No ha dejado de llover
Capitulo quince.
Confesiones
Michael estaba nervioso, aunque esa palabra no describía el cómo se
sentía realmente. Ansiedad, emoción, incertidumbre y de todo un poco lo iban
invadiendo lentamente. Ashton había decidido hablar con él y confesarle varias
cosas importantes. ¿Qué serian?, ¿ya no estaría con ella?, ¿elegiría nuevamente
a ella? Michael sacudió la cabeza. Se prometió controlarse. Si quería recuperar
a Ashton tenía que cambiar. Debía dejar de hacerle daño. Suspiró lentamente. Ya
casi era la hora del encuentro. Sintió a su corazón paralizarse por unos
momentos al reconocer a Ashton a unos cuantos metros de él. Caminaba con las
manos dentro de los bolsillos.
-Hola… - saludó en cuanto estuvo frente a él.
-Ashton – el teñido se levantó.
-Acompáñame.
-De acuerdo.
Estuvieron caminando en silencio. Un silencio demasiado incómodo. Michael
se preguntaba internamente el cómo es que habían llegado hasta ese punto, al
instante recordó que él había formado parte de esa causa.
-Ashton… yo… - se mordió el labio inferior. Sus manos, al no saber qué
hacer con ellas, las mantuvo dentro de sus bolsillos. Su mirada fija en el duro
pavimento. No supo cómo continuar, solo quería romper ese incomodo silencio. No
le gustaba. Tenía a un lado de él a la persona que amaba en todo el mundo y a
la vez tan lejana. No era el mismo Ashton Irwin del cual él se enamoró. Y le
dolía.
-Llegamos.
Hasta ese instante Michael se percató que ambos estaban en la entrada del
cementerio. Le mandó una mirada de total confusión. Ashton carraspeó.
-Hace casi cinco años atrás, cuando nos encontraste a Penny y a mí,
hablando en el parque. Escuchaste parte de una conversación.
Michael sabía a cuál conversación se refería.
-Penny me confesó que estaba embarazada – Ashton comenzó a caminar
dentro del cementerio, Michael siguiéndolo en silencio, escuchándolo
atentamente – Sí, Michael. Ella estaba embarazada de mí, todo a raíz de… aquel
incidente de la fiesta, cuando nos drogaron…
El teñido se mordió el labio inferior, le dolía enormemente esa
“infidelidad”, aunque sabía que Ashton jamás lo hubiera hecho, al menos no
estando en sus cinco sentidos. Ambos habían sufrido por ello. Su relación jamás
fue la misma. A partir de ahí, todo fue chantaje, celos, venganza… y dolor.
Mucho dolor.
-Me comprometí a ayudarla, después de todo, ella sería la madre de mi
hijo, por más que ambos cometimos errores el pequeño no tenía la culpa. Nos
mudamos juntos, pero cada quien hacia su vida por separado.
Ashton dejó de caminar, en Michael eran presentes los nervios, muy en el
fondo sabía que algo no había terminado bien. Lentamente iba haciendo sus
conclusiones sobre la rubia.
-Ashton…
-Sabes que ella es mi mejor amiga – el castaño lo miró a los ojos, en su
mirada había dolor y Michael no quería verlo de esa manera, quería de vuelta a
su chico sonriente con mirada brillante – El día que le llegaron las contracciones,
Calum y Luke nos acompañaron al hospital. A unas cuantas cuadras antes de
llegar al hospital tuvimos un accidente.
En Ashton eran presentes las lágrimas. Y Michael, él… él no podía
apartar la mirada de la lápida que estaba frente a él con la inscripción: Penélope Lancaster 1992-2012.
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