domingo, 10 de abril de 2016

Capítulo Cuatro. Un papá en apuros

NUEVES MESES


Capítulo Cuatro. 

Un papá en apuros



-¿Cómo has nombrado a nuestro retoño? – frunció el ceño, levantándose de su lugar.
-Grisel y es un bonito nombre – Ashton se cruzó de brazos.
-¿Y por qué has tomado esa decisión sin consultarme? ¿Cuándo lo hiciste?
-Ayer, cuando corriste como niñita asustada y me dejaste con la bebé, literalmente, solo – Ashton se levantó de su lugar – esa fue la primer prueba, ponerle nombre al bebé, una vez dándole nombre, dejó de llorar.
Mike se puso colorado hasta las orejas.
-Bien, Grisel no está tan mal, después de todo – musitó, no quería discutir sobre eso. Calum le había recomendado no sacar al muchacho de sus casillas y Michael estaba de acuerdo, sobre todo cuando su objetivo era sacarle esa sonrisa – veo que le has comprado una bufanda para el cabello – dejó salir, sonriente.
-Me largo – gruñó el castaño, dirigiéndose hacia la salida.
-¡No, espera, Ashton!

[…]

Ashton se encontraba en el aula de edición. En ese lugar se reunían para realizar el periódico escolar. Luke estaba redactando su artículo de “padre desnaturalizado” mientras Ashton revisaba las fotografías que él y su amigo habían conseguido.
 -¿Y has dejado a mi sobrina con el desnaturalizado de su padre? – preguntó Luke sin despegar la mirada del ordenador.
-Él se ofreció, yo no me opuse – declaró el rizado, conectando la cámara a su laptop.
-Apuesto diez dólares a que no dura dos horas cuidando a la inocente de Grisel.
-Eso no es justo, es una apuesta ganada – se quejó Ashton.
Luke sonrió al igual que el rizado.
-Pss…pss – Ashton frunció el ceño, sin despegar la mirada de la pantalla – psss…psss
-Emh… ¿Ash?
-Sí, amigo – respondió, concentrándose en las fotos.
-Te buscan.
El aludido alzó una ceja, viendo directamente hacia el rubio, quien a su vez le hizo una seña para que viera hacia la puerta. Ashton desvió su mirada hasta donde señalaba Luke.
-¿Qué demonios…? – Se levantó rápidamente, dirigiéndose hacia la persona que lo venía a buscar – Clifford… ¿Qué haces aquí? Y… ¿Qué es ese olor? – hizo una mueca de desagrado.
Michael gruñó.
No quería hablar de ese asunto porque simplemente su orgullo ya estaba pisoteado y no quería darle otra tunda sin haberse recuperado.
-¿Dónde está Grisel?
-La tiene Calum.
-Y Calum la tienen... como, ¿por qué?
-Larga historia.
-Cuéntame la corta – Ashton se cruzó de brazos, con el ceño fruncido.
-El bebé robot se averió.
-¡¿Cómo que se averió?! ¿Qué hiciste Clifford? – Ashton puso sus manos en jarra.
-Nada, lo juro – Mike se exasperó – cuando me abandonaste en la cafetería, estuvo todo perfecto hasta  que la bebé comenzó a llorar, sin parar, literalmente. Todo el mundo comenzó a enviarme miradas asesinas y tuve que huir del lugar.
-Tal vez lloraba de hambre… ¿le diste la bibi?
-¡Claro que se la di! Pero no la quiso porque me vomitó – el castaño alzó una ceja… ahora comprendía porque olía tan desagradable el muchacho.
-Entonces, tendría frio o calor. O tal vez… ¿en dónde está? Llévame con ella – ordenó, preocupado.
-Bien…
-Luke, ahora vuelvo – el aludido asintió. Y si no estuviera tan concentrado escribiendo el artículo para el periódico, hubiera visto a Michael sonreír, triunfante.
Con pasos presurosos llegaron hasta la cafetería, en donde se encontraba Calum sentado en una mesa de la esquina mandando mensajes de textos en su celular.
-Al fin, creí que no vendrías y me dejar… - dejó de hablar al notar la presencia de Ashton. Frunció el ceño.
-¿Qué le hiciste a mi bebé, Calum? – Michael corrió hasta con el bebé robot, que dormía plácidamente.
-Nada, solo le he dado de comer.
-Te lo dije – musitó Ashton.
-Hambre no tenia, lloraba por otra cosa – se quejó el teñido – me vomitó encima, así que hambre no tenía. Confiésalo Calum – gruñó.
-Lo importante es que ya no llora – dejó salir, levantándose rápidamente. No estaba de ánimos para lidiar con los caprichos de Mike – tengo que ir con Sofía y el pequeño Mark.
-¡No estaba llorando por hambre! – se quejó.
-Como digas, amigo – sonrió de lado – hasta luego, Ashton.
El muchacho asintió sin decir palabra. Luego miró a Michael alzando una ceja.
-Si Calum desconectó a la bebé robot, lo mato – se quejó acercándose al juguete.
-¿Por qué no la llamas por su nombre?
-Es igual.
-¿Y bien? – Michael se dio cuenta que su respuesta había molestado al muchacho. Pasó saliva trabajosamente.
-Emh… Calum no la ha desconectado – respondió cargándola, con el solo contacto la bebé robot comenzó a llorar. Mike agrandó los ojos, alarmado. No otra vez…
El ojiverde comenzó una especie de danza extraña, aparentemente queriendo mecer ligeramente al bebé para calmarla, fracasando en el intento. Ashton no pudo soportar ver eso, aunque la verdad disfrutaba internamente ver a Clifford en apuros.
-Hazlo suavemente – recomendó, haciéndole señas cómo hacer el movimiento con un bebé imaginario. Michael no captó el mensaje o tal vez no quería hacerlo. Se sentía tan estúpido, él cargando un juguete y pretendiendo ser el padre, o lo que sea, tratando de calmarlo. Eso era realmente ridículo. La sonrisa burlona de Ashton no ayudaba mucho a la causa. Aunque lo hiciera ver adorable, comenzaba a odiarla y si hubiera seguido probablemente Michael hubiera lanzado al estúpido bebé robot al piso y  se hubiera largado de ese lugar mandando todo al demonio.
Ashton, al ver que Michael lo estaba haciendo mal, rodó lo ojos. Se encaminó quedando justo detrás de él. Pasó sus brazos alrededor de los de Michael, quedando muy juntos.
-¿Qué…? – el teñido no supo cómo formular su pregunta.
Ashton por su lado, siguió con la labor. Tomó los brazos de Clifford con sus manos y él mismo se encargó de dirigir el arrullo de Michael.
-Si lo haces lento, es mejor – Ashton susurró al oído. Michael sintió un escalofríos recorrer todo su cuerpo – ¿lo ves?
Y era cierto, Grisel dejó de llorar lentamente.
Michael parpadeó un par de veces, se sentía extraño y no solo por el hecho de que Ashton seguía abrazándolo por la espalda mientras le dirigía el arrullo sino que ese bebé robot parecía estar embrujado, ¿Por qué solo lloraba cuando estaba con él?
Ashton se alejó lentamente de él, Michael no pareció darse cuenta ya que estaba muy concentrado en su labor, no quería quedar nuevamente como un idiota frente a Ashton.
-Ey… lo haces muy bien – no solo fue el cumplido lo que hizo que Michael sintiera un cosquilleo en su estómago. No. Fue la sonrisa. Esa sonrisa que le había visto un par de veces y solo dirigida hacia Luke. Ahora estaba ahí. Ashton le sonreía tan dulcemente mostrando sus precisos hoyuelos.
Toma esa, jirafa andante, Ashton me sonríe solo a mí.




__________________________________

Capitulo Anterior                                              Capitulo Siguiente







No hay comentarios:

Publicar un comentario