter – el moreno sonrió – un día más y tú también, Theodore. Un día más.

Lejos de alegrarle el día al muchacho le molestó. Hablaban como si Potter fuera una molestia, y aunque lo fue al principio, Theodore ya no lo sentía así. El gryffindor había cambiado y mucho. No era molesto, sino agradable.

El slytherin se sacudió la cabeza. ¿En verdad había pensado eso de Potter?

*0*0*0*0*0*

Theodore se levantó y se sentó varias veces de su lugar hasta que al final se animó. Se levantó y fue en busca de Potter.

No fue difícil dar con él, el muchacho se encontraba en la orilla del lago, escribiendo. Theodore le dejó caer una cajita cuadrada frente a él. Harry parpadeó un par de veces, sorprendido.

-Hola – saludó, atónito. Se levantó rápidamente.

-Es para ti – aclaró el recién llegado.

-No es mi cumpleaños – le recordó.

-Lo sé, es por… nuestro aniversario – explicó.

-Pero ya…

-Solo… acéptalo – pidió.

-Gracias – sonrió. Theodore sintió el hormigueo invadirlo en su interior – wow, esto es…

-Una snitch – afirmó el ojiazul – te gusta el quidditch y eres el buscador en tu casa, además eres fan de ese…

El ojiverde no podía creer lo que sus manos sostenían. Sí, era una snitch, pero estaba autografiada por su buscador favorito del mundo mágico.

-Gracias – Harry lo abrazó, el slytherin se tensó un poco – Lo siento.

-No… está bien – Nott se sorprendió por sus propias palabras.

-Dumbledore dijo que el quidditch regresaría en cuanto terminen las vacaciones navideñas, genial ¿cierto?

Theodore asintió. Se sentía extraño con Potter, tal vez porque sabía lo que le deparaba al muchacho en las próximas cuarenta y ocho horas.

-¿Te gustaría acompañarme a un lugar especial?

-No sé si…

-Por favor – nuevamente esa mirada… ¡Demonios!

-De acuerdo – accedió, después de todo eran los últimos momentos, ¿Qué podría pasar?

-¡Genial! Nos veremos aquí dentro de una hora.

-Supongo – Theodore fingió no darle importancia.

Harry sonrió feliz, demasiado feliz supuso el ojiazul.

-Gracias por la snitch – se sonrojó y se dirigió hacia el castillo.

Theodore lo siguió con la mirada recordando las palabras de sus amigos y Granger. Definitivamente, Potter estaba diferente.

-¿Disfrutando los últimos momentos con MI novio? – Draco llegó hasta su lado – en menos de dos días estará a mi lado.

-Supongo que celebrarán a lo grande.

-Sí, sexo salvaje – se mofó el rubio – hay que recuperar el tiempo perdido.

-¿Solo eso? – Theodore frunció el ceño.

-¿Qué más podríamos celebrar?

-¿Su aniversario? – tentó.

-¿De qué hablas? Nuestro aniversario fue en septiembre, justo el día en que se le ocurrió caerse por las escaleras. – Malfoy se burló y se dirigió hacia el castillo dejando a Theodore desconcertado.


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