Desde las sombras
Shen Wei/Zhao Yunlan
“Desde que nació ha sido capaz de ver fantasmas. Precisamente por eso le cuesta diferenciar entre humanos y fantasmas a menos que preste atención”.
Capítulo 6. El reloj de la reencarnación.
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-Aléjate - la orden fue simple y directa.
El muchacho temblaba ante la figura que tenía frente a él.
-Le haces daño - no es como si estuviera tratando de convencerlo, el Cazador de Almas había ido por él y sólo le estaba explicando porque vio su confusión en el rostro.
-Él es mi amigo - el joven arremetió.
-Él está vivo, tú no. Es hora de irse.
El joven vio más allá de la figura encapuchada, detrás de su espalda había una cama y en ésta estaba descansado una persona. Zhao Yunlan.
-Estás absorbiendo su energía vital - el Cazador de Almas dio un paso al frente, el joven retrocedió.
-Él no…
-Él espera que tú te des cuenta sólo, evidentemente no sucedería pronto.
-¿Le hago daño? - Quiso confirmar lo inevitable - No quería hacerlo, él salvó mi vida, quería agradecérselo. Entonces ¿morí en ese accidente cuando viajaba hacia acá?
No esperó respuesta, el muchacho se acercó a Zhao, pero no lo suficiente ya que Shen no le permitió que estuviera más cerca de lo debido.
-Estoy muerto, es por eso que la gente me ignoraba. Sin embargo, él no lo hizo.
-Zhao ha sido capaz de ver fantasmas desde que nació.
-Oh.
-Es hora.
-Gracias, jefe Zhao - El muchacho se despidió - Lamento haberte hecho daño, no lo hice a propósito.
Se giró lentamente hacia el Cazador de Fantasmas, éste hizo un movimiento con su mano derecha e inmediatamente el joven fantasma fue absorbido por un haz de luz negra.
Shen se acercó a la cama, vio a Zhao dormir, se veía que estaba tan agotado que parecía que al menos esa noche dormiría varias horas más. Tomó la sábana y arropó al Guardián.
-Deberías ser más responsable de tu persona, Guardián - iba a pronunciar su nombre pero se dio cuenta en esos instantes que alguien había entrado por la ventana.
-Su Señoría - Da Qing saludó, se sorprendió al ver al Cazador de Almas en el hogar de Zhao.
-Tengo un mensaje para el Guardián - al ver que el gato gordo iba a despertar a Zhao agregó inmediatamente - dile que no todos los fantasmas son amables.
-Estoy seguro que sabe eso.
-No está de más recordárselo - el gato negro asintió, el Cazador de Almas se despidió con un asentimiento de cabeza, se desapareció en un parpadeo dejando un rastro de humo.
Da Qing se acercó a Zhao.
-Humano estúpido, si no fueras tan terco no preocuparías a la gente que te rodea, incluido a su Señoría.
-Él solo hace su trabajo - murmuró el aludido, sus ojos permanecieron cerrados.
-Así que no dormías.
-¿Quién puede dormir cuando hay un gato parlante?
-Entonces no tiene caso repetir el mensaje de su Señoría - Zhao gruñó.
Se acomodó mejor en su cama, estaba tan agotado que prefirió dejar para la mañana siguiente ese pensamiento que se le acababa de formar, “¿Por qué el Cazador de Almas se había tomado la molestia de ir personalmente por el joven fantasma y darse el tiempo de arroparlo a él con la sabana?”.
Algo se le escapaba, decidió que el Zhao de la mañana lidiaría con ese pensamiento, por el momento dormiría tranquilamente. Ese joven fantasma lo había agotado en demasía y eso que sólo estuvo a su lado por dos semanas.
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Mientras tanto, en la azotea del edificio de donde vivía el Guardián, el Cazador de Almas mantenía sus ojos cerrados concentrando toda su atención en la presencia de Zhao. Cuando se aseguró que la esencia de éste se mantenía en calma y su energía vital lentamente estaba recuperándose, sonrío de lado.
No había amenaza alguna cerca de Yunlan, por el momento podía estar tranquilo.
FIN.
26 JULIO 2020
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