lunes, 16 de mayo de 2016

Capitulo trece. Contacto

No ha dejado de llover


***Escena inmediata del final del Capítulo 11. Visitas***

Capitulo trece. 

Contacto


Frente con frente. Nariz con nariz. Michael fue acercando sus labios con los del castaño.
-Lo lamento, Ashton – sus labios rosándose.
Después de esas palabras todo se fue al demonio. Sus labios se unieron, al principio fue un roce suave y lento, después uno desesperado y necesitado. Ashton tenía los brazos alrededor del cuello de Michael mientras que éste en su cintura. Lentamente el teñido fue conduciendo al mayor hacia la cama entre besos y caricias.
-Mike… umhh… - el teñido besaba el cuello del mayor, quien no pudo hacer nada al respecto. Lo cierto era que necesitaba sentirse aún amado por él. Quería saber que a pesar del tiempo, las cosas no habían cambiado, que aún se necesitaban…
-Ashton… te… amo… - Michael susurró en su oído – nunca dejé de hacerlo…
El ojiverde acarició al de mirada hazel por debajo de su ropa, subiendo cada vez más la playera para tener más contacto con su piel. Cuando estuvo por quitársela, algo hizo click en Ashton.
-No, espera… - el rizado alejó al teñido.
-¿Qué?
-No… no puedo… - Ashton se alejó de Michael, caminó hasta el otro lado de la habitación.
-Ashton…
En el aludido eran presentes las lágrimas, se deslizó por la pared hasta quedar sentado en el suelo, se cubrió el rostro con ambas manos.
-¿Ashton?
A Mike le partía el corazón ver de esa manera al rizado, jamás lo había visto así, ni siquiera después de su ruptura.
-No, no puedo… - se sorbió la nariz. El teñido se acuclilló frente al rizado.
-¿Por qué? – La mirada de Mike era de súplica – ¿Es por ella? – en esta ocasión, no había tono de reclamo.
Ashton suspiró lentamente. Suponía que no podía alargar más ese asunto. Asintió lentamente.
-Algo tiene que ver – su voz era débil – tenemos que hablar. De todo, Michael.
El aludido asintió lentamente.
-Tengo muchas cosas importantes qué decirte – una lagrima resbaló por su mejilla – No puedo decirte aquí. Nos vemos en el parque en tres horas, ¿de acuerdo?
Michael asintió, limpiándole el rastro que le dejó la lágrima.




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