Entre gorros y bufandas
Capítulo 4.
Historia
-Lo siento, Stan – pidió Liam.
-En serio, si te escucho
decir los mismo por enésima vez, esta vez no te disculparé – se quejó Stan,
dándole un sorbo a su licuado.
Liam se abrazó fuertemente
a él.
-Gracias.
-No tan rápido Payne, por
tu culpa nos han expulsado de la cafetería por el resto del día – se quejó – justo
cuando en la comida habrá sopa de tortilla y pollo a la chipotle.
-Te lo compensaré mañana,
a ambos – prometió.
-¿Saben quién era ese
chico, al que le embarré el desayuno? – preguntó Louis.
-Styles – gruñó Liam.
-Creo que le debes a él
otra disculpa – recordó Stan – le gritaste muy feo.
-Tú no estabas ahí.
-Te escuché desde el pasillo
– aclaró – tienes una voz potente.
Liam volvió a gruñir.
Louis estaba sumido en sus
pensamientos, tenía la sensación de conocer a ese muchacho, juraría que ya
había visto esos orbes esmeraldas en algún otro lugar… pero, ¿en dónde?
[…]
-¡Genial, somos vecinos de
casilleros! – Stan sonrió de oreja a oreja.
-Sospecho que tuviste algo
que ver – confesó Louis.
-De hecho… no – frunció el
ceño - ¿Por qué no se me ocurrió antes?
Louis negó con la cabeza.
-¿Qué clase tienes? –
preguntó Liam, viendo su propio horario.
-Historia, con el profesor
Harris – respondió Louis, leyendo en su beeper.
Ese pequeño aparato que le habían entregado el mismo día que le asignaron
habitación. Además de ver su horario de clases le llegaban noticias del instituto.
-¿Qué? – Stan agrandó los
ojos, espantado.
-¿Qué ocurre? – Louis miró
a Stan, luego a Liam.
-Solo… no te metas en líos
– aconsejó.
-Eso no me dice nada – se
quejó.
-Creí que lo habían
despedido – musitó Stan.
-¿Por qué?
-Es algo… especial – explicó Liam – rencoroso…
gruñón… déspota…
-Y homofóbico – salpicó Stan.
Louis frunció el ceño. ¿Sus
amigos sospecharían algo?
Comenzaron a caminar hacia
las aulas.
-Aún recuerdo cuando me
castigó por una semana después de clases – se quejó Stan – casi me sacan del
equipo.
-Yo no permitiría eso –
aclaró Liam.
-Gracias, amigo – Stan le
sonrió, abrazándolo por los hombros.
-Y justo esto – Liam se
señaló a él y a Stan – fue lo que te vio hacer.
-Si, después se la agarró
conmigo en clases hasta que le contesté de mala gana y me gané el castigo.
-Nooo – dejó salir Louis.
-Sí.
-Me refiero a que… ¿tú
respondiéndole mal a un profesor? – Louis no podía creer eso – ¡Pero si eres el
señoreducadotodomielsobrehojuelasnoromporeglas!
Stan soltó una carcajada,
esta vez fue a Louis a quien abrazó por los hombros.
-Amigo mío, hay tanto que
no sabes de mi…
Louis le devolvió la
sonrisa.
-Hablando en serio – el
ojiazul alzó una ceja – no te metas en líos.
-No vale la pena ese señor
– concordó Liam.
-De acuerdo.
[…]
La verdad era que esto era
ridículo. El que estuviera estudiando en otro lugar no significaba que tuviera
que volver a cursar las materias. El cambio de instituto le pareció genial,
aunque no se atrevería a decírselo a Stan, le agradaba el estar con sus amigos.
El que tuvieran la oportunidad de volver a estudiar juntos sería una gran
experiencia, aunque por el momento no tenía las mejores. En fin. La mayoría de
las materias eran idénticas a la de su antiguo instituto así que pudieron
rivalizarlas, sin embargo solo una no pudieron hacerlo. Historia. Y aquí era donde a Louis le parecía ridículo. En el otro
instituto no llevó historia. Al menos no llamada como tal, sino “Hechos Antiguos”.
Y al parecer el director dijo que “no es
lo mismo, por lo tanto tendrá que estudiar esta materia aquí, así tendrá su curricula
cubierta y podrá graduarse”.
Y es por eso que Louis
toma Historia con los chicos de segundo año y no está cursando otra materia
junto con sus dos amigos.
Y el hecho que todos lo
vean como el bicho raro, no tiene nada que ver con que es un año más grande que
los demás ni tampoco que es el chico nuevo.
Louis solo quería salir de
esa maldita clase, esperaba sobrevivir un año a esa tortura.
Llegó el profesor, se
presentó frente a todos. El señor era alto, de tez blanca, ojos negros
profundos escondidos tras unos anteojos estilo Harry Potter. A Louis no le
pareció el monstruo que describieron sus amigos, pero aún era muy temprano para
sacar conclusiones.
Antes de finalizar la
clase, menciona sobre un trabajo en equipo. Él forma los equipos. A Louis le
toca trabajar con un tal Edward. Ni idea de quién demonios es, porque el
susodicho no se presentó a clases.
Toca la campana y su
tortura al fin termina.
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