lunes, 3 de agosto de 2015

Capítulo 1. Un extraño sueño

Entre gorros y bufandas


Capítulo 1. 

Un extraño sueño


Era media noche. Él estaba encadenado, aún no sabía por qué pero ahí estaba siendo prisionero. Sus manos atadas a grilletes los cuales colgaban del techo mugroso. Un rayito de luz se colaba por la reja y era su única compañía. Louis sabía que ese sería su fin, al día siguiente lo colgaría. Así eran los castigos en edad media, el rey había decretado que ese castigo era ejemplar y así nadie más se atrevería a revelarse ante él.
Louis estaba cansado, sus pies no podrían sostenerlo por más tiempo. En cualquier momento cederían, estaban por hacerlo cuando el rechinar de la puerta abriéndose lo hizo detenerse.
Se asomó una pequeña figura. Venía cubierta por una gran capa. Louis no pudo identificar a su visitante. Se acercó lentamente, al estar frente a él descubrió su rostro. Unos hermosos ojos verdes esmeraldas sobresaltaban.
-Ernestina… - musitó al reconocer a la princesa del castillo.
-He venido a ayudarte, Louis – la princesa dejó al descubierto sus hermosos rizos chocolates, los cuales eran sujetados por una lazo color fucsia.
-Te meterás en problemas – advirtió. Él apreciaba, corrección, él amaba demasiado a la muchacha para meterla en líos.
-Lo he estado desde el día que te conocí – la princesa liberó a Louis de sus amarres, ocasionando que él cayera al suelo. Realmente estaba cansado.
Ernestina se acuclilló frente a él.
-Escapémonos, Louis – pidió. Conectando su mirada con la de su amado.
¿Por qué? ¿Por qué su amor hacia la princesa tenía que ser prohibido?
-Te amo, Ernestina – Louis tomó a la muchacha de las mejillas y se fundió en un dulce beso.
Se separaron lentamente. Louis no se cansaría de ver esos hermosos ojos esmeradas.
-Tenemos que irnos, mi padre planea colgarte antes de la hora acordada – suplicó, lágrimas en sus ojos. Louis no quería ver opacada esa mirada.
-Aún muerto, no dejaría de amarte – le acarició la mejilla, subiendo su mano cada vez más hasta llegar al lazo fucsia.
-No digas tonterías.
-Es verdad. Estoy seguro que mis reencarnaciones futuras encontrarían a las tuyas y se amarían, tal como lo hacemos ahora.
-Eres un tonto, Louis – sonrió, haciendo relucir sus hoyuelos.
-Soy tu tonto…
La miró a los ojos nuevamente…

[…]

-Soy tu tonto… - Louis despertó algo agitado - ¿Qué?
Estaba seguro que había dicho algo aún dormido, pero no supo qué. Se rascó la cabeza, tratando de recordar qué era pero entre más quería recordar más olvidaba el reciente sueño. Solo venía a su mente unos hermosos ojos verdes esmeraldas y un lazo fucsia.




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