Los cinco elementos
N/A
*Este capítulo está dedicado a Diego,
quien descubrió desde capítulos muy atrás el secreto de Pansy :D
Capitulo Veintitrés:
El hechizo.
Luna se detuvo en la orilla de un río, dirigió su mirada hacia unas
montañas que estaban bastante cerca de su posición.
-Resiste – murmuró, con los ojos cerrados y una mano dentro del agua.
Abrió los ojos en cuanto escuchó un ruido detrás de ella – Hola, Hermione.
-¡Luna! – la castaña se sorprendió al ver a la rubia en ese lugar.
-Hola, Neville – saludó al muchacho, incorporándose enfrentándose a los
recién llegados – ¿Harry, Ron y Terry vienen en camino? Necesitaremos toda la
ayuda posible.
-Luna… lo siento – la castaña la miró fijamente.
-Después nos disculparemos y perdonaremos, por lo pronto hay que llegar
a esas montañas antes de la media noche.
-¿Aún cuentas con tu elemento? – preguntó Neville.
-Por supuesto. Es mejor llegar a pie, la aparición los alertará.
Los tres se encaminaron hacia las montañas.
*****
Draco miraba fijamente al muchacho que se encontraba frente a él, no
sabía cómo disculparse, había metido la pata y ahora no sabía cómo remediar su
error.
-Theodore, yo…
-Te ahorraré las disculpas, Draco. Es mejor buscar una salida de aquí –
el ojiazul recorrió el interior con su mirada.
-Es inútil, debo suponer que han sellado tu magia como lo hicieron
conmigo – Draco se sentó en una esquina – Aunque lográramos salir de aquí no
llegaríamos ni a la esquina, los mortífagos tienen rodeado el lugar.
-Algo se nos tiene que ocurrir, Voldemort piensa realizar el hechizo hoy
a la media noche.
-¿Qué? – el rubio se levantó rápidamente.
-Al menos Scorpius está a salvo – Theo escudriñó con la mirada al rubio,
de pronto algo no cuadró… – ¿Cómo fue que te capturaron?
-Cometimos un pequeño error – confesó – Fuimos sorprendidos en el claro
y así nos capturaron.
-¿Fuimos? – alzó una ceja.
La puerta volvió a rechinar cuando metieron a una segunda persona.
-¡Se arrepentirán! – gruñó el recién llegado.
Nott estaba boquiabierto, observó al adolescente que tenía frente a él.
El cabello rubio y alborotado —y no parecía ser por la consecuencia de una
reciente pelea—, ojos grises y esa mirada de superioridad característica innata
de los Malfoys le indicaban a Theodore que ese joven se trataba de alguien muy
conocido.
-¿Scorpius?
El aludido rodó los ojos.
******
El primer puf reveló a Harry y Draco, el segundo a Ron.
-Es aquí – anunció el ojiverde – Hermione no esperaría al pie de la
montaña.
-¿No sería más fácil aparecernos allá? – sugirió el pelirrojo.
-No, revelaríamos nuestra posición a los mortífagos – aclaró el rubio.
-Tenemos mucho que caminar, hay que darnos prisa – expresó el ojiverde.
-¿Están seguros que son esas montañas?
Las del oeste me parecen más adecuadas para el hechizo – Draco señaló
hacia su izquierda – Parecen tener tierra fértil.
Harry y Ron intercambiaron miradas, observando las montañas de su
izquierda y luego las que tenían hacia delante.
-Estoy seguro que son las del norte, Neville lo investigó en el libro – afirmó
el pelirrojo.
Los tres se encaminaron hacia el norte.
******
-¡El mismo de siempre! – El muchacho sonrió – Tío T, ¿dejarías de verme
de esa manera? Me siento como un bicho raro – gruñó.
Theodore parpadeó un par de veces. Carraspeó.
-La última vez que te vi… estabas de esta altura – con su mano izquierda
hizo una señal de menos de medio metro.
-Sí, bueno, cambié un poco – se encogió de hombros.
-¿Un poco? – lo miró de arriba hacia abajo.
Ambos rubios rodaron los ojos. Draco se puso frente a su hijo.
-¿Estás bien?, ¿te han hecho algo? – interrogó, inspeccionándolo.
-¡Basta, papá! – Scorpius se alejó rápidamente de él – ¡Estoy bien!
Salvo que el desquiciado ese me ha
sellado mi elemento, ahora soy igual de útil que un maldito squib.
-¡Scorpius! – Regañó el mayor – Te agradecería mucho que no maldigas
tanto.
-Creí que podía hacerlo, es decir, tú a esta edad seguro que lo hacías –
Draco alzó una ceja, Scorpius se dirigió a Theo – ¿Él lo hacía, tío T? Mi papá
maldecía, ¿cierto?
-Emh… prefiero no opinar – el ojiazul comenzó a caminar de un lado a
otro – Debemos salir de aquí…
-Seguramente Hermione viene en camino – expresó Scorpius – Pude mandarle
un mensaje antes que el mald… Voldemort me suprimiera la magia.
-Potter y compañía deben estar en camino también – informó el rubio
mayor.
-Ahora somos “damiselas” en peligro, esperando que nos rescaten nuestros
“caballeros”, patético – Scorpius se fue a sentar en la esquina.
-Wow, era más dulce y tierno cuando media menos del metro – expresó
Theo.
-Está frustrado – defendió Malfoy – se creía invencible y ahora ha
perdido todo eso.
-¿Qué pasará ahora? ¿Voldemort aún tiene interés en él?
-Demasiado…
Draco le explicó su teoría. Del porque Voldemort presionó a Scorpius a
que involuntariamente se transformara en un adolescente.
-Entonces, todo marcha según su plan – expresó el ojiazul.
-Sí, todo gracias a Zabini – salpicó.
-No todo es su culpa – Theo lo miró fijamente, Draco lo miró ceñudo –
Pansy – reveló.
El rubio agrandó los ojos. Theodore asintió.
-Ella está de su lado, ¿recuerdas su habilidad?
-Scorpius y yo fuimos separados para llegar aquí – confesó – mi hijo
junto con Morseferth fueron los primeros. Rowle y yo los segundos, ella se
quedó en el claro.
-Tal vez, haciéndose pasar por ti – completó – Ya lo había hecho antes,
en Hogwarts.
-¡Demonios!
-Blaise no te mintió del todo – el rubio frunció el ceño – Tienen
capturada a Kimi.
-¡Esto se pone cada vez mejor! – Ironizó – Voldemort utilizará a Kimi
para que haga el hechizo y a mí…
-Para que Scorpius lo haga – completó Theodore.
-¿Luna esta capturada también? – el ojiazul frunció el ceño.
-Tengo semanas… tal vez meses sin verla, no sé cuánto tiempo tengo desde
que me capturaron en el Refugio.
-Luna estaba ayudándonos, pero cuando creímos que tú eras el traidor…
ella…
Theodore lo observó fijamente.
-¿Ella… también dudó de mí?
-No, ella confió plenamente en ti. Se separó de nosotros, estoy seguro
que no ha parado de buscarte.
El ojiazul sintió algo cálido en su pecho al saber que Luna nunca dudó
de él a pesar que todo apuntaba a que él era el traidor.
-Lo siento, Theodore – Draco apretó su brazo afectuosamente – En verdad
lamento haber dudado de ti.
******
Voldemort veía cómo sus mortífagos y Blaise preparaban todo para
realizar el hechizo. Todo estaba saliendo según lo planeado. Scorpius, el
adolescente rubio estaba en la punta de su máximo poder. Pronto sería el
maestro de los maestros. Sonrió complacido. El amo y señor de los cinco
elementos, el Máster Element.
-Está todo listo, señor – anunció Morseferth.
-¡Excelente! Traigan a mis invitados – Voldemort sonrió con
satisfacción. Solo era cuestión de tiempo…
Segundos después, Theodore, Draco, Scorpius y Kimi fueron llevados
frente al señor oscuro. Éste con un chasquido de dedos, encerró a Draco y a
Kimi en esferas mágicas.
-Liberaré a tu padre en cuanto cumplas tu parte – Voldemort le dijo al
rubio menor, quien lo fulminaba con la mirada – Comencemos.
Draco, desde el interior de la esfera, observó cómo los mortífagos
habían trazado un círculo en el suelo, y en dirección de cada uno de los puntos
cardinales habían dibujado el símbolo del elemento que representarían. Al norte
se encontraba Theodore, en el sur Blaise, al este Rowle y en el oeste
Morseferth. El símbolo del elemento de
la energía se encontraba justo en el centro del círculo, donde Voldemort y
Scorpius se colocaron.
-Yo, Francis Morseferth, que con orgullo represento el Elemento del
Fuego ofrezco voluntariamente a mi amo, el Señor Tenebroso, mi magia y mi
elemento – se hizo un corte en el dedo índice de la mano derecha y dejó caer
unas cuantas gotas de sangre en el símbolo de su elemento.
Hermione, Luna y Neville corrían con todas sus fuerzas los tres seguían
el rastro que había dejado Scorpius y que Luna había descubierto minutos atrás.
-¿Qué es eso de allá? – Neville señaló un haz de luz que se alzaba hacia
el cielo.
-¡El hechizo ha comenzado! – Anunció Hermione – ¡Falta poco, démonos
prisa!
Rowle se hizo un corte en el dedo índice de la mano derecha dejando caer
el líquido carmesí en el símbolo del elemento del agua.
Theodore buscaba una manera de salir del círculo pero nada de lo que
hiciera funcionaría, estaba atrapado, solo un evento extraordinario los
salvaría de esa situación.
El círculo se fortaleció en cuanto la sangre de Blaise tocó el símbolo
del elemento de la tierra. El moreno evitó ver a la cara a sus amigos. Lo
hecho, hecho estaba. Solo esperaba que después de eso recuperara a su hija.
Hermione, Luna y Neville lograron llegar al lugar, una intensa luz los
mantenía a raya.
-¿Cómo lograremos penetrar ese campo de luz? – quiso saber Hermione,
alzando su voz para que lograran escucharlo.
-¡Es tarde, ya no podemos hacer nada! – expresó Neville, cubriéndose el
rostro a causa de la excesiva luz que emanaba el campo de magia.
-Es tu turno – ordenó Voldemort hacia Theodore.
El muchacho lo dudó. Él era el último, si decía el conjuro el círculo se
sellaría y la ayuda que venía en camino no lograría hacer nada.
Harry, Ron y el otro Draco corrían.
-¿Qué es eso de allá? – el pelirrojo señaló hacia el frente.
-El hechizo – respondió el rubio, escondiendo su sonrisa.
-Debemos correr más rápido – sugirió el ojiverde.
-¿Crees que no lo estamos haciendo? – gruñó Draco. Harry frunció el
ceño, tenía la sensación que el rubio que estaba a su lado estaba diferente,
pero no podía asegurarlo, ¿estaría así por lo del beso?
-No me hagas obligarte – siseó el lord.
-¿Y qué harás? ¿El hechizo Imperio?
Sabes que no puedes usarlo – se permitió sonreír de lado.
Voldemort le apuntó con su varita, furioso.
-Adelante, mátame. Así no podrás completar el hechizo.
El señor oscuro sonrió de lado, apuntó hacia fuera del círculo.
Hermione y Neville descubrieron a dos personas atrapadas en esferas
mágicas en el aire.
-Es Draco y una niña – informó Luna – Es la hermana de Blaise.
-¿Hermana?
-¡Draco! – Hermione se asustó, mantenía la esperanza que los Malfoys no
estuvieran atrapados y que aquello en realidad no era el hechizo.
-¿Puedes hacer algo? – Neville le preguntó a la rubia.
-Lo intentaré – Luna se concentró en las esferas mágicas, estaba a punto
de hacer algo cuando una bola de energía la encerró.
-¡Luna!
-Con eso sí podrás hacer el hechizo – siseó Voldemort, señalando hacia
su reciente captura.
-¡Luna! – Theodore vio a su novia atrapada en una esfera de magia.
-¿Y bien? – el ex Slytherin lo fulminó con la mirada.
-Yo… Theodore Nott, que con orgullo represento el Elemento del Aire…
-¡Ahí! ¡Ahí están! – Gritó Harry en cuanto vio el haz de luz que emanaba
el círculo.
-¡Harry, espera! – advirtió Draco, quien se protegía de los escombros
que flotaban a los alrededores del lugar.
Cuando el ojiazul terminó de decir el hechizo y su sangre tocó el
símbolo de su respectivo elemento, el círculo se cerró por completo. Un campo
de fuerza fortalecía la circunferencia provocando que todo aquello a su
alrededor levitara. Un ligero temblor
invadió a los alrededores.
Voldemort fijó su mirada en Scorpius, quien no lucía ni preocupado o
temeroso, sino todo lo contrario.
-¿Y bien?
-Tienes que regresarme mi magia – lo vio fijamente – Sabes que mi
elemento es esencial y no funciona como los otros, para que yo pueda… renunciar
a mi elemento debo poseerlo.
El señor oscuro lo escudriñó con la mirada, el mocoso tenía razón.
-Debes de saber que… la vida de tu padre está en mis manos – recordó
antes de devolverle su magia.
Scorpius desvió su mirada hacia donde estaba su padre.
-Lo sé.
Voldemort extendió su varita y murmuró unas cuantas palabras hacia el
rubio menor; en cuestión de segundos Scorpius se vio rodeado por un aura
morada. Sonrió de lado.
Theodore frunció el ceño, algo no andaba bien. A pesar que Scorpius era
un adolescente —engreído últimamente— el ojiazul sabía que esa sonrisa era muy
distinta a la que le había visto hacer horas atrás.
-Hazlo – ordenó Voldemort hacia el adolescente.
El señor oscuro señaló hacia su padre, le lanzó la maldición cruciatus.
Draco fue presa del hechizo, comenzó a retorcerse del dolor. El menor no se
inmutó. Voldemort entrecerró los ojos.
-¿Scorpius? – llamó Theodore. El jovencito no hizo señal de haber
escuchado.
-Puedo hacer esto todo la noche, Scorpius – advirtió el lord, volvió a
hechizar al rubio.
-¡Hazlo, Scorpius! – ordenó Theo, quien veía a su amigo agonizar por la
maldición.
El muchacho se enfocó en Voldemort, pensando en cómo acabar con él, se
había centrado tanto en cómo vengarse de ese ser que olvidó a todos aquellos de
su alrededor, hasta que llegaron a sus oídos los gritos de dolor por parte de
su padre. Agrandó sus ojos al ver a Draco siendo presa del dolor. “Papá”, su mirada la giró hacia
Voldemort, comenzó a verlo de una manera que el señor oscuro comenzó a
preocuparse.
-Deja… de… hechizar… ¡A MI PADRE! – Scorpius gritó, una ola de magia
pura invadió el círculo.
Cada uno de los representantes de los elementos se cubrió con las manos
el rostro. Era demasiada energía acumulada en un solo lugar, era cuestión de
segundos para que todo saliera expulsado.
Harry, Ron y Draco llegaron hasta el lugar de los hechos, visualizaron
en el cielo tres esferas y en cada una de éstas había personas atrapadas.
-¡Son Hermione y Neville! – Ron señaló hacia escasos metros frente a
ellos.
-¡Hermione! – llamó el ojiverde justo en el momento en que una ola
mágica pura se expandía en todo el terreno.
Todos, sin excepciones, fueron expulsados por la onda mágica…
Scorpius era el único que estaba de pie, todos los demás —incluyendo los
que habían estado atrapados en las esferas mágicas— se mantenían tumbados en el
suelo, desmayados. El rubio observó a todos. Sonrió de lado, mientras sus ojos
pasaban del color gris a uno negro.
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N/A
*0*
¿Quién más descubre qué habilidad/poder tiene Pansy? :3
¡¿Qué le ha pasado a Scorpius?!
Muchas gracias por leer y por sus lindos comentarios, me alegran el día
y la noche *-*
Nos leemos en el próximo capítulo que ya he subido :3
Nos estamos leyendo –si me leen por ahí, claro– “No me olvides…”, “Tu
historia fue conmigo” y “El efecto de la Luna de queso” .
Besos
PISLIB n_n
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